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Fijan el día exacto de la muerte de Jesús

Tras analizar la historia sísmica de la zona, determinan que la crucifixión y muerte de Jesucristo tuvo lugar el viernes 3 de abril del año 33

Fijan el día exacto de la muerte de Jesús

ciencia

Geólogos estadounidenses y alemanes dicen haber determinado la fecha exacta de la muerte de Jesús a partir del análisis de la actividad sísmica en la zona del Mar Muerto.

jesus

En declaraciones recogidas por la agencia KAI, Jefferson Williams, de la organización Supersonic Geophysical, y Markus Schwab y Achim Brauer, del Centro de Investigación Geológica de Alemania, sostienen que la crucifixión y muerte de Jesucristo tuvo lugar el viernes, el 3 de abril de 33 de nuestra era.

Los investigadores compararon los datos sísmicos con el texto del Nuevo Testamento y con las observaciones astronómicas. La cronología de los terremotos en la región del Mar Muerto mostró que la zona, a unos 20 kilómetros de Jerusalén, sufrió un fuerte terremoto en el 31 antes de nuestra era y otro en el periodio que va del año 26 al 36.

El segundo terremoto se produjo en los días cuando Poncio Pilato era procurador de Judea. La muerte de Jesús en este momento se confirma por los cuatro evangelios y los textos del historiador romano Tácito.

Williams explica que en el capítulo 27 del Evangelio de San Mateo se relata que cuando Jesús estaba agonizando en la cruz, un terremoto sacudió la zona, esparciendo las tumbas y oscureciendo el cielo.

Nag Hammadi… el enigma

Encontrado por Mohammed Ali Samman en la montaña próxima a su aldea, desenterró accidentalmente una jarra de tierra roja, de un metro de alto. Dudando antes de romperla (podía haber sido la vivienda de un espíritu maligno) la codicia y la curiosidad fueron mayores al fin. Pero en lugar del oro tan esperado, solo descubrió una docena de libros encuadernados en estuches de cuero marrón, que se llevó a su casa de al-Qasr.Despues de una serie de vicisitudes fue entregado al religioso Al-Qummus Basiliyus Abd el Masih, quien, dada la originalidad de la cosa, envió un ejemplar de los manuscritos al historiador egipcio Raghib. Este último, presumiendo ya su gran valor, los envió en El Cairo.

Vendidos rápidamente en el mercado negro, los libros atrajeron la atención del gobierno egipcio quien los compró, frenando de este modo su diseminación y su fuga fuera de las fronteras egipcias. Depositados en el Museo Copto del Cairo, habrá que esperar todavía unos años antes de que estos libros sean mostrados al conocimiento científico.Uno de los códices, llamado hoy día el códice Jung, salió de la autoridad egipcia y fue vendido en los Estados Unidos a unos coleccionistas privados. Un historiador holandés, Gilles Quispel, oyó hablar de estos misteriosos manuscritos y decidió comprarlos por medio de la Fundación Jung de Zurich.

Tras examen de este códice aislado, el historiador pudo constatar que algunas páginas faltaban y se fue a Egipcio volando con objeto de buscarlas. Se rindió al Museo Copto desde la primavera de 1955, con objeto de tomar prestadas las fotografías de los textos. En ese momento es cuando se dio cuenta del valor real de las páginas que tenía entre sus manos. ¡ No se trataba más que de uno de los 52 manuscritos descubiertos diez años antes en Nag Hammadi!. El conjunto de los libros se basa en textos religiosos y herméticos, obras de sentencias morales, escritos apócrifos y más curiosamente todavía de una reescritura de la República de Platón.

Además del interés de los manuscritos sobre la historia del libro (son los más antiguos conocidos hoy día) y la paleografía copta, representan un testimonio capital para la historia de la filosofía ydel cristianismo primitivo.Los textos religiosos llamados “gnósticos” proponen interpretaciones y rituales cristianos diferentes de los oficializados en el año 325, que habían sido rechazados inmediatamente como heréticos. Por estas razones fueron reunidos, protegidos y guardados por las comunidades llamadas “marginales”.La biblioteca de Nag Hammadi ofrece numerosos testimonios de estas corrientes gnósticas que pretendían contener una enseñanza, sin dejar de inspirarse en el Antiguo Testamento.Dentro del cuerpo de la biblioteca se encontraban libros denominados “herméticos” que se inscribían en la tradición del Corpus Hermeticum. El códice VI está compuesto, en efecto, por un tratado de título desconocido, llamado la Ogdoada y la Enneada, de una oración de acción de gracias y de un amplio fragmento del Discurso Perfecto. Estos dos últimos textos se retoman en parte en el Asclepios, mientras que el primero es totalmente inédito. Estos escritos pueden ponerse a parte, puesto que se alejan de las teorías gnósticas ampliamente difundidas en el resto de la biblioteca. Ahora bien, su interés reside ante todo en su inspiración egipcia, muy marcada en comparación con los textos griegos y latinos conocidos hoy día. No rechazan de ningún modo la religión egipcia, sino que proponen “espiritualizarla”. Más que un sistema religioso a la manera cristiana, el hermetismo es una “vía”. Complementarios y suficientes, esos tres textos exponen el conjunto de la doctrina hermética, el camino iniciático que debe conducir a la “iluminación divina”.

Hallan pruebas de la existencia de la ciudad bíblica de Belén

Arqueólogos israelíes hallaron un sello de arcilla de 1,5 centímetros la época del Primer Templo Judío con la inscripción «Bat Lejem», la primera evidencia arqueológica de la existencia de la ciudad Belén.

«Es la primera vez que el nombre de Belén aparece fuera de la Biblia en una inscripción del período del Primer Templo, lo que prueba que era una ciudad en el reino de Judea y posiblemente también en períodos anteriores», señaló el responsable de las excavaciones, Eli Shukron.

El hallazgo se produjo en el marco de las polémicas excavaciones del «Proyecto Ciudad de David», en el poblado palestino de Silwán, en el territorio ocupado de Jerusalén Este.

Según Shukron, la especie de esfera de arcilla que se usaba para sellar documentos u objetos, puede datarse entre los siglos VII y VIII antes de Cristo. Este descubrimiento remite a una época posterior, la del Primer Templo Judío (1006 – 586 a. C.), en la que la ciudad aparece citada en el Antiguo Testamento como parte del Reino de Judea.



