SOLDADOS CONTRA HUMANOIDES

Incidentes OVNI en dos bases militares españolas

José Manuel García Bautista y Jordi Fernández

Dos reporteros de AÑO/CERO han accedido a las declaraciones de diversos militares que prestaron sus servicios en los acuartelamientos de Bobadilla (Málaga) y Morón de la Frontera (Sevilla), los cuales protagonizaron extraordinarias experiencias: avistamientos de OVNIs, enfrentamientos con misteriosos humanoides luminosos o la captura de una monstruosa criatura, suceso que hizo saltar todas las alarmas en el interior de la base malagueña.
La base aérea de Bobadilla se encuentra ubicada en la provincia de Málaga, en una zona montañosa a la que se accede tomando un desvío desde la carretera N-342. Durante décadas, se desarrolló en su interior una intensa actividad, pero hace algunos años el Ejército del Aire dejó de utilizar dichas instalaciones, al menos oficialmente… De todos modos, la base continúa bajo jurisdicción militar. En la década de los 70 se registró un espectacular incidente OVNI en la misma, pues varios miembros del personal fotografiaron una escuadrilla de objetos no identificados surcando el cielo. Días después, un grupo de aficionados a los OVNIs de Málaga se enteraron del suceso y se presentaron en el acuartelamiento, donde pudieron entrevistar a un alto mando que les mostró un amplio dossier secreto sobre el caso, aunque no les permitió tomar fotografías del mismo.

Sin embargo, los enigmáticos sucesos que tienen lugar en dichas instalaciones militares van más allá de simples avistamientos, pues algunos soldados se han topado con seres de aspecto monstruoso, tal como relató a AÑO/CERO F. J., un militar que cierta noche se encontraba de guardia bajo el túnel ferroviario existente en la base: “Estábamos vigilando la descarga de municiones desde un tren de mercancías al andén de recogida, en el interior de un túnel, donde había una iluminación suficiente. Entonces, mi compañero vio una extraña forma de 1´20 metros de altura y de color negro que se movía ágilmente por las vías. Me avisó y también pude observar ‘aquella cosa’. Intimidados por su presencia, quitamos los pestillos de seguridad de nuestras armas. En ese momento, la criatura nos miró fijamente a ambos con unos amenazantes ojos rojos y desapareció de nuestra vista a toda velocidad. No era un animal, estamos los dos seguros. Además, nuestros relatos coinciden en un cien por cien”

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