- Las travesías de «Transgenic Wars” (La Guerra de los Transgénicos) por toda Europa y América Latina, analizan los efectos de los cultivos transgénicos (GE, por sus siglas en inglés) en el ganado y la salud humana
- Un criador de cerdos danés rastreo una misteriosa enfermedad porcina hasta la soya vinculada a un herbicida, de Argentina. En Argentina, un agricultor de transgénicos admite que no alimentará con soya transgénica a sus animales, ya que las gallinas alimentadas con soya transgénica producen huevos no comestibles
- Las personas que viven cerca de los campos de transgénicos en Argentina tienen tasas 350 % más elevadas de defectos de nacimiento, que el promedio nacional; asimismo, en algunas zonas, las tasas de cáncer han aumentado hasta un 250 %, tan solo en un año
Por el Dr. Mercola
“Transgenic Wars” una película galardonada por el frances periodista de investigación Paul Moreira, se aventura en un viaje en Europa y America Latina para investigar los efectos de los cultivos transgénicos (GM) tanto en la ganadería como en la salud humana
Además, esto profundiza en las preocupaciones tangenciales, tales como un mayor uso de herbicidas de glifosato, atrazina y 2,4-D, el último de los cuales fue un ingrediente en el devastador defoliante Agente Naranja, utilizado durante la guerra de Vietnam.
Casualmente, Monsanto era un productor líder del Agente Naranja durante la guerra, así como en sus contribuciones para la guerra; que empezó con su participación en el Proyecto Manhattan y creación de la bomba atómica, lo cual ayuda a explicar cómo Monsanto ha logrado obtener tal apoyo incondicional de parte del gobierno de los Estados Unidos.
Es una lealtad destructiva y a menudo incomprensible, que continúa hasta nuestros días; donde el gobierno de los Estados Unidos apoya, y participa en la difusión de los cultivos transgénicos (GE) y químicos tóxicos de Monsanto alrededor del mundo–ahora reenvasados como «necesarios» para la agricultura.
Monsanto, al ser un líder en semillas transgénicas y productos químicos que las acompañan, recibe una parte justa de atención durante toda la película. El ecologista Patrick Moore, quien hizo la insólita transición de cofundador de Green Peace a ser un defensor profesional de los transgénicos y grupo de presión, también es representado allí.
En este sensacional video,1 que ha cosechado más de 1.4 millones de visitas, Moreira sugirió a Moore beber de un vaso con Roundup para probar su afirmación de que el herbicida es totalmente inofensivo. La negativa de Moore, al decir que él ‘no es estúpido’, está incluida en la película.
Porcicultores Daneses Luchan Contra una Misteriosa Enfermedad Porcina
La película comienza en Dinamarca, donde los criadores de cerdos luchan para determinar la causa de una misteriosa enfermedad porcina, a la que se refieren simplemente como «la muerte amarilla». La enfermedad causa diarrea violenta, y a menudo es mortal para los cerdos afectados.
Prácticamente todos alimentan a sus cerdos con soya transgénica, y muchos sospechan que esta podría ser el origen del problema. Ib Pedersen es un criador de cerdos, desde hace mucho tiempo, en Dinamarca.
Cuando empezó a alimentar a sus cerdos con soya transgénica en los ‘80s, la mezcla contenía aproximadamente un 20 % de soya transgénica. Con los años, la proporción aumentó, y para el año 2002, aproximadamente el 90 % de la soya con la que alimentaba a sus cerdos era transgénica.
Al igual que otros agricultores, Pedersen se esforzó por contener «la muerte amarilla», que mataría hasta un 30 % de los lechones nacidos cada año, hasta que un día decidió eliminar la soya transgénica de la mezcla con la que los alimentaba. Al cabo de dos días, los cambios fueron notables. No había ni un solo caso de diarrea entre sus cerdos.
En los tres años que ha alimentado a sus cerdos con piensos sin transgénicos, nunca se ha presentado de nuevo un solo caso de «la muerte amarilla». Por sí solo, Pedersen logró suscitar dudas entre los agricultores daneses, acerca de la seguridad de la soya transgénica. Curiosamente, Pedersen podría haber identificado el problema aún más minuciosamente. Ya que se dio cuenta de dos nexos intrigantes:
- Cuando la soya transgénica es adquirida de Argentina, todos los agricultores que la recibieron terminaron con brotes de diarrea en sus cerdos. ¿Qué es lo que contiene esta soya argentina transgénica que ha sido mucho peor que otras?
- Encontró imágenes en Internet de niños argentinos deformados, que médicos y científicos locales insisten son causados por la exposición a plaguicidas, ya que muchos pobladores están rodeados de campos de transgénicos, donde los productos químicos tóxicos son rociados con un deliberado abandono.
