LOS ÁNGELES—Tres padres chinos comparten sus sufrimientos huyendo de China para escapar del aborto forzado y otras represalias debido a un segundo embarazo «ilegal, fuera del plan».
China ha establecido un Reglamento familiar a 30 años, de un solo hijo. Todos los embarazos «fuera del plan»—un segundo embarazo, un embarazo de una mujer sola, o una pareja de menores de edad, por ejemplo—son abortados por la fuerza si una mujer voluntariamente no se somete a él, a menos que ella pueda pagar una cuota considerable.
Según Zhai Zhenwu, director de la Escuela de Sociología y Población de la Universidad Renmin en Beijing, de 16 millones de bebés que nacen en China cada año, menos del uno por ciento es «fuera del plan».
Algunos padres chinos que desean un segundo hijo están optando por ir a otros países, incluyendo Estados Unidos, para dar a luz. Pero escapar de la planificación familiar de las autoridades chinas no es ninguna hazaña fácil.
Las carreras de los funcionarios en línea
La señora Liu, de la provincia de Shandong, llegó a Los Ángeles en septiembre del año pasado para dar a luz a su segundo hijo, del que hubiera sido forzada a abortar de quedarse en China.
Liu tiene 36 años y ya tiene un hijo. Tanto ella como su marido son empleados del régimen. Tener más de un hijo significaría pagar multas y perder sus empleos. En 2004 la Sra. Liu tuvo un aborto de un embarazo inesperado. Ella quedó embarazada nuevamente en la primavera pasada, pero esta vez decidió conservar el bebé.
Para evitar que a sus colegas lo notaran y la informaran, ella había previsto inicialmente ocultarse en casa de sus padres, diciendo que iba a asistir a un programa de estudio fuera del lugar. Sin embargo, alguien de su lugar de trabajo, la Universidad, informó del embarazo a sus superiores.
«Hoy en día la política de planificación familiar en China está vinculada al desempeño de los funcionarios [públicos]. El supervisor de un gobierno local puede olvidarse de ser promovido si algo va mal en la ejecución de la política de planificación familiar en su jurisdicción. Mi embarazo se convirtió en una herramienta para la lucha por el poder entre algunos funcionarios, por eso alguien informó mi caso a los superiores», dijo Liu a La Gran Época.
La señora Liu dijo también que el gobierno municipal local publicó un aviso, diciendo que los informantes serían recompensados.
Las carreras de seis a siete funcionarios estaban involucradas; el director de la escuela, el vicepresidente y director de Población y Planificación intentaron muchas veces persuadirla para abortar.
El día antes de que ella saliera de China, los funcionarios llegaron a casa de su madre para verla. Para verse más delgada y no embarazada, ella ató un cinturón alrededor de su cintura antes de reunirse con ellos, cuenta Liu.
«Me pidieron que firmara una declaración de garantía diciendo que no estaba embarazada, y que asumiría la responsabilidad por las consecuencias si estuviera [embarazada].»
El señor y la señora Liu pensaron que lo peor que les podría suceder era pagar las multas o perder su empleo. Pero más tarde se dieron cuenta que les habían cortado el suministro de agua, electricidad y calefacción de su apartamento. A la señora Liu le quitaron el espacio de estacionamiento y con esto entendieron que incluso podían perder el apartamento.
Para conservar el trabajo del marido, la pareja consideró la posibilidad del divorcio como último recurso, porque si les confiscaban el apartamento, ellos no serían capaces de conseguir otro, incluso si utilizaban los ahorros de toda su vida, dijo la señora Liu.
Ella pudo finalmente salir de China y venir a los Estados Unidos, usando la oportunidad de acompañar a su hijo para estudiar en el extranjero. Pero los funcionarios no pararon el acoso aún después de salir de China.
«Ellos incluso planearon enviar a alguien más para ‘resolver la calificación de conmigo ‘, pero abandonaron la idea después de enterarse que esto no funcionaría en los Estados Unidos».
El 2 de diciembre, la Sra. Liu dio a luz a un bebé sano en Los Ángeles. «Después de ver a mi bebé, sentí que podía abandonar cualquier cosa,» dijo.
Al borde de la locura
La señora Song es de Dalian, ciudad del norte de China. Quedó embarazada de su segundo hijo cuando estaba en sus 40. También llegó a Los Ángeles para salvar a su bebé.
«Tener un bebé debería ser un acontecimiento feliz, pero antes de salir de China, yo estaba al borde de la locura», dice Song.
Sus compañeros de trabajo no se dieron cuenta de que estaba embarazada porque siempre era un poco gordita, dice ella. Después se mudó a un área diferente donde la gente no la conocía, para que nadie informara a las autoridades.
Sin embargo, todavía tenía que ser muy cuidadosa cuando salía. «Siempre llevaba algo en mis manos o me inclinaba hacia adelante mientras caminaba, a fin de ocultar mi vientre».
La Sra. Song dijo que ella pudo salir de China a través de un programa de estudios en el extranjero relacionados con el trabajo.
Mis hijos pueden crecer sanos
El Sr. Fang era ejecutivo de una gran empresa en la provincia de Shanxi. Con un salario mensual de cerca de 20.000 yuanes (US$ 3.175), su ingreso era superior al de una familia adinerada de clase media en China. Pero después de conocer que tener un segundo hijo «ilegal» daría lugar a una multa de más de 530.000 yuanes (US$ 84.168) y litigios, decidió salir de China con toda su familia.
«En lugar de sufrir y tener pérdidas financieras, lo mejor fue venir a Estados Unidos», dice Fang.
Tenía casa, automóvil y una vida cómoda en China, dijo, pero a menudo se sentía como una persona muerta.
Adaptarse a su nueva vida en América tomó tiempo, sobre todo aprender un nuevo idioma, añadió. «Pero aquí el aire es fresco, y tienen un buen sistema educativo. Mis hijos pueden crecer sanos. Estoy muy satisfecho”.
De acuerdo con informes de medios de comunicación estatales en 2011, se estima que en China se realizan 13 millones de abortos cada año; sin embargo, las estadísticas oficiales sólo incluyen abortos realizados por el hospital.
http://www.lagranepoca.com/22495-padres-chinos-huyen-estados-unidos-salvando-hijos-concebidos-fuera-del-plan
que terrible!