El eurodiputado del Partido por la Independencia del Reino Unido Steven Woolfe, cuya imagen tirado en el suelo dio la vuelta al mundo tras un altercado con un compañero de filas en la Eurocámara, ha anunciado que abandona toda intención de liderar el UKIP y que dejará el partido que lideró la campaña a favor del Brexit.
En una entrevista concedida a la BBC, Woolfe asegura que se va con gran tristeza y asegura que “algo estaba podrido “ en el partido. En la misma entrevista, Woolfe asegura que su compañero, Mike Hookem, le dio un golpe en la cara tras una acalorada discusión del grupo parlamentario, aunque no precisa si le dio con el puño cerrado o con la palma. Hookem solo ha reconocido “un forcejeo” y el partido ha definido lo sucedido “como altercado”.
El caso es que Woolfe acabó ingresado en un hospital, donde pocos líderes del partido se interesaron por su situación, según ha reconocido él mismo.
Woolfe asegura que el partido está muy dividido e incluso da a entender que está en “una espiral de muerte”. “Creo que a menos que alguien se enfrente rápidamente a los problemas que tenemos veremos la pérdida de algo que creo que no se debe perder”, concluye.
Woolfe trató de convertirse en sucesor de Farage cuando este renunció al cargo. Sin embargo, Woolfe presentó tarde la documentación necesaria (exactamente, 17 minutos fuera de plazo) y su candidatura fue rechazada. La elegida fue Diane James, que presentó su dimisión 18 días después, alegando “falta de autoridad y escasos apoyo de sus colegas”.
Woolfe había anunciado después del suceso que pensaba volver a intentar hacerse con los mandos del UKIP.