Lo tenemos delante de nuestros ojos pero sorprendentemente no nos percatamos del truco que el mago de turno realiza, no es magia, es habilidad. Eso mismo ocurre con la política, supuestamente democrática, que consiste en llevar a la gente frente a una urna y que vote. Para votar han de existir opciones y es ahí donde se esconde el conejo en la chistera. La primera engañifa consiste en saber quien se oculta en la trastienda de las opciones que se presentan a las elecciones. No hay mucho que descubrir, se trata del poder económico que en esta democracia aparente lo ocupa todo como si del aire se tratara. Es el poder económico quien mueve los hilos para que parezca que el muñeco se mueve por si mismo y hable por la voz del ventrílocuo que anima la fiesta. Eso sí, durante la precampaña y la agobiante campaña los partidos políticos ponen toda la carne en el asador con toda clase de ofertas, de las que se proponen desdecirse, o lo que es peor, ni tan siquiera piensan molestarse en cumplir. Una vez tienen el voto en el bolsillo se olvidan del “puedo prometer y prometo …” y se rinden a los pies del poder económico que les ha pagado la campaña electoral y les asegura, para la cúpula, el paso por la puerta giratoria. Así, tal cual, se ha construido el capitalismo de amigos inseparables con sobornos a la orden del día y con tesoreros de los partidos políticos señalados como recaudadores de fondos. En definitiva, una vez que se ha montado el circo de la elección de marionetas se cita al populacho para la próxima convocatoria dentro de cuatro años y vuelta a lo mismo.
Para obtener un buen puñado de votos que permita llegar al poder se necesita dinero. Es ahí, donde los señores del dinero esperan a los candidatos para darles el beneplácito o la negación. Al igual que los emperadores romanos levantaban el pulgar hacia arriba en señal de que el gladiador viva o hacia abajo cuando debería morir. La banca, el lugar de peregrinación de los partidos políticos para obtener el pasaporte a la contienda electoral, discrimina a quien le presta el dinero y a quien le niega el pan y la sal. ¿Puede funcionar un sistema así? ¿Somos imbéciles? Sí, lo somos y se aprovechan los tahúres del sistema de la actuación torpe de las masas que se dejan influir por lo que les dicen los medios de comunicación que son los que ganan o pierden elecciones. La banca no tan sólo abre o cierra la puerta al candidato si no que si le conviene “fabrica” uno a su gusto. A este elegido lo mima y lo cuida como un tesoro, se le proporciona todo el dinero que haga falta para una campaña a nivel nacional, mítines, carteles, spots, folletos …., lo que haga falta y más, se le abren las puertas de los medios de comunicación que controlan y se pone en marcha la caterva de periodistas y opinadores apaniguados que le reirán todas las gracias al candidato y al incipiente partido. La opción manufacturada por el poder económico, rápida y sorprendentemente, aparecerá en las encuestas como una fuerza arrolladorarespaldada por el favor de una buena mayoría de votantes. ¿Lo descrito es ficción o realidad? Real como la vida misma, el poder económico, capitaneado por la banca, no es la primera vez que fabrica una candidatura.
Ocurrió en las elecciones generales del 22 de junio de 1986, se trataba de la Operación Roca que tenía que llevar en volandas al Partido Reformista Democrático (PDR) liderado por Miguel Roca a La Moncloa. Con el patrocinio de la banca, la Operación Roca estaba diseñada para colocar en la presidencia del gobierno al político que le daba nombre a través de un pacto entre Alianza Popular, PRD y CiU, formaciones que constituirían un frente común que no permitiera renovar la mayoría absoluta socialista mantenida desde 1982. La operación empezó a estructurarse en el mismo momento en que Felipe González llegó a La Moncloa. Los diez millones de votos conseguidos por los socialistas preocupaban seriamente a la derecha tradicional. Manuel Fraga había alcanzado su techo electoral con Alianza Popular, la Unión de Centro Democrático estaba desintegrada y no parecía entreverse una fuerza de oposición que pudiera frenar al socialismo. No se regatearon medios para colocar al PRD en las encuestas. Se organizaron más de 1.700 actos electorales en 37 provincias, una verdadera campaña a la americana. Pero todo este despliegue de recursos y esfuerzos no se vio recompensado.
