Archivo por días: agosto 13, 2010

OCTAVA CONCLUSIÓN.

A los largo de los post de este blog: hemos realizado un recorrido por la Historia del Hombre, no la Historia oficial que nos han contado, sino la real pero oculta, que se va desprendiendo en el análisis de los hechos, documentación o sucesos que no cuadran, anulan o contradicen esa historia oficial.

Una de las verdades innegables e incontestables, a lo largo de nuestra historia es la supervisión que han realizado, los que he llamado ellos, dioses, semidioses o extraterrestres.

Hemos visto como incluso ellos han llegado a la lucha y la confrontación militar por el poder sobre este planeta.

Hemos analizado nuestra respuesta como raza. Bastante negativa por cierto.

Pero no hemos visto a fondo, algo fundamental que nos preguntamos todos los que nos preocupa el fenómeno ovni.

¿Cuál es su misión?, ¿Qué quieren?, ¿qué es lo que están haciendo?

A lo largo del análisis llevado a cabo en la llamada Historia Verdadera, (nuestra historia),  hemos visto como su trato hacía nosotros no ha variado significativamente a lo largo de nuestra historia:


Antes que el hombre otros homínidos han sido creados en el planeta, observado su conducta y tomados decisiones sobre su viabilidad o destrucción.


  • En primer lugar tenemos el paraíso, donde el trato entre ellos y el hombre es paternal. Ellos procuran nuestra felicidad y el hombre vive a salvo, en un planeta donde puede satisfacer todas sus necesidades.
  • En la época de los focos  (ciudades o centros de poder extraterrestre), antes del diluvio. Vemos que tras nuestra vinculación con los Nefilim, (expulsión del paraíso), el trato de la raza humana es más bien distante, y parece no importar tanto nuestro destino como nuestro contenido genético.

Ellos destruyen todos los semidioses o productos de ingeniería genética, que los nefilim habían desarrollado sobre el planeta. Destruyen a los nefilim (ángel caído), si bien la influencia de éstos permanecerá sobre la tierra (el mal).

  • Tras el diluvio,  ellos reconstruyen la genética humana, salvada gracias a la selección de los puros como Moisés.

Desde entonces el hombre, tiene el pecado original (la convivencia y manipulación establecida por los Nefilim), y por esta causa, su comportamiento tiene que ser moldeado.

  • Aparecen los diez mandamientos y trato implacable para los trasgresores de la ley de dios.
  • Posteriormente, en la medida en que el ser humano evoluciona aparecen los enviados, los profetas que originan las grandes religiones que han procurado al hombre sus respuestas y sus exigencias en cuanto a comportamiento e integridad.

  • Finalmente el desarrollo tecnológico del hombre desde finales del siglo XIX y principios del XX, hace que los comunicados se adapten al nivel de civilización.

Se descubre el código de la Biblia, y comienzan unos contactos directos crecientes, que pretenden advertirnos sobre su presencia.

Este periodo termina bruscamente al final de la 2º Guerra Mundial.

  • De nuevo los Nefilim, son capaces de convencer a una persona, causante de la mayor y más atroz guerra que la humanidad ha soportado. Lo hemos visto en los post sobre los ovnis y los nazis.

Resulta evidente, que los aliados, también recibieron una ayudita, aunque menos manifiesta y más logística. Esto se demuestra en los protocolos de actuación que siguen los militares ante algunos episodios ovnis analizados en  el blog.

  • Desde ese momento existe un gobierno en la sombra formado por determinadas personas de este planeta, que están al tanto de  ellos y sus pretensiones. Sin embargo este grupo, el club. Tiene sus propios intereses y pretende seguir manteniendo sus privilegios.

De esta manera, oculta el fenómeno ovni en contra del deseo de ellos, para reconducir a su manera y beneficio a la humanidad.

Dentro de ese periodo estaríamos ahora, si bien es verdad, estamos a punto de terminarlo. Personalmente creo que la fecha de 2012, se refiere sobre todo, a un límite puesto por ellos, para conseguir algunos objetivos.

El último post sobre el tema del espiritismo, trata el tema de lo que significamos para ellos. En él se manifiesta que somos un producto de laboratorio, un producto genético que evoluciona no sólo con los genes, sino que estos mutan también en una determinada dirección según nuestro comportamientos, nuestros sentimientos, nuestra moral nuestra conducta como raza.

Para ellos, sólo somos un producto que se puede desechar si no convence. El intento de relación con ellos es siempre perjudicial, ya que son siempre ellos los que llevan la iniciativa y conocen todas las respuestas.

