domi El Druidismo: camino de ascención Celta.

El camino pagano es un camino de autoconocimiento, de ascensión. Es ya célebre la frase inscrita en Delfos que dice «Conócete a ti mismo» y es que posiblemente sea la máxima del sendero pagano.



El camino del paganismo invita a la reflexión sobre la esencia de las personas. Las palabras paganismo y pagano vienen del Latín «paganus», haciendo referencia a los habitantes de los pagos que aún conservaban la Antigua religión. Actualmente hace referencia a aquellos que hemos recogido el testigo de aquél camino de ascensión y de las antiguas enseñanzas que conducen a la iluminación.

El sendero pagano no pudo ser destruido y en su lugar fue progresivamente absorbido por el cristianismo, como por ejemplo la misma figura crística, mucho más antigua que el propio Jesús de Nazareth y demonizado en aquellos aspectos que no pudieron ser fagocitados por aquél incipiente culto apostólico, como el culto al Dios Astado, o el culto a la fértil Madre Tierra.

Para aquellos primeros cristianos, incluso hoy en día pervive la idea, un pagano era todo el que no sea de su religión o incluso un pagano es todo el que practica una religión politeísta (lo que haría paganos a los hindúes, por ejemplo) pero se suele tener por cierto, y como buena definición, que pagano es aquél cuyo camino hereda la espiritualidad indoeuropea y semítica.

El paganismo pervive. Esta Antigua senda nos invita a través de sus enseñanzas a mantener una unión con nuestra Madre Tierra. El paganismo nos invita a sintonizar con la Naturaleza, a sentirnos parte y no dueños de la misma. A través de diferentes caminos, nos invita a unirnos y a sentir partes diferentes de la creación

El paganismo es quizás la religión más antigua de la humanidad, remontando sus orígenes al paganismo indoeuropeo, aproximadamente datado entre los años 1500 a 75000 años en el pasado. La humanidad fue mayormente pagana por muchos milenios, y pervivieron hasta hace apenas mil años.

Enseñanzas comunes a todas las ramas del paganismo son por ejemplo el sentimiento de ser una espiritualidad libre, donde el que está en ella lo hace por decisión propia. En ella se admiten a personas de todas las razas, etnias, nacionalidades, géneros e ideologías políticas con plena igualdad. Asimismo, busca encontrar la esencia, el alma y por lo tanto, respeta la esencia, la voluntad de los demás seres vivos.

Otras creencias son la reencarnación, que es una idea bastante extendida en muchas de sus ramas. La creencia en el karma: En la Wicca, el código es “Haz lo que quieras, a nadie dañes”, en la religión Asatrú es el concepto de «Ørlörg».

Existen varias vertientes del paganismo, dependiendo del paradigma local donde se desarrollaron. Actualmente se reconocen como camino paganos a Asatru u Odinismo (que son los herederos del paganismo nórdico y germánico), Druidismo (que es espiritualidad celta, el Helenismo (que se basa en las antiguas tradiciones griegas), Kemet (o legado pagano egipcio), la Stregheria (que es la brujería italiana) y la Wicca que es la tradición que recoge la brujería popular europea.

Existen intentos reconstruccionistas de otros camino paganos, como el paganismo eslavo o la restauración de los viejos mitos semíticos, pero son menos conocidos posiblemente por ser menores en número de seguidores.

El druidismo es el heredero de las enseñanzas celtas. Los druidas era los sacerdotes de los pueblos célticos. Un druida cree en que el mayor maestro es la Naturaleza. Se ve como parte integrante de la creación y persigue vivir en armonía con ella. Aprendiendo de la naturaleza, comprende mejor su esencia. Los druidas creen que esta vida real es una ilusión y los sueños otra realidad. Sin dogmas, ni creencias rígidas, sino con catmas, con creencias fluidas, mantenidas solamente mientras
tienen valor.

Antiguamente, el término druida se refería exclusivamente a los sacerdotes del pueblo celta, los cuales pasaban por procesos de iniciación y estudio que podían durar hasta 20 años.

Hay varios grados como los bardos (poetas y maestros, los vates (adivinos y curanderos) y los druidas (sacerdotes). También había druidesas ó druidas mujeres. Los druidas conformaban un elemento fundamental dentro de la sociedad celta siendo sacerdotes, consejeros espirituales, jueces, abogados, médicos, ¡ artistas, adivinos y muchas cosas más. También tenían una posición importante en la política celta, siendo ministros y a veces electores de los reyes.

Hoy en día, lo habitual es que se suele referir con el término druida a todo seguidor del druidismo y no sólo a los clérigos debidamente ordenados.