Ni tan siquiera se obtuvo un triste escaño que pudiera lucir en la solapa el logotipo del PRD. Frente al fracaso solo quedaron las deudas. A la mañana siguiente, los acreedores hacen cola en el despacho de Miguel Roca. Detrás del PRD estaba Convergencia Democrática de Catalunya (CiU) y las instrucciones de Pujol son concisas: que cobre todo el mundo excepto la banca. Los acreedores son legión en toda España. Los créditos de la banca son punto y aparte. Ascienden a casi 4.000 millones. Pero entre los banqueros no cunde el mismo pánico que entre los acreedores ordinarios. El cobro esta asegurado; poco importa que las garantías del crédito sindicado ya no existan y que el PRD no haya conseguido ninguna cuota de poder. Disponen de una garantía mayor; una hipoteca, en sentido figurado, sobre una administración que en aquellas fechas ya moviliza bastante más de medio billón de pesetas.
Los fondos públicos vuelven a ser la medicina que cura todos los males convergentes. El doctor Pujol (no es un sarcasmo: Pujol estudio la carrera de Medicina) solo prescribe una receta, la milagrosa medicina del curalotodo. El mecenazgo de la banca tendrá su rentabilidad. Cobrara hasta la última peseta, aunque no por la vía directa, es decir, depositando en sus entidades dinero contante y sonante. La vía será otra, la indirecta, a través de sus empresas participadas. La Operación Roca supuso una hipoteca más que añadir a esa singular fusión -que no se sabe donde empieza ni donde acababa- de partido, Generalitat, Pujol y Cataluña. La beneficiaria de tal hipoteca fue la gran banca: el Banco de Bilbao, el Banco de Vizcaya, Banesto, el Banco Hispano Americano, el Banco Central, el Banco Popular… y también tenían su parte La Caixa de Pensions, el Banco de Sabadell y Banca Catalana. Su montante no era ciertamente escaso: ascendía a 5.900 millones de pesetas. En el caso del Banco Hispano Americano se conoce la vía de cobro. A una de sus empresas, la constructora Ferrovial, le fue adjudicada la construcción y explotación de la autopista Terrasa-Manresa por decisión personal y directa de Pujol. El proyecto, presentado a ultima hora por Ferrovial, estaba inacabado, no cumplía con los requisitos de la adjudicación v no podía competir con las otras ofertas, por lo que ya estaba descartado por los técnicos. Pero Pujol lo resucito.
La historia se repite
La desastrosa gestión del Partido Popular le ha llevado de la mayoría absoluta en esta legislatura, que ya acaba, a unas encuestas que pronostican nubes de tormenta. En Cataluña el PP no se come ni un rosco, es el furgón de cola con una representación de risa. Es, precisamente, en Cataluña donde el PP ha metido la pata hasta la ingle para ganar fuera unos votos con su mala leche aplicada a la catalanofobia que se ha traducido en una maquina de fabricar independentistas. La cosa iba medio de broma ya que Rajoy anunciaba urbe et orbe que todo estaba bajo control mientras los catalanes iban ganando terreno a su hoja de ruta. Llegó un momento que el poder económico, que tiene mucho que perder con la secesión de Cataluña, se puso manos a la obra. Había que reconducir los acontecimientos y matar dos pájaros de un tiro. El otro pájaro se llama Podemos con un líder que se sabe explicar y a lo tonto a lo tonto las encuestas le han llegado a dar en estimación de voto, sin cocina, como primera fuerza elegible. Las alarmas sonaron en las cúpulas del PP y PSOE y en los despachos de caoba del IBEX-35, los chicos de Podemos, sobretodo el de la coleta, son una amenaza. Al poder político como al económico les aterroriza la perspectiva de que puedan perder su privilegiada posición, ya que son tantas las atrocidades cometidas contra el populacho que se las inventan todas con tal de seguir chupando del bote. No se trata de manipular los resultados, sino de la manipulación a través del “comecocos” de los medios de comunicación que se cuidarán de transmitir la buena nueva de un nuevo mesías que trae bajo el brazo soluciones instantáneas que acaban con los problemas de la población entera.