Esto explicaría su preocupación por nuestra conducta, religiones, a lo largo de la historia y sus constantes comprobaciones de nuestro ADN.


Analicemos ahora sus actividades.

Una de las actividades llevadas a cabo por todos ellos es la manipulación genética. La realizan mediante las abducciones:

La mayoría de los abducidos los describe como: seres de 1 metro de altura, calvos, piel gris, ojos grandes y almendrados. Ellos son los hombrecillos grises (ellos).

Quizás el primer contacto físico y directo, que tuvo lugar fue el incidente de Roswel. Nuevo México en 1947. Se especula que en el accidente de este ovni sobrevivieron algunos hombrecillos grises.

A partir de esta fecha los avistamientos aumentaron de forma espectacular. En los años 60 las películas del cine muestran a seres del espacio que vienen a la tierra para invadirnos o decirnos que tenemos que cambiar.

A partir de los 60, se empiezan a registrar los primeros casos de abducciones. Seguramente, antes también se realizaban sin embargo las personas no tenían madurez ni información para saber que le había pasado. Después de las películas de los años 60 sobre extraterrestres la población mundial tuvo esa información. Esa es la causa de que los testimonios sobre abducciones se registren desde estas fechas.

El caso de Betty y Barney Hill`s fue el primero y más esclarecedor:

El matrimonio venía en coche desde Montreal (Canadá), y cruzaban las montañas de New Hampshire.

– Vimos una luz que cambió de dirección para ir hacía nosotros y quedarse delante del coche.

Barney salió del coche para ver el objeto, con los prismáticos vio a los hombrecillos grises, que a su vez le miraban desde la nave.

Empezaron a descender, asustado Barney se vuelve al coche. Arranca y conduce por una pista forestal donde delante ve una barrera de luz, ve a  ellos que avanzan. Aquí pierden la memoria.

La recuperan en la autopista, conduciendo su coche, entonces se dan cuenta que no recuerdan nada de las últimas dos horas..

Durante dos años tuvieron pesadillas que no les dejaban dormir. Fueron a varios especialistas hasta que llegaron hasta el doctor Saimon especialista en terápia hipnótica.

A través de la hipnosis recordaron lo sucedido en esas dos horas:

Los metieron en una nave en compartimientos separados.

Los hombrecillos grises son descritos por primera vez, ellos se dedican a examinar su cuerpo.

les toman muestran de semen y óvulos.

Intentar introducir por el ombligo un aparato pero fianalmente ante las muestras de dolor de Betty desisten.

Ella preguntó de dónde venían. Entonces bajo hipnosis Betty representa un sistema de estrellas. En principio ese dibujo no correspondía con nada conocido, pero siete años más tarde, se descubrió un sistema exacto al dibujado por Betty en la hipnosis, un sistema a 40 años de la tierra (Bastante cerca, a escala astronómica), el sistema se llama Z-Reticuli.

Desde entonces cientos de personas , dicen haber sido abducidas. Trataremos en este blog algunos de los casos más representativos y claros.

En el informe Mayestic encargado por el presidente Truman, se habla de los tipos de naves que se avistan:

pueden ser en forma de platillo, circulares, alargadas y triangulares.  Los seres que se describen por los abducidos son EBEs (entidades biológicas) y los hay fundamentalmente de dos tipos. Humanoide de 1,50 m parecidos a niños. Y el tipo 2 ( los hombrecillos grises), que son los que más aparecen.

Abducen sobre todo a mujeres jóvenes, embarazadas. Hacen un seguimiento,  con abducciones repetidas hasta que de repente el feto desaparece. Algunos abducidos bajo hipnosis han manifestado, ver a sus hijos desaparecidos con unos rasgos extraños (híbridos).

En los años 80 el fenómeno de las abducciones se convirtió en parte de la cultura popular.

Aunque no se lleva la cuenta de manera oficial. Si que hay un registro de casos detectados que estima en 4.000.000 la cifra de personas abducidas hasta el momento.

Los testimonios de estas personas contienen puntos comunes:

Son puestos en estado comatoso aunque pueden moverse y son conscientes de lo que pasa.

Se les practica exámenes muy dolorosos relacionados con la reproducción.

Después se consiguen híbridos mediante fetos que son desarrollados hasta alcanzar la madurez.

Algunas veces se integran en el cuerpo del abducido, chips, realizados con materiales de la tierra.

Así pues, queda claro, que ni hermanos, ni amigos, ni aliados. Nosotros  sólo somos para ellos como ganado, que evoluciona en un sentido que quieren o se tira, el experimento a la basura.