Texto completo en: http://actualidad.rt.com/ciencias/view/45258-Hallan-pruebas-de-existencia-de-ciudad-b%C3%ADblica-de-Bel%C3%A9n

«Pedro Romano: el ULTIMO Papa está Aquí»

Petrus Romanus

Se ha publicado en los Estados Unidos el libro «Petrus Romanus: The FINAL Pope Is Here», escrito por Thomas Horn y Cris Putnam. Se trata de una extensa obra que cruza dos líneas: la investigación periodística sobre acontecimientos internos de El Vaticano, y las profecías que se refieren al Papa que habrá de guiar la Iglesia durante la Gran Tribulación, último Papa de la serie romana.

El título se refiere a una de las principales profecías respecto a los Papas, la de San Malaquías, obispo irlandés que tuvo una revelación sobre la sucesión de romanos pontífices desde Celestino II hasta el último Papa de los tiempos actuales. La profecía está compuesta de lemas descriptivos correspondientes a cada uno de esos 112 Papas.

Los lemas pueden referirse a un símbolo de su país de origen, a su nombre, a su escudo de familia, o a alguna característica de su pontificado o de su vida.

Los últimos Papas son:

108: «Flos florum» (Flor de las flores) Pablo VI. Su escudo contenía una flor de lis, «flor de las flores».

109: «De medietate Lunae» (De la Media Luna) Juan Pablo I. Nació en la diócesis de Belluno, conocida como de bella luna.

110: «De labore solis» (Del eclipse del sol) Juan Pablo II. El día de su nacimiento y el día de su muerte hubieron eclipses de sol.

111: «Gloria Olivae» (La gloria del olivo) Benedicto XVI. Tomó su nombre de San Benito. Los monjes benedictinos, conocidos como olivetanos, tienen ramas de oliva en su heráldica.

Falta solo uno según la lista:

112: «Petrus Romanus» (Pedro Romano) Será el último Papa que gobierne la Iglesia desde Roma, inmediatamente antes de que acontezca el Retorno de Cristo.

El número 112 es del todo particular pues, a diferencia de los demás, es el único que lleva un párrafo descriptivo además del lema:

«En la persecución final contra la Santa Iglesia Romana reinará Pedro Romano, quien pastoreará a su grey en medio de muchas tribulaciones. Después de esto, la ciudad de las siete colinas será destruida y el Juez justo volverá para juzgar a su pueblo».

Antes de abordar el contenido del libro «Petrus Romanus» es necesario hacer algunas precisiones. Cuando se habla de «el último Papa» no significa que nos encontramos ante el fin de la Iglesia o del mundo. La profecía se mueve dentro del esquema escatológico lacunziano que estipula, basado en las Escrituras, tres venidas de Cristo: 1) la de Belén, hace dos mil años; 2) la de su Parusía, retorno glorioso al final de los siete años de la Gran Tribulación: según San Juan y San Pablo, Cristo descenderá en el Valle de Armaguedón para derrotar al Anticristo y a sus ejércitos, y posteriormente llevar a cabo el Juicio a las Naciones; 3) la del fin del mundo, en el Cielo, para llevar a cabo el Juicio Universal.

Después de la Parusía y el Juicio a las Naciones la historia humana continuará en este mundo, si bien totalmente transformado, en un Reino de Dios en el que habrá paz, justicia y santidad verdaderas. Cuando Cristo inaugure su reino en el mundo, fruto social de la Parusía, Roma habrá sido destruida (según San Juan y coincidiendo con el lema 112 de San Malaquías), y el Papado volverá a ser ejercido desde Jerusalén, como lo fue en los inicios. Allí comenzará la serie de Papas jerosolimitanos, de la que a San Malaquías ya no le fue revelado nada.

También hay que decir, antes de abordar el punto central del libro, que además de San Malaquías existen otras muchas profecías sobre el futuro próximo del Papado y de la Iglesia, y que coinciden con el pontificado de Pedro Romano. De todas ellas podemos resumir varios elementos:

  1. Una elección confusa de la que surgen un Papa legítimo y un antipapa.
  2. Un Papa obligado a salir de Roma en circunstancias calamitosas.
  3. El antipapa usurpa la Silla de Pedro por la maniobra de una secta masónico-satánica que opera dentro de El Vaticano.
  4. Un gran cisma para la Iglesia, resultado de esa situación de dos Papas antagónicos.

Algunas de esas profecías:

