Arvo Pärt es indudablemente uno de los más grandes artistas de nuestra época. Es normalmente el compositor vivo que más es tocado en el mundo en las grandes salas de concierto. Pärt es creador de su propio estilo de composición conocido como Tintinnabulii, en el que combina dos voces, con una toca en arpegio la tríada tónica y con la segunda se desplaza por la escala diatónica. En sus propias palabras:
Tintinnabuli es la conexión matemáticamente exacta de una línea a otra… Tintinnabuli es la regla que convierte la melodía y el acompañamiento…en uno. Uno más uno, es uno – no es dos. Este es el secreto de esta técnica
En su música el compositor estonio nos coloca en otro tiempo, en el tiempo de la contemplación, quizá incluso nos permite vislumbrar lo atemporal. A sus 84 años, enamorado del arte,de la divinidad y del silencio, Pärt es una de las grandes luces espirituales que existen en la cultura contemporánea.
En una entrevista reciente Pärt habló del COVID-19 y dijo que este evento nos muestra «a través del dolor que somos un único organismo y que la existencia humana sólo es posible en relación con otras personas. La noción de ‘relación’ debe de ser entendida como una máxima, como la habilidad de amar. Este es el más alto estándar, quizá demasiado alto para el ser humano.»
Pärt señaló que el evento nos obliga hacer «sacrificios y reducir nuestras vidas. Es como un mega-ayuno para todo el mundo. Todas las culturas conocen los beneficios y el impacto del ayuno. La situación actual de autorrestricción nos concierne a todos».
Este momento ayuno es la posibilidad de encontrar el espacio de silencio y acercarnos a aquello que es más esencial. De este proceso, señala Pärt, podrán surgir frutos, los cuales, sin embargo, sólo se revelarán con el tiempo. «En cierta forma, el Coronavirus nos ha regersado al primer grado de la escuela. Sólo una vez que pasemos este examen podremos pensar en nuevas etapas. Es un proceso largo».
Part ve claramente un proceso de recogimiento que necesita convertirse en aprendizaje para transformar nuestra relación con los demás y con el planeta. «Claramente no hemos sabido cómp manejar nuestra libertad apropiadamente. La penalización puede ser dolorosa.» Según el compositor estonio, quien sufrió del exilio en la época soviética: «la crisis actual no exentará a nadie. En un estado de emergencia todos prueban su verdadero ‘valor’, el cual no puede seguir ocultándose.
Sólo queda agregar que la música es una forma de salud y una forma de estar sanos es sentir la belleza del mundo a través de la cual se forma esa relación que Pärt exalta, la sensación de comunión y pertenencia. La música de Arvo Pärt es parte de esta madeja divina que hace posible percibir la unidad.