Intentan que seamos espiritualmente puros. Quizás la evolución tecnológica, conlleva para el cuerpo y el ADN un camino que al final sólo conduce a la nada. Quizás exista un punto en cada raza en cada especie, que permita que esta vaya por otro lado, se interese por otras cosas más trascendentales. Nosotros hemos decidido dar el paso de la tecnología y ellos se han manifestado.

Quizás el cuerpo de los budas, de los eremitas, de los que consagran su vida a la espiritualidad, conlleve a  nivel físico una evolución que a la larga pueda convertir a esa especie o raza en organismos más evolucionados. Entidades espirituales superiores capaces de ejercer sobre el universo, un poder sobre los diferentes planos de la existencia de la vida y la consciencia.

Quizás esperan fabricar una raza que evolucione de esa forma y, pretenden copiar el ADN que posibilite esa vía. Eso daría cabida en este universo a muchos seres espirituales, incluso también daría cabida a Dios. Como una entidad creadora, y transformadora de la estructura que llamamos universo.


Eso explicaría los mensajes de las religiones principales, creadas por los profetas y que marcaban un camino que desgraciadamente, echaron por tierra, los Nefilim ya que nos impregnaron de ese gen que lleva al hombre a destruir, dominar y someter todo lo que es capaz de alcanzar.

Por qué debemos defendernos de los Dioses

En el post anterior, vimos como los nazis, contactaron con extraterrestres para conseguir una mejora tecnológica, a través del espiritismo.

Esta forma de actuar, puede ser un camino fácil hacia un entorno claramente negativo para la persona que contacta.

En primer lugar los entes  contactados aparecen como positivos en un entorno agradable, sin embargo a la larga se ve que esto no es así.

En segundo lugar, este el camino más fácil para caer en las redes de otros depredadores más prosaicos. Las sectas que captan individuos que buscan respuestas y encuentran una esclavitud.

En tercer lugar, porque  lo que te dicen, esos contactos, suele confundirte y al final ser falso. Por alguna razón tienden a mentir, son claramente negativos.

Un ejemplo de esto está en siguiente relato:

Sé que hay mucha gente, sobre todo gente que ha sido contactada de alguna manera, que no está de acuerdo conmigo en la visión de todo el fenómeno ovni, y sobre todo en mi punto de vista de que el fenómeno es, a la larga, perjudicial al ser humano y más correctamente a la humanidad considerada en bloque.
Si estos individuos conociesen muchos otros casos de contactados, además del suyo, se convencerían de que lo que a ellos les ha pasado no es lo más frecuente. Y muchas veces estas ventajas y beneficios que algunos individuos han logrado con su comunicación con los Dioses, han sido sólo temporales, cayendo en la cuenta años más tarde, que el balance total tuvo mucho más de negativo que de positivo.
Y son innumerables los casos en que, cuando el humano ha querido salirse de esta relación, ya le ha sido totalmente imposible.

«Operación Rama»


Hace unos años cuando la «Operación Rama» estaba en todo su apogeo en España y en parte de Suramérica, me gané la enemistad de algunos de sus líderes porque, a preguntas de algunos de sus seguidores acerca de los beneficios de la «Operación Rama», contesté que me parecía que los que andaban en ella, andaban por las ramas, mal aconsejados por gentes llenas de buena voluntad, pero completamente ingenuos.
Andaban por las ramas del fenómeno ovni en cuanto a su profundidad y a su trascendencia. Y dije además, que pese a todas las apariencias de inocuidad y hasta de la positiva bondad de toda la operación, se exponían a serios peligros.
Peligros que se convirtieron en realidad en muchísimos casos en los que las vidas de los participantes sufrieron traumas y cambios nada positivos.

Esta «Operación Rama», originada en el Perú, consistía en fomentar el contacto con los «extraterrestres», presuponiendo que los «extraterrestres» son nuestros buenos hermanos del espacio, que vienen a ayudarnos y, en cierta manera, a solucionarnos nuestros problemas. Los jefes de este movimiento no habían todavía descubierto que los «extraterrestres», como ellos gustan de llamarlos (o «los Dioses», como nosotros les hemos venido llamando a lo largo de este libro), en vez de ser la solución de nuestros problemas, son el gran problema que la humanidad tiene y ha tenido siempre planteado.

