Raymond Hickey, catedrático de la Universidad alemana Duisburg-Essen, cree que para luchar con eficacia contra el terrorismo es necesario aplicar la política del multiculturalismo, que supone una asimilación paulatina de los inmigrantes.
En el Congreso Internacional «Las comunicaciones en la sociedad multicultural» celebrado en la Universidad Nacional de Investigaciones Nucleares MIFI de Moscú, el invitado especial del evento y catedrático de la Universidad alemana Duisburg-Essen, Raymond Hickey, respondió a las preguntas de la corresponsal de RIA Novosti Yulia Ósipova.
-¿Qué observaciones compartió con los colegas rusos durante el Congreso Internacional «Las comunicaciones en la sociedad multicultural» que se celebró en la Universidad Nacional de Investigaciones Nucleares MIFI?
— En el mundo angloparlante las personas viven a menudo situaciones de multiculturalismo. Esto sucede en todos los países oficialmente bilingües, como Canadá, donde el inglés y el francés son cooficiales y en los países multiculturales, como Sudáfrica, que reconocen como oficiales once lenguas a la vez. Cada vez hay más países que a pesar de no tener el inglés como idioma oficial, toman parte activa en la comunicación con los países angloparlantes. Yo me dedico a estudiar cómo funciona el inglés en diversas partes del mundo, qué nicho ocupa dentro de estos países.
– ¿Dónde cree que el inglés ‘se siente’ más cómodo?
— En Canadá viven muchos descendientes de los emigrantes europeos que ya nacieron en el Nuevo Mundo y de hecho, son hablantes nativos de inglés. Por supuesto, su inglés es muy correcto. Si dejamos aparte los países donde el inglés no es lengua materna se podría destacar a Singapur como un lugar donde el nivel del inglés es muy alto.
Sin embargo, la cuestión hoy en día está en que si los que hablan el inglés en estos países tienen como punto de referencia la variante británica o estadounidense, o lo adaptan a las necesidades de su cultura para utilizar como un cómodo vehículo de comunicación en la situación de multiculturalismo.
– ¿Cree en la política del multiculturalismo? Muchos líderes de los países europeos en numerosas ocasiones declararon su fracaso absoluto afirmando que en lugar de que las comunidades convivieran una al lado del otro, el modelo que buscaban era la integración de los inmigrantes en una única sociedad nacional. En el contexto del agravamiento de la situación en torno al extremismo islámico es un tema que cobra una especial relevancia ahora.
– Un ejemplo de extremismo sería si ahora, por ejemplo, Francia excluyera a todos los inmigrantes árabes de la sociedad francesa, esto afectaría a millones de personas. Por diez millones de inmigrantes habrá dos o tres terroristas, aunque es evidente que es suficiente para atemorizar a todo el mundo.Hay que exigir a los servicios secretos y a los militares un trabajo más eficaz: la liquidación física de los terroristas. Aunque esta medida tendrá su efecto a corto plazo, pero no nos dejará a salvo para mucho tiempo.
Si hablamos de la perspectiva a largo plazo habrá que eliminar la propia causa del terrorismo. Es posible hacerlo sólo si los países europeos ponen en marcha el mecanismo de integración. No hay alternativa. No podemos devolver a los inmigrantes a sus tierras. Ya están dentro del país, entonces hay que hacer todo para su paulatina y no forzada integración. Es necesario respetar sus intereses, ofrecerles un espacio para su desarrollo cultural. Tienen que conservar su identidad cultural aunque sea un 50% o menos.
La asimilación no quiere decir que los inmigrantes se convertirán en los auténticos alemanes, franceses o suecos, pero sí los miembros plenos de la sociedad europea. Si los aislamos de esta sociedad el pequeño porcentaje de los extremistas que he mencionado volverá a brotar.Todos los líderes europeos, lo quieran o no, tendrán que trabajar en el marco del multiculturalismo. Los ciudadanos de a pie tendrán que aceptarlo como una realidad inevitable. El mundo moderno es así.
En este sentido, Rusia lo tiene muy asumido ya que desde la época soviética el país se acostumbró al multiculturalismo. Para Francia, Alemania y Gran Bretaña es una situación nueva a la cual que se tienen que adaptar.
– Muchas veces los inmigrantes se aprovechan de los beneficios que les ofrecen los países europeos pero no quieren integrarse, y es otro problema. ¿Qué se podría hacer?
— Hay que buscar el término medio. No creo que se deba permitir a los inmigrantes conserva sus tradiciones al 100%. No se puede admitir que creen comunidades nacionales cerradas en el país cultivando sus propios valores. Pero esta conducta es característica, sobre todo, para la primera generación de los inmigrantes, las posteriores suelen integrarse en mayor medida.
En caso de darse tal situación, ambas partes, tanto los inmigrantes como el país receptor, deberían ir al mutuo encuentro. La solución no será simple. Son necesarios un diálogo constructivo y la comunicación.
– ¿Cuál es su pronóstico a largo plazo con respecto al desarrollo del multiculturalismo en el mundo?
– En Europa hay una ley vigente que estipula: las personas que huyen de la guerra en sus países pueden entrar en los países europeos en calidad de refugiados. Hasta hace poco este estatus lo solicitaban entre 10.000 y 20.000 inmigrantes y Europa no tenía problemas en acoger a estos grupos de refugiados.Este año llegaron a Europa un millón de personas a pie. La mayor parte de ellas son hombres jóvenes. Cada uno de ellos trajo una media de 10 familiares. ¿Qué podemos hacer con esto? ¿Cuánto durará? Europa no podrá dar cabida a millones de inmigrantes, todo tiene sus límites. Es un problema gravísimo cuya solución depende en gran medida de la situación en Siria.
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En esta cuestión, Alemania comprende a Rusia mejor que, por ejemplo, Gran Bretaña. Creo que los alemanes podrán aceptar la postura de los rusos. Es evidente que será más fácil vivir en el mundo si recuperamos las relaciones de socios entre la Unión Europea y Rusia, pero ello todos nos tenemos que tranquilizar y empezar un diálogo constructivo.