La Desestabilización de Siria y la Gran Guerra del Medio Oriente

Lo que se está desarrollando en Siria es una insurrección armada apoyada secretamente por potencias extranjeras, incluyendo a Estados Unidos, Turquía e Israel.

Insurgentes armados pertenecientes a organizaciones islamistas han cruzado la frontera desde Turquía, Líbano y Jordania. El Departamento de Estado estadounidense ha confirmado que se trata de apoyar a la insurgencia.

Estados Unidos está ampliando los contactos con los sirios que buscan un cambio de régimen en el país.

Así lo afirmó la funcionaria del Departamento de Estado estadounidense, Victoria Nuland. «Comenzamos a ampliar los contactos con los sirios, aquellos que están pidiendo un cambio, tanto dentro como fuera del país», dijo.

Nuland también repitió que Barack Obama había solicitado previamente al presidente sirio Bashar Assad iniciar reformas o abandonar el poder.» (Voice of Russia, 17 de junio de 2011)

La desestabilización de Siria y el Líbano como países soberanos ha estado en la mesa de planificación de la alianza militar de Estados Unidos, la OTAN e Israel por lo menos desde hace diez años.

La acción contra Siria es parte de una «hoja de ruta militar», una secuencia de operaciones militares. Según el ex comandante de la OTAN, general Wesley Clark – el Pentágono había identificado claramente a Irak, Libia, Siria y Líbano como países objetivo para una intervención de Estados Unidos y la OTAN:

«[El] Plan de cinco años de campaña [incluye]… un total de siete países, comenzando con Irak, luego Siria, Líbano, Libia, Irán, Somalia y Sudán» (Funcionario del Pentágono citado por el General Wesley Clark)

En «Winning Modern Wars» (Página 130) el General Wesley Clark declara lo siguiente:

«Cuando volví al Pentágono, en noviembre de 2001, uno de los oficiales militares de alto rango del estado mayor tuvo tiempo para una conversar. Sí, todavía estábamos en buen camino para ir contra Irak, dijo. Pero había más. Aquello estaba siendo debatido como parte de un plan de campaña de cinco años, dijo, y que tenía un total de siete países, empezando por Irak, luego Siria, Líbano, Libia, Irán, Somalia y Sudán.

… Lo dijo con reproche – con incredulidad, casi – en la amplitud de la visión. Me alejé de la conversación, porque no era algo que quisiese oír. Y no era algo que quisiese ver implementado, tampoco…. Dejé el Pentágono esa tarde profundamente preocupado».

El objetivo es desestabilizar el Estado sirio e implementar un «cambio de régimen» a través del apoyo encubierto de la insurgencia armada, integrada por milicias islamistas.

Desinformación Mediática

Tácitamente reconocida, la importancia de una insurrección armada es casualmente desestimada por los medios occidentales. Si llegase a ser reconocida y analizada, nuestra comprensión del desarrollo de los acontecimientos sería completamente diferente.

Lo que se menciona profusamente es que las fuerzas armadas y la policía están involucradas en matanzas indiscriminadas de manifestantes civiles. Los informes de prensa confirman, sin embargo, desde el inicio del movimiento de protesta de un intercambio de disparos entre insurgentes armados y la policía, con víctimas registradas en ambos lados.

La insurrección se inició a mediados de marzo en la ciudad fronteriza de Daraa, que está a 10 km de la frontera con Jordania.

El «movimiento de protesta» en Daraa del 18 de marzo tenía todas las apariencias de ser un evento organizado involucrando, con toda probabilidad, el apoyo encubierto a terroristas islámicos por el Mossad y/o los servicios de inteligencia occidentales. Fuentes gubernamentales apuntan al papel de grupos radicales salafistas (con apoyo de Israel)

Otros informes han señalado el papel de Arabia Saudita en el financiamiento del movimiento de protesta.