  • San Francisco de Asís: «Habrá un Papa electo no canónicamente que causará un gran cisma. Se predicarán diversas formas de pensar que causarán que muchos duden, aún aquellos en las distintas órdenes religiosas, hasta estar de acuerdo con aquellos herejes que causarán que mi Iglesia se divida. Entonces habrá tales disensiones y persecuciones a nivel universal que si esos días no se acortaran, aún los elegidos se perderían».[1]
  • Juan de Vitiguero, en el Siglo XIII: «Cuando el mundo se encuentre perturbado, el Papa cambiará de residencia».
  • Juan de Rocapartida, un siglo después: «Al acercarse el Fin de los Tiempos, el Papa y sus cardenales habrán de huir de Roma en trágicas consecuencias hacia un lugar donde permanecerán sin ser reconocidos, y el Papa sufrirá una muerte cruel en el exilio».
  • Nicolas de Fluh, en el siglo XV: «El Papa con sus cardenales tendrá que huir de Roma en situación calamitosa a un lugar donde serán desconocidos. El Papa morirá de manera atroz durante su destierro. Los sufrimientos de la Iglesia serán mayores que cualquier momento histórico previo».
  • El venerable Bartolomé Holzhauser, fundador de las sociedades de clérigos seculares en el Siglo XVIII: «Dios permitirá un gran mal contra su Iglesia: vendrán súbita e inesperadamente irrumpiendo mientras obispos y sacerdotes estén durmiendo. Entrarán en Italia y devastarán Roma, quemarán iglesias y destruirán todo».
  • Las palabras de la Virgen reveladas en La Salette a Melania: «Roma perderá la fe, y se convertirá en la sede del Anticristo».[2]
  • La revelación recibida por la Madre Elena Aiello, famosa estigmatizada que fuera consultada con frecuencia por el Papa Pio XII: «Italia será sacudida por una gran revolución (…) Rusia se impondrá sobre las naciones, de manera especial sobre Italia, y elevará la bandera roja sobre la cúpula de San Pedro».[3]
  • La beata Ana Catalina Emmerick, religiosa Agustina, en 1820: «Vi una fuerte oposición entre dos Papas, y vi cuan funestas serán las consecuencias de la falsa iglesia, vi que la Iglesia de Pedro será socavada por el plan de una secta. Cuando esté cerca el reino del Anticristo, aparecerá una religión falsa que estará contra la unidad de Dios y de su Iglesia. Esto causará el cisma más grande que se haya visto en el mundo».
  • Elena Leonardi, asistida espiritual del Padre Pio: «El Vaticano será invadido por revolucionarios comunistas. Traicionarán al Papa. Italia sufrirá una gran revuelta y será purificada por una gran revolución. Rusia marchará sobre Roma y el Papa correrá un grave peligro».[4]
  • Enzo Alocci: «El Papa desaparecerá temporalmente y esto ocurrirá cuando haya una revolución en Italia».[5]
  • La Beata Ana María Taigi: «La religión será perseguida y los sacerdotes masacrados. El Santo Padre se verá obligado a salir de Roma».[6]
  • La mística María Steiner: «La santa Iglesia será perseguida, Roma estará sin pastor».
  • Las revelaciones en Garabandal: «El Papa no podrá estar en Roma, se le perseguirá y tendrá que esconderse».[7]
  • Al P. Stefano Gobbi, místico y fundador del Movimiento Mariano Sacerdotal, la Santísima Virgen le reveló: «Las fuerzas masónicas han entrado a la Iglesia de manera disimulada y oculta, y han establecido su cuartel general en el mismo lugar donde vive y trabaja el Vicario de mi Hijo Jesús. Se está realizando cuanto está contenido en la Tercera parte de mi mensaje, que aún no ha sido revelado, pero que ya se ha vuelto patente por los mismos sucesos que estáis viviendo».[8]
  • Sor Agnes de Akita: «La obra del demonio se infiltrará hasta dentro de la Iglesia de tal manera que verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos».
  • Sor Sofía María Gabriel: «Habrán dos Papas rivales y una gran crisis centrada en el papado vaticano, y la Iglesia quedará dividida en dos bandos».
  • Cardenal Mario Luigi Ciappi: «La pérdida de la fe en la Iglesia, la apostasía, saldrá de la cúspide de la Iglesia».
  • Papa San Pío X: «He tenido una visión terrible: no sé si seré yo o uno de mis sucesores, pero vi a un Papa huyendo de Roma entre los cadáveres de sus hermanos. Él se refugiará incógnito en alguna parte y después de breve tiempo morirá una muerte cruel».[9]
  • Padre Paul Kramer: «El antipapa y sus colaboradores apóstatas serán, como lo dijo la Hermana Lucía, los partidarios de Satanás, quienes trabajan para el mal y no tienen miedo de nada».
  • Sor Lucía dos Santos, revelando el Tercer Secreto de Fátima: «Vimos a un obispo vestido de blanco, que temíamos fuera el Santo Padre, huir de una ciudad en ruinas, tembloroso y con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por los cadáveres que encontraba por el camino».
  • Cardenal Karol Wojtyla, ante el Congreso Eucarístico de Pennsylvania, en 1977: «Estamos ante la confrontación histórica más grande que la humanidad haya tenido. Estamos ante la contienda final entre la Iglesia y la anti-iglesia, el Evangelio y el anti-evangelio. Esta confrontación descansa dentro de los planes de la Divina Providencia y es un reto que la Iglesia entera tiene que aceptar».

En diversas secciones, el libro «Petrus Romanus» menciona como la masonería iluminista (satánica) logró introducirse dentro de la Iglesia con el objeto de manipularla, destruyendo su fe, para poder convertirla en instrumento colaborador del gobierno mundial que en su momento ejercerá el Anticristo.

Esa tarea de infiltración lleva casi un siglo, y obedece a la estrategia del Caballo de Troya: introducirse para destruir desde dentro.

Si bien ya muchos miembros de la masonería eclesiástica han llegado hasta el nivel de obispos y cardenales, nunca han podido lograr su objetivo esencial, que es posicionar como Papa a uno de sus miembros.

La infiltración formal data de 1926 cuando, en Aix-La Chapelle de Aachen, los sacerdotes jesuitas Herman Gruber y Berteloot se reunieron con los tres eminentes masones Kurt Reichl, del Consejo Supremo de Austria, Eugen Lenhoff, gran maestre de la Logia Austriaca, y el doctor H. Ossian Lang, secretario general de la Gran Logia de Nueva York.

Posteriormente, en 1937, los dignatarios del Consejo Supremo de Francia emprendieron, con el cabalista Oswald Wirth y con el gran maestro grado 33 Albert Lantoine, del Supremo Consejo Escocés, la tarea explícita de propiciar el acercamiento entre sacerdotes católicos y la corriente espiritualista de la masonería negra. Participaban, entre otros, los sacerdotes Gruber y Mukermann. Todos coincidían en el empeño por crear un «socialismo cristiano global» vinculado al Marxismo.

El libro «Petrus Romanus» recuerda el caso significativo de un cardenal adherido a la masonería que estuvo a punto de llegar a ser Papa, el Cardenal Mariano Rampola.

A la muerte del Papa León XIII, todos daban por segura la elección del cardenal Mariano Rampolla, Secretario de Estado, como sucesor al trono pontificio. Sin embargo, durante el cónclave, el cardenal metropolitano de Cracovia marcó el alto mediante un telegrama de Su Majestad Franz Josef, del imperio Austro-Húngaro vetando esa nominación. Años después se supo que la objeción se debió a la notificación de que Rampolla pertenecía a la Gran Logia del Ordo Templis Orienti, en la que había sido iniciado en Suiza, llegando a escalar hasta el grado de Gran Maestro.

El libro también menciona el extraño caso del cardenal Giuseppe Siri mencionando que él ganó la mayoría de votos en los cónclaves de 1958 y 1963 pero, por presiones incomprensibles de la masonería, rechazó asumir el papado. Se cita la respuesta de Siri cuando veinte años después se le preguntó si era cierto que en ambos cónclaves él había sido inicialmente electo: «Estoy obligado al secreto. Ese secreto es horrible. Podría escribir libros acerca de lo que sucedió en esos cónclaves. Cosas verdaderamente serias acontecieron, pero no puedo decir nada»[10]

En Petrus Romanus se narra un acontecimiento que ya había sido dado a conocer en 1998 por el Padre Malachi Martin, la entronización de Satanás dentro de El Vaticano. Pero el libro lo relaciona con el tema de los Papas al subrayar que en esa misa negra fue consagrado a Satanás el sacerdote que habrá de ser el último Papa (antipapa) coincidiendo con Pedro Romano.

