http://www.bbc.com/mundo/noticias-37034498
Jole, de 89 años, y su marido Michele, de 94, llevan casados desde hace 70 años y como muchos ancianos en Roma (Italia), viven sin asistencia.
Hace unos días, alertados por los gritos y llantos desconsolados de la pareja, sus vecinos llamaron a la policía para que acudiera a investigar qué sucedía en su apartamento.
Cuando llegaron, sin embargo, los policías no hallaron indicio de ningún crimenni nadie a quien arrestar.
Sólo encontraron a dos ancianos derrotados por la soledad.
La vida de Jole y Michele nunca es fácil, pero el verano es especialmente duro, porque la ciudad se vacía y sus vecinos se van vacaciones.
Como tantas otras noches calurosas de verano, Jole había encendido la televisión, la única compañía que hoy tienen estos dos ancianos, a quienes nadie visita.
Habían perdido la esperanza
Pero esta noche en particular, Jole no pudo seguir viendo el televisor, abrumadapor las tristes noticias sobre la guerra, unos atentados terroristas, unos niños abusados en una guardería…
Cuando los cuatro policías hablaron con los ancianos, enseguida se dieron cuenta de que no se trataba de un robo o una estafa, crímenes comunes que sufren los ancianos. El único crimen aquí era haberse hecho viejos en soledad.
«A veces la soledad se transforma en llanto. Es como una tormenta de verano. Llega de repente y te arrolla. Y cuando la soledad se convierte en un peso en el corazón, puede suceder que se pierda la esperanza, como ha pasado ahora», explicó la Jefatura de Policía de Roma en un emotivo comunicado sobre el caso.
Ser hombres en vez de policías
Los policías miraron a su alrededor un cúmulo de recuerdos de toda una vida, pero invadidos por la soledad; una soledad que quedaba resumida en tres tristes uvas colgando de un racimo en descomposición en el frutero del comedor y un vacío refrigerador.
Así que mientras esperaban a la ambulancia para verificar que la pareja estaba bien, los policías pidieron permiso para abrir su despensa e improvisaron una pequeña cena «en familia».
Un plato de pasta con mantequilla y queso.
No hubo arrestos que realizar
El agente Andrea se puso a cocinar mientras los otros policías – Alessandro, Ernesto y Mirko – entretenían a los ancianos.
Y así, no hubo partes que rellenar, ni multas que poner, ni arrestos que realizar.
Sólo un plato de pasta que cocinar y dos ancianos a los que acompañar.
- El policía que se lleva a drogadictos y a sin techo a su casa y los ayuda a encontrar a sus familias
Personas de diferentes países han dejado miles de mensajes en la página Facebook de la Jefatura de Policía de Roma con cariñosos mensajes para los ancianos y los cuatro policías que les ayudaron.
También hay quienes se han ofrecido a escribir cartas a Joel y Michele, incluso desde remotas partes del mundo, para que no vuelvan a sentirse solos.
Felicitaciones a estos policías de tan gran corazón, siempre es bueno visitar a los ancianos q viven solos, ellos se ponen muy felices.
Millones de gracias a estos policías, en nombre de los tantos ancianos que seguramente están padeciendo la misma situación. Ojalá hubiera un medio para escribirle a estos ancianos italianos y así empezar una cruzada para combatir esa terrible situación. Hay que recordar que para allá vamos todos, si Dios así lo permite.