La memoria dependiente del estado: trauma, hipnosis y técnicas para mejorar tu rendimiento

La memoria dependiente del estado es un fascinante fenómeno psicológico y neural que plantea que la capacidad de recordar una experiencia está intrínsecamente ligada al contexto en el que esta fue inicialmente codificada. Este concepto sugiere que nuestra personalidad, en esencia una amalgama de recuerdos, está profundamente influenciada por las condiciones bajo las cuales esos recuerdos se formaron.

La idea, que encuentra resonancia en las palabras de Platón, «Aprender sólo es recordar», se expande en la noción de que no somos más que una colección de memorias y los estados mentales asociados a ellas. La interacción entre nuestras experiencias actuales y las pasadas es lo que configura nuestro ser en el presente. Es decir, la música que escuchamos, los alimentos que consumimos, las personas con quienes interactuamos, todos estos elementos se entrelazan con nuestras experiencias previas para moldear quiénes somos en un momento dado.

Este fenómeno se hace evidente en situaciones cotidianas, como el recuerdo de eventos pasados que surgen únicamente bajo condiciones específicas, como estar bajo la influencia del alcohol o en presencia de ciertas personas. Estos recuerdos están vinculados a un «neurosello» único, marcado por un cóctel específico de neurotransmisores en el momento de su formación. Como se dice en inglés «neurons that fire together, wire together». La réplica o aproximación de este estado mental específico es crucial para el acceso a dichos recuerdos.

La memoria, su evocación e implementación de un estado mental relacionado, depende de las condiciones en las que se formó. Al formarse, la memoria cobra una especie de neurosello distintivo, un «cóctel de neurortransmisores de la casa», los cuales forman un vínculo con el evento que los activo.

Normalmente en la formación de la memoria el patrón específico de excitación presente en el cerebro en el momento del aprendizaje se vuelve un componente integral de la información almacenada. La representación neural de este patrón específico de excitación depende del patrón de actividad generado por los sistemas de acetilcolina, catecolamina y serotonina. Es este estado idiosincrático de patrón cerebral único, presente en el momento de la formación de la memoria, que debe de ser reproducido, o al menos aproximado, en el momento del recuerdo para que la información almacenada sea elaborada.(Zornetzner, S.F.)

Los terapeutas e hipnotistas Milton Erikson y Ernest Lawrence Rossi, autoridades en la investigación de la «memoria dependiente del estado», documentan casos en los que se vuelve patente que la memoria está ligada a un estado neural específico. En uno de ellos un grupo de voluntarios que estudió para un examen bajo los efectos del alcohol obtuvo mejores resultados cuando presentó el examen bajo los mismos efectos, a diferencia de cuando lo hizo sobrio. Otro estudio mostró que si bien la cafeína permite que estudiantes pasen más tiempo memorizando el material de un examen, al menos de que se presente ese examen en un estado cafeínico similar, el tiempo de estudio no suele mejorar su memoria. De aquí se derivan posibles técnicas, como mascar chicle y oler romero mientras se estudia y volverlo a hacer durante un examen (con el añadido de que el romero es bueno para la memoria)

La memoria dependiente del estado no solo tiene implicaciones en nuestra comprensión de la memoria y la personalidad, sino que también juega un rol crucial en la terapia y el tratamiento de traumas. La hipnosis, por ejemplo, puede utilizarse para acceder y reconfigurar recuerdos traumáticos, al retornar al individuo al estado neural específico en el que se formó el trauma.

El uso terapéutico de la hipnosis tiene como fin revertir el cerebro al estado en el que se formó el trauma para resignificar el evento traumático y reconsolidar una nueva memoria. Esto es lo que se conoce como «resíntesis interna», en palabras de Milton Erikson, el padre de la hipnosis moderna. El trauma es un momento de hipnosis espontánea, cuando se detona cierto estrés un individuo regresa a través de la memoria a un momento previo de gran estrés. Cuando estamos deprimidos regresamos a otros momentos en los que hemos estado deprimidos, evocando situaciones similares, conectando memorias: la depresión tiene un fuerte componente de obsesión, es un aspecto de un diálogo interno que se narra a sí mismo un pasado recurrente. Inmodificable en tanto no evoquemos otro modelo de memoria operativa.

Ernest Lawrence Rossi teoriza que momentos de alto estrés y shock, al mismo tiempo codificando estas experiencias e impidiendo el funcionamiento de mecanismos de adaptación apropiados, llevan a «la génesis de muchas de las disfunciones de mente-cuerpo, típicamente llamadas problemas psicosomáticos». Un momento de gran estrés puede ser el origen de una enfermedad; una enfermedad puede ser el recuerdo inconsciente de un momento de estrés, que la mente y el sistema endócrino convierten en un mecanismo de defensa repetitivo, pese a que la amenaza o el estímulo para la reacción ya no se encuentra ahí, de esta manera desgastando el sistema inmunológico.

Ernest Lawrence Rossi teoriza que momentos de alto estrés y shock, al mismo tiempo codificando estas experiencias e impidiendo el funcionamiento de mecanismos de adaptación apropiados, llevan a «la génesis de muchas de las disfunciones de mente-cuerpo, típicamente llamadas problemas psicosomáticos». Un momento de gran estrés puede ser el origen de una enfermedad; una enfermedad puede ser el recuerdo inconsciente de un momento de estrés, que la mente y el sistema endócrino convierten en un mecanismo de defensa repetitivo, pese a que la amenaza o el estímulo para la reacción ya no se encuentra ahí, de esta manera desgastando el sistema inmunológico.

Pero de estaos modelos de concientización de la memoria pueden surgir también modelos para reconfigurar positivamente nuestro cerebro. Así pues, podemos no solo «grabar» el dolor y el miedo, también podemos grabar conscientemente la felicidad o resiliencia. Rick Hanson, autor de Hardwiring Happiness: The New Brain Science Of Contentment, Calm and Confidence, señala: «Merodear y detenerse en lo positivo mejora la codificación de estados mentales pasajeros en características neurales duraderas… La clave aquí es: estamos tratando de hacer que las cosas buenas entren en nosotros. Y esto significa convertir las experiencias positivas que se suceden en memorias emocionales duraderas.» Esto puede significar detenerse después de haber vivido una buena experiencia y saborearla y asimilarla. Así como también realizar la vieja técnica de la recapitulación con una orientación positiva. La memoria es la base o el conjunto de recursos que tenemos a nuestra disposición para lidiar con una experiencia; enriquecerla y moldearla es esencial para poder hacer las cosas con calma y solvencia.

Más allá de su aplicación terapéutica, este concepto abre la puerta a la auto-programación consciente para fomentar estados mentales deseables. La práctica de centrarse en experiencias positivas y codificar conscientemente esos recuerdos puede influir en nuestra percepción general de bienestar y felicidad.

Imagen: Iona Miller

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