Lo malo es que es únicamente ahora cuando empezamos a caer en la cuenta del problema. Yo mismo estuve imbuido de esta falsa idea cuando me puse en contacto con el fenómeno; pero esto fue hace ya bastantes años; y gracias a muchas reflexiones y a los muchos hechos investigados personalmente, ya hace tiempo que llegué a la conclusión de que tal bondad y tal generosidad por parte de «ellos», no es lo que a primera vista parece.

Tal como ya he dicho repetidamente, es poco más o menos la que nosotros tenemos con los animales que nos rodean, a los que indudablemente tratamos muy bien en muchas ocasiones y hasta nos sacrificamos por ellos, pero a la larga los tenemos a nuestro servicio y no dudamos en deshacernos de ellos o incluso en matarlos cuando nos molestan, o simplemente cuando nos conviene.

Uno de los medios que la «Operación Rama» tenía para buscar esta comunicación, era subirse a las montañas y acudir por las noches a lugares solitarios en donde presumiblemente podrían encontrarse con sus «buenos hermanos espaciales».

Esto originaba, a veces, posteriores contactos telepáticos para los que no se necesitaba salir de los centros de reunión. Y excusado es decir, que estos contactos telepáticos, para muchos psiquismos desequilibrados o propensos al desequilibrio, y para muchos adolescentes resultaron, a la larga, frustrantes o funestos.

Con lo dicho hasta aquí, ya hemos comenzado a contestar a la pregunta que nos hemos hecho en este capítulo: Debemos defendernos de los Dioses porque, a la larga, el contacto con ellos es nocivo para nosotros. Por lo menos el contacto indiscriminado, es decir, sin saber de antemano con quién nos estamos relacionando, y además teniendo el firme deseo de entregar nuestras mentes y nuestras voluntades a lo que ellos nos indiquen, sin sopesar de una manera crítica, si lo que nos dicen o nos mandan es útil o nocivo para nuestras vidas.

A manera de paréntesis, diremos que hay un paralelo muy grande entre esto que estamos diciendo y lo que sucede en el espiritismo. El espiritismo, muy probablemente, a mi manera de ver, es el mismo fenómeno de que estamos tratando en todo este libro, pero visto desde un ángulo completamente diferente. Es decir, en el espiritismo «los Dioses» se manifiestan en forma de espíritus muertos.

Aunque yo admito la posibilidad —y en algunos casos la probabilidad— de que algunos de los personajes que se manifiestan en una auténtica sesión espiritista, sean los restos de energía psíquica —actuando de una manera automática o cuasiautomática—, de algún difunto, fallecido no demasiado tiempo atrás.
(Y tengo que confesarle al lector que debido a mis conversaciones con el insigne espiritista puertorriqueño, Ingeniero Flavio Acarón, últimamente he comenzado a admitir la probabilidad de que en muchas ocasiones lo que se manifiesta es la propia alma o la mente desencarnada del difunto, que durante un tiempo vaga confusa en su nuevo estado, resistiéndose a abandonar el nivel de existencia en el que había estado hasta su muerte).

Pues bien, el pontífice del moderno espiritismo, Alan Kardec, repetidamente pone sobre aviso, en sus obras, a los seguidores del espiritismo, a que no se fíen sin más ni más de los espíritus que se manifiesten en las sesiones, y a que no abran ingenuamente sus almas a las influencias de estos espíritus, sin haberse cerciorado muy bien previamente, de qué espíritu se trata, y de si son en realidad los que dicen que son.

Porque, curiosamente, nos encontramos en el espiritismo —y admitido no sólo por Kardec, sino por todos los grandes maestros espiritistas— lo mismo que habíamos encontrado en nuestro trato con los Dioses: que hay que andar con mucho cuidado con ellos, por más evolucionados y superiores que parezcan, porque en ellos, el engañar y el mentir son cosas frecuentes y casi normales.

Los creyentes del espiritismo, al igual que los fanáticos religiosos y los devotos de los ovnis, creen que sus «guías», sus «santos», o sus «protectores extraterrestres» nunca engañan, y que los que lo hacen, son otros seres menos evolucionados.

Pero la realidad es que en los tres fenómenos —religión, espiritismo y ovnis— hay que andar con pies de plomo, porque la decepción está a la orden del día; y muy probablemente, ni los «santos» son tan santos como creen los religiosos, ni los «buenos hermanos del espacio» son tan buenos como creen los platilleros, ni los «guías espirituales» guían tan bien como creen los espiritistas.

Y profundizando un poco más en la negatividad de nuestro contacto con los Dioses, podríamos hacer una división y distinguir en qué consiste la nocividad para los seres humanos considerados individualmente, y en qué consiste para la humanidad considerada en bloque.

