La epigenética estudia los rasgos que se heredan pero que no están codificados en los genes; estos rasgos afectan a la cromatina nuclear, tanto a la metilación del ADN como a ciertas marcas en las histonas que indican cómo se pliega el ADN en los cromosomas. Todas las células de nuestro cuerpo comparten el mismo genoma, pero su epigenoma, que especifica qué genes se expresan, es muy diferente. Muchos rasgos epigenéticos se borran entre generaciones, debido a su reprogramación en las células germinales, pero no todos. El nuevo artículo en Nature muestra que ciertas marcas epigenéticas asociadas a la longevidad son heredadas hasta durante tres generacions en el nemátodo Caenorhabditis elegans. En concreto, ciertas marcas epigenéticas en el complejo H3K4me3 (agregado de tres grupos metilo a la lisina 4 en la cola de la histona H3). Además, se ha observado que la expresión de los genes responsables del borrado y de la reprogramación de estas marcas está controlada por un complejo formado por las enzimas ASH-2, WDR-5 y SET-2 (o sus correspondientes genes). A partir de este estudio se concluye que la manipulación controlada de ciertos modificadores de la cromatina en los padres permite inducir una memoria epigenética de la longevidad en sus descendientes hasta durante tres generaciones (hijos, nietos y bisnietos). Los autores del estudio van más allá y sugieren que las modificaciones del complejo H3K4me3 de los padres podrían afectar a alguna enzima (proteína) o ribozima (ARN) aún no identificada que sean heredados y provoquen los cambios observados en la longevidad. La importancia de este estudio es que el sistema de regulación del complejo H3K4me3 está bien conservado desde los nemátodos hasta los humanos, luego estos resultados podrían tener repercusiones en el estudio de la longevidad en mamíferos (y quizás en humanos). El artículo técnico es Eric L. Greer et al., “Transgenerational epigenetic inheritance of longevity in Caenorhabditis elegans,” Nature, Published online 19 October 2011.