Archivo por días: agosto 1, 2015

El fantasma del escuadrón Goddard

fantasma goddard

Esta foto fue tomada el 11 de noviembre de 1918 en la base de adiestramiento HMS Daedalus. En ella aparece un escuadrón que sirvió en la Primera Guerra Mundial al mando del oficial de la RAF Sir Victor Goddard, unos días antes de que se licenciasen. La foto no tendría nada de extraordinaria si no fuese por una cara semi velada que aparece en la última fila, detrás de uno de los soldados.

La fotografía fue mostrada por primera vez en 1975, por el propio Goddard, que tras retirarse del servicio publicó un libro titulado “Vuelo hacia la realidad”, en la que mencionaba este extraño suceso. Al parecer, unos días antes de tomarla había ocurrido una terrible tragedia en la base. Freddy Jackson, un mecánico de la RAF, había muerto golpeado accidentalmente por una hélice. Para redondear la historia que acompaña a esta imagen, la cara que aparece semioculta es la de Jackson, que aparentemente no quiso perderse la foto de despedida del grupo.

En el libro de Goddard publicado en 1975, la fotografía no se incluye, pero relata en el texto:

Tengo una fotografía frente a mí, tomada en Cranwell por Alexander Bassano días antes del Armisticio de la Primera Guerra Mundial. Se muestra a un grupo de aviadores, aviadoras y oficiales.

El Escuadrón iba a ser disuelto y la gente estaba preparándose para volver a sus casa, a la vida civil.

Cuando la fotografía de grupo se puso en el tablón de anuncios para que los que querían copias escribiesen sus nombres, algunos se dieron cuenta de que en la fila superior aparecía su amigo Freddy Jackson, sin gorra y sonriente.

Bueno, ahí estaba él, aunque eso sí, su imagen era un poco más débil que las del resto. De hecho parecía como si no estuviera del todo allí. Muchos de ellos acababan de regresar de un funeral militar. El funeral era por Freddy Jackson, muerto tres días antes al caminar sin darse cuenta que se dirigía hacia una hélice girando. Es evidente que todavía no era consciente de que había muerto.

Su autor, Bassano, nunca la habría falsificado, y allí había 200 personas que le conocían.

Curiosamente, Goddard ha trascendido hasta nuestros días no por sus hazañas de guerra como oficial de alto rango en la Royal Air Force durante la Segunda Guerra Mundial, sino por su interés por el mundo paranormal. En 1969 participó en una charla sobre OVNIs en la que afirmó que los tripulantes de los platillos volantes no tenían por qué ser seres provenientes de otro planeta similar a la Tierra. Éstos podrían provenir de un mundo coincidente con el nuestro pero en otro plano. Serían apariciones similares a los fantasmas.

Incluso se rodó una película titulada “La noche en la que salió mi número”, basada en un incidente real de Goddard. Su trama es la siguiente: Un oficial está en una fiesta en Hong Kong, cuando uno de los presentes cuenta al resto un sueño que había tenido esa misma noche, en el que pilotando un vuelo a Dakota colisionaba contra una montaña. El oficial tenía que volar a Tokio al día siguiente, y a medida que el vuelo iba transcurriendo, empezaron a aparecer similitudes entre la realidad y el sueño que le contaron la noche anterior. Gracias a la historia que le contaron, pudo prevenir el fatal desenlace final.

capel

En el libro de Goddard se menciona a Bobbie Capel, resaltada en la fotografía, que estaba destinada en HMS Daedalus durante la Primera Guerra Mundial, sirviendo como conductora durante 18 meses. En 1996, a la edad de 97 años,  pidió a un vecino suyo (John Roberts) que escribiese una carta a la publicación británica “Navy News”. La revista, había publicado un artículo sobre la base de adiestramiento HMS Daedalus y no había mencionado al Real Servicio Naval de la Mujer. Capel en la carta se quejaba de esta circunstancia y enviaba una copia de la fotografía en la que podía verse el fantasma.

fotogrande

La foto está hecha en un día lluvioso. Puede verse el suelo húmedo en la parte inferior, y a los soldados de la fina inferior sentados sobre una lona para supuestamente no mojarse. La cuarta fila parece subida a un banco y apoyada en la barandilla de la entrada a una nave con puertas e madera. La quinta fila parecen sentados en ese altillo, y los de la ultima fila están de pie detrás de éstos.

