La Trampa Espiritual o el concepto del «Paracetamol Energético»
¿Cómo sabemos que realmente estamos bien? ¿Hasta que punto nos estamos engañando? A veces caemos en la trampa de la medicina moderna, usando «técnicas analgésicas» para darnos la impresión de que todo está solucionado. Todo Amor nos ayuda a ver lo que realmente hay que sanar mediante una conexión energética profunda con el Universo y la Tierra.
¿Practicas alguna terapia energética como Reiki? Hace unos meses, tuve una conversación que me llamó mucho la atención, ya que me recordó un problema que surge muy a menudo respecto a los que practicamos terapias como el Reiki.
Estaba con un chamán, (además de psicólogo clínico) que organiza tomas de plantas sagradas como la Ayahuasca. Su pregunta fue contundente «¿Tu haces Reiki?» «Si», le contesté, «tengo la Maestría». Después de quedarse pensando unos momentos me pregunta; «Oye, dime algo, ¿Por qué los que vienen a nuestro encuentros que practican Reiki terminan sacando tanto «bicho» de dentro que no sabían que tenían?»
Me hizo gracia su franqueza por que yo sabía de que me hablaba. Yo lo llamo el problema de la «Trampa Espiritual» o el «Paracetamol Energético».
¿Qué quiero decir con eso? Pues ocurre que después de muchos años de trabajarnos espiritualmente, usando técnicas de crecimiento personal y espiritual como el Reiki, consideramos que «está todo solucionado». Tenemos unas ganas tan grandes de ser personas espirituales, en contacto con el todo, fluyendo con el Universo etc. etc. que estamos muy dispuestos a caer en la trampa espiritual de pasar por encima la verdadera sanación de problemas y patrones de conducta.
Muchas veces, el momento que vemos un atisbo de mejoría, inmediatamente llegamos a la conclusión que ¡Ya! ¡Solucionado! ¡Bieeeenn! Ya estoy libre de ese comportamiento. Ya no tengo ese problema. ¡Estoy curado!
El ejemplo típico es alguien que se acerca al Reiki y la meditación por problemas de ansiedad. Empieza poniéndose las manos y sentándose con piernas cruzadas todas las mañanas haciendo «Om» durante 15 minutos. Después de unas semanas o meses, se siente mejor. ¡Que maravilla! ¡Esto funciona! Y hasta cierto punto, tiene razón. Ha conseguido paliar los síntomas de su problema, la ansiedad.
Si tiene «recaídas» de ansiedad (bronca con el jefe, un domingo con su suegra etc.) pues rápidamente se da Reiki donde siente la ansiedad o se mete en el coche 10 minutos para recitar «Oms» hasta sentirse mejor. Como tomarse un Paracetamol, vaya (pero sin los efectos secundarios).
Pero el problema es que justamente (como el Paracetamol) ha caído en el error de la medicina moderna, que se dedica principalmente a paliar síntomas de una enfermedad en lugar de tratar la causa. Cuando caes en la Trampa, estás haciendo lo que hacen las personas que creen ciegamente en la pastilla como solución. Toman medicamento tras medicamento para sentirse bien temporalmente y consideran que así están «solucionado el problema».
Es normal. Todos queremos estar bien. Todos queremos sentirnos mejor. Pero como nos da tanta fatiga profundizar, por el dolor que puede despertar, y el miedo de «ir a ese sitio» tan feo, nos damos por satisfechos cuando hemos conseguido esa mejoría superficial y un nivel tolerable de malestar ocasional. Como consecuencia, confundimos a veces esa mejoría superficial con la sanación en profundidad de los patrones que causan esos síntomas superficiales de ansiedad, la ira, la tristeza, etc.
Es cuando la técnica de Todo Amor entró en mi vida hace ya más de 10 años, que me di cuenta de este problema ya que lo sufrí «en mis propias carnes». En esa época, como Maestro de Reiki dando cursos y terapias, yo consideraba que tenía la mayoría de mis problemas personales resueltos. Si, claro, de vez en cuando me ponía de mal humor. A veces reconocía «cierta» falta de autoestima pero no pasaba nada, me daba un poco de Reiki y me sentía mejor.
