Barcos de guerra iranís, ayer, durante las maniobras en el mar de Omán, cerca del estrecho de Ormuz. REUTERS / J. E. NOROUZI
Irán ha concluido sus 10 días de maniobras militares en el estrecho de Ormuz con una amenaza directa a EEUU: es mejor, dice, que no vuelva a enviar a la Quinta Flota al golfo Pérsico, como hizo en Navidad para vigilar los ejercicios de su Armada. «Aconsejamos a la nave estadounidense que ha salido de Ormuz y se ha ido al mar de Omán que no regrese más», dijo el comandante del Ejército de los ayatolás, Ataolah Salehí. La retirada del portaviones John C. Stennis, el jueves, supone que «los enemigos» han captado «muy bien» el mensaje lanzado con los ejercicios, en los que se han probado misiles de largo y medio alcance -200 kilómetros de tiro y casi imperceptibles al radar- y se han ensayado maniobras de guerra con submarinos, buques y aviones no tripulados. Según la agencia estatal IRNA,
Salehí dejó claro además que «la República Islámica iraní no piensa repetir la advertencia».
Engrandecido por el «éxito» de las maniobras, el jefe de Estado Mayor iraní, el general Hassan Firuzabadi, remarcó que a su pueblo «no se le puede amenazar», ni con buques ni con sanciones económicas como las aprobadas por la UE y EEUU. «Nuestra política es defensiva, no queremos provocar de forma irracional, pero cualquiera que ataque a Irán deberá pagar un alto precio», insistió. Él fue quien, al inicio del ejercicio Velayat 90, amenazó con cerrar Ormuz (54 kilómetros de ancho en su tramo más estrecho) bloqueando así el transporte de la cuarta parte del crudo mundial.
SEGURIDAD Y ESTABILIDAD / EEUU, que se juega el 18% de su consumo en esas aguas, reaccionó a las amenazas confirmando que continuará desplegando sus barcos de guerra donde sea «necesario», informó a Reuters el comandante norteamericano Bill Speaks. «Nuestros movimientos nacen del compromiso con la seguridad y la estabilidad en la región y del apoyo que prestamos a las operaciones en curso», detalló, explicando que la Quinta Flota, con base en Baréin, se despliega permanentemente en el golfo Pérsico, el Mar Rojo, el Arábigo y la costa este de África gracias a convenios internacionales que avalan su presencia.
«Mantenemos una vigilancia constante, garantizamos el flujo continuo y seguro del tráfico marítimo y el comercio global», añadió el comandante. No hubo, sin embargo, reacciones políticas a la nueva andanada del Gobierno de Mahmud Ahmadineyad.