Lo que se ha desarrollado en Daraa en las semanas siguientes a los violentos choques iniciales del 17 y 18 de marzo, es el enfrentamiento entre la policía y las fuerzas armadas, por un lado y unidades armadas de terroristas y francotiradores en el otro, que se han infiltrado en el movimiento de protesta.

….

Lo que se desprende de estos informes iniciales es que muchos de los manifestantes no eran manifestantes, sino terroristas implicados en actos de asesinato premeditados e incendios. El título del informe de noticias israelí resume lo que sucedió: Siria: siete policías muertos y edificios incendiados en protestas.

(Véase: Michel Chossudovsky, Siria: ¿Quién está detrás del Movimiento de Protesta?; 3 de mayo 2011)

El Papel de Turquía

El centro de la insurrección se centra ahora en el pequeño pueblo fronterizo de al-Jisr Shughour, a 10 km de la frontera turca.

Jisr al-Shughour tiene una población de 44.000 habitantes. Insurgentes armados han cruzado la frontera desde Turquía.

Se ha informado que miembros de la Hermandad Musulmana han tomado las armas en el noroeste de Siria.

Hay indicios de que el ejército y la inteligencia turca están apoyando estas incursiones.

No existió un masivo movimiento de protesta civil en Jisr al-Shughour. La población local fue atrapada en el fuego cruzado. Los combates entre los rebeldes armados y las fuerzas gubernamentales han contribuido a desencadenar una crisis de refugiados, que es el centro de atención de los medios.

Por el contrario, en la capital de la nación, Damasco, donde se encuentra la base de los movimientos sociales, ha habido manifestaciones masivas en apoyo y no en oposición al gobierno.

El presidente Bashir al-Assad es usualmente comparado a los presidentes de Ben Alí de Túnez y Hosni Mubarak de Egipto. Lo que los medios han dejado de mencionar es que a pesar de la naturaleza autoritaria del régimen, el presidente Al Assad es una figura popular que cuenta con el apoyo generalizado de la población siria.

La gran manifestación en Damasco del 29 de marzo, «con decenas de miles de partidarios» (Reuters) del presidente Al Assad fue apenas mencionada. Sin embargo, en un giro inusual, las imágenes y secuencias de video de varios eventos pro-gubernamentales fueron utilizadas por los medios occidentales para convencer a la opinión pública internacional que el presidente estaba siendo confrontado por masivas marchas contra el gobierno.

El 15 de junio, miles de personas se manifestaron por varios kilómetros en la principal carretera de Damasco en una marcha sosteniendo una bandera siria de 2,3 km. La manifestación era conocida por los medios y fue casualmente ignorada.

A pesar de que el régimen sirio no es democrático, el objetivo de la alianza militar entre Estados Unidos, la OTAN e Israel no es promover la democracia. Todo lo contrario. La intención de Washington es instalar eventualmente un régimen títere.

El objetivo de los medios de desinformación es demonizar al presidente Al Assad, y de manera más amplia, desestabilizar a Siria como un estado secular. Este último objetivo es implementado mediante el apoyo encubierto a varias organizaciones islamistas:

Siria está gobernada por una oligarquía autoritaria que ha utilizado la fuerza bruta para enfrentar a sus ciudadanos. Los disturbios en Siria, sin embargo, son complejos. No puede ser visto como una sencilla búsqueda de libertad y democracia. Existe un intento por parte de Estados Unidos y la Unión Europea de utilizar los disturbios en Siria para presionar e intimidar a las autoridades sirias. Arabia Saudita, Israel, Jordania, y la Alianza 14 de Marzo han desempeñado un papel apoyando una insurrección armada.