Le llamó la atención que tan similares eran estas deformidades con las encontradas en sus cerdos. ¿La soya transgénica contaminada con pesticidas podría ser la causa de los problemas de los porcicultores?
La Soya Transgénica Destruye a Argentina
Argentina es el tercer mayor productor de cultivos transgénicos en el mundo, y el segundo mayor productor de soya transgénica. Este tipo de cultivos han alterado radicalmente el aspecto del país.
Los cultivos transgénicos han eliminado la necesidad de grandes fuerzas de trabajo en granjas, al erradicar pueblos enteros y contribuir a la pobreza masiva.2 La diversidad agrícola que Argentina usualmente presumía se ha ido, y en vez de ello fue reemplazada por campos masivos de monocultivos de maíz, soya y algodón transgénicos.
Moreira visita Avia Terai, un pequeño pueblo rural, rodeado de campos transgénicos. Aquí, los niños nacen con enfermedades raras y degenerativas de origen desconocido. Una niña tiene grandes manchas de color negro-marrón en toda la cara y cuerpo–marcas que ha tenido desde su nacimiento.
Otro se atrofia lentamente por una enfermedad degenerativa sin diagnóstico que se cree es genética, agravada por la exposición a herbicidas. De una manera u otra, muchos de los niños están deformados, y muchos de los ancianos mueren de cáncer.
Los aldeanos se refieren al Roundup de Monsanto como «el veneno», y hacen todo lo posible por evitar ser rociados. Todos ellos temen al tractor grande que rocía una de dos sustancias en el campo: agua o herbicida, y no se sabe que es lo que rocía cuando lo hace.
Una mujer describe cómo se encierra ella y sus hijos en el interior de su hogar, cada vez que oye al tractor. Aun así, es difícil evitarlo cuando se encuentra rodeado de campos, y cuando lo que rocían va a la deriva con el viento, al caer en el agua y en la ropa colgada para secarse.
Los Agricultores Argentinos Reconocen Que la Soya Transgénica No Puede Ser Utilizada Para la Alimentación Animal
Es revelador, que un agricultor de transgénicos que es grabado en secreto por Moreira indica que ellos no alimentan a ninguno de sus animales con esta soya; «Si alimenta a sus gallinas con ella, ya no podrá comer sus huevos», dice. Cuando se le preguntó por qué, dijo que era debido a que los huevos huelen tan mal que no pueden consumirse. Esta es la razón por la que toda su soya transgénica es exportada.
Mientras tanto, los habitantes de los alrededores sufren, al ser fumigados con regularidad. Los esfuerzos para dialogar con los productores de soya transgénicos no han tenido ningún avance, y las empresas propietarias de los campos son tan ricas, que las multas no las disuaden de rociar generosamente dentro del perímetro ilegal de viviendas residenciales.
En los 15 años que los cultivos transgénicos han sido cultivados en Argentina, solo ha habido tres condenas por fumigación ilegal, a pesar de ser un hecho común. En el caso de Avia Terrrai, el pueblo se encuentra a solo 200 metros (656 pies) del campo de soya transgénica.
Por ley, no está permitido utilizar pesticidas a menos de 1.5 kilómetros (poco menos de 1 milla) de las viviendas de los residentes.
Su situación no es única. De hecho, el problema es tan grande, que el gobierno argentino estuvo obligado a subvencionar centros de discapacidad producida por plaguicidas, para controlar la cada vez más extensa crisis de salud.
Estos centros están llenos de niños de las poblaciones donde los padres fueron expuestos a productos químicos agrícolas. En general, la incidencia de los defectos de nacimiento es alrededor de 350 % mayor en zonas donde se cultivan productos transgénicos, en comparación con el resto de la país.3
Como fue señalado por una de las enfermeras en un centro de discapacidad en Sáenz Peña, «Exportamos nuestra soya [GE] a sus países para alimentar a los animales que consumen… Pero en realidad, nosotros somos los que pagamos el precio por ello». La pediatra retirada, Dra. María del Carmen Seveso va más allá al llamarlo genocidio, y decir que esta situación es realmente grave.
Niños y Cerdos Deformes–¿Los Herbicidas Son los Culpables?
Las imágenes de estos niños argentinos deformes, publicadas en Internet, fue lo que llevó a Pedersen, el criador de cerdos daneses, a analizarlo. Al igual que todos los demás criadores de cerdos, también tuvo su justa parte de cerdos que nacieron deformes.
No le había puesto mucha atención, más allá de reconocer que estas cosas ocurren de vez en cuando, pero las deformidades se habían vuelto una situación más común, y de golpe se dio cuenta de las similitudes entre las deformidades que vio en los niños argentinos que habían sido expuestos a los pesticidas durante su gestación.
