domi PEÑA MORTERO EN ALIJA DEL INFANTADO


PEÑA MORTERO I


A mediados de 2012 recibí una llamada desde el Ayuntamiento deALIJA DEL INFANTADO, en la que su alcalde D. Luis Gómez me comentó la existencia de un paraje al oeste del pueblo en el que se encuentra una roca tallada con forma de pila de moler. Esta roca es conocida por todos los lugareños con el nombre de «Peña Mortero», y este nombre se ha hecho extensivo a toda la zona y al cerro que la corona, de tal manera que el topónimo «Peña Mortero» es el que aparece el el mapa del IGN.
La intención del Ayuntamiento era la de poner en valor el entorno y proponer al visitante una pequeña excursión a lo alto del cerro desde donde se contempla una buena panorámica.
La duda de D. Luis era si a «Peña Mortero» se la podía considerar un petroglifo, así que programamos una visita en la que pude apreciar una roca al nivel del suelo y no exenta, es decir, unida a  la roca que aflora en el lugar. No es un petroglifo, pero parece interesante.




La zona interior es una cavidad circular de la que sale un canal hacia la parte exterior. El fondo es plano, impropio de de un mortero al uso. Creo que si esta cavidad hubiera sido utilizada para machacar algo (bellotas, cereales etc) el fondo hubiera adquirido una forma más cóncava. Además, el exterior ha sido trabajado para conseguir una forma circular, y se han eliminado las aristas de manera que el aspecto además de circular es esférico. Demasiado trabajo para un simple mortero.
A su lado aparece una roca de parecido tamaño, sin trabajar a excepción de un par de surcos que la atraviesan longitudinalmente.



El entorno no parece propio de un poblado prehistórico, en lo alto del cerro y alejado del agua. Tampoco encaja un asentamiento posterior de la Edad del Hierro, ya que si bien los pueblos prerromanos construían sus castros y fortalezas en este tipo de entornos, no se observan por ningún lado los restos típicos (fosos , murallas, cerámica, toponimia etc.). Los únicos vestigios producidos por la mano del hombre son algunas obras de cantería, la instalación del vértice geodésico cercano y la plantación del propio pinar.
Así pues, si descartamos por el momento un uso doméstico asociado a un asentamiento, cobra importancia la opción de un espacio ritual prehistórico. Un pequeño altar donde depositar ofrendas, situado en lo alto del cerro, discreto y alejado de la zona de poblamiento cercana al río.
 Le comenté a D.Luis mi primera impresión y le animé a solicitar un pequeño estudio arqueológico que podría sacarnos de dudas, y nos despedimos sin sospechar que esta historia no había hecho más que comenzar.     


PEÑA MORTERO II


Pocas semanas después conversé con un buen amigo sobre la visita, y él me comentó que ya había oído hablar de «Peña Mortero» a un conocido suyo. Esta persona le dijo que creía conocer la roca, porque una vez había ido a Alija a tratar de localizarla y la había encontrado, describiéndola como «una roca con cazoletas».
 Al oír esto le dije:  Magín, (así se llama mi amigo)¿una roca con cazoletas?  Me parece que no estamos hablando de lo mismo…
Magín me puso en contacto con Ángel Sarmiento, el descubridor sin saberlo del siguiente petroglifo que os voy a mostrar,  y gracias a sus indicaciones regresé a Alija del Infantado y localicé fácilmente estos grabados rupestres a los que a partir de ahora llamaremos «Peña Mortero II»



Debo confesar que la primera visita fue un poco decepcionante en un día de lluvia y sin un rayo de sol. A primera vista, un afloramiento de pizarra con un par de grandes cazoletas que recuerdan vagamente a un podomorfo (una pisada humana) o incluso a un ídolo. A pesar de las malas condiciones de luz se intuyen otras pequeñas cazoletas que rodean a las principales, y un surco que comunica esta zona con el desconchón central que actúa como receptáculo, almacenando el agua de luvia o cualquier otro líquido que allí se deposite.
Sé por experiencia que hay petroglifos que necesitan varias visitas para que puedan ser contemplados en todo su esplendor, así que volví repetidas veces al lugar (100 Km ida y vuelta desde Astorga) hasta encontrar las mejores condiciones lumínicas. El esfuerzo mereció la pena, como podéis comprobar.