El nuevo mesías se llama Albert Rivera, catalán para más señas, y líder de Ciudadanos que es el elegido por el poder económico para apalancar al Partido Popular que hace aguas en las previsiones de voto. Rivera, les cubre la oposición al independentismo desde el mismo Parlament de Catalunya y se puede batir el cobre con Pablo Iglesias, el ogro que roba votos a todo el arco parlamentario. Dicho y hecho, en esta ocasión la Operación Rivera no puede fracasar como fracaso el PRD, la banca pondrá toda la carne en el asador, e incluso el presidente del BBVA, Francisco González, señalará a Rivera como el candidato ideal y denostará al de la coleta. Me da la sensación que Ciudadanos no ocupará el paraíso que le tienen preparado, las encuestas están infladas y todo lo que la banca pueda manufacturares algo parecido al cuento de la lechera. Igual me equivoco, pronto lo sabremos. Para aquellos que no lo sepan, Ciudadanos (Ciudadans en catalán) nació bajo el auspicio de una pequeña asociación, que controlaba a distancia Alejo Vidal Cuadras que fue presidente del PP catalán, llamada: Asociación por la Tolerancia. Por aquel entonces se agrupaban a su alrededor varios profesores (de institutos y universidad) que se oponían a que las clases se dieran en catalán. Resultó que en 1988 apareció mi libro Jaque al Virrey que ponía de vuelta y media al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, el partido e hijos. Todo o parte de lo que un servidor decía hace 27 años de la cuadrilla de los Pujol ha salido a la luz ahora ¡Qué vergüenza de país! este feo asunto de los Pujol es la acreditación de una democracia de mierda en la que los que mandan están compinchados unos con otros. A lo que iba, la Asociación por la Tolerancia les pareció ver en mi persona alguien afín y me invitaron a sus actos. Allí conocí al vicepresidente, José Domingo y le animé a que dirigieran sus reivindicaciones hacia la constitución de un partido, al principio lo veían como utópico pero fue Fransceç Carreras, profesor de Derecho Constitucional, quien eligió a uno de sus alumnos y le propuso ser el cabeza de lista de Ciudadans. Se entonces de buena tinta, por haber estado presente e impulsor de la constitución del partido que se iniciaba con una mano delante y otra detras, precisamente la imagen del cartel de propaganda electoral en el que aparecía Albert Rivera en “pelotas” con una mano delante y otra detrás. Al igual que en la Operación Roca, en esta operación, para colocar su candidato a la presidencia de la nación, la banca se cobrará su hipoteca y con creces. ¡Viva la democracia de pacotilla! ¡Viva la oligarquía!.
Para aquellos que tengan la curiosidad de saber como se lo montaron los señores del dinero en la Operación Roca y el batacazo que se pegaron esta descrito en Jaque al Virrey que dejo a continuación. Por cierto, Podemos no financia su campaña electoral con préstamos bancarios que la banca se cobra en especie.
NOTA: El próximo post será pasada las fiestas.
CUANDO ROCA SE QUEDO DE PIEDRA
El proyecto de extender el pujolismo más allá de los límites de Cataluña acabo por ser el mas sonado de los fracasos electorales de cuantos se puedan contabilizar en la etapa democrática. La estrepitosa derrota del Partido Reformista Democrático, debida a la indefinición política que subyacía en la denominada Operación Roca, se intento enmascarar a través de ese recurso multiuso que parece servir para justificarlo todo: el hecho diferencial catalán. La operación de prefabricar un líder y catapultar un partido con la sola fuerza del capital, planeada en el más puro estilo americano, no se vio recompensada con el refrendo de los votos. Por muy abundante que sea, el dinero no lo es todo. En ocasiones prevalecen otros factores que lo neutralizan, como la simple coherencia. Las consecuencias del fracaso de una iniciativa -y más cuando es escandaloso- afectan profundamente a la dignidad de sus promotores. La grandeza de las personas solo puede evaluarse en función de la posición que asumen ante la adversidad.
Cuanto mayor es esta, mayor es la oportunidad de valorar la categoría del individuo o del colectivo de que se trate. Los convergentes fueron los mayores impulsores del reformismo, situando a su número dos al frente de la operación y con Pujol como valedor de la iniciativa. Tras conocer unos resultados electorales que suponían la dilapidación de más de 5.000 millones de pesetas sin haber conseguido un solo escaño, los dirigentes de Convergencia se desmarcan en pleno de la operación. Sin esperar a consensuar y repartir la parte alícuota del fracaso que corresponde a cada cual, como si la hecatombe no fuese propia, Miquel Roca habla en tercera persona de que “ellos ···han de seguir adelante”. El “nosotros” queda reservado para los momentos de gloria. Fue tal el desmarque de los convergentes con respecto a la Operaci0n Roca que los múltiples acreedores radicalizaron en seguida sus exigencias de cobro inmediato, ante la posibilidad de no recuperar las ingentes cantidades que se habían invertido en carteles y páginas de publicidad.
