Hay un personaje que de forma cíclica llama la atención de los medios. Se trata del CEO de Google Eric Schmidt, que nunca se sabe muy bien si sube o si baja… o si todo responde únicamente a su autoproclamado rol de mediador entre poderes para sacar beneficio económico del movimiento que se genera en internet, que a río revuelto ya sabemos quién sale ganando.
El caso es que a punto de cerrar este año tan revelador para el mundo de internet y las redes sociales, Schmidt ha dejado caer que la red se está convirtiendo en algo que los gobiernos deberían tratar de forma muy seria, que los gobiernos siguen ignorando el potencial de internet y continúan queriendo ejercer la manipulación sobre las personas que se conectan gracias a ella. Nada que no sepamos los demás, pero que puesto en boca del CEO de Google suena grande.
Schmidt también explica que la tecnología le da a la gente poder de un modo nunca visto hasta ahora, generando todo tipo de reinvindicaciones sociales, y no duda en personalizar la brecha digital entre comunidades de ciudadanos y comunidades de gobiernos. Vamos, que la red está acentuando un runrún que lleva años plasmándose en el descontento generalizado con el mundo de los políticos, que no debe ser confundido con el mundo de la política.
Lo dicho, todo responde bastante a las ideas que llevamos muchos en la cabeza, pero hay un punto donde las cosas zozobran un poco:
Todos estamos de acuerdo con que la gente puede perseguir sus sueños, y todos deberían poder alcanzar lo que realmente quieren.
Se me caería una lagrimita si no fuera porque a estas alturas el discurso no cuela, al menos para mí. Que no se me malinterprete: entiendo que la carta conjunta, firmada entre otros por Google, era sincera en cuanto a lo de las oportunidades, pero en todo este asunto hay una veta de negocio que me hace sospechar de la verdadera motivación de Schmidt cuando lanza arengas de las suyas. Por lo demás, nada que objetar.
Vía | Genbeta