El paganismo, y el druidismo en particular, tiene una relación íntima con el chamanismo y muchas partes de sus caminos coinciden. Ambos creen que la Madre Tierra no es solo un planeta creado para uso, abuso y disfrute de los humanos, sino que tiene alma, tiene esencia. Más allá de esto, siguen un mismo sendero, basado en unas enseñanzas similares.

Los druidas buscan llegar a la Awen, al Espíritu Fluido o Iluminación y así unirse al Todo. Los chamanes igualmente buscan esto, llegar a la Iluminación, que es lo que Buda describía como el final del sufrimiento. Para los toltecas, es regresar a la Esencia, unirse al Gran Espíritu.

Un ejemplo de estas similitudes podría ser el Camino del Guerrero. Y existe una relación muy estrecha entre el Camino del Guerrero y los Preceptos Druídicos. El Camino del Guerrero es el modelo de ascensión tolteca. Y esas mismas enseñanzas son una parte de lo que el paganismo nos enseña, y más en concreto la manifestación druídica del paganismo.

El Camino del Guerrero: Un druida debe ver todo, saber de todo, sufrir todo.

Los Toltecas nos hablan de los Videntes, que formarían varios Linajes de Guerreros, de los cuáles surgirían diferentes ramas de chamanes.

Uno de estos linajes es la rama a la que pertenecía Don Juan, el maestro de Carlos Castaneda. Otro de los linajes es del Águila, a cuya familia pertenece Miguel Ruiz, autor del libro “Los Cuatro Acuerdos”, más centrado en el camino del Amor.

El Camino nos dice que el Guerrero es aquél que pretende ascender.

El Camino del Guerrero transmitido por el Linaje del Águila nos da cuatro claves para llegar a esa iluminación:

• Conciencia

• Transformación

• Amor

• Poder

Los druidas bien sabían que para alcanzar la iluminación debían tomar conciencia, saber. Sólo quien se conoce es capaz de conocer la esencia. Una vez que conocemos qué es la esencia y qué es ego, somos capaces de transformarnos, de llegar al amor.

Un druida sabe que debe vivir y debe sufrir, entendiendo este sufrimiento como experimentación, como la propia existencia sin estar ligada únicamente al dolor y al igual que los elementos sufren cambios, sufrir asimismo esa transformación.

Los druidas saben que deben verlo todo, tomar conciencia y a través de esta conciencia, aprender para transformarse, para llegar a la Awen.

El Mitote: Los druidas creen que un hombre es lo que el piensa que es, lo que los demás piensan que es, lo que realmente es

Los Toltecas nos dicen que nuestra mente está dividida en tres parte diferentes.

Una es el Libro de la Ley. El Libro de la Ley es la parte de nuestra mente donde están recogidas todas las creencias aprendidas de nuestros antepasados, que se convierten en leyes y nos cuestionan.

Desde que nacemos nuestro Libro de la Ley se comienza a gravar y se va llenando de ideas que nos vienen de diferentes fuentes: la sociedad en la que nacemos, la familia en la que nacemos, lo que nos enseñan nuestros padres, nuestros maestros, nuestros amigos. Poco a poco se va forjando este libro que regirá cada uno de nuestros pensamientos y servirá para medir cada una de nuestras acciones. Es el corazón de nuestro Ego.

La otras dos partes de nuestra mente son el Juez y la Víctima. En base a nuestros Libro de la Ley nuestra mente considera si algo es bueno o no y en base a esa decisión tomada actuamos como jueces o como víctimas ante una situación. Esta conversación interna, este constante juicio genera el Mitote, que es el alboroto, el ruido constante que hay en nuestra mente.

De estos juicios, de este mitote, se alimenta el Parásito Energético o Enemigo Interior. El parásito se alimenta de todo lo negativo, todo lo que va en contra del amor.

El parásito, al igual que nuestros libro de la ley, se transmite de padres a hijos, incluso durante generaciones. Esta actividad de juicios, de hacer de víctima, genera un saco de culpabilidad.

Para luchar con el parásito los Toltecas crearon el camino del guerrero.

Los druidas dicen que hay un gran poder en el silencio. Este silencio druídico bien se puede interpretar como referencia a su Sigilo, a su esoterismo, pero no es menos cierto que el Silencio del druida debería ir más allá y silenciar a nuestros egos y los susurros de nuestros parásitos.

Tomar conciencia: Un druida se presenta ante sus dioses sin Nombre y sin Cara

La recapitulación es un concepto importante dentro del mundo chamánico. Como es ya sabido, los chamanes, y las religiones con clara herencia chamánica, creen que esta vida no es real. Para los chamanes esta vida es Maya, que es el concepto que actualmente muchos conocen como Matrix debido a la famosa película norteamericana de carácter fantástico: vivimos dentro de una simulación, de un juego.

