LA LUCHA SIN VIOLENCIA

Llama azul

“La No-Violencia no consiste en renunciar a toda lucha real contra el mal. La No-Violencia, tal como yo la concibo, entabla, (al revés), una campaña más activa y mas real contra el mal que la Ley del Talión, cuya naturaleza misma da por resultado el desarrollo de la perversidad.
Yo levanto, frente a lo inmoral, una oposición mental, y por consiguiente moral. Trato de enmohecer la espada del tirano, no cruzándola con un acero mejor afilado, sino defraudando su esperanza al no ofrecer ninguna resistencia física.
El encontrará en mí una resistencia del Alma que escapará a su asalto. Esta resistencia, primeramente, lo cegará y enseguida lo obligará a doblegarse. Y el hecho de doblegarse no humillara al agresor sino que lo dignificará. Este podría llegar a ser un estado ideal, y lo es…
El Ahimsa, secuencialmente, es No-Violencia en pensamientos, palabras y obras; el Ahimsa es cooperación, es respeto a las idea ajenas, respeto a todas las religiones, escuelas, organizaciones…
Ahimsa es otro nombre de la Verdad o el Amor, es el Amor Universal.”
La cuestión no es no reaccionar, dejar que pasen las cosas, no mirar, ser pasivos en definitiva, sino reaccionar pero desde el centro de nuestro ser, desde el empoderamiento sin ego, desde la justa medida de nuestro interior, entendiendo que todos necesitamos ser respetados, escuchados, protegidos y que quien mejor puede conseguir esto, somos nosotros mismos.

No esperemos que de fuera vengan a resolver o que las cosas se arreglen solas, eso no existe, si no ponemos de nosotros, nada se moverá en la dirección adecuada para cada uno, sino justo en la contraria. Tomemos el lugar que nos corresponde y luchemos por ello, así el orden volverá, aunque nos cueste conseguirlo.

Cada vez que permitimos que nos invadan nuestro espacio, estamos potenciando la parte del otro que vibra con la frecuencia densa de la realidad, por lo que estamos siento fomentadores de su lado sombrío, hemos pensado en esto? Estamos siendo aliados de esa densidad que deseamos erradicar, por tanto, no le hagamos el juego, potenciemos la luz tanto en nosotros como en los demás y, si para ello, tenemos que decir NO, tenemos que frenar, que enfrentar, que decir lo que pensamos, que rebatir algo, que decir las cosas claras aunque sepamos que puede que no caigan bien, no pasa nada; eso sí, todo ello sin violencia, sin rencor, sin venganza, sin deseos oscuros; con respeto, sin crítica, ni dureza que daña.

Si conseguimos fomentar en nosotros, este principio y que la verdad clara y diáfana domine nuestras reacciones, entonces y solo entonces, comenzará a cambiar el mundo, porque con que cada uno pongamos un puntito de luz en esta inmensa densidad, se irá abriendo el camino hacia la luz completa.

Pero cuál es el verdadero problema? Los que controlan y viven plenamente en esta densidad, están convencidos de su fuerza, de que van a conseguir sus propósitos y nosotros, que deseamos que vuelva el equilibrio, no confiamos en nosotros, nos pasamos la vida deseando el cambio, pero no terminamos de confiar en que podemos conseguirlo. Siempre nos justificamos, nos ponemos autoexcusas que no conllevan a nada y cuál es la decisión final, la Pasividad, que solo consigue que todo siga igual.

Como dije en un comentario anterior, la pasividad no mueve nada; el dejar que todo siga igual, no mueve nada; el pensar que las cosas se resolverán por sí misma, no mueve nada; lo único que mueve es a que todo siga igual. Y yo me pregunto ¿hasta cuándo? porque sinceramente ya estoy muy cansada de que todo siga igual y no se termine de unir la gran masa de luz que hay en este planeta que no tiene fe en sí misma; que no lucha por sí misma; que se pasa el tiempo esperando a que vengan de fuera a salvarnos; que no conseguimos entender que, aunque es incómodo movernos cuando es para cosas del grupo, tampoco se conseguirá el cambio si no empezamos a cambiar como individuo para unirnos al grupo.

Hagamos una revisión de nuestros principio y prioridades y, si en esa reflexión, entendemos que lo prioritario es conseguir vivir en paz y concordia, en donde nos podamos expresar sin violencia y con respeto; en donde el estar con el otro no suponga una crítica constante; en donde el juicio sea sano y no destructivo; en donde la unidad se viva desde el corazón y no desde el ego; en donde el amor sea realmente incondicional y no egoísta e interesado; en donde disfrutemos de nuestro día a día y no seamos una queja constante de todo lo vivido; entonces sí estaremos preparados para formar esa mente universal o Egregor, donde se pueda recoger todo lo que se necesita para cambiar este planeta, que aloja a nuestra maravillosa humanidad, en la cual deberíamos empezar a confiar y amar, porque eso demostraría que realmente confiamos en nosotros y nos amamos.

Algunos podrán pensar que estas palabras son pura ilusión y fantasía, pero ese es el gran error, por eso seguimos como siempre. NO nos quejemos tanto y hagamos más; busquemos las formas y medios para que resurja en nosotros la confianza en el futuro de esta humanidad unida de verdad, sin violencia pero con reacción.

La lucha sin violencia es el único medio, no podemos combatir con las mismas armas cuando ellas alimentan lo que hay que erradicar. Recursos hay siempre, sólo tenemos que esforzarnos en buscarlos y eso está DENTRO DE NOSOTROS. Nada está fuera, todo está dentro, aprovechemos este regalo que en cada vida traemos y olvidamos.

http://solahimsa.org/la-lucha-sin-violencia/

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