Nocivos a nivel individual

Las consecuencias de este contacto, en muchos seres humanos, han sido principalmente los grandes cambios perjudiciales que se han notado en sus vidas.
Muy frecuentemente, los individuos que han sido contactados por los «extraterrestres», se hacen erráticos, abandonan su trabajo o estudios y no raramente abandonan a su propia familia; algunos caen en unos estados de misticismo que los alejan por completo del mundo que los rodea, y en general se vuelven bastante problemáticos para la sociedad, creyendo ellos, por su parte, que están llevando a cabo una misión evangelizadora (predicadores de una «buena nueva») y salvadora de la humanidad, o sintiéndose depositarios de algún gran avance tecnológico.
En algunos casos más agudos, ha habido una pérdida total de las facultades mentales, trastornándose el individuo por completo; en otros, han sido objeto de ensañadas persecuciones, sufriendo mucho por ellas y hasta desapareciendo sin dejar rastro. En algún libro mío he contado casos de suicidio —directamente conocidos por mí— en los que ha incurrido el individuo contactado; y hay que hacer notar que el suicidio fue debido directamente a las ideas que le fueron sugeridas por sus «protectores», según notas que los suicidas dejaron.

Por ser algo que está directamente relacionado con el tema que estamos tratando, narraré aquí una anécdota totalmente inédita, tal como me fue contada por el mismo soldado que participó en los hechos.

A mediados de la década del 70, mientras cumplía el servicio militar en un cuartel en las cercanías de Madrid, descubrió un día —en un paraje medio escondido en las inmediaciones del cuartel— el cadáver del soldado al que se disponía a relevar, con un balazo en la frente. La metralleta con la que estaba haciendo guardia estaba allí a su lado.

Del bolsillo salía un papel en el que estaba escrito un mensaje para su padre; en él le decía que mientras hacía guardia la víspera por la noche, se le había aparecido una mujer bellísima, vestida con muchos velos, que le había hablado del cosmos y de las muchas vidas que hay fuera de la Tierra; le dijo también que el límite de la felicidad era infinito; que ella había llegado hasta allí en una nave sideral y que lo invitaba a irse con ella.
El tuvo miedo, (entre otras cosas porque le daba temor el abandonar la responsabilidad militar que tenía en aquel preciso momento) y aunque le atraía la idea de irse con aquella mujer tan bella, al fin no se atrevió y la vio alejarse.

Naturalmente tras esta visión, quedó totalmente conmocionado y durante todo el día no dejó de pensar sobre ello, sin comunicarle a nadie lo que le había sucedido. Pero, en un momento, le vino un gran arrepentimiento de no haberse ido con ella y recordó que la dama le había dicho que siempre que lo desease la podría alcanzar.

Se le ocurrió entonces que la manera de reunirse con ella era quitándose la vida. Enseguida se puso a escribir la nota para su padre. En ella le decía también, que esa era la única causa de su muerte y que no pensase que estaba triste o amargado; además le prometía que volvería a visitarlo y que los ayudaría. Al día siguiente, cuando le tocó de nuevo su turno de guardia nocturna, se quitó la vida.
(El recluta que encontró su cadáver no enseñó la carta a nadie, excepto a un amigo de su entera confianza; pero no a las autoridades militares ni al mismo padre del suicida a quien iba dirigida. Dio enseguida parte de su macabro hallazgo, y por las extrañas circunstancias del caso, fue acusado de la muerte del centinela. Estuvo preso por ello 14 meses, pero al no encontrarse causa ninguna contra él, fue dejado en libertad).
Quien quiera ver el exacto cumplimiento de lo que estamos diciendo deberá leer los tres libros en que Victorino del Pozo (Editorial Barath, Madrid) narra la vida del lamoso «contacto» italiano E. Siragusa. A uno le da pena ver cómo un hombre lleno de buena voluntad, como Siragusa, es despiadadamente manipulado y utilizado por los Dioses, que fomentan sus ideas mesiánicas y delirantes contra las que el pobre hombre está completamente indefenso. Cuando ya no lo necesiten, lo abandonarán sin más explicaciones, dejándolo en un estado de total desesperación o induciéndolo al suicidio, tal como han hecho con tantos otros contactados
Mucho después de haber escrito esto, leí en el «Diario 16» de Madrid con fecha 8 de marzo de 1984, la siguiente noticia que transcribo: «El cadáver del soldado Carlos Assua Molinero fue encontrado esta mañana en la garita del centinela, al realizar el relevo de la guardia, con un disparo de bala en la cabeza, según informó el Cuartel General del Aire».

