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Para Hillary Clinton, «correo electrónico» y «dolor de cabeza» deben ser sinónimos. Si han sido su pesadilla por los servidores privados que usó en su tiempo de secretaria de Estado, ahora como candidata lo están siendo las filtraciones.
Lo último son la publicación por parte de WikiLeaks del contenido del correo deljefe de campaña de Clinton, John Podesta, quien no ha negado ni confirmado la autenticidad de los mensajes, pues dice que pueden estar alterados.
Mientras Podesta culpa al gobierno ruso por el hackeo a los demócratas,WikiLeaks ha prometido realizar más entregas hasta el día de la elección presidencial de EE.UU., el 8 de noviembre.
Se trata de mensajes diferentes a la otra controversia de Clinton por su manejo de información clasificada a través de su cuenta personal cuando era secretaria de Estado.
¿Qué dicen algunos de ellos?
Una pregunta adelantada
Donna Brazile, excolaboradora de CNN, dio aviso a la campaña de Clinton de una pregunta que se le haría en un evento del canal de noticias, de acuerdo con los correos electrónicos filtrados.
«De vez en cuando tengo las preguntas por adelantado», escribió en el asunto de un correo electrónico Brazile, ahora presidenta del Partido Nacional Demócrata (DNC).
Compartió la pregunta sobre la pena de muerte que se le haría a Clinton, la cual fue hecha a la demócrata con una redacción muy similar en un programa en marzo.
Pero Brazile rechazó el señalamiento: «Nunca he tenido acceso a las preguntas y nunca las compartiría con los candidatos si las tuviera».
Donald Trump se ha referido a CNN como «Clinton News Network», haciendo mofa del acrónimo Cable News Network de la cadena.
Mientras se desempeñaba como vicepresidenta del Partido Demócrata, en enero de 2016, Brazile envió en un correo electrónico al equipo de Clinton el plan de campaña de Sanders para reunirse con afroestadounidenses.
«Gracias por el aviso, Donna», le respondió Adrienne Elrod, la portavoz de la campaña de Clinton.
En secreto en Siria
Según los correos filtrados, Clinton dijo en una conferencia de la banca de inversionistas Goldman Sachs que le gustaría realizar una intervención secreta en Siria.
Esa era su respuesta a una pregunta formulada por Lloyd Blankfein, presidente ejecutivo del banco, meses después de que dejó el cargo de secretario de Estado en 2013.
«Mi punto de vista era intervenir de forma encubierta cuanto fuera posible«, dijo a los empleados del banco en Carolina del Sur, cuando recibió US$225.000 por dar una conferencia.
Clinton, quien es acusada por críticos liberales de tener una postura a favor de la guerra, añadió: «Solíamos ser mucho mejor en esto que lo que somos ahora».
«Tienen que salir y decirle a sus amigos reporteros y otras personas ‘mira lo que estamos haciendo y quiero crédito por ello'».