La Operación Roca supuso una hipoteca mas que añadir a esa singular fusión -que no se sabe donde empieza ni donde acaba- de partido, Generalitat, Pujol y Cataluña. La beneficiaria de tal hipoteca era la gran banca: el Banco de Bilbao, el Banco de Vizcaya, Banesto, el Banco Hispano Americano, el Banco Central, el Banco Popular… y también tenían su parte La Caixa de Pensions, el Banco de Sabadell y Banca Catalana. Su montante no era ciertamente escaso: ascendía a 5.900 millones de pesetas. Las garantías del crédito se desintegraron nada más conocerse los resultados electorales. Al PRD apenas le correspondían 12 millones por la subvención oficial del Ministerio del Interior por los 195.115 votos obtenidos., Se preveía conseguir entre 20 y 25 escaños, pero, al devenir las previsiones en utopia y no conseguirse ni tan siquiera uno, las garantías se evaporaron, aunque el compromiso de pago persistía.
La Operación Roca tenía que llevar a la presidencia del gobierno al político que le daba nombre a través de un pacto entre AP, PRD y CiU, formaciones que constituirían un frente común que no permitiera renovar la mayoría absoluta socialista mantenida desde 1982. La operación empezó a estructurarse en el mismo momento en que Felipe González llegó a La Moncloa. Los diez millones de votos conseguidos por los socialistas preocupaban seriamente a la derecha tradicional. Fraga había alcanzado su techo electoral con Alianza Popular, la Unión de Centro Democrático estaba desintegrada y no parecía entreverse una fuerza de oposición que pudiera frenar al socialismo. Sólo Pujol había conseguido mantener su hegemonía, por lo que fue hacia Cataluña hacia donde se dirigieron los cantos de sirena. Roca, a la sazón portavoz de la minoría catalana en el Congreso de Diputados, empezó a recibir propuestas y mensajes que debía hacer llegar al todopoderoso Pujol. Extender los horizontes de poder era uno de los objetivos. Pero a este se debían añadir otros motivos. El experimento podría embarcar a Miquel Roca en un proyecto que le haría relegar a un segundo termino sus aspiraciones de sucesión a la presidencia de la Generalitat. Más tarde, pero dentro de la fase embrionaria del proyecto, aún se añadió otro incentivo: el de poder demostrar a los socialistas, destinatarios de la embestida, el error que supuso su posición ante el caso Banca Catalana.
La operación Roca estaba ya bendecida por la Generalitat, por el partido, por Pujol y por Cataluña. Sin embargo, como sucedía en muchos de los proyectos de Pujol, la indefinición se combinaba con la incoherencia. Miquel Roca participaba en el PRD a titulo personal, sin ninguna representatividad de Convergencia Democrática de Catalunya. El PRD no intervendría en Cataluña, ya que se consideraba representado por CDC. Tampoco lo haría en el País Vasco, donde el PNV tenia su feudo, aunque esta formación política no participase en el proyecto. Las comunidades autónomas eran los ámbitos de referencia. En Galicia los reformistas se apoyaban en Coalición Gallega, en Baleares en Unio Mallorquina, en Extremadura se presentaban junto a Extremadura Unida. La operación era, en definitiva, la exportación del concepto nacionalista catalán al resto de comunidades. Se pretendió incorporar al proyecto reformista al ex presidente del gobierno Adolfo Suarez, pero este decline la invitación. Es más, trato de disuadir a Roca de la operación, ya que la consideraba un fracaso anunciado. Sin embargo, a Miquel Roca las palabras de Suárez le parecieron un intento de eliminar competidores dentro de ese trozo del pastel electoral que representaba la tendencia de centro. Se creía -y este era el canto de sirena compartido por la gran banca- que el espacio de centro aún persistía, y que había sido la desintegración interna de la propia UCD la que había dado lugar a la caída del voto centrista. La Operación Roca siguió sin Suárez. La gran banca, convencida de las opciones del reformismo como partido bisagra que permitiría romper con el bipartidismo aunque tuviera solamente veinte diputados, consideraba que ese resultado podría otorgar la hegemonía suficiente, por lo que no se regatearon créditos.
