La naturaleza suele ser impredecible y maravillosa a la vez. Y en lugares recónditamente escondidos en una cueva de Nueva Zelanda en su oscuridad silenciosa de repente se ilumina gracias a unos simpáticos gusanos bioluminiscentes. MIra tan bello espectaculo encamrcado en el más absoluto silencio y lejanía de las grandes ciudades. Bien podría bautizarse como la Cueva de la Luz.