Todos los integrantes del retrato tienen gorra, salvo el presunto fantasma.

Posible explicación

Las cámaras fotográficas de principio de siglo XX eran de placa. Primero se enfocaba con la ayuda de un cristal traslúcido en la parte trasera de la cámara, y posteriormente se insertaba la placa y se retiraba el protector para que no se velase. Para un día oscuro y nublado, como cuando se tomó esta fotografía, el tiempo de exposición debió de ser de más de un segundo. Es posible que el soldado de la fotografía no se diese cuenta de que iba descubierto hasta el ultimo momento, y se pusiese la gorra cuando ya se había abierto el obturador. Como consecuencia, parte de la fotografía quedó impresionada con la frente al descubierto, y parte con la gorra puesta. Si recortamos la cara del fantasma y la solapamos con la del soldado, podemos comprobar que los rasgos coinciden, confirmando esta hipótesis.

cara

Y entonces, ¿qué pasa con Freddy Jackson? Blake Smith, autor de la investigación publicada en Skeptic en la que está principalmente basada esta entrada, investigó todas las muertes ocurridas durante la Primera Guerra Mundial de personas con un nombre similar a Freddy Jackson. Solo encontró uno que podría aproximarse remotamente a los datos proporcionados por Goddard. Se trata de Frederick William Jackson, que murió el 30 de octubre de 1918, solo unos días antes de la fecha de la fotografía. Pero este Jackson murió en la enfermería de un problema cardíaco, y pertenecía a la artillería de marina, en lugar de ser un mecánico de la RAF. Esto nos lleva más hacia que se trate de un engaño, engendrado por la mente creyente de Goddard.

Personalmente me inclino más por la primera opción, y desgraciadamente, no creo que ya nadie de los que aparecen en esa fotografía podrá sacarnos de dudas.

El fantasma del escuadrón Goddard

Me quiere o no me quiere dios

Pedimos milagros, como si no fuese el milagro más evidente el que los pidamos.

Miguel de Unamuno

Se me pasan las semanas y hasta los meses sin publicar en este espacio. Disculparán, queridos lectores, a este humilde bloguero cuyo trabajo impide actualmente escribir como antaño. Eso no implica abandono de esta tan reconfortante actividad, así que ahora, con nuevo material para critic… perdón, para analizar, presento ante la amable concurrencia esta entrada sobre lo que la gente piensa que hace diosito lindo.

 

Viene a colación esta reflexión debido a la ocurrencia de un accidente aéreo cerca de Querétaro, México, ayer 2 de junio de 2015. Dice así la nota del sitio de la CNN:

 

Cinco personas murieron este martes luego de que la avioneta en que viajaban cayó a un costado de la autopista México-Querétaro, informó la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

 

Poco después vi en mi Facebook la publicación de algunas fotografías de este incidente, compartidas por una persona que decía al pié de ellas: «Diosito me quiere aquí aún, a treinta metros de mi se desplomó una avioneta en Querétaro. Que en paz descanse la gente que venia abordo. A q mal día.«

 

Aún no puedo entender lo que sucede en la mente de personas que, como la que publicó estas fotos en FB, afirman que dios las quiere aún aquí porque una avioneta con 5 pasajeros se estrelló a 30 m de dónde estaba. O sea, qué se puede inferir al respecto: ¿dios aún quiere aquí a esta persona pero seguramente odiaba a las 5 que murieron tras el desplome? ¿dios causó el accidente para recordarle a esta persona que aún la quiere aquí? ¿dios tuvo el poder suficiente para desviar la avioneta y evitar daños a esta persona pero no el suficiente para salvar a sus pasajeros y piloto?

