Cataluña cuenta desde principios de semana con una primera «embajada» extranjera que ha abierto sus puertas en Barcelona, la deBiafra, sin esperar a que acceda a la independencia. Esa región del sureste de Nigeria dejó, sin embargo, de ser independiente hace 44 años y no puede, en teoría, establecer relaciones ni inaugurar sedes diplomáticas.
«Todos los ojos van a estar puestos en Barcelona cuando el director de Radio Biafra y una importante delegación del movimiento (MASSOB, independentista) acuda allí para inaugurar la magnífica embajada del pueblo de Biafra», anunció el domingo pasado la emisora del exilio biafreño.
A la ceremonia inaugural, que el director de Radio Biafra, Nnamdi Kanu, retransmitió en directo, asistió también una «importante delegación del movimiento separatista catalán» que manifestó así «su apoyo». Para evitar molestar en exceso al Ministerio de Asuntos Exteriores español Kanu precisó ante los micrófonos que Barcelona estaba en España.
Biafra, una región del tamaño de Andalucía y con una población de 14 millones de habitantes, se proclamó independiente de Nigeria en 1967 y obtuvo incluso el reconocimiento internacional de media docena de países. Tras casi tres años de guerra, en la que hubo cerca de dos millones de muertos sobre todo por hambruna, fue reincorporada a la fuerza a Nigeria. Un movimiento sigue hoy en día luchando por la secesión. Además de dirigir la radio Nnamdi Kanu preside la asociación independentista Pueblos Indígenas de Biafra.
Lo que el exilio biafreño presentó como la inauguración de una «embajada» fue, en realidad, la apertura de un loca de información y encuentro de los biafreños en Hospitalet de Llobregat (Barcelona) que contó con el respaldo de la Fundació Nous Catalans con la queConvergència y Democràtica de Catalunya trata de atraer a los inmigrantes al independentismo.
El acto inaugural consistió, según la fundación de CDC, en observar primero un minuto de silencio por los muertos de la guerra (1967-1970), orar por los «biafreños esparcidos por el mundo» y, por último, en brindar con cava «por la liberación de Cataluña y la restauración del Estado de Biafra». En él participaron, entre otros, el director general de inmigración de la Generalitat, Xavier Bosch, y el presidente de la fundación y secretario de inmigración de CDC, Àngel Colom.
Con el objetivo de cautivar al inmigrante Colom, que cuando vivía enCasablanca abrió una champanería, recorrió las mezquitas catalanas, durante la campaña autonómica de noviembre de 2012, prometiendo a los musulmanes que la Cataluña independienteaceptaría la doble nacionalidad; buscaría un buen encaje para el islam en el futuro Estado y que no discriminaría en función de la lengua. Los magrebíes suelen conocer mejor el castellano que el catalán.
Colom se rodea a veces de personajes conflictivos. En aquella gira electoral estuvo acompañado por Noureddin Ziani, entonces presidente de la Unió de Centres Culturals Islàmics de Catalunya. A instancias del CNI (servicio secreto español), Ziani fue expulsado de España en mayo de 2013 por ser un agente de una potencia extranjera (la DGED, inteligencia marroquí) y poner en peligro la seguridad nacional.
Nnamdi Kanu, el invitado de marca en la inauguración, también es un personaje conflictivo. Desde su radio lanza soflamas contra los biafreños opuestos a la independencia, según sus adversarios políticos que le describen como un «fanático». «Todos los traidores deben morir y también sus familias», afirmó, por ejemplo, en enerotras denunciar la conversión al islam de una personalidad biafreña.
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Desde luego que los humanos hemos perdido la materia gris del cerebro. Barcelona=Biafra.