Yusuf Fernández.— El Ejército sirio ha entrado en el Este del Éufrates y ha recuperado el control de la mayor parte de los campos de petróleo situados en esta zona, con una producción de 400.000 barriles diarios, después de la retirada de las fuerzas estadounidenses de la región, y ha establecido su control sobre las ciudades de Manbij, Raqqa, Tal Tamr y Ain al Arab (Kobané) de manos de las Fuerzas Democráticas Sirias. La rapidez y velocidad con que el Ejército sirio se ha desplegado en la frontera obedece a un plan preciso que se implementó tras la puesta en marcha de la ofensiva turca.
Además de impedir la mayor expansión de las fuerzas turcas dentro de Siria, el Ejército sirio cruzó el Río Éufrates desde la ciudad de Manbij, en la orilla oeste del río, hacia la ciudad de Ain al Arab donde entró por primera vez en años, desplegándose así justo en la frontera con Turquía. También se desplegó en Al Malikiyah, en el extremo noreste de la frontera creando así una franja fronteriza en poder del Ejército. Esto se produjo poco después de que las fuerzas estadounidenses evacuaran todas las bases y cuarteles generales cerca de Manbij y Ain al Arab.
El acuerdo entre los kurdos y Damasco ha cambiado la perspectiva de la operación turca y ha sido suficiente para trastocar las ecuaciones y los equilibrios. El despliegue del Ejército sirio en la frontera ha sido suficiente para proteger el territorio sirio y probablemente llevará a Turquía a frenar su ofensiva en las zonas donde aquel se encuentre.
En el plano político, el acuerdo llevará a los kurdos a corregir los dos errores que habían cometido en los últimos meses: uno era las demandas excesivas hacia Damasco y el segundo su confianza en los norteamericanos para protegerlos. Hace más de un año que Trump anunció su decisión de retirarse de Siria y esto debería haber sido un aviso para los kurdos, pero no lo tomaron como tal. La ofensiva turca ha puesto a los kurdos en una posición muy difícil, que podría llevar a su aniquilación a manos de un enemigo que ha movilizado a la opinión publica turca durante años contra las organizaciones terroristas kurdas. Fuentes turcas hablan de al menos 700 combatientes kurdos muertos, una cifra muy alta.
Los kurdos ahora y por primera vez han hecho la elección correcta: dar prioridad a su supervivencia por encima de cualquier proyecto separatista. El despliegue del Ejército sirio en la orilla este del Río Éufrates, su captura de algunos importantes campos petrolíferos y de varias ciudades clave ha hecho imposible en la práctica la creación de una entidad separada de Siria. Y esto no va a cambiar.
Erdogan ahora dependerá de Rusia para salir de la complicada trampa donde ha caído. Él probablemente podrá entrar a una cierta distancia en territorio sirio para salvar la cara mientras acepta la presencia del Ejército sirio en la frontera. Pero Erdogan verá también evaporarse su sueño neo-otomano de controlar partes de Siria. La decisión de Erdogan de visitar a Putin próximamente para tratar el tema de su ofensiva en Siria muestra que Rusia ostenta ahora la posición más favorable con el fin de lograr una solución a la crisis.
Los medios turcos han señalado que Erdogan ha sido involuntariamente un gran favorecedor del presidente sirio, Bashar al Assad, ya que gracias a su ofensiva ha permitido al Ejército sirio entrar en numerosas ciudades del noreste de Siria que estaban en poder de las Fuerzas Democráticas Sirias, y ejercer de facto la soberanía siria sobre estos territorios.
Por contra, dentro de Turquía el plan militar de Erdogan está siendo ampliamente criticado y la oposición pide de manera creciente la apertura de relaciones con Damasco con el fin de conjurar esta nueva crisis, que ha llevado a Turquía a un nivel sin precedentes de aislamiento exterior.
Cómo la operación turca en Siria se convirtió en una victoria para Damasco.