La investigación “Jóvenes y emancipación en España”, realizado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) y Obra Social Caja Madrid, pone de manifiesto que la difícil coyuntura económica actual está acentuando notablemente el tradicional modelo español de emancipación juvenil, que ya de por sí es tardío.
Según datos, en general, entre los 18 y 20 años, no existe en los jóvenes la aparente necesidad de emancipación, ni deseo de esta,” tanto por lo difícil de su materialización como por haberse abierto y construido espacios alternativos a la misma”.
“Sin embargo, existen también otros elementos determinantes relacionados con características culturales, modelos familiares y políticas públicas que contribuyen sobremanera a que, junto a Italia, seamos el país europeo en el que más tarde se van de casa los jóvenes”,señaló Megías.
La investigación revela que la crisis afecta fundamentalmente a dos indicadores estructurales, paro y vivienda, lo que condicionan y dificultan aún más la posibilidad de emancipación juvenil.
Así, según datos de 2010, solo el 46,8 por ciento de los jóvenes españoles de 25 a 29 años está emancipado, pues la tasa de paro juvenil en España alcanza un 52,1 por ciento, a la cabeza de Europa junto a Grecia.
Otro aspecto que retrasa la emancipación según la investigación, es la ausencia de políticas públicas que “apuesten por procesos de empoderamiento e independencia de los jóvenes”. “Mientras que el 22 por ciento de los jóvenes suecos de 15 a 30 años reciben algún tipo de beca o ayuda al desempleo; en España solo lo recibe el 5 por ciento. No existe un proceso institucionalizado ni normalizado”, enfatizó el director técnico de la FAD.
Los jóvenes están bien en casa de sus padres
El entorno familiar también influye a la hora de que el joven decida demorar su partida, pues la familia ayuda en las estrategias de emancipación y sirve como garante de estabilidad, por lo que el joven no considera que sea tan urgente abandonar dicho núcleo familiar.
“Los jóvenes entrevistados valoran la comodidad que encuentran con sus padres y temen, en caso de independizarse, perder estatus o beneficios materiales. Esta situación es claramente aceptada y compartida por los padres que comprenden y aceptan la necesaria independencia doméstica”.
En cuanto a la transición de la escuela al trabajo, los jóvenes españoles tarden 34,6 meses en encontrar algún tipo de empleo, mientras que para encontrar un empleo permanente tardan 56,6 meses.
“Este porcentaje está aún por encima de Portugal, en donde un joven tarda 51,5 meses en obtener un empleo permanente. Esto retrasa aún más la partida del hogar, ya que aunque el joven gane dinero, no es suficiente para independizarse”.
La investigación fue realizada en Madrid, Bilbao, Barcelona, Sevilla y Oviedo, entre jóvenes de 18 a 20 años.
Tras la primera emancipación, la mayoría vuelve a casa
Según el informe, las principales razones esgrimidas para esta vuelta al hogar familiar son la situación del mercado laboral, para el 45,5 por ciento, el precio de la vivienda (25,2 por ciento) y el de los alquileres (16,7 por ciento).
A nivel global, el 73 por ciento de los jóvenes vive con sus padres, una cifra que se sitúa en el 96 por ciento en el grupo de 16 a 19 añosy en el 83 por ciento en los jóvenes de 20 a 24 años. En el grupo de edad de 25 a 30 años, uno de cada dos jóvenes vive con sus padres.
El estudio matiza que estos datos se ven influidos por la situación laboral de los jóvenes, ya que el 85 por ciento de los que no tienen trabajo convive en el hogar familiar, frente al 58 por ciento que se queda en la casa estando empleado. Respecto a los motivos para permanecer en el domicilio familiar, destacan la inestabilidad laboral (33,7 por ciento), un acuerdo alcanzado entre padres e hijos (31,2 por ciento) y el precio de la vivienda (25 por ciento).
Los jóvenes sin estudios son padres antes
Por otra parte, el Observatorio refleja que la paternidad se adelanta cuanto menor es el nivel de estudios y que a los 30 años son padres seis de cada diez jóvenes con estudios obligatorios y sólo uno de cada diez jóvenes con estudios universitarios. Asimismo, el acceso al primer empleo también se retrasa para los estudiantes con estudios superiores, ya que mientras los jóvenes con estudios obligatorios encuentran su primer empleo a los 19,7 años, aquellos que poseen estudios postobligatorios lo hacen con 20,8 años y los universitarios, a los 23,3 años.
No obstante, una vez superada la edad habitual de obtención del título universitario, la inserción laboral de los universitarios aumenta notablemente, hasta que a los 30 años prácticamente todos han tenido su primera experiencia laboral, detalla el estudio.