Los celtas, igualmente, estaban convencidos del sencillo paso que hay de una vida a otra, de la poca importancia de la muerte y de la continuidad del ciclo de renacimiento- muerte- nueva vida.

Es a través de esta recapitulación donde el guerrero toma conciencia sobre su vida, realizando un ejercicio de distanciamiento entre su esencia y su ego. Al recapitular un guerrero sabe que él es esencia, que es parte del todo más allá de las circunstancias de la actual encarnación.

Nosotros, los seres humanos y , en realidad todos los seres vivos de este planeta, somos seres superiores que forman parte del Todo, que se escindieron de él y que en su camino de retorno hacia este Todo, hemos decidido bajar a la Tierra y vivir en este mundo para aprender. Para ello, escogemos la vida que vamos a vivir, generamos un personaje, una vida con unas características, con unas vivencias, que le marcan el camino y las lecciones a aprender.

El hecho de recapitular consiste en realizar un acto de desapego con las circunstancias de esta vida, con esta encarnación. Al realizar la recapitulación, el chamán cuenta cada detalle de su vida, rememora cada situación padecida o gozada en esta encarnación.

Muchos chamanes, para recapitular, ascendían al monte, con una ánfora o jarra vacía y allí, en el monte, se sentaban y comenzaban a comentar su vida al jarrón, hasta que la «llenaban» de sus recuerdos, de toda su vida. Contra más detalles daban, contra más eventos le contaban, más completa era la recapitulación y más completo el desapego del Espíritu con el Ego, mayor la diferenciación entre la esencia real y las particularidades de esta encarnación.

Los druidas también realizan este tipo de actos y tienen estas mismas creencias. Comenta Pedro Plau Pons en su libro «Druidas» que los druidas se acercaban a los dioses «Sin Nombre y Sin Cara». Los druidas eran conscientes de este juego cósmico y realizaban este acto de desapego antes de realizar ritos o de comunicarse con los espíritus de sus Ancestros o a los mismo dioses.

Es esta frase la que recoge esta idea de alejamiento del Ego, de alejamiento de esta encarnación y nos invita a alcanzar nuestra esencia antes de realizar cualquier comunicación con dioses y espíritus.

A continuación, se presentan unos extractos del libro “Pases mágicos” de Carlos Castaneda hablando sobre la recapitulación y que describe la práctica de la misma:

“La recapitulación, de acuerdo con lo que don Juan les enseñó a sus discípulos, fue una técnica descubierta por los chamanes del México antiguo y utilizada por cada chaman practicante desde aquel entonces para ver y revivir todas las experiencias de su vida, con la finalidad de alcanzar dos objetivos trascendentales: uno, la meta abstracta de cumplir con un código universal que demanda renunciar a la conciencia en el momento de morir y, número dos, alcanzar una meta sumamente pragmática, la de adquirir fluidez perceptual»

«La recapitulación como un procedimiento formal debe iniciarse con el recuento de los eventos que acaban de suceder. De esta forma, la primacía de la experiencia tiene la prioridad. Algo que acaba de suceder es algo que se puede recordar con gran exactitud. Los brujos cuentan con el hecho de que los seres humanos son capaces de almacenar información detallada de la que no se está consciente»

«Actualmente, en la práctica de la recapitulación de eventos es necesario respirar profundamente, abanicando la cabeza, por así decirlo, lenta y suavemente de un lado a otro, empezando ya sea por la derecha o la izquierda. Este movimiento de la cabeza se realiza tantas veces como sea necesario mientras se recuerdan todos los detalles accesibles. Don Juan comentó que los brujos hablan acerca de este acto, como el acto de inhalar todos los sentimientos que se vivieron en el evento que se está reviviendo, y se exhalan todos los estados de ánimo no deseados y los sentimientos ajenos que se quedaron en nosotros»

«En un nivel más mundano, la recapitulación otorga a los practicantes la capacidad de examinar la repetición en sus vidas. La recapitulación los puede convencer, sin sombra de duda, de que todos nosotros estamos a merced de fuerzas que finalmente no tienen sentido, aunque a primera vista parezcan perfectamente razonables. Don Juan me aseguró que si cualquier cambio en la conducta ha de realizarse, tiene que ser a través de la recapitulación, ya que este es el único vehículo que puede acrecentar la conciencia al liberarla de las calladas exigencias de la socialización, que son tan automáticas, tan dadas por sentado que ni siquiera se notan bajo circunstancias normales, mucho menos se las examina»

