El núcleo de la Europa continental demuestra que no está dispuesta a seguir a los Estados Unidos en la escalada del conflicto con Rusia. Europa quiere mantener su propia subjetividad y construir relaciones de amistad con Rusia. El hecho de que los líderes de Francia y Alemania, que anteriormente dieron su apoyo a las iniciativas anti-rusas, estén ahora tratando de moderar el ardor estadounidense, muestra que el asunto va en serio, y que los lideres estadounidenses están dando unos pasos verdaderamente peligrosos que amenazan incluso con un conflicto militar. Tanto los franceses como los alemanes, no quieren estar involucrados en esta guerra. La firma del acuerdo transatlántico va a subyugar aún más a la UE ante los Estados Unidos.