Cuando se trata de determinar qué pesticidas son los culpables, hay muchas preguntas sin resolver. Al parecer, el glifosato no es el único producto químico que es utilizado en los campos de soya transgénicos en Argentina. A medida que las hierbas se vuelven resistentes y crecen, muchos agricultores han recurrido a agregar otros productos químicos a la mezcla, y no está claro quién utiliza que producto.
La acción sinérgica de los productos químicos normalmente aumenta la toxicidad de la mezcla, en comparación con cualquier producto químico determinado por sí solo, pero no se ha realizado ningún estudio para determinar el nivel de riesgo exacto de los diversos brebajes.
Cuando Moreira se cruza con un tractor fijado para rociar un campo, se da cuenta de que Monsanto no solo rocía Roundup, sino también atrazina–que está prohibida en Europa, pero es ampliamente utilizada en los Estados Unidos–y 2,4-D, uno de los principales componentes de los herbicidas de las fuerzas armadas, el Agente Naranja, utilizado ampliamente en las selvas, durante la Guerra de Vietnam.
Uno cosa está clara: La promesa de que los cultivos transgénicos podrían producir una agricultura «más ecológica» y un menor uso de productos químicos NO ha ocurrido. En vez de ello, se utilizan cada vez más productos químicos en nuestra comida y de igual forma también en la alimentación con la que crecen nuestros ganados.
Enemigos Mutantes
A medida que los cultivos transgénicos se han apoderado de Argentina, las malas hierbas resistentes a los herbicidas se han convertido en un grave problema.
En Argentina, se cultivan más de 30 millones de hectáreas (74.1 millones de acres) de soya transgénica, y el glifosato es fumigado en cada campo, por lo menos tres o cuatro veces por año. Esto ha producido toda una nueva clase de malas hierbas—unas que son resistentes al glifosato, al igual que al propio cultivo transgénico.
Para abordar el problema, los agricultores no solo aplican más pesticidas, sino que también mezclan diferentes tipos de pesticidas juntos, para evitar que las malas hierbas se adapten a una sola fórmula. Como resultado, usualmente se añaden de tres a cinco productos químicos adicionales al glisofato. Además, las semillas transgénicas más novedosas, están diseñadas para resistir combinaciones aún más tóxicas.
Como fue señalado en la película, no hay una prueba definitiva de que los productos químicos agrícolas sean responsables de la crisis sanitaria en Argentina; pero tampoco hay pruebas que demuestren lo contrario. Y el gobierno no ha hecho nada para determinar la verdad.
De hecho, el gobierno de Argentina ha sido y continúa siendo un gran apoyo para la industria de los transgénicos, y es algo común ver anuncios de Monsanto en la televisión argentina, los cuales aseguran a sus habitantes que sus productos son seguros y efectivos.
Mientras tanto, nunca se han realizado estudios para determinar si todos estos cócteles químicos producen están interacciones peligrosas o causan los problemas graves de salud que hoy en día se observan en los niños criados en zonas agrícolas.
Asombrosas Cifras Elevadas de Cáncer
La única investigación organizada de manera independiente acerca del impacto en la salud de los cultivos transgénicos, fue realizada por estudiantes de la Universidad de Medicina de Rosario, que encontró que las tasas de cáncer aumentaron un 40 % en una población, en un solo año.
En otra población, la tasa de cáncer se disparó a un 250 %. Lo que estas poblaciones tienen en común es que están rodeadas de campos de transgénicos y la frontera de fumigación se encuentra extremadamente cerca de donde se encuentran localizadas.
Por desgracia, la economía de Argentina ahora depende totalmente de la agricultura transgénica. Según Alejandro Mentaberry del Ministerio de Ciencia, Argentina obtuvo alrededor de US$ 65 billones de los cultivos transgénicos entre 1996–el año que se introdujeron los cultivos transgénicos–y 2011. Mentaberry cree que el país debe su «milagrosa recuperación económica» a la exportación de cultivos transgénicos.
Pero ¿qué precio tendrá esta milagrosa bonanza económica? En abril de 2014, los argentinos salieron a las calles de Córdoba para protestar contra Monsanto y el uso de sus productos. «¡Monsanto fuera! ¡Si a la vida, no a Monsanto! Monsanto es veneno. Monsanto es la corrupción», coreaban las personas mientras marchaban por las calles.
La película examina los poderes políticos que apoyan y dirigen los países para que acepten estos productos transgénicos (GMOs). Por ejemplo, Wikileaks reveló cómo los funcionarios del gobierno de los Estados Unidos realizan en secreto el trabajo sucio de la industria de la tecnología química, al convencer y amenazar a los gobiernos con represalias, según sea necesario.
