«¡Recuerden el Maine!», fue el grito en 1898 de William Randolph Heart en el New York Journal – un precursor de la moderna prensa de Murdoch. En aquel entonces, unos 274 hombres perdieron la vida como consecuencia de la explosión que hundió el USS Maine en el puerto de La Habana. Hearst incluso contó una historia de cómo el enemigo había plantado un torpedo debajo del Maine y lo detonó desde la costa. El único problema era – que nunca ocurrió. Sin embargo, el evento se utiliza como pretexto popular para la entrada de Estados Unidos en la Guerra Española-Americana, y en última instancia, para la adquisición de la propia Cuba por los EE.UU.. Este fue el modelo moderno para el uso de propaganda en conjunto con, lo que es aceptado por muchos historiadores, como un tipo de evento o ataque de falsa bandera.
70 años más tarde, el 8 de junio de 1967, durante la Guerra de los Seis Días, un evento similar tuvo lugar en la costa de Egipto. Aquello bien podría haber sido: «¡Recuerden el Liberty!», después de un evento que vio a 34 hombres muertos y a 170 que resultaron heridos cuando el USS Liberty fue atacado por la Fuerza Aérea israelí y por torpedos de barcos de la marina israelí. La historia revela ahora que la masacre de Israel contra la tripulación del USS Liberty fue diseñada como un evento de bandera falsa, pero, afortunadamente, Rusia intervino en el último minuto antes de que Israel pudiera hundir el barco americano. Si hubiera funcionado, podría haber sido utilizado para arrastrar a los EE.UU. y a sus aliados a una nueva guerra regional, o incluso a una tercera guerra mundial – con quién sabe qué consecuencias.
Si está por encenderse un conflicto en el Golfo Pérsico en 2012, es muy probable que los EE.UU. o Israel utilicen la opción de bandera falsa. Dos razones apoyan esto. En primer lugar, Irán carece de un motivo para querer participar en un ataque suicida contra las potencias del Eje – un movimiento que sin duda les costaría miles de vidas inocentes y miles de millones en infraestructura. Francamente, es seguro decir que no está en absoluto en el interés nacional de Irán el comenzar el conflicto. La historia muestra, sin embargo, que los EE.UU. e Israel pueden emplear -y lo harán- la técnica del ataque de falsa bandera, donde fabricarían un incidente y luego le echarían la culpa a los iraníes. Por todas las cuentas, se trató también de la manera cómo los EE.UU. fue capaz de falsificar su entrada en la costosa y sangrienta guerra de Vietnam, a través del tristemente célebre Incidente del Golfo de Tonkin.
Las últimas semanas han visto un aumento masivo de los activos navales en el Golfo Pérsico por parte de los EE.UU. y de los británicos. La ironía del poder naval de superficie en el siglo 21 es que sólo es bueno para una cosa, y es la «proyección de fuerza». De hecho, el Poder Naval dejó de ser un importante factor geopolítico en el juego de poder desde los albores del siglo 20, cuando fue usurpado por el poder aéreo.
Como Gran Bretaña aprendió en la parte posterior de la Guerra de las Malvinas en 1982, incluso un solo misil Exocet francés puede hundir un acorazado o un portaaviones. Irán tiene más que esa capacidad, por lo que a efectos prácticos, los barcos estadounidenses en la región no son más que cebos – objetivos grandes y lentos sentados a la espera. Lo cual plantea la pregunta obvia: ¿por qué los EE.UU. envian su portaaviones de propulsión nuclear USS Enterprise, una pieza de ajedrez oxidada de 50 años de edad que pronto será retirado al desguace, a la primera línea de fuego en el Golfo Pérsico? Un museo flotante gigantesco y prescindible y que curiosamente con sus ocho reactores nucleares … probablemente les costaría una fortuna desmantelar….
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Si otros se acercan al conflicto, la mayoría de los expertos coinciden en que se está en el peligro de degenerar en una situación de Tercera Guerra Mundial, y ambas partes sin duda serían perdedores en este escenario, por no hablar de la economía global.
Sin embargo, tenemos las condiciones ideales para una nueva Guerra Fría para surgir en el siglo 21 – una donde las potencias del Eje Occidental de los EE.UU., Europa, Israel y los países del CCG se sienten en un lado, e Irán, Siria, Pakistán, China, y tal vez Rusia se sienten al lado opuesto. Esta nueva guerra fría va sobre la proyección del poder y sobre asegurar la dominación regional en términos de economía – gas natural, minerales y relaciones comerciales, así como los derivados del petróleo – mas que sobre las ideologías políticas que parecían dominar la anterior guerra fría del siglo XX.
En la superficie, esta última disputa entre los EE.UU. e Irán parece un paso más cerca de la guerra, pero un examen más minucioso sin embargo, muestra que las condiciones actuales no son del todo ideales para un ataque preventivo contra Irán por los EE.UU. o Israel. ¿Por qué? En un momento en que el consumo de combustible se ha reducido en todo el mundo, y los suministros de petróleo son altos, los precios del petróleo están desafiando a la economía mundial con el mantenimiento del precio del barril en más de $100. También vale la pena señalar que los contratos de defensa – en particular en los países del CCG – están aumentando mucho, es decir, todavía hay mucho dinero que sacar de esta crisis – para ambos bandos, incluyendo a Irán.
Aún así, debemos mantener los ojos abiertos para un ataque de falsa bandera desde Occidente.
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