El blog ha cambiado.
En él sigue todo lo de antes, pero ahora hay páginas que recogen todos los post para formar una cronología de la Historia Verdadera. Más fácil de consultar.
Los lectores tienen a la vista la totalidad de los post publicados. Además en cada pág. se irán recogiendo introducciones que definan cada etapa con sus características principales.
Seguiremos con las conclusiones y el resto de etiquetas como siempre, pero ahora se podrán alternar mejor los temas.
Quizás, sería más enriquecedor, ahora, después de leer cada post, ir a la pág. de la época a la que pertenece y ver en conjunto todo.
El post de hoy pertenece a la pág. 12, y tras leerlo podremos comprender mejor todo, viendo las otras características de esa etapa de final del siglo XX.
¿40 ANIVERSARIO DE UNA MANIPULACIÓN ENCUBIERTA?
En el cuadragésimo aniversario de la llegada del hombre a la Luna, las dudas e interrogantes no han dejado de crecer en torno a lo ocurrido verdaderamente durante aquel día clave para la historia de la humanidad… ¿se contó todo lo que ocurrió en la misión Apollo 11?, ¿existían razones ocultas para alunizar en aquél lugar concreto?, y lo más importante y trascendental… ¿encontraron los astronautas vestigios de construcciones artificiales sobre la superficie de la Luna?, ¿existe material fotográfico que prueba estas afirmaciones?…
¿Qué ocurrió realmente en la Luna? Pese a que se piensa que se conoce todo lo sucedido en torno a la Misión Apolo 11, aún quedan dudas por resolver…
Aunque parezca descabellado, en las últimas cuatro décadas son incontables los periodistas, investigadores y ex-trabajadores de la NASA, entre otros, que han acusado a la agencia espacial norteamericana de ocultar, manipular y falsear información referente a los verdaderos descubrimientos efectuados sobre la Luna. Sin duda lo más llamativo sería la presencia de estructuras artificiales que pudieron ser investigadas y fotografiadas por los astronautas durante su misión lunar y mantenidas en total secreto. A lo largo de los años la prensa ha recogido distintas informaciones sobre la supuesta existencia de construcciones de todo tipo sobre nuestro vecino satélite, desde cúpulas de cristal, obeliscos, torres, puentes hasta enormes hangares de origen desconocido.
Ken Johnston, director de la Sección de Conservación de Fotos del Laboratorio de la NASA aseguró en rueda de prensa que en los años setenta astronautas norteamericanos le entregaron material inclasificable donde se observaban construcciones artificiales sobre la Luna. Además estos miembros del estamento espacial recogieron algunos vestigios tecnológicos de la supuesta civilización que los edificó. Johnston culpó a la NASA de manipular las fotos de los alunizajes y demás exploraciones para que no se observaran estos elementos desestabilizadores. Pero no fueron las únicas voces que se alzaron contra la NASA, Richard Hoagland asesor durante la misión Apollo 11, informó que: «los astronautas también trajeron de regreso algunos productos artificiales, cuyas tecnologías ya han sido utilizadas por Estados Unidos, Rusia, China, India y Japón. Estos países están llevando a cabo una nueva rueda de contienda por la Luna. Que yo sepa, los norteamericanos trajeron de regreso a la Tierra un secreto sorprendente descubierto durante la permanencia de los astronautas en la Luna y mantuvieron en confidencialidad este secreto durante muchos años.»
Los miembros del mítico Apollo 11, Neil Armstrong, Michael Collins y Buzz Aldrin. Después de su épica hazaña, los tres astronautas mantuvieron un extraño distanciamiento y solo volvieron a coincidir en contadas ocasiones. Sin duda, la figura de Armstrong la más hermética. Rehúye los encuentros con la prensa y desde hace muchos años vive con una identidad falsa.
Millones de espectadores en todo el mundo clavaron sus ojos en la pantalla del televisor para seguir «en directo» la llegada del hombre a la Luna. Sin embargo, prácticamente desde sus inicios la conquista del vecino satélite estuvo plagada de dudas e interrogantes… ¿Contó la NASA la verdad sobre todo lo ocurrido aquél día?…
Hoagland hizo hincapié sobre la existencia de inmensas ruinas de ciudades lunares que han sido fotografiadas a unos 5 u 8 kilómetros de altura, además de la presencia de enormes bóvedas de cristal, túneles y otro tipo de construcciones claramente artificiales, creadas según el ex-asesor por una «raza extraterrestre hace miles de años».
