De alguna manera, en nuestro día a día, tendemos a identificarnos con muchos pensamientos diferentes. Pero cuando somos capaces de comprender la conciencia última, podemos elevarnos por encima de estos conceptos. Hay un hermoso ejemplo que se da en las enseñanzas budistas: namkha tabu , que significa que la mente es como un cielo y todos los pensamientos son como nubes. También hay otra metáfora: la mente es como el océano y los pensamientos son como las olas.
Cuando lleguemos a ese nivel de comprensión, no nos identificaremos con todos los diferentes pensamientos. Cuando no somos conscientes de nuestra conciencia, lo que sucede es que nos identificamos con las diferentes concepciones por las que pasamos, como las emociones. Cuando nos sentimos tristes, identificamos todo nuestro ser con la tristeza. Y como nos permitimos asumir esa identidad ( estoy triste ), entonces tenemos pocos sentimientos de alegría. Cuando ponemos todo nuestro ser en alegría, decimos: «Soy feliz». Cuando nos sentimos enojados, ¿cómo nos identificamos realmente? Nos identificamos como “ estoy enojado”,» ¿bien? Cuando esto sucede no estamos dejando que nuestra mente sea como el cielo. Inmediatamente nos dejamos llevar por estas diferentes concepciones, emociones y cosas que sentimos y pensamos. Entonces eso es lo que sucede cuando no entendemos o cuando no alcanzamos ese nivel de ser conscientes de la conciencia.
Cuando realmente entendamos cómo somos conscientes de nuestra conciencia, entonces entenderemos cómo nuestra mente es como el cielo. Y si empezamos a comprender cuán espaciosa y abierta es nuestra conciencia, entonces de alguna manera superaremos esa concepción. Por eso es muy importante comprender la conciencia. Muchas veces, cuando practicamos meditación, muchas personas intentan practicarla moldeando o entrenando su concentración.
La gente piensa que la meditación consiste simplemente en entrenar su atención, centrarse en un objeto y luego permanecer centrado en ese objeto durante más tiempo; piensan que eso es meditación. Sí, esa es una parte de la meditación, pero tiene que ir más allá. Para poder ir más allá de eso, este método de ser consciente de la conciencia es muy necesario.
Cuando te elevas por encima de la conciencia, cuando ni siquiera te identificas con tu conciencia, te elevas por encima de tu mente y tus pensamientos. Cuando estés en ese estado de ser consciente de la conciencia (ser como el cielo), eso te ayudará a sentirte más espacioso y abierto. Eso es libertad. Hay una gran libertad en eso: no te sentirás atrapado en muchas partes diferentes que surgen en tu vida diaria.
Este método de permitirse ser consciente de la conciencia es una enseñanza muy profunda que fue dada por el Buda Shakyamuni y luego llevada al Tíbet. Para expresar esta enseñanza en un lenguaje sencillo que todos puedan entender: simplemente deja que tu mente esté abierta como el cielo. Sólo practica eso. Deja que tu mente esté abierta como el cielo y luego deja que todos los pensamientos floten libremente como nubes. Permítete permanecer en ese estado y entonces realmente experimentarás ser consciente de la consciencia en tu vida diaria.
No necesitas ninguna formación filosófica o religiosa específica. Personalmente, he descubierto que estar consciente en mi vida diaria es muy útil porque cuando surgen situaciones, en lugar de dejarme llevar o arrastrar a la situación, simplemente salgo de ella. Puedes simplemente sacar tu mente de la situación y dejar que sea como un cielo, mirando la situación desde arriba, no desde abajo.
Si te dejas estar por debajo de la situación, entonces lo que sucede es que acercamos tanto la situación y estamos por debajo de ella. Es como si tuvieras una pequeña piedra en la mano y la acercaras tanto a tus ojos que te sientes como si estuvieras debajo de una gran roca enorme, cuando en realidad es solo una pequeña roca. Es sólo perspectiva. Tendemos a mirar la situación desde abajo y tan de cerca que la exageramos, y luego la hacemos tan grande. Entonces pensamos: “ Esto es mi vida; Estoy simplemente destrozado por esto ”. En realidad, si lo miras desde arriba, no es gran cosa. Es sólo una pequeña roca. Eso es conciencia abierta.