En efecto, en su libro «Windswept House» (Casa Azotada por el Viento), Malachi Martin (q.e.p.d.), sacerdote irlandés jesuita, cultísimo, gran teólogo, exorcista por 30 años y experto en Iglesia Católica, secretario del Cardenal Bea y consultor de varios Papas, dio a conocer que apenas electo Paulo VI se llevó a cabo, el 29 de junio de 1963, en la Capilla Paulina de El Vaticano, un ritual satánico en el que se entronizó a Satanás, y en el que participaron varios cardenales y obispos.[11]

Según Martin, se estaba cumpliendo una profecía del satanismo que anunciaba el comienzo de la «Era de Satanás dentro de El Vaticano» cuando un Papa tomara el nombre de Paulo. El último había sido Paulo V, Camilo Borghese, muerto en 1621. Montini fue electo el 21 de junio de 1963, y a los ocho días se llevó a cabo el ritual satánico, entre la noche del 28 y del 29. Se invocó a Satanás, afirman Horn y Putnam, siguiendo a Martin, no solo para entronizar a Satanás, sino para que éste invistiera con su poder a un joven sacerdote destinado a ser el antipapa que será el coincidente con Pedro Romano.

Se combinaron dos rituales que se llevaron a cabo simultáneamente, en El Vaticano, que fue incruento, y otro en una iglesia parroquial en Charleston, Carolina del Sur, que fue sangriento, los dos intercomunicados telefónicamente. Según Martin, el ritual en Charleston incluyó la violencia sexual contra un niño, en primer lugar drogado y abusado, y posteriormente sacrificado. A partir de esa misa negra simultánea comenzó a difundirse el abuso sexual de menores por parte de sacerdotes, así como otra serie de actos homosexuales y satánicos entre miembros del clero.

En otro 29 de junio, pero de 1972, el Papa Paulo VI admitió públicamente con amargura: «El humo de Satanás se ha introducido por las grietas de la Iglesia», refiriéndose sobre todo a la desacralización que se estaba llevando a cabo en la liturgia.

La Capilla Paulina, donde se llevó a cabo el ritual satánico, fue clausurada, y se reabrió en junio de 2009 cuando, después de haber sido restaurada, el Papa Benedicto XVI la volvió a consagrar a Dios.

El Padre Gabriele Amorth, experto exorcista y autor del libro «Habla un Exorcista» coincide con todo lo anterior y añade: «En El Vaticano hay cultos satánicos. No se ven, pero están en el mismo centro de la Cristiandad».

El hecho es que a partir de los años sesenta y posteriormente al Concilio Vaticano II, comenzó a fraguarse un cisma dentro de la Iglesia. Clérigos comenzaron a realizar todo tipo de cambios en la liturgia y en la disciplina, hasta llegar a nuestros días en que se promueve la abierta rebeldía contra el Papa y se presiona para que éste derogue el celibato sacerdotal, acepte los métodos anticonceptivos y abra las puertas al sacerdocio de la mujer y al gobierno colegiado de los obispos.

Pero ese cisma de la Iglesia, que hoy es soterrado, llegará a cristalizarse y a hacerse público, el día en que Pedro Romano ascienda al trono y un antipapa reclame el pontificado con un grupo de cardenales y obispos. Volvamos a la profecía de la beata Ana Catalina Emmerick, religiosa Agustina: «Vi una fuerte oposición entre dos Papas, y vi cuan funestas serán las consecuencias de la falsa iglesia, vi que la Iglesia de Pedro será socavada por el plan de una secta».

En la historia de la Iglesia han habido 38 antipapas, es decir, Papas que han ejercido ilegítimamente el pontificado por una elección irregular. Pero la gravedad del antipapa que será reinante con Pedro Romano es del todo singular, pues es la primera vez que se da como infiltración de una secta masónico-satánica, y porque atacará directamente la doctrina con el fin de que la Iglesia sea puesta al servicio del gobierno mundial del Anticristo.

Dice el Catecismo de la Iglesia Católica, en su número 675: «Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes«. Y en el número 677 especifica: «La Iglesia sólo entrará en la gloria del reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección».

El libro menciona la predicción de Ronald Conte con relación al Papa Pedro Romano. Ronald L. Conte Jr. es teólogo, traductor de la Biblia, escritor experto en Iglesia Católica y en escatología. En el año 2002, Conte predijo correctamente que el Papa después de Juan Pablo II tomaría el nombre de Benedicto XVI.

Ahora en cambio, Conte afirma que el próximo Papa, al que tocará el lema de «Petrus Romanus», llevará el nombre de Pío XIII.[12] Conte escribe que el nombre de Pío está asociado históricamente a Papas que han enfatizado la autoridad doctrinal y disciplinar de la Iglesia, y sostiene que el Cardenal Francis Arinze reúne esa cualidad. Y añade: «Durante el reino del Papa Pedro Romano comenzará la gran apostasía, y este Papa marcará la primera parte de la Gran Tribulación».

Sin embargo, en su libro «Petrus Romanus», Horn y Putnam evitan casarse con la premonición de Ronald Conte respecto a Pío XIII, y señalan también como posible Papa bajo el lema «Pedro Romano» a los cardenales Peter Turkson, Angelo Scola y otros «papables» que bien pueden caer bajo la figura de un Papa que, en medio de la apostasía, defenderá la doctrina y la supremacía y disciplina de la Iglesia Católica.

El libro, apoyado por 722 notas, ofrece un buen acercamiento para conocer la historia de la Iglesia y de los Papas, así como aspectos doctrinales esenciales. También para adentrarse en el tema de la infiltración de la masonería satánica en la Iglesia, comprender el contenido de la segunda parte del Tercer Secreto de Fátima, y tratar de visualizar lo que será un acontecimiento próximo: el último cónclave.


[1] Culleton, Gerald, El Reino del Anticristo.

[2] El secreto de La Salette fue publicado en 1879 con permiso del Obispo de Lecce, Italia.

[3] Adams-Bonicelli, Alerta Humanidad, Madrid 1974.

[4] Adams-Bonicelli, Op. Cit. P. 204.

[5] Idem, p. 177.

[6] López Padilla, La Traición a Juan Pablo II, México, p. 180.

[7] The Workers of Our Lady of Mount Carmel, Nueva York,

[8] A los Sacerdotes, 20 Ed, España, p. 331.

[9] Thompson, Damian, Das Ende der Zeiten, Hildesheim, 1997, p. 240. Y Vacquié, Jean, Benedictions et Maledicions, Paris, 1987.

[10] Malachi Martin, «The keys of this blood», NY, Touchstone 1991, 607).

[11] Entre los participantes, Martin menciona al Cardenal Villot, al Cardenal Casaroli, a diversos obispos, sacerdotes y laicos, así como un embajador luterano de Prusia.

[12] Conte, Ronald, «The future and the Popes», Catholic Planet, 2004.

http://www.ultimostiempos.org/7-noticias/131-pedro-romano-el-ultimo-papa-esta-aqui

Vaticano aceptó soborno para enterrar a jefe de la mafia junto a papas y cardenales

El Vaticano se enfrenta a una profundización de la controversia sobre el entierro de hace 22 años de un notorio jefe criminal, de nuevos informes de que la iglesia aceptó un pago de 661.261,75 dólares de la viuda del jefe de la mafia para permitir su entierro en una basílica.