La violencia en Siria ha sido apoyada desde el exterior con el fin de aprovecharse de las tensiones internas… Además de la reacción violenta del ejército sirio, las mentiras de los medios han utilizado y difundido imágenes falsas. También se ha canalizado dinero y armas a elementos de la oposición siria por parte de Estados Unidos, la Unión Europea…. También se ha proporcionado financiamiento a la nefasta e impopular oposición siria radicada en el exterior, mientras se contrabandean depósitos de armas procedentes de Jordania y el Líbano, hacia Siria. (Mahdi Darius Nazemroaya, America’s Next War Theater: Syria and Lebanon? Global Research, 10 de junio de 2011)

El Acuerdo Militar y de Inteligencia Israel-Turquía

La geopolítica de este proceso de desestabilización es de vasto alcance. Turquía participa en el apoyo a los rebeldes.

El gobierno turco ha sancionado a grupos de oposición sirios en el exilio que apoyan la insurgencia armada. Turquía también ha presionado a Damasco para que cumpla con las exigencias de cambio de régimen de Washington.

Turquía es miembro de la OTAN con una poderosa fuerza militar. Por otra parte, Israel y Turquía tienen un amplio acuerdo militar y de inteligencia conjunto, que está explícitamente dirigido contra Siria.

… Un Memorando de Entendimiento de 1993 condujo a la creación de «comités conjuntos» (israelíes-turcos) para afrontar las así llamadas amenazas regionales. Bajo los términos del Memorando, Turquía e Israel acordaron «cooperar en la recolección de inteligencia sobre Siria, Irán, e Irak y reunirse regularmente para compartir evaluaciones sobre el terrorismo y las capacidades militares de esos países.»

Turquía accedió a que las FDI y las fuerzas de seguridad israelíes puedan reunir información de inteligencia electrónica sobre Siria e Irán desde Turquía. A cambio, Israel ayudó a equipar y entrenar a las fuerzas turcas en la guerra contra el terrorismo a lo largo de las fronteras siria, iraquí e iraní».

Ya durante la Administración Clinton se había desarrollado una alianza militar triangular entre Estados Unidos, Israel y Turquía. Esta «triple alianza», que está dominada por el Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, integra y coordina las decisiones de comando militar entre los tres países vinculadas al Medio Oriente. Se afirma en los estrechos vínculos militares, respectivamente, de Israel y Turquía, con Estados Unidos, junto a una fuerte relación militar bilateral entre Tel Aviv y Ankara….

La triple alianza también se vincula con un acuerdo de cooperación militar de 2005 entre la OTAN e Israel que incluye «muchas áreas de interés común, tales como la lucha contra el terrorismo y los ejercicios militares conjuntos. Estos vínculos de cooperación militar con la OTAN son vistos por los militares israelíes como un medio para «mejorar la capacidad de disuasión de Israel respecto a los posibles enemigos que lo amenazan, sobre todo Irán y Siria.» (Véase Michel Chossudovsky, «Triple Alliance»: The US, Turkey, Israel and the War on Lebanon, 6 de agosto de 2006)

El apoyo encubierto a los insurgentes armados fuera de Turquía o Jordania, sin duda es coordinado bajo el acuerdo militar y de inteligencia conjunto entre Israel y Turquía.

Encrucijada Peligrosa: La Gran Guerra del Medio Oriente

Israel y la OTAN firmaron un amplio acuerdo de cooperación militar en 2005. En virtud de este acuerdo, Israel es considerado un miembro de facto de la OTAN.

Si se pusiera en marcha una operación militar contra Siria, Israel participaría con toda probabilidad en las empresas militares junto a las fuerzas de la OTAN (en el marco del acuerdo bilateral OTAN-Israel). Turquía también podría desempeñar un activo papel militar.

Una intervención militar en Siria sobre la base de falsos motivos humanitarios llevaría a una escalada de la guerra liderada por Estados Unidos y la OTAN a lo largo de una vasta zona que se extiende desde el Norte de África y el Medio Oriente hasta Asia Central, desde el Mediterráneo Oriental a la frontera occidental de China con Afganistán y Pakistán.

También contribuiría a un proceso de desestabilización política en el Líbano, Jordania y Palestina. Y también sentaría las bases para un conflicto con Irán.

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