El tema de los viajes por el universo es muy popular entre los escritores de ciencia ficción y básico para los científicos. ¿Cómo podemos alcanzar la velocidad de la luz?, físicos de la Universidad de California tienen la clave.
«Aquí tenemos un dilema: sabemos cómo llegar a altas velocidades en un laboratorio, lo hacemos todo el tiempo. Pero cuando la cuestión pasa a escala macroscópica y disponemos de los aviones, coches o naves espaciales, nos volvemos muy lentos», comenta el científico Philip Lubin, quien actualmente trabaja en el programa «Precursor interestelar de la Energía Dirigida» (Deep-In, en inglés).
El programa se centra en la idea de usar la tecnología de láser para acelerar las velocidades y reducir el tiempo de los viajes interestelares a una cuestión de poco tiempo.
Esto se podría hacer por medio de propulsión fotónica, una técnica que utiliza luz de láser para impulsar las naves. Ahora el proyecto trata de solo pequeñas sondas, pero luego se puede convertir en un sistema de propulsión para los objetos más grandes, incluso los tripulados.
Hoy en día los cohetes cuentan con propulsores que disparan en dirección opuesta a la que se desea viajar. Su marcha requiere combustible que se lleva a borde y eso, a su vez, añade más carga a las naves.
Dicha propulsión es utilizada por la nave espacial Voyager 1, lanzada en 1977. Tras 38 años, el aparato finalmente salió del Sistema Solar y vuela a una velocidad de unos 61 mil km por hora o menos de 0.006 por ciento de la velocidad de luz.
«Eso sugiere que con la propulsión actual nunca alcanzaremos las estrellas cercanas. En su lugar, debemos aplicar nuevas estrategias radicales», continúa Lubin.
La tecnología láser quitaría el combustible de las naves y las aceleraría en un 26 por ciento de la velocidad de la luz, una velocidad relativa. De este modo, una pequeña sonda espacial podría llegar a Marte en solo 30 minutos. Un viaje a la estrella más cercana, la Alfa Centauri, tomaría unos 20 años.
«No existe ninguna razón conocida por la que no podamos hacer esto», señala el físico.
Además, el mecanismo se podría utilizar para protegernos de los asteroides y la basura espacial.
Sin embargo, si logran construir los propulsores fotónicos, enfrentarían otro problema: no saben frenar a tales velocidades. Así que el proyecto necesita más investigación antes de que se pueda considerar la luz de láser en los programas espaciales.
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Y obviamente estaríamos hablando de sondas, nada de naves tripuladas.