 

Cuantas y cuantas preguntas como éstas se me agolpan en mi pobre y desvencijado cerebro. Porque pensar que dios me quiere aquí porque no me cayó encima la avioneta implica que, al menos, me siento especial y privilegiado por ese ente conocido popularmente como dios. Muy bien, digo yo, que así se sienta la gente, pero ¿puede ser eso verdad? ¿dios prefiere a unos humanos y a otros no? ¿Cómo explicar racionalmente las «preferencias» de dios con base en afirmaciones como esa?

 

Haciendo una breve reflexión mórbida sobre lo que sucedía instantes antes del desplome, podría imaginarme a los tripulantes de la avioneta (si eran creyentes de dios) rezándole y suplicándole que su medio de transporte no se estrellara. ¿Acaso el dios a quien rezaban NO escuchó sus plegarias? En cambio la persona que subió las fotos no sabía que una avioneta iba a estrellarse junto a ella y lo más seguro es que no haya invocado a su dios para evitar que le cayera encima. ¿Qué hace a esta persona especial a los ojos de su dios? No tengo la menor idea, sinceramente. En especial porque quizás esta persona es tan especial como lo eran quienes murieron en el accidente, como los que mueren por cualquier accidente o enfermedad. Como los que mueren a manos de asesinos…

 

Otra alternativa es suponer que ante la aleatoriedad de los sucesos en este universo, la gente prefiere pensar que en realidad no existe tal cosa y que en su lugar hay una especie de plan maestro para que las cosas sucedan como suceden. O como mucha gente afirma «Todo sucede por una razón», o bien «No existen las coincidencias», o peor aun «dios sabe porqué hace las cosas». O como la persona de estas fotos que afirma que diosito aun la quiere aquí.

 

Yo no sé si dios existe como un ente independiente de nuestra mente imaginativa (lo más probable es que no), pero si existiera y pudiera alterar esa aleatoriedad para beneficiar a unos (y al mismo tiempo perjudicar a otros) ¿Qué le haría tomar ese tipo de decisiones? ¿Algún tipo de juicio de valor basado en las cualidades de las personas seleccionadas? Mucha gente cree en los milagros, esos sucesos que parecen desafiar la aleatoriedad del universo, pero poco se ha hecho para que esos «milagros» se empaten seriamente con el resto del universo de posibilidades y probabilidades. Algunas personas con cáncer eventualmente se alivian. Las avionetas que se desploman en pleno vuelo no siempre caen en las cabezas de seres humanos. Un sismo afecta un edificio pero no al del vecino. Eso es lo que sucede normalmente.

 

Un milagro, desde mi punto de vista, sería que bajo ciertas circunstancias las leyes de la física se violaran flagrantemente. Por ejemplo, que la fuerza de gravedad pudiera anularse y hacer que una avioneta en picada se detuviese en el aire para evitar la muerte de sus tripulantes. Eso sería algo digno de observarse y analizarse. Eso sería un buen inicio para buscar la razón de tal violación, ya sea en un nuevo conjunto de leyes físicas ad hoc, o en la existencia de un ser que pudiera hacer ese tipo de malabarismos físicos.

 

Lo que sucede en realidad es que no se observan violaciones a las leyes físicas. Se observan nubes lenticulares, como las de la imagen de entrada, se observan sismos y huracanes. O se observa gente que sobrevive a calamidades y a enfermedades normalmente devastadoras. Si en esto último la gente desea ver milagros, está bien para ellos. Que lástima que para los que salen perjudicados con esos eventos no haya posibilidad de verlo así.

 

En lo particular aún no veo milagros. Y no espero verlos en el futuro próximo. Lo que me gustaría ver sería una explicación del porqué la gente usa muletillas «divinas» para justificar internamente la verdadera y muy poco comprendida aleatoriedad del universo.

 

Simplemente no entiendo porqué la gente hace eso. Que alguien me explique por favor.

 

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