Ya estaba próximo el que tenia que ser el gran día del reformismo. Las elecciones estaban anunciadas para el 22 de junio de 1986. La maquinaria electoral convergente había dado al PRD toda la asistencia logística y estratégica de la que disponía. Francesc Gordo se hizo cargo de la intendencia, la disposición financiera era sobrada, los estrategas de las campanas electorales de CiU multiplicaron esfuerzos y Joaquín Lorente, el publicista de todas las campañas de la coalición, diseño también la del PRD. No se regatearon medios. Se organizaron más de 1.700 actos electorales en 37 provincias, una verdadera campaña a la americana. Pero todo este despliegue de recursos y esfuerzos no se vio recompensado. Ni tan siquiera un triste escaño que pudiera lucir en la solapa el logotipo del PRD. Frente al fracaso solo quedaron las deudas. La cobarde actitud de los convergentes en la noche electoral sorprendió a propios y extraños. Se desmarcaron descaradamente de la operación. Fue un mazazo, aunque, eso si, anunciado por las encuestas previas, que ya adelantaban el resultado de cero escaños. Con el rostro desencajado y visiblemente afectado, Miquel Roca se dirigió a los medios de comunicación en tercera persona; “A los reformistas les ha ido mal”. Refiriéndose a la coalición, CiU, decía en cambio; “Nosotros hemos tenido éxito”. Pujol ni siquiera hace referencia al desastre. Los acreedores que habían confiado sus trabajos y servicios pendientes de cobro por la garantía, no ya al PRD, que era un producto manufacturado de nueva circulación, sino a Pujol y, por extensión, a Roca, reaccionaron indignados al escuchar atónitos las manifestaciones publicas en el sentido de que el fracaso correspondía a otros. Se desencadeno un pánico generalizado, como si de un hundimiento de la bolsa a pequeña escala se tratara.
A la mañana siguiente, los acreedores hacen cola en el despacho de Roca. Ante la presión a la que es sometido y con el varapalo de los electores del día anterior, la cabeza de la Operación Roca se derrumba. Es Francesc Gordo quien toma el relevo. Las instrucciones de Pujol son concisas: que cobre todo el mundo excepto la banca. Los acreedores son legión en toda España. Las cantidades de mayor cuantía son largamente aplazadas. Bajo ningún concepto debe aparecer en los documentos de reconocimiento de deuda que es Convergencia Democrática de Catalunya la que paga las facturas del PRD. Los créditos de la banca son punto y aparte. Ascienden a casi 4.000 millones. Pero entre los banqueros no cunde el mismo pánico que entre los acreedores ordinarios. El cobro esta asegurado; poco importa que las garantías del crédito sindicado ya no existan y que el PRD no haya conseguido ninguna cuota de poder. Disponen de una garantía mayor; una hipoteca, en sentido figurado, sobre una administración que en aquellas fechas ya moviliza bastante más de medio billón de pesetas.
Los fondos públicos vuelven a ser la medicina que cura todos los males convergentes. El doctor Pujol (no es un sarcasmo: Pujol estudio la carrera de Medicina) solo prescribe una receta, la milagrosa medicina del curalotodo. El mecenazgo de la banca tendrá su rentabilidad. Cobrara hasta la última peseta, aunque no por la vía directa, es decir, depositando en sus entidades dinero contante y sonante. La vía será otra, la indirecta, a través de sus empresas participadas. En el caso del Banco Hispano Americano se conoce la vía de cobro. A una de sus empresas, la constructora Ferrovial, le fue adjudicada la construcción y explotación de la autopista Terrasa-Manresa por decisión personal y directa de Pujol. El proyecto, presentado a ultima hora por Ferrovial, estaba inacabado, no cumplía con los requisitos de la adjudicación v no podía competir con las otras ofertas, por lo que va estaba descartado por los técnicos. Pero Pujol lo resucito. La maniobra de saldar créditos pendientes derivados de la hecatombe de la Operación Roca, sirvió a la vez para realizar una operación de limpieza de deudas convergentes. Apelando al aforismo según el cual no hay mal que por bien no venga, en el mismo saco de las deudas reforrmistas se incluyeron las propias. La cuantía de los créditos era tal que ya no se trataba de cien millones mas o menos. E1 Banco de Bilbao, a través de su empresa participada Papelera Española S.A., limpio la deuda de papel pendiente de pago que tenia por parte del diario convergente, El Correo ,Catalán, por más señas propiedad del propio Pujol. Lo que se desconoce es como se saldo este doble mecenazgo del Banco de Bilbao, aunque, conocida la metodología aplicada en el caso del Banco Hispano Americano, pocas pueden ser las diferencias existentes.