Pero cuando hice mi primer taller como alumno, me sentí como que alguien me había agarrado por los tobillos, puesto boca abajo y sacudido. Y cual fue mi sorpresa que mis bolsillos estaban llenos de cosas que yo pensaba que me había quitado de encima y empezaron a salir con ganas.
Todo Amor es como el algodón del anuncio: no engaña. Si quieres realmente saber lo que te queda por solucionar en tu vida, este método de conectarse con la energía es la mejor que yo conozco para llevar a cabo una profunda mirada hacia dentro. Sin engaños. Sin Paracetamol.
Sigo sin entender del todo, después de más de 10 años exactamente como funciona, pero ¡funciona! En un taller, la energía literalmente inunda tu cuerpo de una manera que yo nunca había sentido anteriormente. Entra en contacto con esos «bichos» que comentaba el chamán y los desplaza, si o si. A continuación, la sensación de plenitud y Amor (con mayúscula) es imposible de describir si no lo has vivido. Lo he vivido personalmente como alumno y ahora lo observo con los participantes del taller. Por la Fundación han pasado casi mil personas haciendo las meditaciones y talleres de Todo Amor y los cambios que observo son espectaculares.
Simplemente te cambia la vida. Te das cuenta de quien realmente eres, eliminando las ilusiones temporales que has colocado delante para darte esa sensación de tranquilidad superficial. ¡Es una auténtica revelación!
Además, Todo Amor es un método de crecimiento personal, no solo una experiencia vivencial. Sales del taller con unas herramientas concretas para aplicar en tú día a día y unos ejercicios prácticos que puedes llevar a cabo para seguir trabajándote después. Eso te permite incorporar las técnicas dentro de tu vida de modo que sigues el proceso de «eliminar bichos» después del taller.
Otra ventaja que me aporta Todo Amor es justamente el aspecto que tenemos como practicantes de Reiki que tenemos que cuidar, nuestro enraizamiento o contacto con la tierra. Si entiendes de Reiki, sabes que trabaja principalmente con los chakras superiores en términos de cómo nos conectamos con la energía. Eso es maravillo, y por eso lo practico y lo enseño, pero si no haces algún ejercicio adicional para enraizarte, puede ser un problema.
El creador de Reiki, Mikao Usui, practicaba Tai Chi desde niño y artes marciales al igual que todo niño japonés que aprende estas artes en la escuela. Como consecuencia, en el Reiki original se «daba por hecho» que ya hacías otras técnicas para enraizarte. Pero lamentablemente en occidente no siempre es así, y eso a veces crea desequilibrios. Lo observo en tantos practicantes de Reiki que literalmente no tienen «los pies en la tierra».
En cambio, cuando te conectas con la energía en Todo Amor es literalmente ¡Como si te hubieran atornillado los pies al suelo! Aparte de esa sensación física que percibes, la toma de tu poder personal y espiritual es una experiencia dramática.
De hecho, quizás es lo que más sorprende a los que practican Reiki cuando hacen los talleres, el sentir la energía de una forma tan contundente. No solamente desde la tierra pero sobre todo cuando sientes esa explosión en el pecho cuando la energía del Universo se junta con la energía de la Madre Tierra y ocurre lo que se llama la «Iniciación Espontánea» que es un elemento básico del proceso.
Todo Amor tiene su origen en Egipto. Originalmente llamado SKHM (Poder Espiritual), desarrollada por Patrick Ziegler, la Fundación Sauce tomó la experiencia vivencial original de los talleres y lo convirtió en un método de crecimiento personal, una herramienta práctica para uso diario. Dichos orígenes y este concepto de una iniciación espontánea con la energía cuando la persona está preparada para ello se remontan a tiempos milenarios. Dicen que Jesucristo vivió la misma experiencia en la gran pirámide. Está documentado que Alejandro Magno y Napoleón también.
Hasta la literatura Cristiana recoge experiencias muy parecidas. Saúl de Tarso vivió una experiencia similar en el camino de Damasco, que le convirtió en San Pablo. Y Santa Teresa, describiendo su experiencia iniciática relata que «no se deben confundir estas sensaciones, hermanas mías, con las flaquezas de mujer» (léase un orgasmo).
Resumiendo, Todo Amor te permite ver como estás realmente. Desplaza nuestros bloqueos energéticos con Amor y los remplaza con esa energía sublime. Es una vivencia que te cambia la vida.
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