De igual forma, los funcionarios del gobierno del Reino Unidos fueron captados fungiendo como grupos de presión y portavoces de la industria de los transgénicos.
Asimismo, los acuerdos comerciales transatlánticos fueron dispuestos para desmantelar cualquiera de las prohibiciones que quedaban contra el libre flujo de los transgénicos y productos químicos tóxicos en Europa, donde las leyes de protección para la salud humana y el medio ambiente son más estrictas que en los Estados Unidos.
En función del resultado final de estos acuerdos, es posible que ningún país sea capaz de oponerse a los transgénicos en el futuro, sin importar el costo humano o del medio ambiente.
Patrick Moore y el Arroz Dorado
Moore, un ex activista de Greenpeace, se ha convertido en un prominente adversario del movimiento contra los transgénicos. Según Moreira, Moore dejó Green Peace hace 30 años en malos términos, y desde entonces se ha creado una reputación por sí mismo como un defensor de todas las cosas contra la naturaleza, incluyendo la industria nuclear, de la minería y transgénica. «Además piensa que el calentamiento global es excelente para el planeta», señala Moreira.
Él ha sido el principal defensor del Arroz Dorado transgénico, diseñado para contener altas cantidades de betacaroteno, aparentemente para combatir la deficiencia de vitamina A en los países del Tercer Mundo. Sin embargo, hay problemas. Para empezar, el betacaroteno es una vitamina liposoluble.
De acuerdo con el Centro médico de la Universidad de Maryland, se necesitan al menos 3 gramos de grasa para asegurar que los suplementos de betacaroteno sean absorbidos.4
Este arroz enriquecido es destinado a los países empobrecidos donde las grasas alimenticias son casi imposibles de conseguir con cierta regularidad, lo que ocasiona que, en el mejor de los casos, este tipo de suplementación sea inútil.
También, se desconoce si el betacaroteno del Arroz Dorado puede mantenerse durante el almacenamiento, entre las temporadas de cosecha, o si los métodos de cocción tradicionales utilizados para preparar el arroz destruirán el betacaroteno. Finalmente, e igual de importante, este arroz todavía se encuentra en desarrollo, y por lo tanto, todas las reclamaciones son poco más que vanas ilusiones.
Tales hechos deberían haber detenido la fantástica historia del Arroz Dorado desde el primer momento, pero esto tampoco ha detenido el agrado de Moore por invertir mucho tiempo y esfuerzo en promoverlo, que compara la negativa de Aprobar el Arroz Dorado por el genocidio y la oposición de Green Peace al arroz como «un crimen contra la humanidad».
Para Construir Un Sistema Alimenticio Más Saludable y Seguro, Empiece en su Hogar
Los problemas podrían parecer insuperables, pero hay soluciones. El hecho en cuestión es que los agricultores no tienen que utilizar cócteles químicos para producir la suficiente cantidad de alimentos. Muchas zonas necesitarían una seria intervención para mejorar y reconstruir la calidad de los suelos, que ha sido destruida por décadas de agricultura mecanizada y productos químicos, pero esto se puede lograr.
Como habitante, puede ayudar a orientar la industria agrícola hacia sistemas más seguros y sostenibles al cultivar sus propios alimentos y comprar–lo que no puede cultivar–a agricultores locales de confianza.
Por el momento, los alimentos procesados son los más propensos a contener ingredientes transgénicos, por lo que al no adquirir alimentos procesados de cualquier tipo, incluidos los condimentos, es una de las mejores maneras de evitarlo—así como a los cócteles químicos rociados en estos cultivos.
Si todos nos negáramos a comprar productos que contengan transgénicos, e insistiéramos en alimentar a nuestras familias con alimentos libres de pesticidas y transgénicos, la industria alimenticia no tendría más remedio que responder. No pueden continuar haciendo negocios si las personas no adquieren sus productos, y si las empresas alimenticias se niegan a comprar ingredientes transgénicos, la industria de la biotecnología química perderá su poder financiero para corromper y manipular a los gobiernos.
Esto solo es un efecto de filtración masiva, y las masas realmente tienen el poder, a pesar de que a Monsanto y sus aliados les gustaría pensar lo contrario.
Hay una forma de solucionar este desastre, y comienza con cada persona que realiza diferentes decisiones de compra, para ellas y sus familias. Aunque en la actualidad muchas tiendas de alimentos ofrecen alimentos orgánicos, es preferible obtenerlos de productores locales, siempre que le sea posible, ya que gran parte de los alimentos orgánicos son ofertados en tiendas de alimentos importados.
Si vive en los Estados Unidos, las siguientes organizaciones pueden ayudarle a localizar alimentos agrícolas frescos: