por SABIENS.
Anna Göldin fue una mujer signada por la tragedia y esos raros privilegios que los historiadores les asignan a las personas cuya muerte coincide con el final de una era.
En este caso, su “privilegio” fue haber sido la última mujer en ser ejecutada por el cargo de brujería en Europa. El hecho ocurrió el 18 de junio de 1782.
Anna Göldin nació en el seno de una familia pobre de Sennwald, Suiza, en 1734. Ya en su adolescencia mantuvo una relación tormentosa (y clandestina) con Jakob Rhodurner y un médico de apellido Zwicky. Ambos hombres estaban casados, lo cual no impidió que Anna quedase embarazada tres veces, y que dos de aquellos niños murieran a pocas semanas de nacer.
Después de estas terribles experiencias Anna logró entrar al servicio de la familia del médico Johann Jacob Tschudi (1747-1800) para ocuparse de sus cinco hijas. Las cosas anduvieron bien durante un tiempo, hasta que Anne-Miggeli, de ocho años, comenzó a manifestar ciertos desarreglos gástricos que coincidían con los síntomas de posesión diabólica.
La niña acusó directamente a Anna Göldin. Los testimonios recogidos en la corte aseguran que se encontraron agujas diminutas en la leche de la pequeña, así como pequeñas virutas de metal en el pan de las otras hijas del doctor Tschudi.
Anna Göldin fue expulsada de la casa en medio de los más encendidos reproches. Se dice que cuando puso un pie sobre el umbral las cinco hijas del doctor se arrojaron al suelo entre convulsiones. Anne-Miggeli fue la más perjudicada por la supuesta magia negra de Anna. Diariamente expulsaba por la boca nueve agujas ensangrentadas, cifra que fue corroborada por el notario local.
Anna Göldin fue arrestada bajo la acusación practicar magia negra. El 21 de febrero de 1782 fue enviada a Glaris para ser sometida a tortura, un procedimiento que normalmente acelera toda clase de confesiones, reales o ilusorias. En este caso, lo que se pretendía era ejecutar un castigo ejemplar, y para ello era necesario que el crimen excediera las penas previstas contra la brujería.
En definitiva, lo que se intentó fue que Anna confesara haber realizado un pacto con el diablo.
Por aquel entonces, los procesos judiciales contra la brujería transitaban caminos inversos a los de nuestra justicia, donde se presume que todo acusado es inocente hasta que se demuestra lo contrario. Anna Göldin debía demostrar su inocencia, y no al revés; algo imposible de realizar si tenemos en cuenta el peso abrumador y convincente del testimonio de la hija de Tschudi, que impresionó fuertemente a los jueces.
Anna Göldin no podía explicar la presencia de esos cuerpos extraños que la pequeña Anne-Miggeli vomitaba con rigurosa periodicidad; razón por la cual el proceso fue rápido.
Convenientemente, la salud de la pequeña mejoró cuando el juicio declinaba, lo cual fue tomado como un síntoma de que la bruja, sometida al rigor de la ley, ya no tenía influencia sobre ella.
La opinión pública se manifestó vivamente en contra de los jueces del tribunal de Glaris, y de todo el proceso en general. Las autoridades, puestas en aprietos por la prensa, debieron omitir la palabra “bruja” para evitar la censura de la sociedad. Finalmente Anna Göldin fue juzgada como culpable del cargo de envenenamiento. La mayoría de los informes iniciales de la corte fueron prolijamente destruidos.
Anna Göldin fue decapitada el 18 de junio de 1782.
En 2007 el parlamento suizo expió públicamente sus culpas, y determinó que el proceso judicial contra Anna Göldin estuvo viciado por prejuicios y parcialidades inadmisibles. Fritz Schiesser, representante de la región de Glaris, solicitó la exoneración póstuma de Anna, la cual fue garantizada el 27 de agosto de 2008. Ulteriores investigaciones apuntan al sádico doctor Tschudi como el causante de los malestares gástricos de sus hijas.
La memoria de esta mujer injustamente condenada se mantiene viva en el museo Anna Göldin, ubicado en la ciudad de Glaris, a muy pocos metros del lugar en dónde fue decapitada.
La historia de Anna Göldin fue bellamente retratada en la película: Anna Göldin, la última bruja, estrenada en 1991.