Por no venir a cuento, no quiero profundizar en este caso. Al lector desconocedor del vastísimo campo de la paranormalogia, le resultará extraño, pero la verdad es que es un suceso casi típico, en el que se aúnan características y detalles que son constantes en las manifestaciones de las hadas, en las apariciones de la «Virgen María» o de cualquier Diosa de otra religión, y en el vasto campo de la ovnilogía. Todos estos fenómenos, por más que los fanáticos de cada uno de ellos se aferren a la veracidad de su punto de vista, son una y la misma cosa en el fondo, y provienen de la misma causa.

Si trasladamos estos contactos con seres no humanos al campo religioso, nos encontramos con los mismos resultados, por más que los contactados sublimen toda su experiencia. Allí a los contactos se les llama «visiones», «apariciones», o «éxtasis», pero la vida del místico, de ordinario y fisiológicamente hablando, se convierte en un infierno, que él sobrelleva con resignación y hasta con alegría, a cambio de la iluminación que su mente recibe y a cambio de unas maravillosas sensaciones con las que de vez en cuando se ve inundado todo su ser18.

De nuevo podemos corroborar lo que decimos, con un ejemplo contemporáneo: Amparo Cuevas, la vidente de El Escorial. Esta humilde y honesta mujer está teniendo por estos días unas visiones que atraen a miles de devotos y curiosos de toda España. Ha sido atacada y golpeada por unos desconocidos asaltantes, y con frecuencia sangra en abundancia, sufriendo intensamente por el dolor que le causa los estigmas. Sus mensajes —muy semejantes a los de otros videntes—están llenos de angustiosas amenazas de terribles castigos inmediatos, que nunca se cumplen; (Todos los profetas, han sido siempre profetas de calamidades). Por otro lado «la STA. Virgen» le ha dicho que haga construir allí mismo, una capilla a donde vengan a reunirse sus devotos.
El que haya casos en los que el contactado haya salido beneficiado, no quita nada a la realidad de los hechos que acabamos de mencionar. Como ya dijimos, muchas veces sucede que estos beneficios son sólo iniciales y transitorios, y además los casos nocivos superan con mucho a estos casos en los que el terrestre ha salido beneficiado.

(Sobre la marcha, y como un botón de muestra entre mil: En el pueblecito de San Clemente, provincia de Cuenca, se venera en una ermita la Virgen del Rus, que según la tradición, se apareció allí mismo a unos pastores en una cueva al lado del río del mismo nombre. En la fiesta anual sacan en procesión la imagen, balanceándola constantemente. Hace unos años, la señora encargada de custodiar la ermita, se suicidó inexplicablemente. Dejó un papel en el que decía que «iba a reunirse con la Virgen». Allí está el árbol en que se ahorcó).

Nocivos a nivel social

El comunicado dice que el hecho ocurrió en una de las garitas avanzadas que dan limite entre la zona militar de la Escuela de Transmisiones y el poblado de Alcorcen, en las afueras de Madrid.

Concluye la nota de «Diario 16»:

«Se desconocen las causas que motivaron los hechos, si bien el estado depresivo en que se encontraba la víctima esa misma noche, según relatan sus compañeros de servicio, hace suponer que se trata de un suicidio».
No he podido saber todavía si el cuartel en donde sucedió este hecho es el mismo en que sucedió el relato en el texto. De ser el mismo o cercano cabe la posibilidad de que «la mujer bellísima» siga en su macabro deporte.

¿Por qué precisamente Amparo y por qué aquel lugar?

No lo sabemos con certeza, pero sospechamos que:
  1. por las ondas cerebrales de Amparo, que al igual que las de otros contactados y místicos, son captadas con especial facilidad por el Dios que se les aparece
  2. porque en ese lugar o región existe un especial magnetismo telúrico que propicia la manifestación de los Dioses.
(La actividad ovnística en esa región es muy abundante, y recuérdese la proximidad de otra ermita y del monasterio de San Lorenzo).
Si es importante el aspecto negativo que la. relación con los Dioses tiene a nivel individual, lo es mucho más a un nivel general o social. Esta negatividad y perjuicio que la humanidad en bloque, recibe de su relación con los Dioses, es en el fondo, el tema principal de este libro. Y si el título de él es «Defendámonos de los Dioses», es porque se presupone que para la humanidad en general, los Dioses son algo perjudicial de lo que nos tenemos que defender.

Y para que no se dé por asentado y por probado, algo que es el fundamento de todo el libro, insistiré un poco en este aspecto negativo de todo el fenómeno ovni, que es la manera que los. Dioses tienen de manifestarse en los tiempos modernos.

