Pedro Sánchez dice que él es el nuevo PSOE. Que ha venido para acabar con la corrupción. Eso sí, tras asegurar que la Junta Andaluza, la de los ERE, es todo un ejemplo de limpieza y lucha contra la corrupción. Afirma que él encarna la regeneración y el fin de la deriva nacionalista. Eso sí, mientras el PSC acepta la invitación para participar en los preparativos de la consulta separatista y ofrece su apoyo a CDC. Ése es el nuevo PSOE.
Otros, como Antonio Asunción, Cristina Alberdi, Joaquín Leguinao Nicolás Redondo, se supone que son el viejo PSOE. Otros, que no tienen cabida en el nuevo, puesto que lo son del viejo. Porque el nuevo PSOE es capaz de aceptar al juvenil Chaves y al adolescenteGriñán, acusados de formar parte de una gigantesca trama de corrupción. Pero no puede aceptar a los anticuados que siguen pensando que la socialdemocracia no puede convertirse en una disculpa para la corrupción y el nacionalismo.
¿Un nuevo PSOE o se trata del ‘zapaterismo’ 2.0?
Otros como Antonio María Aguirre, ex alto cargo del PSOE en el País Vasco, expulsado por denunciar las negociaciones con ETA y que, tras romper su carné de la UGT, acaba de enviar una carta a Pedro Sánchez preguntándole: «¿Acaso piensas que la juez Alaya es una prevaricadora?», o que «¿los tomos de la instrucción son una total invención de una iluminada?». Una carta en la que le recuerda su compromiso de lucha contra la corrupción y subraya que «la trama organizada por la Junta de Andalucía, gobernada por el PSOE desde su inicio, la UGT y el PSOE desde hace muchos años ha salido a la luz con todo su estruendo […] Millones de euros destinados a los parados ‘desviados’ al PSOE y la UGT».
Y es que el nuevo PSOE es capaz de defender, por boca de Antonio Pradas, a los responsables políticos de un escándalo de más de 1.200 millones, pero ni por lo más remoto, de escuchar o reincorporar a quienes les recuerdan que la política o es de valores o acaba convertida en prostíbulo.
Pedro Sánchez, al igual que la Susana que mueve sus hilos, deben hacerse una pregunta: ¿de verás éste es un nuevo PSOE o se trata sin más del zapaterismo 2.0? Porque si su anunciada regeneración acaba en un simple cambio de traje, que nadie piense que la farsa aguantará. Algo que, a buen seguro, celebrará Podemos.
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Yo, no volveré a votar nunca jamás, para no hacerme cómplice de a lo que hemos llegado. Las farsas todas se destapan, tarde o temprano.
Ya empezamos a tenerle miedo a Pablo Iglesias….y no ha hecho mas que empezar. Robaron con Chaves, Felipe, Y no veas con Zapateril……… y ahora quieren seguir haciéndolo prometiendo lo que nunca han hecho…..aun me acuerdo de los 800 o mil puestos de trabajos a crear por Felipe en vez de los 800.000 jajajaja.
Anda y que les vote su familia ..que seguro ni los vota. Merecen las urnas vacías y que devuelvan lo robado. Solo votare a el presidente que jure el castigo por la captura, devolución y cárcel de todos los políticos corruptos, bien por dinero, por Monsanto, laboratorios, prensa, tv, etc. posiblemente nos quedemos con uno o dos….
juancarlos