La necesidad de nuestros antepasados de mantenerse fresco durante el día podría explicar su falta de vello corporal, pero no por qué caminaba sobre dos pies.
El bipedismo no evolucionó debido a la necesidad de mantenerse fresco durante el calor del día de los antiguos humanos, según el modelo del nuevo informe publicado el 12 de diciembre en Proceedings of the National Academy of Sciences. Una vez que los homínidos comenzaron a caminar sobre los dos pies, se inició otro cambio que les permitió mantenerse más frescos, la pérdida de vello corporal. El nuevo modelo explica por qué los mamíferos de tamaño similar que caminaban sobre cuatro patas, y con tendencia a recalentarse, no han renunciado a sus abrigos.
«Si ya es una ventaja caminar erguido por otras razones, también tiene la ventaja de perder más cantidad de pelo que mantenerse a cuatro patas», señaló David Wilkinson, de la Universidad John Moores de Liverpool, autor del estudio, junto con Graeme Ruxton, de la Universidad de Glasgow. «Se están moviendo más partes del cuerpo por encima de la tierra y el sudor se evapora con más facilidad» que moverse a cuatro patas, ya que el aire circula más alrededor, explica Wilkinson.
Wilkinson y Ruxton llegaron a esta conclusión después de analizar un modelo matemático de la temperatura corporal durante la actividad, en diferentes momentos del día, en los cuadrúpedos y bípedos, con y sin piel pilosa. El modelo es la actualización de una teoría anterior de Peter Wheeler, también de la Universidad John Moores, que propuso que, tanto la pérdida del cabello como el bipedismo fueron dirigidos por la necesidad de enfriamiento. Su teoría era que al pasar de cuatro a dos pies se reduce la cantidad de luz directa del sol que recibe el cuerpo de un animal y así, aumenta su posibilidad para mantenerse fresco.
Pero Wheeler omitió un factor crítico, dice Wilkinson, el movimiento del animal. Los animales estacionarios tan sólo han de pasar un rato a la sombra durante el pico de la mañana para evitar el sobrecalentamiento, señaló, mientras que las actividades como el rebuscar la comida, hacía probable que los primeros humanos estuviesen expuestos a la luz directa del sol con más frecuencia.
Teniendo en cuenta el movimiento, el modelo de Wilkinson y Ruxton predijo que los modernos antepasados humanos habrían generado mucho más calor corporal, metabólicamente hablando, cuando viajaban y cazaban que el que pudiera causarles el sol, lo que sugiere que la posición vertical para evitar el sol, tal como el modelo de Wheeler propone, tendría muy poco efecto para luchar contra el sobrecalentamiento.
«En el modelo de Peter Wheeler, él veía una gran ventaja térmica en el estar de pie», añadió Wilkinson; «pero que ahora se desvanece en nuestro nuevo modelo.»
Este nuevo modelo muestra, además, que las criaturas a cuatro patas no pierden el calor de su cuerpo tan rápidamente cuando pierden su piel pilosa, sugiriendo que la pérdida de pelo corporal sólo habría sido una ventaja significativa para los antiguos humanos si estos ya fueran caminando a dos pies. Por tanto, argumentan Wilkinson y Ruxton, el bipedismo surgió primero, por alguna razón que no es la pérdida de calor, tales puede ser la observación más óptima de los peligros, que aparece en los más grandes predadores, o por liberar las manos para manejar herramientas y el transporte, sólo entonces comenzó la caída del cabello como forma de combatir el sobrecalentamiento.
La adición del movimiento animal al modelo fue la clave, dijo Sarah Elton, de la Hull York Medical School, en Reino Unido, que no participó en el estudio. «En cualquier entorno se habrían movido entre zonas sombreadas y zonas a sol abierto, a veces al abrigo del viento o otras no.»
Pero mientras que S. Elton se general alaba el modelo, sí apuntaba que, «al fin y al cabo, es sólo un modelo y estos se yerguen o caen en función del tipo de pruebas que los avalen y también por la propia sensibilidad del modelo en sí mismo», o del grado en que se vea afectado por las variaciones de los parámetros asumidos, tales como el clima, los movimientos de los primeros humanos, la disponibilidad de sombra, y así sucesivamente. «Existen otras ideas» acerca de por qué los humanos podrían haber disminuido la piel pilosa del cuerpo, como las presiones selectivas impuestas por el sexo opuesto al preferir compañeros sin pelo.
Markus Rantala de la Universidad de Turku, en Finlandia, no estaba convencido del modelo de Ruxton y Wilkinson, y ofreció otra teoría. «Mi opinión personal es que sólo una selección causada por ectoparásitos es capaz de explicar el origen del desabrigo humano de una manera satisfactoria», explicó. A medida que los humanos comenzaron a vivir estables en casas y cercanos unos a otros, muchos parásitos como piojos y pulgas empezaron a flerecer. «Conforme la carga de los ectoparásitos se hacía cada vez más agobiante, el tener menos parásitos podía convertirse en más importante para la supervivencia que un caliente abrigo de piel pilosa», continuó Rantala. Tener menos vello corporal hace que los ectoparásitos sean más fáciles de detectar y arrancar.
Rantala también se pregunta, si el modelo Ruxton-Wilkinson es correcto, por qué no recuperaron nuestros antepasados el cabello cuando migraron hacia latitudes norteñas, con climas más fríos, hace cerca de dos millones de años. «Nuestro color de piel cambió pero no recuperó el pelo», dijo. «Tuvo que haber otros beneficios selectivos a este desabrigo que tan sólo razones de termorregulación.»
Pero en esa época, los humanos ya habían adquirido otras formas para mantener el calor, argumentó Wilkinson. «Una posibilidad es que en ese tiempo los humanos que estaban migrando, probablemente, tenían ya el fuego y, posiblemente, la ropa.» Aunque Wilkinson cree en este nuevo modelo, no le sorprende que haya un cierto desacuerdo en este campo. «La evolución humana es un área argumentativa de la ciencia», señaló, «siempre lo ha sido.»
- Referencia: TheScientist.com, 12 de diciembre 2011, por Ruth Williams
- Fuente: Homo erectus. FLICKR, FLOWCOMM
- Fuente: G.D. Ruxton, D.M. Wilkinson, “Avoidance of overheating and selection for both hair loss and bipedality in hominins,” PNAS, doi: 10.1073/pnas.1113915108, 2011.
- Traducido por Pedro Donaire
- http://bitnavegante.blogspot.com/2011/12/discusion-sobre-la-perdida-de-pelo-del.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+bitnavegante+%28BitNavegantes%29&utm_content=Google+Reader&utm_term=Google+Reader