Añadiendo que las construcciones parecen abandonadas y desiertas. Hizo referencia también al testimonio de un controlador de varias misiones lunares que dijo que: «nuestros astronautas observaron ruinas de ciudades lunares, pirámides transparentes, bóvedas y Dios sabe qué más.»…
No era la primera vez que se mencionaba la existencia de estructuras artificiales en la Luna. El astrónomo John J. O´Neill hizo unas suculentas declaraciones el 29 de julio de 1953 en el Tribune Herald de Nueva York, cuando afirmó sin tapujos que sobre la superficie del cráter Crisium había observado un enorme puente de más de 19 kilómetros de largo. Un mes más tarde un colega británico, H.P. Wilkens confirmó la observación concluyendo que la construcción parecía artificial. Al grupo se unió el profesor Patrick Moore de la asociación astronómica británica, que aseguró que el puente brilló durante casi toda la noche durante su exploración. Tampoco tenía desperdicio la nota publicada el 10 de junio de 1970, en el Daily Telegraph: «El misterio de las torres lunares. Ayer se dio la noticia de que las fotografías de la superficie de la Luna revelan la presencia de objetos que parecen haber sido colocados donde se encuentran por manos de seres inteligentes. Según se dice, las fotografías tomadas hace cuatro años por las naves espaciales Lunar-9, de Rusia, y Orbiter-2, de los Estados Unidos, revelaron unas misteriosas torres lunares. Estas manifestaciones aparecieron en la revista Argosy, que decían que las naves espaciales rusas y americanas habían fotografiado un grupo de objetos sólidos ubicados en dos lugares muy distantes entre sí.
Estos dos grupos de objetos están dispuestos según un esquema geométrico concreto y parecen haber sido colocados de esta manera por seres inteligentes. Las fotografías tomadas por el Orbiter-2 mostraban lo que parecían las sombras de ocho torrecillas puntiagudas, de forma parecida a la llamada Aguja de Cleopatra».
Por su parte, el experto Joseph Goodavage aseguraba en 1974: «En los últimos años más de doscientas estructuras blanquecinas, circulares y con forma de cúpula han sido observadas sobre la Luna y catalogadas, pero, por alguna extraña razón, a menudo desaparecen de su lugar para reaparecer en otro». Oficialmente estos fenómenos han pretendido ser explicados por causas naturales, como por ejemplo las burbujas de gas. Pero existen más anomalías en nuestro vecino, en la zona del Mare Crisium; con cierta frecuencia, los astrónomos han reportado la existencia de un gigantesco puente que cruzaba la zona y que podría alcanzar los 18 km de longitud; además, lo más desconcertante es que no se mantiene siempre en el mismo lugar.
También se han observado líneas rectas luminosas que surcan la superficie, como rastros de vehículos inteligentes, remontando cráteres y montañas manteniendo siempre su orientación
durante cientos de kilómetros, aunque a veces presentan discontinuidades. Suelen aparecer con la luz solar fuerte y en los cráteres Copérnico, Tacho y Kepler.
Algunas imágenes de nuestro vecino satélite parecen apuntar hacia la presencia de estructuras artificiales sobre su superficie. En la presente toma se observa una «torre» que sobresale del terreno, su sombra no deja lugar al error. ¿De qué se trata?…
En esta fotografía obtenida por Mitchell en 1973 se observa el rastro dejado «supuestamente » por un meteorito que ha rodado por la superficie lunar. Los expertos de NASA estiman que la huella de kilómetros de longitud tiene un ancho de 10 metros y ha sido producida por una roca de al menos 18 metros de diámetro…
En esta otra fotografía se aprecia que un trazo similar es ocasionado por una enigmática «esfera» luminosa que se desplaza sobre el terreno.
No menos impactantes fueron las declaraciones efectuadas en diciembre de 1969, por el físico nuclear Glenn Seaborg, presidente de la Comisión de Energía Atómica de los EE.UU. (AEC), que durante una visita a Moscú dejo perplejo a los presentes afirmando que durante la misión Apolo 11, se habían fotografiados en la cara oculta de la Luna «huellas sospechosas» que debieron de ser producidas por algún tipo de vehículo mecánico.
Otto Binder que trabajó para la NASA hizo público una supuesta conversación entre Armstrong y Aldrin a través de un canal reservado y donde se hace referencia incluso a la presencia de OVNIs durante el alunizaje del modulo espacial:
NASA: ¿Qué hay ahí? Control de misión llamando a Apolo 11.
Apolo 11: Estamos aquí, los tres. Pero hemos encontrado visitantes… Por las instalaciones, parece que han estado aquí desde hace mucho tiempo… Digo que ahí fuera hay aparatos espaciales. Están alineados en filas al otro lado del cráter…»
Otra imagen que presenta una anomalía sobre la Luna. En esta ocasión una supuesta estructura cuadrada que podrían ser restos de una construcción artificial…
Para los expertos se trataría simplemente de un cráter lunar derruido por el tiempo y semicubierto.
