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Ha vuelto a producirse un escándalo en Estados Unidos por el aumento injustificado de un fármaco necesario. Se trata del EpiPen (epinefrina), una inyección para afectados por una reacción alérgica severa. El precio se disparó de unos 100 dólares que costaba en 2009 a los más de 600.
EpiPen consta de dos inyecciones de epinefrina o adrenalina que se usa en personas con reacciones asmáticas o alérgicas graves que según los médicos especialistas “pueden llegar a provocar la muerte”.
A las personas con factores de riesgo para estas reacciones se les recomienda que lo lleven siempre consigo.
No hay razones comprensibles para esteasombroso aumento de precio. El EpiPen no es un descubrimiento reciente. Se vende desde 1977. Fabricarlo no es muy costoso: el medicamento cuesta menos de dos dólares y los inyectores son dispositivos que cuestan menos de 50.
Hace nueve años la compañía farmacéutica Mylan compró el producto, que es exclusivo. Entonces se vendía a 60 dólares.
El incremento del precio se ha producido a la par de un gran aumento del pago a los ejecutivos de Mylan. Heather Bresch -hija del senador demócrata Joe Manchin, de Virginia Occidental- fue presidenta de la compañía en el 2007 y desde entonces ha sido jefa ejecutiva.
Pasó de ganar 2,4 millones de dólares hace nueve años a 18,9 millones el año pasado. Otros ejecutivos de la compañía también han disfrutado de jugosos aumentos de sus ingresos.
El elevado precio ha suscitado las críticas de varios senadores estadounidenses en los últimos días, a las que también se ha sumado la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, quien ha calificado este aumento de precio como “una barbaridad” y ha definido el suceso como otro “ejemplo de una compañía que se aprovecha de los consumidores” y que “pone sus ganancias por delante de los pacientes, aumentando los precios sin justificación”.
En España se venden dos productos similares con las marcas Altellus y Jext. Su precio es de unos 50 euros.
La polémica sobre el EpiPen surge en medio de un debate sobre el elevado precio de ciertos tratamientos.
Sin embargo, como apuntan desdeeldiario.es, la diferencia es que hasta ahora la atención se había centrado en los altos precios de los medicamentos destinados al tratamiento de enfermedades complicadas, tales como el caso del Sovaldi (sofosbuvir) y la hepatitis C queproducirlo cuesta 115 euros pero se paga por él decenas de miles de euros.
Otro ejemplo son los nuevos medicamentos personalizados para el tratamiento de algunos tipos de cáncer.
Pero Mylan, uno de los mayores fabricantes de medicamentos genéricos, parece que está dando una vuelta de tuerca más al especular con el precio de este tipo de productos. Los fármacos denominados genéricos siempre han sido mucho más baratos que los medicamentos de marca al carecer de patente y por tanto poderse fabricar libremente.
Como indica un editorial del Nuevo Herald:
el gobierno debe garantizar que no se pierda ninguna vida a causa de los precios abusivos en la industria farmacéutica, aun si eso requiere acortar o eliminar el período que da a un fabricante derechos exclusivos sobre cualquier medicamento salvador”.
Hay que recordar que los gobiernos también pueden emitir licencias obligatorias en casos de interés público. Cuando se produjo la polémica del Sovaldi, la Unión Europea recordó al ejecutivo español que podía obviar la patente de ese fármaco para que otro laboratorio pudiera fabricarlo a mejor precio y así abastecer la demanda.
Eso por lo que respecta a los medicamentos de marca.
Si, como comentamos, la especulación y lacodicia de las farmacéuticas se extiende también a los medicamentos genéricos, las administraciones públicas deberán estudiar medidas.