Finalmente han perdido la batalla. Tendrán que admitir que no pueden continuar imprimiendo billetes e invadiendo soberanías, para pagar lo que no se puede pagar.
Los países que logren salir del esquema serán afortunados.
Recuperaran su total soberanía para actuar por sus intereses, fuera de los intereses de los dictadores.
La globalización de la economía no es posible. El sistema capitalista basado en la depredación constante de los recursos, personas e individuos ha terminado.
Un nuevo modelo de economía, respetuosa con el planeta y que tenga como objetivos la distribución equitativa de la riqueza en el planeta tiene que imponerse.
Representantes de Francia y Alemania han discutido planes para revisar la estructura de la Unión Europea (UE), y la Zona Euro, según fuentes oficiales de la Unión han comunicado a la agencia Reuters.
«Francia y Alemania han estado manteniendo intensas negociaciones a todos los niveles sobre este asunto” ha informado anónimamente una fuente oficial de la UE.
Necesitamos establecer qué países no quieren formar parte y cuáles no pueden
«Necesitamos ser muy cautos y establecer qué países no quieren formar parte de este club y qué otros países simplemente no pueden formar parte», afirmó.
El presidente francés Nicolas Sarkozy ya dio algunas muestras de este pensamiento durante un discurso a estudiantes en Estrasburgo el martes, cuando dijo que “una Europa a dos velocidades” es el único modelo para el futuro.
Las discusiones en París, Berlín y Bruselas contemplan la posibilidad de que uno o más países abandonen la eurozona mientras el núcleo duro restante se concentra en una integración económica más intensa, incluyendo la política fiscal y de impuestos.
Ningún proyecto en curso
Según la fuente oficial de la UE, los cambios que se están estudiando se han discutido a nivel teórico, pero todavía no han pasado a un ámbito técnico.
De hecho, un portavoz del Ministerio galo de Economía ha negado que haya ningún proyecto en curso que tenga previsto reducir el tamaño de la eurozona o alterar la estructura de sus miembros.
“No ha habido conversaciones entre las autoridades de Francia y Alemania para disminuir el tamaño de la eurozona” ha dicho.
En Berlín, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso advirtió sobre los costes económicos de cualquier división en la UE. «El PIB de Alemania podría contraerse y su economía podría perder un millón de empleos», según afirmó en un discurso.
Barroso dijo que cualquier movimiento en dirección a una integración de la política económica no debería pagar el precio de nuevas divisiones entre los miembros de la EU.
“No habrá paz y prosperidad en el norte o en el oeste de Europa sin paz y prosperidad en el sur y en el este”, afirmó.
El precedente de Grecia
En cierto modo el tabú de un país abandonando el bloque de 17 miembros de la eurozona ya se rompió en la reunión del G20 en Cannes la semana pasada, cuando la Canciller alemana y Sarkozy sugirieron que Grecia debería valorar su salida de la Zona Euro para preservar la estabilidad.
Las últimas conversaciones han caminado en dirección a una revaluación del proyecto del Euro, incluyendo qué países podrán conseguir que sea estable, antes de una eventual ruptura por causa de la crisis.
Se trataría en gran medida de perfilar el bloque del euro en torno a sus líneas originales: unas economías fuertes e integradas que comparten una moneda, como era antes de que países como Grecia entrasen a formar parte.
Según fuentes del gobierno alemán, menos países compondrían la zona euro, sin especificar cuáles podrían ser los países que dejarían de formar parte.
«No conseguiremos tomar decisiones difíciles en Europa tal y como está ahora», ha dicho refiriéndose al proceso de toma de decisiones, complejo y lento. «No podemos ser un país, un voto».
En Berlin, Merkel ha reiterado su propuesta de cambios en el Tratado de la Unión, diciendo que la situación requiere una rápida reacción.