A los legisladores suizos no se la dan con queso y por eso no han querido firmar el ACTA, esa la Ley Sinde global que avanza por la presión de las embajadas de los EE.UU. y del lobby del copyright, que viene a ser lo mismo.
Afortunadamente, los legisladores suizos, como los holandeses, no pertenecen a la cofradía del “sí, señor, me creo el informe de Washington”. Ese espectáculo bochornoso (y bananero) de un ministro de las provincias del imperio citando el ránking de los informes de parte como si de un ejecutivo del mismo lobby o un embajador de Washington se tratase, no se práctica en los países que como Suiza y Holanda trabajan con informes propios (pdf) – no del gobierno de EE.UU. o del lobby – que explican a los políticos del futuro otra versión sobre el impacto de las descargas en la economía, y que las pérdidas de la vieja industria se deben a su falta de adaptación al nuevo escenario tecnológico.
El Consejo Federal de Suiza, que hace las veces de poder ejecutivo en el peculiar sistema de gobierno de la confederación helvética, también encargó el informe que encabeza este post. Lo hacía a petición del Parlamento suizo que había llegado a la conclusión de que una política de represión de la denominada piratería digital generaría un agujero en las arcas públicas de tamaño considerable.
Un dato: solo en el ámbito de la música harían falta 170 fiscales con dedicación exclusiva. Así que el parlamento confiaba al gobierno o más bien a los funcionarios del Ministerio de Justicia y Policía un informe independiente.
Una de las primeras conclusiones a las que llegaron los suizos destroza el argumento de parte del ministro de Rajoy y la prensa española que asume los informes del lobby global de las SGAE´s y cia con emocionada y sospechosa servidumbre.
Hay muchos estudios recientes sobre el tema de la violación de los derechos de autor derivados de los sitios de intercambio y las redes P2P pero conducen a conclusiones muy diferentes
No son pocos los informes que mantienen que las descargas ilegales tiene un impacto positivo en la venta de música y otras obras, o no tienen un efecto significativo, una variable que asume ya la mayoría de los políticos suizos y que el informe detalla con algunos ejemplos como que un tercio de los mayores de 15 años descarga de internet contenidos sin pagar, pero lo que se ahorran lo gastan también en el sector del entretenimiento.
El 63% de los que descargan compran al menos una vez al año la música que se descargaron y en líneas generales son los que se bajan películas o videojuegos los que más oferta legal consumen. El gasto cultural se ha mantenido pero se ha redistribuido, eso es todo compatriotas suizos. Se compran menos CD y DVD, pero aumentan las compras en internet y la entrada a los conciertos.
Prosigue el informe haciendo referencias al ACTA que efectivamente Suiza no ha firmado. La legislación de los derechos de autor no necesita ser reforzada y advierte de los peligros de las legislaciones represivas que tendrán efectos negativos sobre la sociedad en su conjunto y afectarán a la competencia, a las arcas públicas, la libertad de expresión, el debido proceso y la protección de la privacidad. Además, tales medidas, serían contrarias a compromisos adquiridos al firmar la convención de derechos humanos, como indicó la ONU en su declaración sobre la libertad de expresión.
El informe sugiere la pertinencia de adoptar algún esquema de compensación general (licencia global, como plantean los socialistas franceses o mediante un acuerdo con las operadoras) pero reconoce que no hay todavía suficientes argumentos que satisfagan las diferentes posiciones. Para los legisladores suizos es importante dar al mercado la capacidad de autorregularse y sugiere a la vieja industria del entretenimiento adaptarse al mercado para evitar el mantenimiento artificial de estructuras caducas claramente superadas.
Los que persisten en los modelos de negocio del pasado serán los perdedores por no adaptarse a las nuevas tecnologías y a los nuevos tiempos. Al futuro que ya está aquí. Los cambios tecnológicos han generado siempre una tensión con modelos de negocios anteriores que se resisten al cambio. Es el precio del progreso, dice el informe suizo.
La tecnología actual ha roto las barreras del mercado modificando el rol pasivo de simples consumidores. La industria debe adaptarse. El informe desecha la vía represiva y por lo tanto la necesidad de “reforzar” la legislación en relación con internet y la propiedad intelectual. Suiza no ha firmado el ACTA.
http://www.nacionred.com/legislacion-pi/suiza-contra-wert