Corea del Norte modifica la trayectoria de vuelo del misil para no sobrevolar Japón

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Cuando el 5 de abril de 2009 Corea del Norte lanzó un cohete que sobrevoló Japón y cayó en el océano a 3.800 kilómetros de distancia del punto de despegue, Estados Unidos y sus aliados Japón y Corea del Sur reaccionaron con ira ante lo que calificaron de provocación norcoreana. Pyongyang dijo que se trataba del lanzamiento de un satélite de comunicaciones, que tras alcanzar la órbita comenzó a emitir hacia la Tierra “canciones revolucionarias inmortales de loa al general Kim Il-sung”, fundador de Corea del Norte, y a su hijo, Kim Jong-il, entonces líder del país. Sin embargo, Washington aseguró que nada había llegado al espacio y que fue en realidad la prueba de un misil balístico de largo alcance Taepodong-2.
Han pasado tres años, Kim Jong-il ha muerto y el guión parece repetirse, sólo que ahora para bruñir la imagen del actual líder, Kim Jong-un, con ocasión del 100 aniversario, el 15 de abril, del nacimiento de su abuelo Kim Il-sung, el presidente eterno a pesar de que falleció en 1994.
En el lanzamiento de 2009, la primera etapa del cohete cayó en el mar de Japón, al oeste del archipiélago, y el resto, junto con la carga –un supuesto satélite Kwangmyongsong-2-, en el Pacífico, según afirmó entonces el Mando Norte del Ejército estadounidense. Tokio, que había puesto sus fuerzas armadas en estado de alerta, aseguró que el cohete sobrevoló Japón, mientras que los dos aceleradores cayeron -según lo previsto- al mar fuera de sus costas, por lo que no tuvo que interceptarlos, como había dicho que haría si suponían una amenaza para su territorio.
El guión se reproduce con algunas variaciones. En primer lugar, el cohete es un Uhna-3, una evolución del Uhna-2, más conocido en el extranjero como Taepodong-2.
Según la publicación estadounidense especializada en defensa y armamento IHS Jane’s, Corea del Norte puede haber diseñado un Taepodong-3 para tener un mayor alcance o para llevar satélites. El lanzamiento de esta semana esconde, según Estados Unidos y otros países, el ensayo de un misil balístico, en clara violación de las resoluciones de la ONU. Pyongyang dice que solo pretende situar en órbita el satélite Kwangmyongsong-3 (estrella brillante) para recoger datos sobre los bosques y las zonas rurales.
Algunas informaciones aseguran que el Uhna-3 puede transportar una carga de 650 a 1.000 kilogramos en una configuración de corto alcance, y podría volar hasta 10.000 kilómetros con una carga reducida, lo que en teoría le permitiría alcanzar la costa oeste de Estados Unidos. El Comité norcoreano de Tecnología espacial ha anunciado hoy, según la agencia japonesa Kyodo, que el cohete está listo para su lanzamiento.
Muchos expertos creen que el país asiático no posee la tecnología para miniaturizar una bomba nuclear que pueda transportar en un misil, pero un éxito del disparo –previsto entre el 12 y el 16 de abril (jueves a lunes)- pondría de manifiesto que ha mejorado su tecnología y la capacidad para producir un cohete intercontinental que pueda llevar una cabeza nuclear.
En segundo lugar, Corea del Norte ha cambiado la trayectoria de vuelo del misil, que será disparado desde una nueva estación espacial –Sohae-, situada en el noroeste del país a unos 50 kilómetros de la frontera con China. Se tratará del primer lanzamiento realizado desde esta base, cuya construcción comenzó en 2007, y que, según IHS Jane’s, es grande, sofisticada y cuenta con sistemas especializados de montaje y transporte.
Pyongyang afirma que ha elegido la trayectoria hacia el sur para que los restos del cohete no dañen a los países vecinos. Está previsto que la primera etapa caiga al mar Amarillo, entre Corea del Sur y China, y la segunda lo haga unos 140 kilómetros al este de la isla filipina de Luzón, a unos 3.000 kilómetros del punto de despegue. Este podría ser también el punto en el que caiga el cohete si las cosas van mal, según los expertos. El Taepodong-2 nunca ha volado con éxito. En la prueba de 2009, acabó con su carga en el mar tras haber sobrevolado Japón, mientras que el ensayo realizado en 2006 fracasó al explotar el misil a los 40 segundos de iniciado el vuelo.
El emplazamiento de la nueva base espacial y la trayectoria elegida reducen el riesgo de que caigan restos del cohete sobre Japón, que, no obstante, ha desplegado misiles Patriot y barcos destructores dotados con misiles Aegis en diferentes partes del archipiélago para derribarlo si amenaza su territorio.
Pocos expertos creen que exista un alto riesgo de que el Unha-3 acabe en un área de alta densidad de población. El peor de los escenarios sería, según afirman, que se produjera un fallo generalizado del sistema de navegación que cambiara la trayectoria, el cohete se dirigiera hacia uno de los países vecinos y no funcionara el sistema de destrucción remota.
Varias aerolíneas han anunciado cambios de ruta de sus aviones para evitar la zona de vuelo prevista del misil, según ha asegurado hoy la Administración de Aviación Civil de Filipinas. Alrededor de 20 vuelos de Philippine Airlines, Cebu Pacific, All Nippon Airways, Japan Airlines, Korean Airlines, Garuda Indonesia y Delta Airlines serán desviados entre el jueves y el lunes. Filipinas cerrará tres corredores aéreos en el noreste, lo que incrementará hasta 20 minutos el tiempo de vuelo en la región. Manila también ha dado instrucciones a los barcos y pesqueros de que eviten las aguas en las que podrían caer restos.
Responsables del Departamento de Tecnología Espacial han asegurado hoy en Pyongyang que todos los preparativos para el montaje y el lanzamiento del satélite han sido finalizados, y han vuelto a insistir en que la operación forma parte del desarrollo pacífico del programa espacial de Corea del Norte.

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