No es un límite adecuado
Para comprobar si la Directiva de la UE establecía un límite adecuado, los científicos de este estudios tomaron muestras de agua embotellada de 10 marcas diferentes y, además, una muestra de agua del grifo.
Todas ellas se analizaron mediante espectroscopía Raman, una técnica que permite detectar partículas muy pequeñas. En este caso, de hasta 1 μm.
De este modo, vieron que el 98% y el 94% de los microplásticos en el agua embotellada medían menos de 20 μm y 10 μm respectivamente. Con respecto al agua del grifo, tomada directamente de su laboratorio, ubicado en la ciudad de Toulouse, la concentración de microplásticos resultó ser mayor que la de 8 de las 10 marcas de agua embotellada.
Es una concentración muy alta que podría deberse al método local de tratamiento de aguas. En Toulouse, el agua potable se obtiene mediante el tratamiento del agua superficial del río Garona. Este río podría tener una carga muy alta de microplásticos procedentes de la actividad humana y, si los métodos de tratamiento no son precisos, podría dejar pasar muchas partículas pequeñas.
De hecho, para comprobar si ese podría ser el motivo, estos científicos compararon sus resultados con los de otro estudio similar realizado en Dinamarca. En ese caso, el agua potable se obtenía tratando agua subterránea. La concentración de microplásticos resultó ser 10 veces menor que en Toulouse.
El origen del agua del grifo influye mucho en el resultado final. Crédito: Luis Tosta (Unsplash)
Pero, dejando eso a un lado, lo que está claro es que los métodos establecidos por la Unión Europea para detectar microplásticos en el agua potable se quedan cortos. Por eso, los autores de este estudio aconsejan utilizar otros protocolos, como el establecido por ellos.
¿Estamos en riesgo por la presencia de microplásticos en el agua?
Cabe destacar que la magnitud real del problema de los microplásticos con respecto a la salud humana no está claro. Aún no se ha podido realizar un estudio a largo plazo en el que se comparen los efectos sobre la salud de la exposición a distintos niveles de microplásticos. Solo sabemos que, de un modo u otro, se acumulan en nuestro organismo, pero no hay datos sobre el nivel al que influyen en los problemas de salud que podemos ir desarrollando.
Hay expertos que llaman a la cautela, alegando que, quizás, se necesitaría una concentración mucho mayor de microplásticos para que realmente experimentemos todos sus efectos nocivos. Otros, en cambio, consideran que podemos estar ya en peligro.
Lo que está claro es que no debemos tentar a la suerte y que, cuantas más medidas tomemos para evitar ingerirlos, mejor que mejor. Esto empieza por reducir el uso de plásticos, ya que de un modo u otro vuelven a nosotros. Por no contar todo lo malo que suponen para los ecosistemas. Pero, además de esa medida inicial, también es importante que las instituciones tomen medidas como la propuesta por los autores de este nuevo estudio. Cuanto más precisos sean los controles de calidad, mejor que mejor.
https://hipertextual.com/2025/01/microplasticos-agua-pequenos-ue