Ahora, como por arte de magia, el petroglifo enseña su verdadera composición, con cerca de una treintena de pequeñas cazoletas rodeando a las dos principales. De la gran cazoleta principal sale un pequeño canal que desagua en la zona central del afloramiento. Hay también unos surcos más finos, a modo de petroglifos lineales, y al menos una cazoleta está rodeada por un círculo (en la foto anterior,  la más inferior). Al contrario que en otras rocas en las que las cazoletas cubren el espacio disponible sin un orden aparente , en esta parecen acompañar a la cazoleta central, componiendo una figura circular en el centro que se alarga en los extremos con surcos y cazoletas alineadas. Los afloramientos anteriores y posteriores a este, presentan también cazoletas de distinto tamaño repartidas por su superficie, como se puede comprobar en la siguiente fotografía marcadas con flechas. El punto rojo superior, en los pinos, señala la posición aproximada de «Peña Mortero I», la roca  antes comentada y que da nombre a todo el paraje. 




PEÑA MORTERO III



Al otro lado del camino descubrí otro agrupamiento de cazoletas situadas en un pequeño afloramiento de cuarcita. Para no confundir los grabados, a partir de ahora la llamaremos «Peña Mortero III».
 A pesar de la poca altura de la roca (apenas 40 cm) se encuentra decorada con una variedad de cazoletas de tamaño más grande de lo normal por estas tierras. En la parte superior una típica cazoleta esférica, a su lado una  más grande y ovalada. En la zona inferior a ras de suelo destacan tres grandes cazoletas, la central tiene una forma ovalada y es menos profunda, mientras que las laterales sobrepasan el nivel del suelo y son más esféricas. A la izquierda de cada una de estas, se grabaron otras dos cazoletas de menor tamaño. Por la forma y situación de las cazoletas (a distintas alturas), y aunque no hay surcos que las comuniquen, guardan cierto parecido con otras estaciones rupestres consideradas altares rituales prehistóricos.





Todos estos descubrimientos parecen apoyar mi teoría que considera a la zona como un espacio ritual prehistórico, en el que quizá estas cazoletas delimiten el perímetro de un lugar sagrado y principal. En otras estaciones rupestres de Galicia y Portugal se ha constatado la presencia de cazoletas y otras figuras simples delimitando el perímetro de un espacio central o principal  (un dolmen, un altar, un gran petroglifo etc).
A pesar de que en toda la provincia de León no se ha documentado ni un sólo dolmen, a poco más de 5 Km en linea recta (ya en la provincia de Zamora) se encuentra el dolmen deArrabalde llamado «La casa de los Moros» o «El Casetón», que demuestra una más que cercana actividad en  época megalítica.

 Este pueblo siempre se ha caracterizado por su vitalidad y ambiente cultural. Posee tradiciones como el Antruejo (un carnaval cuyos orígenes se suponen prerromanos), un museo etnográfico, asociaciones culturales y religiosas, un castillo del s. XV etc. 
Me consta que por parte del Ayuntamiento se esta intentando poner en valor estos vestigios, y es posible que lo consigan si las autoridades de Patrimonio colaboran como sería de esperar (y no como lo están haciendo ahora). 

Espero que los habitantes de Alija comprendan la importancia de estas manifestaciones rupestres, que por si solas incrementan el Patrimonio y DUPLICAN la Historia del municipio, añadiendo más de dos milenios a su ya de por sí dilatada Historia. Los castros de los astures y las ancestrales tradiciones prerromanas  parecen ahora más cercanas…
 Solo con ese conocimiento valorarán estos yacimientos como una reliquia de sus antepasados, los asumirán como propios y los protegerán para que los futuros hijos de este pueblo sepan de donde vienen.

 

http://tierradeamacos.blogspot.com.es/

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.