El axioma que el autor tiene en mente y que considera sumamente importante que los individuos más evolucionados vayan aceptando y teniendo siempre presente, es que la humanidad entera es una especie de granja de los Dioses; una granja en la que los animales domesticados y utilizados son los hombres.

Esta verdad es durísima para la mente y para la sensibilidad humana y le confieso al lector que para mí fue un verdadero «shock» cuando, después de haberme resistido por mucho tiempo a aceptarla, un buen día no tuve más remedio que admitirla, ante la reiterada contundencia de los hechos. (Hechos, que no sé si por desgracia o por suerte, son desconocidos por la mayoría de los humanos, siendo esto la causa de que se nieguen a admitir este axioma, cuando lo oyen por primera vez).

Junto con este axioma general y fundamental, podríamos enumerar otras verdades igualmente importantes para comprender muchos aspectos de la vida humana, que de otra manera se hacen completamente inexplicables.

He aquí algunas de estas verdades:
  • Los Dioses ni nos aman ni nos odian.
  • Nos ven y nos tratan poco más o menos como nosotros vemos y tratamos a los animales.
  • A éstos a veces los matamos, los maltratamos, los cazamos, o viceversa, los mimamos, los protegemos, los alimentamos y los defendemos de peligros que puedan tener. Pero en todas estas acciones, lo que los hombres pretendemos fundamentalmente, es darnos gusto a nosotros mismos, sea que matemos o que cuidemos al animal.
  • Su dueño cuida al caballo de carreras o al toro de lidia porque le va a dar dinero, o gloria o satisfacción al verlo actuar, pero luego no tiene inconveniente en venderlo para carne para sacarle el último provecho.
(El que alguien se niegue a venderlo y hasta le haga un monumento, no contradice en nada a lo que estamos diciendo; con esta acción, el ser humano está únicamente desfogando y manifestando los nobles sentimientos de su corazón, y en cierta manera dándose gusto a sí mismo en la manifestación del aprecio que tiene por el animal).

Para que veamos más claramente este aspecto egoísta de nuestra relación con los animales, consideremos el caso tan frecuente de los gatos, a quienes sus amos les hacen arrancar las uñas, (eso sí, hecho por un veterinario y sin dolor), para que no destrocen los muebles en casa; o el aún más drástico de la castración a que son sometidos tantos animales, y en concreto tantos perros y gatos, que, por otro lado, son tan consentidos y tan bien tratados en las casas.

Si le preguntásemos al perro o al gato si le gusta que le arranquen las uñas o lo castren, seguramente nos dirían que de ninguna manera, y de hecho, por mucho que quieran a sus amos, se defenderán como puedan contra tamaña «injusticia». Y si le preguntásemos a sus respectivos amos si de veras quieren a los animales, nos enseñarían las facturas de lo que les cuesta el veterinario y todas las latas de comida que les compran al cabo del año. Y sin embargo los castran, les arrancan las uñas, los privan de su libertad, etc.

¿Cómo es posible que se den conductas tan antagónicas?
Por lo que más arriba dijimos: porque el hombre, en su trato con los animales, busca primordialmente darse gusto a sí mismo; y en muchas ocasiones, ese gusto consiste en ser bueno con los animales.
Además en estos casos, podemos ver claramente lo que ya indicamos con anterioridad: que lo que el animal vería como una gran injusticia, el hombre lo ve como un derecho que tiene sobre el animal.

También hay que reconocer, tal como ya indiqué anteriormente, que a veces se da una innegable y excepcional relación amistosa o de antipatía entre ciertos Dioses y ciertos seres humanos, lo mismo que es innegable que muchos hombres y mujeres desarrollan un amor específico por determinado animal con el que han convivido mucho tiempo o por cualquier otra causa. No nos referimos pues, a estos casos peculiares, sino a la relación general que puede haber entre los Dioses y los hombres.