«Don Juan me aseguró que lo que los brujos del México antiguo buscaban ávidamente en la recapitulación era la memoria de la interacción, ya que en la interacción yacen los profundos efectos de la socialización la cual se esforzaban por superar por todos los medios posibles»

«Me dijo que los acechadores usan cajas o ataúdes de tierra para encerrarse dentro de ellos en tanto reviven, pues no se trata sólo de recordar cada momento de sus vidas. La razón por la que los acechadores deben recapitular sus vidas de forma tan meticulosa es que el don que el Águila da al hombre incluye la buena voluntad de aceptar un sustituto en vez de la conciencia genuina, si tal sustituto en verdad es una réplica perfecta. Florinda me explicó que ya que la conciencia es el alimento del Águila, ésta puede quedar satisfecha con una recapitulación perfecta en lugar de la conciencia misma»

«Por ello su benefactor le había dado la enorme caja de madera como símbolo y herramienta. Era una herramienta que le permitió aprender a concentrarse; tuvo que sentarse allí durante varios años, hasta que todas su vida pasó ante sus ojos. Y era un símbolo de los estrechos linderos de nuestra persona. Su benefactor le dijo que cuando hubiera terminado la recapitulación debía romper la caja para simbolizar que ya no estaba sujeta a las limitaciones de su persona»

La Transformación: las tres cosas que un druida debe controlar son la mente, la mano, el deseo.

El camino de Guerrero presente un modelo basado en Cuatro Acuerdos. El Guerrero firma esos cuatro acuerdos para alcanzar la iluminación, al igual que los druidas intentan alcanzar la Awen.

Cuando un guerrero se compromete con esos cuatro acuerdos, se compromete a:

• Ser impecable son sus palabras

• No tomarse nada personalmente

• No hacer suposiciones

• Hacer siempre lo máximo que pueda.

Esta es parte del camino del guerrero y tal y como el guerrero se plantea transformar sus actos, y más allá de ellos, lo que los motiva: los pensamientos, la mente y los deseos del Parásito.

Ser impecables con las palabras: Un druida sabe que hay un gran poder en el Silencio

El guerrero se compromete a ser impecable con sus palabras. Un guerrero habla con integridad, y solamente dice lo que realmente quiere decir. El silencio es un arma poderosa, es lo que se produce al silenciar el mitote generado por nuestra mente.

Al igual que hay un gran poder en el silencio, hay un gran poder en nuestra palabras. Con ellas expresamos nuestros deseos, nuestra voluntad y las palabras hechizan, generan la misma realidad.

Es por eso que un guerrero se compromete a hablar contra sí mismo y contra los demás. Es por esto que un guerrero utiliza el poder de sus palabras para avanzar en la dirección de la verdad y el amor. Es por eso que el silencio es poderoso

No tomarse nada personalmente: las tres virtudes del saber druídico son estar consciente de todo, soportar todo, ser despojado de todo.

Un guerrero es inmune a aquello que opinen los demás de él, porque sabe que los actos y las opiniones de los demás son una proyección de sus propias realidades, de sus libros de la ley,

Un druida debe ser consciente en todo momento de ello y sabe, como el guerrero, que nada de lo que hacen los demás, ni de lo que le pasa, es por él mismo, y por tanto, al dejar de tomarse los actos y palabras de los demás como algo que giran en torno suyo, dejan de ser víctimas

No hacer suposiciones: las tres claves de la sabiduría druídica son saber, atreverse y guardar silencio.

Un guerrero no desperdicia su tiempo tratando de imaginar lo que los demás piensan o sienten.

Alguien que ha asumido este camino es consciente que es necesario conocer lo que los demás piensan o como les afectan sus actos, pero para adquirir ese conocimiento no hace suposiciones, no deja elucubrar a su juez y a su Víctima, sino que haya el coraje para preguntar a los demás y expresar lo que realmente piensa.

Es así, como se silencia el Mitote. Es así como un guerrero se comunica con sus semejantes: de manera tan clara como pueda y evitando malentendidos, tritezas o victimismo.

Hacer siempre lo máximo que pueda: las tres cosas que un druida debe evitar son esperar lo imposible, llorar por lo irrecuperable, temerle a lo inevitable.

Lo máximo que un guerrero puede hacer es cambiar

Un guerrero no se lamenta en que las cosas muten, sino que se aclimata a esos cambios, y dependiendo de las circunstancias actuar de una manera u otra, sin atarse a su pasado. Sencillamente un guerrero siempre intenta hacer todo lo que puede en cada oportunidad, sin juzgarse o lamentarse.

Un druida igualmente intentar no lamentar aquello perdido que no se puede recuperar, no se regocija en el dolor gratuito alimentando al parásito.

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