Las pautas de acceso al primer trabajo son similares entre los jóvenes residentes en núcleos no urbanos (menos de 50.000 habitantes) y urbanos, aunque los residentes en las zonas menos pobladas comienzan a trabajar a una edad más temprana. Así, la edad media de acceso al primer empleo en la España no urbana, es de 20,7 años, casi un año inferior a la de la España urbana, de 21,4 años.
El salario medio de los jóvenes en su primer empleo es de 720 euros y dura seis meses
En cuanto a las condiciones de ese primer empleo, el 63 por ciento de los jóvenes firma un contrato temporal en su primera experiencia y la inestabilidad es mayor entre los grupos más jóvenes. De hecho, el 14 por ciento de los primeros empleos de los jóvenes entre 16 y 19 años se efectúa sin contrato y un 68 por ciento son temporales.
Entre los 20 y 24 años, el 6 por ciento de los jóvenes no tienen contrato y la temporalidad se reduce al 64 por ciento, mientras que en el grupo de edad de 25 a 30 años, cuatro de cada diez firma un contrato indefinido en su primer empleo.
Por último, el salario medio de los jóvenes en su primer empleo es de 720 euros al mes y tiene una duración media de seis meses. La cifra es superior para los jóvenes de más de 25 años, de 1.000 euros al mes, mientras que entre los 16 y 19 años baja hasta los 700 euros
el problema es mas profundo , y la demora en emanciparse, tiene sus raices en el pasado mismo de los padres.-
yo me case (y sigo casado) a los 25 años, a los 26 ya era padre y a los 29 nacio mi segunda hija.-
trabajo desde los 12 años, y mi esposa es una mujer independiente desde niña que quedo huerfana de madre y se hizo cargo a los 15 de la casa familiar (hermano, padre).-
¿porque cuento esto?
porque nuestra historia es bastante común…..mucho sacrificio de joven, (a Dios gracias uní mi vida a una mujer esplendida)…..mi generación trabajo mucho de muy joven, el estudio era algo bastante dificil y costoso, y uno se hacia hombre, adulto mejor dicho, mucho mas joven que ahora.-
¿que sucedió?… bueno, toda mi generación, NO quiso que nuestros hijos caminaran por donde camino uno, (carencias, mucha exigencia, trabajo desde muy joven, angustia, cansancio de joven…) y nos esmeramos para que eso no le pasara a la segunda generación…..
resultados: tengo mis hijas (23 y 26) a punto de ser medica una y arquitecta la otra…. todavía en mi casa, mi esposa les prepara el desayuno como si fueran niñas de 12, les lava la ropa, obviamente se las compra, …..en fin….. están cómodas (yo a veces me enojo….).-
es la consecuencia natural de que una generación que la sufrió mucho, trate de la que la siguiente no la pase igual, que sea mejor, que no padezca tanto, eso se llama EVOLUCIÓN SOCIAL…..yo nací como un Don nadie, y mis hijas tendrán titulo Universitario… es decir, ellas, tendrán mas herramientas en la vida, al precio de una maduración mas lenta.-
pero , también tengan en cuenta , que en los países, donde los jóvenes SE EMANCIPAN, desde mas jóvenes…..son los padres los que les pagan el alquiler, y la universidad, y todo lo demás…..es decir….no viven en la casa familiar….pero generan los mismos gastos, o mas.-
profesor J
Coincido con usted profesor, tengo un hijo de 19 que ya no vive con nosotros porque está estudiado en una ciudad un poco alejada, pero siempre le decimos que no crea que está emancipado porque mientras le paguemos todo es como si viviera con nosotros y aparte le confieso que yo lo extraño horrores y como sé que es una edad difícil mantengo con él una comunicación diaria.Saludos.
Qué linda historia Pofesor, coincido que cuánto antes los chicos sepan vivir por sí mismos maduran mejor
Yo también empecé a trabajar muy jóven casi a la misma edad que usted, me gustó siempre la libertad, ser independiente, y tiene un costo, pero te hace crecer, no pude terminar estudios, pero hice de todo por eso sé de todo un poco y poco de mucho, creo que cuántas más vivencias y experiencias tengan los chicos son más felices y entienden mejor lo que significa vivir.
Un abz.-
Es curioso para mi que en europa esta muy arraigada la costumbre de que los jovenes se vayan a independizarse para estudiar. En mi país, Perú, los jovenes no se independizan hasta no tener carrera profesional, y no es porque no quieras, si no que a los padres no les gusta que los hijos se vayan. Los unicos que se independizan son jovenes que vienen de pueblo a estudiar en ciudades, pero los que vivimos en ciudades, muy dificil que nos independicemos, más que todo por los padres jeje