ENRICO DE PEDIS

Una fuente de la Santa Sede le dijo a la agencia de noticias Ansa que “a pesar de la renuencia inicial” el entonces vicario general de Roma, el cardenal Ugo Poletti, “ante el tamaño de la suma, dio su bendición” para el entierro del polémico Enrico De Pedis, ex jefe de la conocida banda Magliana de Roma.

El soborno fue utilizado según se informó, en las misiones y para restaurar la basílica de San Apolinar, donde se enterró al mafioso junto a papas y cardenales luego de su muerte en 1990.

Las alegaciones, que el Vaticano no ha comentado, pueden explicar cómo un delincuente vilipendiado fue enterrado en ese lugar sagrado. La semana pasada, para desviar las críticas cada vez más grandes y ayudar a resolver un misterio de asesinato de hace 30 años, se supo que funcionarios del Vaticano habían decidido trasladar los restos de De Pedis de su cripta especial.

Antecedentes del suceso

Enrico de Pedis, conocido como Renatino, dirigió en los años 80 la banda de la «Magliana», famosa por sus fechorías y crímenes. En un ajuste de cuentas de otros miembros de la banda, Renatino de Pedis fue acribillado a balazos cerca de la céntrica plaza romana de Campo de Fiori, en 1990.

Después de ser enterrado en el cementerio de Verano, fue trasladado a la basílica de San Apollinare, lugar reservado para sepultura de personajes ilustres y santos. Justo todo lo contrario que Renatino. Pero fue su mujer la que se movió para realizar ese sorprendente cambio, de la excusa de que había destinado el soborno para obras de caridad.

Así lo reconoció el entonces rector de la basílica, obteniendo además la conformidad del cardenal vicario de Roma Ugo Poletti: «De Pedis ha sido un gran benefactor de los pobres», escribió el rector. Su mujer pagó 20.000 euros y, desde el 24 de abril de 1990, el jefe mafioso descansa en una capilla de la basílica.

El escándalo ha ido creciendo y se ha convertido en una situación embarazosa e insostenible para el Vaticano.

En los últimos meses la polémica ha aumentado, porque en el año 2009 algunos miembros arrepentidos de la banda de la «Magliana» afirmaron que Renatino de Pedis estuvo implicado en la desaparición de Emanuela Orlandi, la hija de un empleado vaticano, desaparecida sin dejar rastro desde 1983. Su hermano se ha manifestado últimamente ante la basílica de San Apollinare pidiendo justicia.

Los turistas se acercaban a la basílica para hacer una foto a la «indigna sepultura»

Ante las fuertes presiones de la familia Orlandi sobre la opinión pública y las autoridades vaticanas, de la movilización incluso de algunos políticos, el Vaticano ha decidido de las autoridades italianas que los restos mortales de Renatino de Pedis hagan el camino inverso. Dentro de unos días, el jefe mafioso dejará la «indigna sepultura» en la basílica y volverá a ser enterrado en el cementerio de Verano.

El párroco de San Apollinare espera así liberarse de una pesadilla, porque cada día debe soportar a turistas y curiosos que se acercan para hacer una foto. Se habrá recuperado así la dignidad y el decoro.

http://www.librered.net/?p=17660

Cardenal Australiano Afirma que Adán y Eva Nunca Existieron

George Pell, CA (nacido el 8 de junio de 1941) es un cardenal australiano de la Iglesia Católica Romana. Él es el arzobispo octavo y actual de Sydney, que sirve desde 2001. Anteriormente  desempeñó como obispo auxiliar (1987-1996) y el arzobispo (1996-2001) de la Archidiócesis de Melbourne. Fue ascendido a cardenal en 2003.
En comentarios que pueden resultar chocantes para algunos católicos acérrimos, el cardenal George Pell, ha descrito la historia bíblica de Adán y Eva como un mito. Él apareció junto a un biólogo renombrado evolucionista y ateo, el profesor Richard Dawkins, en Q, de la ABC, un programa de televisión emitido anoche.
El cardenal Pell dijo que «la existencia de Adán y Eva no era una cuestión de ciencia sino más bien una cuento mitológico».
«Es una historia religiosa, dijo, con fines religiosos.»
Pero el cardenal Pell continuó con sus comentarios explosivos, después de que fue interrogado acerca de la evolución. Dijo que «era imposible decir cuando apareció el primer ser humano. Es ampliamente aceptado en la comunidad científica que la vida en la Tierra ha evolucionado a lo largo de unos cuatro millones de años».

Por lo tanto opino que si un miembro de la iglesía piensa que en lo que se basa su creencia, como es parte importante de ella la creación del ser humano, es un mito, cómo pueden pretender que el resto de sus fieles o creyentes acepten el resto de las doctrinas y predicaciones de la iglesia como reales. Al menos desde  mi punto de vista, independientemente de lo que yo crea, una persona así no puede estar en el seno de la iglesia predicando una cosa que considera falsa, y da a los demás como verdad. Pues ante los creyentes pone en duda la veracidad de que Dios existe así como que Jesús fue su hijo y que vino al mundo a salvarnos. Ha echado por tierra todo la creencia cristiana. Juzguen ustedes.
           Foto del Cardenal Mitómano Pell
Fuente: http://au.news.yahoo.com/thewest/a/-/newshome/13381016/pell-says-adam-and-eve-didnt-exist/

Misas negras en el Vaticano – Luces en la Oscuridad

Entrevista a Gabriel Wüldenmar, psicólogo clínico y teólogo, autor del libro “El príncipe de este mundo” (El Tortuoso Laberinto del Diablo) en el programa radiofónico “Luces en la oscuridad” presentado por Pedro Riba en Punto Radio.

[vimeo http://vimeo.com/39841909]

Según el padre jesuita Malachi Martín, un sacerdote muy cultivado y relacionado, uno de los conocedores del tercer secreto de Fátima, y con acceso al Papa, el 29 de junio de 1963, durante el Pontificado de Pablo VI, un grupo de importantes eclesiásticos celebraron en la Capilla Paulina del Vaticano un ritual satánico de entronización de Satanás, inaugurando “La Era de Satanás”.

Según Malachi, el mismo Papa Pablo VI declaró que el humo de Satanás había entrado en el Vaticano. Una afirmación que confirmaron tanto el exorcista Gabriele Amorth como un grupo de prelados católicos disidentes llamados “Los Milenarios”.

