Los microplásticos en el agua que tomas son tan pequeños que no se detectan en los controles: ¿nos estamos intoxicando?

Los microplásticos del agua que bebemos son demasiado pequeños para los límites establecidos en los controles de calidad de la UE, pero eso no los hace más inocuos. Al contrario.
microplásticos en el agua
Crédito: Olly (Pexels)

Los microplásticos están en todas partes. Desde la sangre hasta la leche materna, se han encontrado en prácticamente todos los fluidos y órganos del ser humano. También en lugares recónditos del planeta Tierra. Por eso, la presencia de microplásticos en el agua que bebemos no es ninguna sorpresa. Aun así, cabría esperar que los controles de calidad y los métodos de filtrado a los que se somete el agua potable hagan su magia para que esas partículas no lleguen hasta nosotros. Esa era nuestra tranquilidad; pero, por lo visto, estos microplásticos son tan pequeños que es imposible detectarlos.

Es la conclusión de un estudio realizado por científicos franceses. En él, analizan la presencia de microplásticos en el agua, tanto del grifo como embotellada. Los controles de calidad de la Unión Europea (UE) se centran en el análisis de partículas de microplásticos con diámetros de 20 a 5000 μm. Estos científicos sospecharon que podría ser un límite peligroso, ya que por debajo de 20 μm estas partículas tienen la capacidad de atravesar las paredes del intestino y llegar hasta la sangre. Son aún más peligrosos para nuestra salud.

Para comprobar si la UE se queda corta, utilizaron métodos más precisos, capaces de detectar microplásticos en el agua con diámetros por encima de 1 μm. Y cuál fue su sorpresa al comprobar que, efectivamente, la concentración de estos microplásticos diminutos es muy alta en los dos tipos de agua analizada.

La regulación sobre los microplásticos en el agua

En realidad, no hay una regulación estricta sobre concentración de microplásticos en el agua. Cada marca tiene sus propias directrices. Por eso, para unificar los protocolos, la UE redactó su Directiva 2020/2184 sobre la calidad del agua consumible. En esta se establecía un enfoque metodológico dirigido a detectar microplásticos de las dimensiones antes mencionadas.

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Cada marca de agua embotellada tiene sus propios criterios. Crédito: Jonathan Chng (Unsplash)

No es un límite adecuado

Para comprobar si la Directiva de la UE establecía un límite adecuado, los científicos de este estudios tomaron muestras de agua embotellada de 10 marcas diferentes y, además, una muestra de agua del grifo.

Todas ellas se analizaron mediante espectroscopía Raman, una técnica que permite detectar partículas muy pequeñas. En este caso, de hasta 1 μm.

De este modo, vieron que el 98% y el 94% de los microplásticos en el agua embotellada medían menos de 20 μm y 10 μm respectivamente. Con respecto al agua del grifo, tomada directamente de su laboratorio, ubicado en la ciudad de Toulouse, la concentración de microplásticos resultó ser mayor que la de 8 de las 10 marcas de agua embotellada.

Es una concentración muy alta que podría deberse al método local de tratamiento de aguas. En Toulouse, el agua potable se obtiene mediante el tratamiento del agua superficial del río Garona. Este río podría tener una carga muy alta de microplásticos procedentes de la actividad humana y, si los métodos de tratamiento no son precisos, podría dejar pasar muchas partículas pequeñas.

De hecho, para comprobar si ese podría ser el motivo, estos científicos compararon sus resultados con los de otro estudio similar realizado en Dinamarca. En ese caso, el agua potable se obtenía tratando agua subterránea. La concentración de microplásticos resultó ser 10 veces menor que en Toulouse.

agua del grifo

El origen del agua del grifo influye mucho en el resultado final. Crédito: Luis Tosta (Unsplash)

Pero, dejando eso a un lado, lo que está claro es que los métodos establecidos por la Unión Europea para detectar microplásticos en el agua potable se quedan cortos. Por eso, los autores de este estudio aconsejan utilizar otros protocolos, como el establecido por ellos.

¿Estamos en riesgo por la presencia de microplásticos en el agua?

Cabe destacar que la magnitud real del problema de los microplásticos con respecto a la salud humana no está claro. Aún no se ha podido realizar un estudio a largo plazo en el que se comparen los efectos sobre la salud de la exposición a distintos niveles de microplásticos. Solo sabemos que, de un modo u otro, se acumulan en nuestro organismo, pero no hay datos sobre el nivel al que influyen en los problemas de salud que podemos ir desarrollando.

Hay expertos que llaman a la cautela, alegando que, quizás, se necesitaría una concentración mucho mayor de microplásticos para que realmente experimentemos todos sus efectos nocivos. Otros, en cambio, consideran que podemos estar ya en peligro.

Lo que está claro es que no debemos tentar a la suerte y que, cuantas más medidas tomemos para evitar ingerirlos, mejor que mejor. Esto empieza por reducir el uso de plásticos, ya que de un modo u otro vuelven a nosotros. Por no contar todo lo malo que suponen para los ecosistemas. Pero, además de esa medida inicial, también es importante que las instituciones tomen medidas como la propuesta por los autores de este nuevo estudio. Cuanto más precisos sean los controles de calidad, mejor que mejor.

https://hipertextual.com/2025/01/microplasticos-agua-pequenos-ue

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