por OM OD
El enigma de la megaestructura alienígena continúa: la estrella se desvanece sin explicación.
En otoño el pasado año, el telescopio espacial Kepler encontró una estrella con un comportamiento realmente extraño. Su brillo titilaba de forma aleatoria, como si varios objetos de diferente tamaño pasaran por delante de ella. Cuánto más estudian los astrónomos el fenómeno, menos explicación tiene. ahora, un nuevo estudio confirma que su brillo general también se está apagando.
KIC 8462852, también conocida como la estrella de Tabby, fue localizada por primera vez con el telescopio espacial Kepler el pasado mes de septiembre de 2015. En principio es una estrella ordinaria de tipo F (algo más cálida que nuestro sol), pero tiene una anomalía que pronto llamó la atención de los astrónomos. Durante 4 años, la luz de la estrella titiló de manera intermitente e inconsistente con cualquier tipo de fenómeno astronómico conocido.
Cuando vemos una estrella titilar, es porque algún objeto pasa frente a ella oscureciendo su brillo. Esa es precisamente la manera que tenemos de detectar exoplanetas. Sin embargo, cuando es un planeta lo que hace titilar la estrella la manera de tiitilar es regular y se corresponde con la órbita y la masa del planeta. En este caso los cambios en el brillo son completamente aleatorios. Las explicaciones para ese comportamiento van desde un grupo de cometas, a un oscurecimiento gravitacional. Sin embargo, hay una tercera explicación que es la que mantiene en vilo a los entusiastas del fenómeno ovni. Según esta explicación, el oscurecimiento podría deberse a megaestructuras alienígenas.
En pocas palabras, que alguna civilización desconocida está construyendo una estructura descomunal alrededor de KIC 8462852 (algo como la megaestructura hipotética que conocemos como Esfera de Dyson) y eso es lo que está afectando a su brillo. Huelga decir que ninguna de estas hipótesis ha sido confirmada aún, y que la esfera de dyson es un concepto completamente hipotético.
Lo realmente misterioso de la estrella de Tabby es que no es solo que su brillo titile, sino que cada vez es menor. Poco después de encontrar la estrella, el astrónomo Bradley Schaefer de la Louisiana State University, analizó placas fotográficas del siglo XIX y encontró que el brillo de la estrella ha descendido un 19% desde entonces. Sus resultados fueron objeto de duras críticas y el resto de la comunidad desechó el estudio como un error de análisis.
Pero quizá Schaefer no andaba tan descaminado. Un nuevo estudio viene a confirmar y ampliar las conclusiones del astrónomo. El brillo de KIC 8462852 no solo está decreciendo paulatinamente, sino que lo hace a un ritmo que desafía toda explicación.
El astrónomo del Instituto Caltech Ben Montet y Joshua Simon, del Instituto Carnegie, han realizado un nuevo análisis fotométrico basado en los datos del telescopio espacial Kepler. A lo largo de cuatro años, el brillo de la estrella ha disminuido un 3%, es una cifra totalmente anormal y que no tiene precedente en otras estrellas. Ademas, lo hace a un ritmo irregular. Los primeros días de campaña de Kepler, su brillo se redujo un 0,34%. En los 200 días siguientes de repente se desplomó un 2% más.
Astrónomos escépticos con la idea de la megaestructura alienígena como Keivan Stassun, del instituto Vanderbilt conceden mérito a los resultados pero insisten en que puede explicarse mediante una combinación de factores naturales .
De momento, sin embargo, no hay ninguna hipótesis astrofísica que explique de forma satisfactoria las extrañas fluctuaciones de KIC 8462852. La astronóma que descubrió la estrella, Tabby Boyajian, logró recaudar el suficiente dinero en Kickstarter como para observarla durante todo un año desde el observatorio Las Cumbres Observatory Global Telescope Network. Los datos de esa investigación serán cruciales para determinar qué le pasa exactamente a la estrella y si realmente existe alguna posibilidad de que la explicación de sus cambios sea la menos plausible de todas, que alguien está construyendo a su alrededor. [vía Arxiv] Gizmodo
Hipótesis para dar y regalar, pero los científicos no tienen ni idea.