Las autoridades peruanas han puesto en marcha el proyecto Semilla para prevenir y erradicar el trabajo infantil y devolver a los niños a la escuela para que puedan desarrollar su potencial. Gracias al proyecto, que se enmarca en la Estrategia Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil, unos 6000 niños y 500 adolescentes de zonas rurales dejarán de trabajar y empezarán a asistir regularmente a la escuela. El programa aspira a asegurar el acceso a la educación para los menores en tres de las regiones más pobres de Perú: Huancavelica, Junín y Pasco. Según Maró Guerrero, la coordinadora del proyecto, esta iniciativa tiene tres componentes: educación, producción y sensibilización. El componente educativo cuenta con un programa de nivelación para los alumnos que dejaron de estudiar para ayudar a sus familias. Con ese objetivo será implementado un prolongado horario de la jornada escolar con el fin de mejorar la educación y alcanzar unos logros de aprendizaje. Los adolescentes se beneficiarán de un modelo de secundaria adaptado a sus necesidades y del servicio de capacitación técnica, que es una parte del programa de empleo controlado por el Ministerio de Trabajo peruano. El componente productivo consiste en la generación de condiciones especiales de acceso al mercado para que las familias puedan obtener mayores ingresos y no tengan que pedir la ayuda de sus hijos para sostener la economía familiar. El propósito del componente de sensibilización es difundir información sobre el problema del trabajo infantil para que el derecho de los menores a la educación sea comprendido en la sociedad y especialmente por sus padres. El 28% de los niños peruanos tiene que trabajar para ayudar a sus familias, señalan los datos de la Organización Internacional del Trabajo.
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