De igual Manera, el padre Malachi también sostuvo la existencia de organizaciones satánicas en Estados Unidos que fueron creadas por los prelados.

En 1999 el padre Malachi falleció súbitamente, y muchos piensan que quisieron silenciar a un jesuita que sabía demasiado y que estaba contando demasiadas cosas. Curiosamente, en la época que apareció muerto, el padre Malachi se encontraba escribiendo un libro en el que denunciaba el papel activo del Vaticano en la construcción del Nuevo Orden Mundial.

http://www.elorodelosdioses.es/misas-negras-en-el-vaticano-luces-en-la-oscuridad/

Rostro de Jesús aparece en una mantarraya (FOTO)

Una nueva y bizarramente hermosa manifestación pareidólica: el rostro de Jesús en el cuerpo de una mantarraya

No es noticia ya que el rostro de Jesús aparezca en diversos objetos alrededor del mundo: lo hace cotidianamente, especialmente en lugares donde confluyen la religión cristiana y la cultura pop. Este fenómeno que quizás no sea exclusivo de nuestra época, es explicado con lo que se conoce como pareidolia, una proyección de una imagen que existe en la mente a la naturaleza.

Esta reciente aparición, el rostro de Jesús en una mantarraya en una foto tomada por Erica Scheldt, quizás no tenga nada de sobresaliente excpeto que nos parece, en su naturaleza desvaída, cual una pintura alterada por una tinta química, una de las más bellas de esta veta de arte cómico. También parece una mezcla entre estrella interna y vulva iridiscente.

Quizás esta mantarraya no pase a la historia, como el célebre Cheesus (la teofanía de Jesús en un cheeto), el rostro de Jesús en el ano de un perro y otras afamadas pareidolias. Pero de cualquier forma cumple ese deber permanente de recordarnos lo ridículo y maravilloso que es nuestra mente en su interfaz con el mundo, prácticamente moldeando su alrrededor conforme a sus ideas y energía.

Curiosamente la mujer que encontró esta mantarraya es de Nashville, Tennessee, lugar donde apareció el popular “nun bun”,  la Madre Teresa en un pan de hotdog.

http://pijamasurf.com/2012/04/rostro-de-jesus-aparece-en-una-mantarraya-foto/

Rituales Satánicos en el Vaticano

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Entrevista a Gabriel Wüldenmar, psicólogo clínico y teólogo, autor del libro «El príncipe de este mundo» en el programa radiofónico «Luces en la oscuridad» presentado por Pedro Riba en Punto Radio.

Según el padre jesuita Malachi Martin, un sacerdote muy cultivado y relacionado, uno de los conocedores del tercer secreto de Fátima, y con acceso al Papa, el 29 de junio de 1963, durante el Pontificado de Pablo VI, un grupo de importantes eclesiásticos celebraron en la Capilla Paulina del Vaticano un ritual satánico de entronización de Satanás, inaugurando «La Era de Satanás».

Según Malachi, el mismo Papa Pablo VI declaró que el humo de Satanás había entrado en el Vaticano. Una afirmación que confirmaron tanto el exorcista Gabriele Amorth como un grupo de prelados católicos disidentes llamados «Los Milenarios».

De igual Manera, el padre Malachi también sostuvo la existencia de organizaciones satánicas en Estados Unidos que fueron creadas por los prelados.

En 1999 el padre Malachi falleció súbitamente, y muchos piensan que quisieron silenciar a un jesuita que sabía demasiado y que estaba contando demasiadas cosas. Curiosamente, en la época que apareció muerto, el padre Malachi se encontraba escribiendo un libro en el que denunciaba el papel activo del Vaticano en la construcción del Nuevo Orden Mundial.

El sacerdote exorcista Gabriele Amorth coincidió con las palabras del padre Malachi, y añadió las siguientes declaraciones:

“En el Vaticano, hay sectas satánicas. No se ven. Pero están allí. El diablo está en Fátima, actúa en Lourdes, en todas partes. Y ciertamente en el Vaticano, el centro de la Cristiandad”.

Misas Negras y Sacrificios Satánicos en el Vaticano. Para ampliar la imagen abrir enlace en nueva ventana.

«Los Milenarios. El Vaticano contra Dios», Ediciones B, 1999, es un interesante libro que fué escrito por una serie de prelados, cuyas identidades no quisieron revelar, en el que relatan las increíbles atrocidades y todo tipo de aberraciones que se cometen de puertas adentro del Vaticano, incluyendo las misas negras y los ritos satánicos.

Por ejemplo, en este libro se cuenta el caso de un arrepentido que hizo confesión de sus pecados:

“En el santuario romano del Divino Amor, a última hora de la tarde, mezclado entre los demás, se acerca al confesionario un penitente muy alterado y turbado. El confesor lo anima a hablar.

-Padre, pertenezco a una secta satánica, en la que desempeño un papel importante. He arrastrado a muchos a ella… He llegado a convencer a muchas personas a asistir a misas negras y a otros ritos satánicos. Sin embargo, el otro día fui yo el invitado a una misa negra en un lugar donde yo jamás hubiera imaginado que se pudiese celebrar semejante rito…

-¿Dónde?- pregunta el confesor desde el otro lado de la reja.
-En el Vaticano.
-¿Quiénes eran los demás?
-No sé les podía reconocer, todos íbamos encapuchados y cubiertos de la cabeza a los pies. Las voces eran graves imposibles de identificar por el timbre…”.

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El ex-illuminati italiano Leo Zagami también dá testimonio de que en el interior del Vaticano se realizan rituales satánicos, se trabaja con demonios, y se practica el culto satánico.

Para quien quiera abundar un poco más en este asunto, aquí tiene el programa radiofónico completo sobre «Las Misas Negras en el Vaticano», de «Luces en la oscuridad», presentado por Pedro Riba y que tiene como invitados al investigador Kim Densalat, el historiador Miguel Córdoba, el escritor Jose Luis Giménez y el teólogo Gabriel Wüldenmar

http://expedientexfiles.blogspot.com.es/2012/04/rituales-satanicos-en-el-vaticano.html

Los rostros de Jesús

En desafío del monoteísmo que exige adorar a un solo dios, los diferentes grupos católicos rinden culto a cientos de santos y vírgenes o advocaciones marianas. En el caso de Jesús ocurre algo semejante: se venera a las adaptaciones locales de su figura, enriquecidas con elementos legendarios y supuestos milagros. Ya sea representado como niño y adulto, de cera o cerámica, minúsculo o monumental, sobre papel o lienzo, hay uno especial para cada cultura.


