La NASA reveló esta semana que 12 horas después que su equipo emitió la alerta de un asteroide cercano a nuestro planeta, con riesgo de impacto, la roca efectivamente ingresó a nuestra atmósfera. Afortunadamente era pequeña y se desintegró como una bola de fuego.
Esto significa que frente a un asteroide no previsto que sea un poco más grande y destructivo, los astrónomos tendrían quizás sólo medio día para calcular la trayectoria exacta y dar con el posible sitio de impacto. Solo entonces podrán dar aviso a la población.
Cuando un detector de rayos de un satélite meteorológico estadounidense GOES detectó a primera hora de la tarde del 22 de junio un destello diferente a lo normal el sábado pasado, que parecía ser un bólido, Davide Farnocchia, un científico del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra del Laboratorio en Pasadena, California, decidió investigar.
Farnocchia se recordó que horas antes el recibió una alerta automática de un pequeño asteroide de cinco metros pasando cerca de nuestro planeta. Supuso que era el culpable del destello, dijo la NASA.
La NASA tiene un sistema de detectar y rastrear objetos cercanos que puedan ser un riego, pero este asteroide demasiado pequeño no fue motivo de dar aviso a la población.
El evento en todo caso “presentó una oportunidad ideal para que los equipos de defensa planetaria de la NASA probaran su participación en el sistema de alerta”, escribió la agencia espacial el 27 de junio.
El asteroide de cinco metros, designado como 2019 MO, fue detectado a las 9:45 UTC del sábado 22 de junio por la Universidad de Hawai usando el Telescopio de encuesta ATLAS en Maunaloa, Hawai.
Se encontraba a unos 500.000 kilómetros de la Tierra, la primera vez que se vio, algo más lejos que la órbita de nuestra Luna, cuya órbita es a unos 380.000 km de nuestro planeta.
“Esto fue el equivalente a detectar algo del tamaño de un mosquito desde una distancia de 500 kilómetros·, destacó la NASA.
ATLAS registró cuatro posiciones del asteroide 2019 MO a diferentes tiempos, que fueron anotadas en el Centro de Planetas Menores financiado por la NASA donde se evaluaron de inmediato por un software automatizado que analiza las posibilidades de impacto, llamado Scout.
“Scout identificó rápidamente un posible impacto. Las observaciones eran demasiado escasas para proporcionar certeza, pero mostraron que el tamaño sería demasiado pequeño para ser una preocupación”, dijo Farnocchia.
Además observó que los datos del pequeño y nuevo asteroide aún no eran concluyentes: el cuerpo había sido visto solo cuatro veces en poco menos de media hora por Atlas, lo que no era suficiente información para determinar de dónde venía o exactamente hacia dónde llegaría.
Afortunadamente, el telescopio de inspección Pan-STARRS 2, financiado por la NASA, en Maui, Hawái, había fotografiado la parte del cielo donde el pequeño asteroide podría haber sido visible un par de horas antes.
“Con estas observaciones adicionales, se calculó una trayectoria más precisa para el asteroide y se resolvió el enigma: el objeto que impactó la atmósfera sobre el Caribe fue el asteroide detectado por ATLAS solo 12 horas antes y marcado por Scout”, dijo el astrónomo.
El impacto del Asteroide 2019 MO ya fue confirmado por infrasonidos internacionales y otros sensores del gobierno de Estados Unidos y se ha agregado al Mapa de bola de fuego del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra.
“Los asteroides de este tamaño son mucho más pequeños de lo que tenemos que rastrear”, dijo la NASA.
“Son tan pequeños -concluyó-que no sobreviven al pasar a través de nuestra atmósfera para causar daños a la superficie de la Tierra. Pero este evento muestra cuán capaces son nuestros programas de búsqueda, incluso para objetos de tamaños tan pequeños”.
Un asteroide no previsto un poco más grande, de unos 16 metros, fue en cambio el que causó cerca de 1500 heridos en Cheliabinsk, Rusia el 15 de febrero de 2013.