Un individuo de la cueva de Shanidar con importantes lesiones alcanzó los 40 años de edad gracias al cuidado de sus congéneres
Este tipo de estudios nos pone cara a cara con lo que somos, el ver rasgos de humanidad en otras especies de homónimos ya extintas nos produce una extraña sensación de asombro y reconocimiento al mismo tiempo. No se trata del primer caso constatado de cuidados entre neandertales para ayudar a individuos con lesiones, pero el caso de Shanidar 1 es uno de esos asombrosos instantes fosilizados en el tiempo.
Los restos de Shanidar 1, un individuo neandertal que vivió y murió en el entorno de la cueva de Shanidar (Kurdistán irakí) hace unos 50.000 años, nos brindan un nuevo caso de cuidados a personas con minusvalías entre neandertales.
Sus huesos fosilizados fueron hallados en 1957, y ya tras su aparición fue posible documentar que había sufrido severas lesiones durante su vida, pero un reciente estudio publicado en Plos Once por el equipo del profesor de Antropología en la Universidad de Washington en St. Louis Erik Trinkaus.
Shanidar 1 presenta una numerosa colección de patologías, como un fuerte golpe en un lateral del rostro, roturas óseas y la pérdida del brazo derecho a la altura del codo, lesiones en la pierna derecha, todo ello complementado con una enfermedad degenerativa.
Ahora, el estudio detallado de los canales auditivos añade a todas estas dolencias crecimientos óseos que provocaron una pérdida de audición severa.
Ahora, el estudio detallado de los canales auditivos añade a todas estas dolencias crecimientos óseos que provocaron una pérdida de audición severa.
Esta lesión en especial habría provocado a este individuo una situación especialmente vulnerable dentro del modo de vida de estos grupos del Pleistoceno. Sin embargo, Shanidar 1 alcanzó a vivir unos 40 años de edad, lo que necesariamente implica la cooperación y los cuidados por parte del grupo neandertal con el que convivió.
Trinkaus ha declarado que «su sordera lo habría hecho presa fácil de los omnipresentes carnívoros de su entorno y dependía de otros miembros de su grupo social para sobrevivir».
Trinkaus ha declarado que «su sordera lo habría hecho presa fácil de los omnipresentes carnívoros de su entorno y dependía de otros miembros de su grupo social para sobrevivir».
http://arqueologiaenred.paleorama.es/2017/10/nueva-evidencia-de-cuidados-entre.html