http://ccoo-chilecomparte.blogspot.com.es/2012/04/los-rostros-de-jesus.html

Catolicismo pluralista ante la pluralidad

por Juan D. Galaz |
La manera que hoy tenemos de comprender y valorar la pluralidad, ha sido elaborada a partir del pensamiento moderno. En lo central, afirmamos que donde hay una comunidad de personas libres, necesariamente hay diversidad. Desde este paradigma, aspiramos formar una comunidad donde las personas puedan realizar proyectos vitales según sus propias convicciones, de manera tal que ni la comunidad ni la libertad se destruyan en ese proceso. Con ese desafío vamos caminando.
Como la mayoría de los frutos de la modernidad, la pluralidad comenzó a ser abordada sistemáticamente por el magisterio católico en el Concilio Vaticano II. Después de siglos ejerciendo hegemonía cultural sobre Occidente, tendiendo a uniformar doctrinas y prácticas, los documentos conciliares ofrecen una renovada comprensión de la diversidad. Como se mostrará, la superación de los axiomas “el error no tiene derechos” y “fuera de la iglesia no hay salvación”, ofrece una mirada actualizada, cuya base es reconocer la posible verdad de aquellos que piensan y viven de manera diferente a lo planteado por la Iglesia. Comprendido así, tenemos una invitación a la convivencia en cooperación y al reconocimiento recíproco, algo elemental para la justicia y la paz social en nuestro tiempo.
El primer axioma (el error no tiene derechos) fue utilizado en los estados católicos con dos finalidades principales: justificar la prohibición de reconocer tradiciones religiosas no admitidas por el Vaticano e impedir que se dicten normas contrarias a su magisterio. Aquello opuesto al planteamiento eclesial, por tanto errado, no podía ser adoptado en un Estado como norma. Aún cuando el progresivo reconocimiento de las libertades de conciencia y culto desde el siglo XVII debilitó este axioma, y la instalación de estados laicos y la Declaración Universal de Derechos Humanos en el siglo XX lo dejaron prácticamente sin aplicación, la discusión en torno a él no fue pacífica.
La redacción de Dignitatis Humanae Personae[1] (1965), declaración del Concilio Vaticano II que trata el tema, fue realizada en medio de airadas discusiones de aula (con destacada participación del Cardenal Raúl Silva Henríquez[2] a favor de las libertades), gruesos artículos de prensa y muchos diálogos “de pasillo”. En él “se peleaba cada coma”, pues lo que estaba en juego excede por mucho el ámbito formal. Su contenido no trata ni de tranzar con algo que íntimamente se sigue considerando un error, ni de ofrecer una adecuada resignación democrática que tolera la palabra ajena. Al contrario, su superación[3] se basa en la auténtica convicción de que en otras tradiciones religiosas (y doctrinas) hay “un destello de aquella verdad que ilumina a todos los hombres”[4] que merece ser respetado y oído. Para efectos teológicos, representa la superación del segundo axioma: puede haber verdad fuera de la Iglesia Católica y con ello salvación.
Para quien participe o tenga cierta familiaridad con la vida eclesial y sus términos, notará que reconocer la posibilidad de salvación extra-eclesial significa un gesto de humildad institucional a favor del Misterio de Dios y las experiencias que nos permiten vivirlo. Se podría decir que, aunque generalmente necesaria, existen condiciones en que su institucionalidad no es imprescindible. Para el lector no informado en estos temas, baste señalar que la salvación es aquel atributo inherente a Dios y que dona gratuitamente de sí para la plenitud de sus creaturas. Su efecto actual es cierta alegría que hace libre para amar (preferentemente a los que sufren) y participar de la vida eterna. De lo dicho, es evidente que admitir que no se posee el monopolio para la administración de semejante promesa, luego de haberla detentado (al menos en el discurso) por más de mil años, es propiamente una revolución.
Decir que Dios es el que salva sin perjuicio de la mediación institucional, significa aceptar que en otros modos de creer, otras doctrinas filosóficas o morales que buscan la plenitud humana, hay un camino de salvación para quienes las viven honestamente. Significa también que “no se salva, en cambio, el que no permanece en el amor, aunque esté incorporado a la Iglesia, pues está en el seno de la Iglesia con el cuerpo, pero no con el corazón (Lumen Gentium 14)”.
En este cambio de mirada nace el pluralismo ante la pluralidad, es decir, la valoración positiva de la diversidad como disposición para habitarla. En términos prácticos significa declarar que la diversidad es una oportunidad de crecimiento recíproco y no una amenaza, donde el depósito de humanidad contenido en nuestra Tradición se ofrece como un regalo y no como razón para la violencia o discriminación. Significa que el modo de relacionarse es a partir del diálogo respetuoso y no de la condena anticipada, asumiendo que nuestras afirmaciones son parciales y situadas, por tanto susceptibles de ser corregidas cuando nos abrimos a la verdad que el otro tiene para mostrarnos. Igualmente, nos recuerda que nosotros no predicamos a la doctrina de la Iglesia, sino que compartimos la experiencia de Dios en ella conservada. Somos seducidos por el encuentro, antes que por su sistematización teológica.
Lo anterior adquiere su sentido total, de manera urgente y necesaria, en la invitación a colaborar con todos aquellos que, sin creer o creyendo de manera diferente, quieren construir un mundo de mayor humanidad en la justicia y la paz. Al final, nuestras convicciones solo se van a conocer por la comunidad que construyamos desde ellas.
http://ultimaadvertencia.blogspot.com.es/2012/04/catolicismo-pluralista-ante-la.html

Revelaciones del Vía Crucis

El canon evangélico, es decir el aceptado por la Iglesia católica, se enfrenta con creencias de profundo arraigo popular surgidas desde los evangelios apócrifos. El caso del Vía crucis, el camino que siguió Jesús hasta su muerte y sepultura, es una expresión viva de esta confrontación. 
Por Rafael Muñoz Saldaña

 
La forma más común de llamarlo es una frase latina que significa, en español, «el Camino de la Cruz», pero también se le conoce de otras maneras, como Vía Dolorosa y Estaciones de la Cruz. Con ese nombre se identifica lo que hoy podríamos considerar una ‘novela gráfica’ en la que se representan los pasos más importantes de la Pasión de Cristo como imágenes seriadas. El medio comun para hacerlo ha sido la pintura, pero también se han esculpido en distintos materiales. Su uso se generalizó a finales del siglo XVII y a partir de entonces se extendió a todos los templos católicos.
El objetivo de estas representaciones ha sido invitar a los fieles a realizar dos peregrinajes: el primero es un recorrido por los lugares por los que caminó Jesús en sus ultimas horas¡ el segundo, un viaje espiritual por las emociones que experimentó en esos momentos. La historia de esta devoción comenzó con los viajeros real es que desde épocas remotas visitaron Jerusalén, costumbre que ya existía en 380, En los siglos posteriores se ofrecían indulgencias (perdón de los pecados) a quienes lo hicieran, A finales del siglo XV el peregrino inglés Willlam Wey hablaba de ‘estaciones’ para referirse al recorrido. Durante la misma época, en diversas capillas europeas se elaboraron representaciones de los sitios de la Pasión. Originalmente se colocaban separadas entre sí por los mismos pasos que distanciaban las escenas enlos lugares reales.

