Hoy día, es común encontrar en los libros de texto y en sitios educativos ciertos términos que intentan describir nuestro universo, entre ellos, algunas muestras son «estrella enana amarilla» referida a nuestro Sol, «gas y polvo interestelar y nubes moleculares gigantes», «agujeros negros», incluyendo el que está «en el centro de nuestra galaxia», «materia oscura, no visible para nosotros», sistemas binarios de estrellas formadas “por la atracción gravitatoria», la «nube de Oort», y muchos otros más.
Estos términos y conceptos son utilizados por los conocedores científicos actuales, y a estos expertos, en general, no les gusta que nadie les cuestione si están o no describiendo realmente una realidad objetiva o si alguno de estos conceptos se basan y verifican con la experimentación y la observación.
Sin embargo, algunos científicos se sienten cada vez más incómodos con estos discursos porque, por un lado, este modelo (lo que yo llamo el «viejo paradigma» de la ciencia) está constantemente siendo «ajustado», de manera que una aplicación más honesta de método científico no lo permitiría. En el laboratorio de física de mi escuela, hace ya muchos años, hablábamos de «cocinar» los resultados de un experimento, de forma que pudiese coincidir con lo que pensábamos que el experimento «debería» entregar. En la ciencia de hoy, ¿cuántas veces hemos escuchado el grito emocionado de que tal o cual observación «nos ha enviado de vuelta a la pizarra»?.
No obstante, cuando uno sigue la literatura sobre este tema en particular, casi siempre termina encontrando asombrosos resultados, los cuales son modificados o minimizados, a fin de que prevalezca la teoría. En el amplio mundo académico, hay muchos estudiantes de ciencia a quienes se ha dicho que sus trabajos deben demostrar la prevalencia de la teoría, porque si no, no conseguirán la beca.
Los «agujeros negros» y la «materia oscura», así como la «energía oscura», son todas ellas entidades que no han sido confirmadas directamente por ninguna observación. Es más, muchas personas aceptan que su misma naturaleza los hace imposibles a una observación directa. Ellos, sin embargo, lo consideran necesario por una construcción matemática del universo conocido, dando por supuesto que el universo «funciona» debido a la fuerza más débil conocida por el hombre, es decir, la gravitación. Pero, ¿y si ese gran supuesto no fuese verdad? ¿Qué pasaría si el Universo, incluyendo a nuestro Sol, «funcionara» por una fuerza mucho más fuerte, es decir, la electricidad?
Como se ha señalado en un artículo anterior, una vez que se observa en la vida cotidiana que las fuerzas eléctricas son mucho más fuertes que las fuerzas gravitacionales, ¿cuánto tiempo se puede sostener con seriedad que el funcionamiento de la fuerza más poderosa del universo deba ser ignorado, mientras que la fuerza más débil (la gravitacional) tenga que prevalecer?
Hay una causa humana e histórica por la que se supone que la gravedad hace funcionar el universo. El origen de este supuesto es nuestra geocentricidad habitual, y debido al enorme avance en la comprensión del sistema solar que se llevado a cabo empezando en el siglo XVII, por los Principia de Isaac Newton y la elucidación matemática de la gravedad del sistema solar, vuelve a encontrarse a sí mismo.
Suponemos que debido a la gravitación la tierra gira en torno al Sol (al menos en la medida en que lo hemos entendido), y lo mismo debe aplicarse más lejos, a través de nuestra galaxia y a lo largo de todo el cosmos. Pero si no es la gravitación, sino una fuerza mucho más fuerte la que recorre el cosmos, la necesidad matemática de entidades tales como los agujeros negros, la materia oscura y energía oscura, inmediatamente desaparecen. Hay que recordar el punto de vista del siglo XVII, y que los grandes avances en la comprensión actual de la electricidad llegaron siglos más tarde.
La improbabilidad de que sea la gravedad la fuerza que rige el universo se demuestra en la siguiente consideración. Esto puede ser verificado con referencia a “The Sky Electric”, de Don Scott.
Un modelo a escala razonable del cosmos se puede representar con un año luz (la distancia recorrida por la luz en un año) en una milla [1,6 km], y también por una unidad astronómica (distancia del Sol a la Tierra) en una pulgada [2,54 cm]. En el modelo de órbita de la Tierra alrededor del Sol estará representado por un círculo con un radio de una pulgada. Las 880 millas [1,4 millones de km.] de diámetro del Sol se pueden escalar hasta una marca de aproximadamente 1/100 pulgadas, tan sólo un punto. Plutón, el planeta (o planetesimal) más externo, supondría una órbita en torno a este punto con un radio de aproximadamente tres pies y medio [1,07 metros]. Sin embargo, la estrella más cercana en este modelo —otra simple mota—, se hallaría a cuatro millas y media de distancia [7,2 km.]. Esta es una distancia bastante típica entre las estrellas de la galaxia.
¿Cómo se puede concebir, por tanto, que la gravedad sea el factor determinante de una galaxia? Estamos pensando, y comparando proporcionalmente, a esas fuerzas gravitatorias que habría entre 1/100 de pulgada [estrellas], que están aisladas unas de otras por más de cuatro millas de distancia.
Aunque fuese la forma de funcionar del sistema solar, con nosotros como único ejemplo importante, eso no significa que funcionara así la galaxia entera. Incluso si suponemos a la gravedad como una influencia comparativamente dominante sobre las posiciones y movimientos de los cuerpos planetarios de nuestro sistema, ciertamente, esto no implica que fuese dominante como fuerza interestelar en la galaxia, y menos aún, como la fuerza intergaláctica del cosmos.
Por el contrario, si asumimos que las galaxias están impulsadas por enormes transferencias de energía eléctrica, a través del medioambiente de plasma del espacio, la insignificante fuerza de gravitación en este contexto podría ser ignorada en su totalidad.
Y esto significaría que los conceptos de materia oscura, energía oscura, agujeros negros, nube de Oort, e incluso el mismo Big Bang, junto con una gran cantidad de otros acompañantes incondicionales, pasarían a ser pasto de la ciencia ficción.
- Referencia: Thunderbolts.info, 16 enero 2012 por Nicholas Sykes
- Fuente: Cayman Net News. Un nuevo paradigma del pensamiento científico: El Universo Eléctrico .
- Imagen: portada del álbum «Sonic Ecstasy», de Electric Universe, sello: Electric Universe Records
- Pedro Donaire
- http://bitnavegante.blogspot.com/2012/01/gravedad-o-electricidad-cual-gobierna.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+bitnavegante+%28BitNavegantes%29&utm_content=Google+Reader&utm_term=Google+Reader