Hace cien años el Imperio Otomano sucumbía a la Primera Guerra Mundial y de sus restos surgía una nueva República laica. Era un Estado formado alrededor de un ejército y rodeado de adversarios mucho más poderosos.
Turquía era una victima que durante la Segunda Guerra Mundial no quiso reproducir la experiencia poniéndose del lado del III Reich. Jugó mucho mejor sus bazas para evitar una segunda fragmentación del país. Se incorporó a la OTAN en cuanto tuvo la menor oportunidad y los golpes de Estado de sucedieron porque lo que la Alianza necesita son marionetas, gobiernos dóciles. Seguir leyendo Turquía puede poner un pie en Siria igual que en Libia