La noticia corrió como la pólvora: un director de una escuela italiana había cancelado las celebraciones de Navidad para no herir la sensibilidad de los alumnos de otros credos religiosos.
Y en un país mayoritariamente católico, la indignación general fue inmediata: los padres protestaron y poco tardaron en unirse los políticos.
El líder del partido de ultraderecha Liga Norte, Matteo Salvani, viajó hasta el colegio para mostrar su rechazo a la decisión.
Hubo incluso reacciones del primer ministro de Italia, Matteo Renzi, y de la ministra de Educación italiana, Stefania Giannini, que en declaraciones al diario italiano Corriere della Sera coincidieron en criticar la decisión del director.
Y finalmente, el protagonista de la controversia, Marco Parma, de 63 años, presentó su renuncia este lunes.
Pero la historia no es tan sencilla. Y la «culpa» del profesor está en discusión.
Dimisión y explicaciones
El colegio Garofani, que hasta este lunes dirigía Marco Parma, se encuentra en la pequeña localidad de Rozzano, cerca de Milán.
Es una escuela de educación infantil, primaria y secundaria en la que alrededor del 20% de los alumnos es de origen extranjero.
Se dijo que, tras los ataques del 13 de noviembre en París, el director había decidido cancelar el clásico concierto de Navidad de la escuela por considerar que se podía interpretar como una provocación, y que en su lugar programó un concierto de invierno para el 21 de enero.
Otras fuentes señalaron que, además, Parma mandó retirar los crucifijos de las aulas y prohibió que se pusiera un nacimiento como decoración navideña.
Sin embargo, en la carta de renuncia, Parma sostiene que todo esto es producto de la distorsión y la desinformación.
«En primer lugar», escribe Parma, «nunca retiré crucifijos de las aulas de Garofani ni de las otras escuelas que he dirigido en más de dos décadas de modesta carrera por una sencilla razón: no había».
Apoyo de los profesores
Los trabajadores del centro organizaron a su vez un acto a las puertas de la escuela para explicar a padres e interesados qué es lo que está previsto para las fiestas.
La portavoz del personal, identificada como María, subrayó, micrófono en mano, que no se ha cancelado ninguna celebración.
«No se ha cancelado ninguna festividad, todas las actividades previstas para estos días que fueron programadas en septiembre tendrán lugar, más un concierto de invierno que tendrá lugar el 21 de enero», indicó.
Así, el concierto de enero no es una sustitución sino un acto adicional.
Con carteles que leen «Yo estoy con Parma» y «La política fuera de la escuela», los profesores piden que no se instrumentalice al centro para cuestiones que están más allá de lo educativo.
«Debate y diálogo»
Pero los críticos de Parma, encabezados por Matteo Salvani, de la Liga Norte, también dejaron oír su voz frente a la escuela.
«Bajo mi punto de vista directores y profesores que cancelan la Navidad, una fiesta de alegría y paz, deberían cambiar de profesión», había escrito Salvani en su perfil de Facebook.
Y este lunes, acudió a la escuela portando belenes y discos compactos con villancicos navideños.
Algunos padres también expresaron su rechazo a la actitud del director, alegando que si bien respetan todos los credos, nadie les puede quitar el derecho a celebrar la Navidad.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, había dicho el domingo que «debate y diálogo no significa sofocar la identidad en un sentido de lo políticamente correcto borroso e insípido. Italia, la laica y la cristiana, no renunciará jamás a la Navidad».
Por su parte, la ministra de Educación, Stefania Giannini, llamó a «proyectar una escuela diferente y más fuerte, plural y unida, capaz de entablar un diálogo, un recíproco conocimiento y un debate constante, cotidiano».
Lo paradójico es que Marco Parma se muestra completamente de acuerdo con estos argumentos.
¿Cómo se originó la polémica entonces?
Según le dijo el director al diario italiano Corriere della Sera, todo viene por su negativa a que dos madres fueran a la escuela a cantar villancicos con los niños en las horas del recreo.
«No ha habido iniciativas eliminadas o pospuestas», asegura Parma en la carta de dimisión.
«La única negativa que expresé se refiere a dos madres que querían ir a la cantina de la escuela en el recreo para enseñar canciones religiosas a niños cristianos, lo cual me sigue pareciendo inadecuado», escribe.
Actividades previstas
Parma insiste en que no había programado un concierto de Navidad general, sólo las fiestas que se hacen en las distintas aulas.
La profesora encargada de dar información fuera de la escuela recalcó este dato.
«El día 21 de diciembre las clases recibirán a los padres para vivir un momento de alegría… la famosa fiesta de Navidad», precisó María con visible enfado.
Algunas clases organizarán además el clásico sorteo de Navidad para esa fecha.
En cuanto a la escuela secundaria, el 17 de diciembre habrá una actuación de alumnos con dirección musical, un evento que es distinto del concierto del 21 de enero.
Pese a las dudas o informaciones encontradas que rodean el caso, Parma decidió poner su puesto a cargo de la Consejería de Educación del gobierno regional de Lombardía.
Y concluyó la misiva de renuncia expresando su agradecimiento a los alumnos, padres, profesores y demás colaboradores del centro.
http://www.24horas.cl/noticiasbbc/el-director-de-escuela-que-tuvo-que-dimitir-por-cancelar-la-navidad-1860617
Somos tan aficionados a juegos pueriles, que el día en que maduren nuestras mentes, acabaremos con el gran juego de la guerra también.