La fauna acuática tiene muchos secretos y los biólogos marinos están en el inicio de hacer pequeños pero significativos descubrimientos que pueden algún día, iluminar otros caminos para una inteligencia superior y una comprensión más profunda de la naturaleza que lo rodea.
A pesar de que los investigadores oceanográficos están abrumados con la abundancia de flora y fauna, un grupo de científicos tuvo la inspiración de elegir a los cefalópodos y tratar de romper su código de ADN.
El pulpo, el calamar y la sepia se engloban en la sub-clase coleoideos de los moluscos, que se caracteriza por una amplia gama de comportamiento y sorprendentes flexibilidad morfológica: ojos como de cámara, cuerpo extremadamente flexible y la más impresionante respuesta camaleónica. Todas esta características se embalan con el sistema nervioso más grande encontrado hasta ahora entre los invertebrados, por lo que los pulpos son los campeones del oscuro universo acuático.
Una de las principales razones que determino al equipo de científicos investigar la base molecular del cerebro del cefalópodo fue su capacidad para adaptarse inmediatamente a las propiedades de la red neuronal que afectan en gran medida la capacidad de la memoria y el aprendizaje. Estas capacidades pueden ofrecer una explicación dentro del genoma que incorpora mecanismos biológicos que permiten a los tejidos alterar rápidamente las proteínas con el fin de cambiar su función.
Junto con el desarrollo de la biología marina y la genética de hoy en día, se han identificado cientos de genes específicos de los cefalópodos, algunas de las cuales muestran el nivel de expresión avanzada en las estructuras orgánicas complejas como la piel, las ventosas y el sistema nervioso.
Para aquellos no familiarizados con el concepto de genoma, se puede pensar en él como un completo conjunto de instrucciones genéticas del organismo que envuelve a toda la información genética necesaria para construir, crecer y evolucionar ese organismo específico.
Sin embargo, el Proyecto Genoma del Pulpo está en una etapa temprana, el logro más importante es el hallazgo de evidencia de reordenamientos genómicos a gran escala, el cual traducido para los no científicos, significa que los pulpos son capaces de remodelar su propio ADN, lo que resulta en una versatilidad sin defectos en cualquier entorno, que es una capacidad decisiva y crucial para los cefalópodos en la carrera por la supervivencia del más apto.
El pulpo tiene una impresionante estructura del genoma, casi tan grande como un ser humano, pero con muchos más genes codificadores de proteínas, alrededor de 33000, en comparación con los nuestro de 25.000 (algunas fuentes dicen que podemos tener incluso menos de lo calculado inicialmente, sólo 14000). Añade 168 neuronas avanzadas que regulan genes (casi el doble que cualquier mamífero) y se obtiene una personificación de inteligencia que nada elegantemente entre las criaturas inferiores que deambulan por los océanos. La red neuronal consta de quinientos millones de neuronas, de los cuales dos tercios se extienden desde la cabeza hasta los brazos prensiles, sin la necesidad de la médula espinal, como vemos en los vertebrados.
Uno de los aspectos más fascinantes relacionadas con el sistema nervioso es que si es desmembrado un brazo, todavía puede ejecutar tareas cognitivas, como si desarrollara un sistema nervioso auto-dependiente en cada brazo. Esta característica única nos ha dado un ejemplo de la extrema ingeniería biológica.
Para aclarar el misterio detrás de su rápido comportamiento camaleónico, los científicos han identificado seis genes de proteínas llamadas “Reflectinas” que influyen en la forma en que la luz se refleja en la piel del pulpo, que muestra diversas texturas, patrón o brillo.
Los descubrimientos corresponden a los investigadores de la Universidad de Chicago, EE.UU., quien llevó a cabo el Proyecto Genoma del Pulpo con un miembro del pulpo de dos punto de California para el análisis inicial. En el mismo periodo, un proyecto similar tuvo lugar en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa en Japón, ambos grupos de investigación con el objetivo de descomponer el genoma. Por suerte, los dos equipos unieron su base de conocimientos para un apoyo mutuo en la investigación que se centra en la estructura del ADN de los cefalópodos que giraban en torno a la secuencia del primer genoma, que revelan resultados sorprendentes.
En el informe científico concluyeron que los pulpos comparten genes alienígenas que han sido algo como un temblor de tierra en el mundo científico que causó una conmoción entre los biólogos marinos que se sorprendieron e intrigaron al mismo tiempo, por el hecho de que aparentemente hemos tenido debajo de nuestra propia nariz todo el tiempo un enlace a los mayores misterios de la humanidad en el campo de la ciencia.
Los pulpos son alienígenas, o al menos su bagaje genético lo es. Este titular no es algo que se ve todos los días en el mundo de la ciencia. Después de la liberación de la publicidad de dichas declaraciones, los medios de comunicación crearon una expectación en torno al tema que requiere una aclaración a fondo, en un nivel más profundo, con el fin de eliminar cualquier confusión.