Las catorce estaciones
No se sabe en qué momento se definieron el número y la selección de escenas que dieron origen al Vía crua’s de 14 estaciones. El reporte de Wey refiere la misma
cifra, pero sólo cinco coinciden con el listado posterior y siete mencionan lugares conectados sólo remotamente con la P a sión. En diferente s libros y tratados el número osciló (19, 25, 37…). Por fin, en 1584 el libro Jerusalén tal como floreció en tiempos de Jesús, del autor neerlandés Christianus Adrichomius (quien compiló los datos para elaborar un interés ante plano de la ciudad de Jerusalén en tiempos de Jesús), menciona 12 que se corresponden con igual número y posición en la lista tradicional de las 14. Su libro circuló en diversas ciudades de Europa y es probable que haya servido como base para la selección posterior. Por épocas la devoción se vivía sólo con las represen-tacione s, pues en la ciudad de Jerusalén, dominada en temporadas por culturas de otra religión, llegó a prohibir se cualquier homenaje en tal es puntos.
Las diferencias en los contenidos de los listados medievales hacen pensar que no se derivaron de la ciudad, sino de distintos manuales religiosos. Hay variantes en el énfasis, la secuencia y el punto de partí da. Durante los siglos XVII y XVIII se elaboraron numerosas representaciones en las iglesias, Los pioneros fueron los frailes franciscanos, a quienes el papa Inocencio XI concedió el permiso de hacerlo en 1686, garantizando que quienes siguieran el VIA CRUCIS en las iglesias merecerían las mismas indulgencias que los visitantes de Tierra Santa. Correspondió finalmente al papa Clemente XII, en 1751, fijar el número y contenido de las 14 estaciones prevalecientes por 250 años.

EL debate con los Apócrifos
El cambio radical del Vía ciucis ocurrió durante el papado de Juan Pablo II [1978-2 O OS). La preocupación de su pontificado fue detener la desbandada de los católicos hacia otras denominaciones cristianas. Una de sus estrategias fue regresar al canon evangélico {Mateo, Marcos, Lucas y Juan) y depurar el catolicismo déla ‘contaminación’ de los evangelios apócrifos, que tanto interés publico despertaron en la segunda mitad del siglo XX con productos como la polemica novela El código Da Vinci.
En el Via eructe tradicional había distintos elementos procedentes de los Apócrifos que, simplemente.no están en el Nuevo Tes tamento. El Viernes Santo de 1991 Juan Pablo II dio a conocer su nueva versión durante la liturgia que, como tradición, preside el Papa en el Coliseo de Roma, La llamó «Camino Escritural de la Cruz». Atendía así la recomendación del Segundo Concilio Vaticano en el sentido de que todas las expresiones de oración deben basarse en las Escrituras.
Los estudios preparatorios para esa decisión hallaron que sólo ocho de las 14 estaciones contaban con una base escritural. Las números 3, 4, 6, 7, 9 y 13 no se mencionan en los evangelios. Algunas fuentes sostienen que en la versión de Juan Pablo II hay lü estaciones y que la última de ellas es la Resurrección. No hay, sin embargo, ni en los textos oficiales del Vaticano ni en las reflexiones litúrgicas de los últimos veinte años nada que lo compruebe. De cualquier manera incluirla sería una contradicción, puesla Resurrección de Jesús no es un episodio de dolor y sufrimiento ni para él ni para los creyentes, sino el hecho jubiloso que pone en evidencia su triunfo sobre la muer te y otorga validez a todas las promesas que hizo durante su apostolado.

Compañeros de viaje
¿Con cuál versión del Vía crucis quedarnos? El propio Juan Pablo II y su sucesor Benedicto XVI alternaron ambas en la celebración de Semana Santa, aun después de establecer la nueva, en un interesante diálogo con los Apócrifos. La versión clásica se usó en 1993,1998, 2000, 2001, 2003, 2005, 200S y 2010¡ el ‘Camino escritura!1 en 1991,1994,1995, 1997, 2002, 2004, 2007, 2008 y 2009 (véase la página oficial del Vaticano referida a las conmemoraciones del Vía CRUCIS realizadas por ambos pontífices en el periodo 1991-2010). La peculiar forma en que se definieron sus estaciones y la reforma papal lleva a pensar que el Vía crucJs y sus escenas valen sobre todo como medios para acercarnos a la jornada fundamental de una de las religiones mas importantes del mundo (en razón de su número de adherentes).
En el caso de los creyentes, el Vía crucis invita a una reflexión sobre el sentido del cristianismo, y a hacer de la reverencia frente a sus estaciones ‘actos de reparación’, acciones de desagravio contra el suplicio de Cristo, injusto desde cualquier perspectiva. Detalles más, detalles menos, esa es la intención de las estaciones canónicas y apócrifas. La lectura juiciosa que complementa ambas fuentes alecciona, enriquece, ilustra y nos aleja de antiguos fanatismos.
Aparte de las numerosas representaciones populares de la Pasión, basadas en el Vía crucístradicional,y del uso metafórico de expresiones usuales como Vivo un víacrticjs’ para referirse aun sufrimiento Improbo, Benedicto XVI extiende el sentido a un retí ato de la condición humana: «Desdelas cámaras de gas de Auschwitz; desde las aldeas arrasadas con niños torturados en Vietnam; desde los suburbios llenos de miseria de la India, de África, de Latinoamérica… desde todas partes, nos mira e se rostro lleno de sangre y heridas, cubierto de dolor y de burlas».
El camino que siguió Jesucristo {se crea o no en él como profeta, nadie pone en duda su calidad moral y sufrimiento humano) es, de esa manera, semejante ala rutapersonalycolectivaporlaquehoy transitan millones de personas afligidas por procesos históricos y sociales, y también por la angustia y las penas individuales. El Víacrucís es una singular forma de ‘turismo negro’ (viajes que tienen por destino sitios de padecimiento) pero también un recorrido luminoso, un periplo real y espiritual a la vez, que reconoce el dolor del mundo pero en compensación ofrece a los fiel es la compañía divina y la residencia perenne en el Paraíso.
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