Irán ha empezado construir un nuevo complejo atómico, a pesar de las sanciones contra el país que están imponiendo las potencias occidentales.
El miembro de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior, Majlis Avaz Heidarpour, afirma, que el complejo, que se está construyendo en la provincia central Isfahán, tiene solamente “fines civiles” y se pondrá en marcha durante los próximos tres años.
EE. UU. y sus aliados sospechan que Irán ha creado armas atómicas de forma encubierta, acogiéndose al programa Átomos para la paz. Teherán ha rechazado todas estas afirmaciones, tildándolas de falsas y «sin fundamento». El Gobierno iraní insiste en que su programa nuclear está destinado exclusivamente a satisfacer las necesidades energéticas del país.
EE. UU., después de Gran Bretaña y Canadá, anunció nuevas sanciones financieras y energéticas contra Irán para acabar con las supuestas ambiciones del país islámico en el sector atómico.
Las sanciones se aplicarán contra cualquier persona que proporcione mercancías, servicios, tecnología o apoyo a la industria petroquímica de Irán. Esas medidas también se aplicarán al sector del petróleo y el gas. El Banco Central de Irán fue calificado de «área de máxima preocupación» por lavado de dinero. Además, el Gobierno de EE. UU. introdujo sanciones contra 11 individuos y entidades del mundo por «ayudar a los programas nucleares prohibidos de Irán», incluido el enriquecimiento de uranio y sus programas de agua pesada.
«Las sanciones son un juego en el que todos pierden. Si no invierten en nuestros proyectos petroleros, perderán un mercado muy atractivo», opina el ministro de Comercio iraní, Mehdi Gazanfari, en una rueda de prensa en Teherán.
Rusia considera el endurecimiento de las sanciones decididas de manera unilateral por EE. UU. contra Irán como una medida inaceptable y contraria a la ley internacional.
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