  • Los Dioses nos usan.
Esa creo que es la afirmación más abarcadora que se puede utilizar para describir su relación con nosotros. Por duro que pueda parecer, el verbo usar es el que mejor describe la motivación que ellos tienen para relacionarse con nosotros. En un capítulo anterior ya abundé en este tema, cuando dije que se acercaban a nosotros por placer o por necesidad. También en esto hay un total paralelo con nuestras relaciones con los animales.
  • No les interesa mayormente nuestro sentir, nuestros juicios o nuestras reacciones a su manera de actuar con nosotros. (Excepto en los raros casos en que se haya desarrollado una relación especial e individual entre el Dios y el hombre).
Hablando, pues, globalmente y considerando no a éste o aquel hombre, sino a la humanidad en general, se puede decir que a los Dioses no les importa si el fin de su acción o acciones es perjudicial a toda la humanidad; si les conviene a ellos, lo harán, aun sabiendo que nos perjudica.
(¿Dónde está entonces su moralidad? Ya hemos contestado anteriormente a esta pregunta: Su moralidad rige sólo entre ellos y no se extiende a nosotros; de la misma manera que la moralidad humana rige sólo entre los humanos, y no la extendemos a los animales, a pesar de que vemos que éstos defienden y luchan por su vida, con el mismo ahínco que nosotros defendemos y luchamos por la nuestra).
  • En sus relaciones con nosotros, el interés de ellos es siempre el que prima y el que priva; si algo les conviene y nos ayuda, lo harán; y si algo les conviene y nos perjudica, lo harán de la misma manera.
  • Toda la historia humana ha sido sutilmente guiada por ellos, de modo que nosotros hiciésemos lo que a ellos les convenía.
Con esta frase estamos contestando a la última pregunta que nos habíamos formulado en este capítulo y estamos entroncando con la idea general que íbamos desarrollando:
¿por qué la relación de los Dioses con nosotros es perjudicial, considerada de una manera global?
Lo es, porque al interferir en el desarrollo de la historia humana, interfieren en la evolución de toda la humanidad hacia niveles más altos de cultura, de civilización, de convivencia, de espiritualidad y hasta de tecnología. Y esto es lo que en realidad ha estado sucediendo hasta ahora, sin que los hombres cayésemos en la cuenta. La raza humana ha visto repetidamente frustrada su ascensión hacia estos mayores niveles de conciencia, debido a la intervención de los Dioses, interesados en que el hombre no madurase y siguiese a su servicio.
Para ello han usado todos los trucos y falsas pautas a las que hemos hecho referencia en el capítulo anterior (patrias, lenguas, guerras, tradiciones, y sobre todo, religiones y dogmas) que han tenido al espíritu humano estrangulado por milenios.
Ayudan en lo que les conviene
No se puede negar que hay un paralelo entre lo que los Dioses han hecho con nosotros, desde un punto de vista cultural y evolutivo, y lo que muchos países colonizadores han hecho con sus colonias; aunque aparentemente las han ayudado a progresar, sin embargo lo han hecho teniendo siempre en cuenta el interés de la metrópoli por encima del interés de la colonia.
En muchas ocasiones, cosas que positivamente perjudicaban a la colonia, se hacían, porque beneficiaban a la metrópoli; y en otras, se puede decir que, premeditadamente, se planeaba la no evolución de la colonia, para evitar que eso le trajese, a largo plazo, problemas al país colonizador, y al mismo tiempo lograr que los «nativos» siguiesen obedeciendo mansa e infantilmente las consignas que les llegaban de la metrópoli.

Al lado de esto, no se puede negar que, en muchos otros aspectos, las metrópolis han ayudado a progresar a sus colonias, debido a que este progreso convenía de alguna manera al país conquistador, o también porque la evolución era algo connatural a todo el proceso, y no se tomaban el trabajo de detenerla. Este aspecto beneficioso que indudablemente se da en muchos casos de contacto individual con los «extraterrestres», es el que única y miopemente ven algunos de los investigadores del fenómeno ovni.

El fenómeno de la «iluminación», que describimos en un capítulo anterior, al que han sido y siguen siendo sometidos muchos humanos, tiene un aspecto positivo grande, en cuanto que la mente del iluminado se expande enormemente, siendo capaz de comprender y de realizar cosas que anteriormente hubieran sido completamente imposibles para él19.

19 Sin embargo hay que notar, como contrapartida, que es muy frecuente que a estos reformadores o inventores nadie les haga caso, y se vayan al otro mundo con sus fórmulas o sin haber logrado las grandes reformas que pretendían. Da la impresión de que los mismos que se las dictaron (o quién sabe si fueron sus enemigos «extraterrestres») se encargan de que nadie los tome en serio, a pesar de lo beneficioso de sus innovaciones.
No sólo eso, sino que a veces este mejoramiento repentino de su espíritu se extiende al propio cuerpo, adquiriendo capacidades sobrehumanas, con las que es capaz —junto a sus dotes mentales mejoradas— de convencer a una gran cantidad de personas, realizando hazañas o fundando movimientos o instituciones que, con frecuencia, han hecho cambiar el curso de la historia.