Maurice Chatelain, ex jefe de los Sistemas de Comunicación de la NASA, dijo en una ocasión: «…todos los vuelos de los Apolo y los Gemini fueron seguidos, unos a distancia y otros muy cerca, por vehículos de origen extraterrestre, platillos voladores u OVNIs, si usted prefiere llamarlos por ese nombre. En todo momento ocurrió lo mismo, los astronautas informaban al Centro de Control de las misiones, el cual ordenaba siempre el silencio absoluto…»
«Otro extraño incidente ocurrió cuando Apollo 11 -continua Chatelain- se acercaba a la Luna. Los astronautas escuchaban repentinamente extraños sonidos en la radio, parecidos a una sirena de bomberos, sonaba como una especie de código. Pero el verdadero shock fue cuando Armstrong y Aldrin alunizaron, 2 OVNIs lo hicieron al mismo tiempo. Aldrin los fotografió de inmediato. Transmisiones radiales del Apollo 11 fueron interrumpidas en varias oportunidades, sin que haya habido una explicación para ello. Seguramente fue para ocultar al público la información del encuentro con los OVNIs. Las fotos jamás se publicaron. La NASA no las liberó. Seguramente hubo seres extraños allí, pero la oficina de prensa guarda silencio».
«Ya en el viaje de ida -afirma el conocido escritor y ufólogo J.J. Benítez-, los astronautas vieron una serie de «anomalías» que fueron ocultadas a la prensa mundial. Una vez posados sobre la luna, Armstrong, registró una fuerte subida de la frecuencia cardiaca (hasta 150 latidos por minuto)… La frecuencia de Aldrin no pudo ser detectada ya que su traje espacial no estaba conectado a la consola de información biomédica… Según Mirlo Rojo, estaban observando varias naves y seres muy altos, con trajes blancos y ajustados. Cuando deseaban filmarlo, naves y seres desaparecieron.»
CLAVES Y CODIGOS SECRETOS
Muchos investigadores argumentan, no sin cierta razón, que si la NASA no tiene nada que ocultar en sus misiones, ¿por qué utiliza nombres en clave para definir ciertas «cosas» observadas por los astronautas sobre la superficie lunar?… Es un hecho constatado que en las comunicaciones radiales entre el centro de control y los astronautas existen un buen número de conversaciones que contienen vocablos que indudablemente obedecen a un código interno de entendimiento solo interpretable por las partes implicadas. Es defendible que para ciertas cuestiones se utilicen, como medida de seguridad, estas claves, sin embargo cuando salen más a colación este tipo de consignas es cuando los astronautas se hallan observando anomalías sobre la superficie de la Luna. Por su parte los investigadores lo tienen claro, la NASA censura los avistamientos de OVNIs y la posible existencia de construcciones artificiales ocultándola bajo estrictos códigos secretos. Don Wilson en su libro «La Luna, una misteriosa nave espacial» decía al respecto: «Aunque la NASA siempre ha mantenido que los descubrimientos de las expediciones a la Luna y al espacio nunca han sido mantenidos en secreto, es interesante señalar que el Dr. Farouk El Baz, uno de sus más antiguos científicos, admite «que no todos los hallazgos han sido anunciados». «El Dr. EI Baz admitió también que la NASA probablemente utilizó lenguajes cifrados en algunas de las conversaciones entre Control y astronautas. ¿Por qué utilizar una clave si no hay secretos?»…
Entre las imágenes suministradas por la NASA existen algunas que podrían ser el resultado de curiosos juegos de sombras sobre montículos, piedras o cráteres lunares, ¿o tal vez no?
Otra instantánea que se presta, quizás, a un juego de sombras.
Veamos algunos ejemplos de comunicaciones insólitas. La siguiente transcripción pertenece al Apolo 17, con los astronautas Ronald Evans y John Young:
CONTROL: Adelante, Ron.
EVANS: De acuerdo, Robert. Creo que la cosa sobre la que quiero informar desde la parte posterior de esta es que he mirado otra vez la … la … hoja de trébol en Aitken con los binoculares. Y esa cúpula del lado sur (ininteligible) hacia el Este.
CONTROL: Copiamos eso, Ron. ¿Hay alguna diferencia de color entre la cúpula y el Mar Aitken?
EVANS: Si, la hay … Ese Condor, Condorsey o Condorecet o como quieras llamarle. El Hotel Condorecet es el que tiene la forma de diamante abajo en el. .. uh … suelo.
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CONTROL: Recibido el mensaje. Entendido. Hotel Conndorcet.
EVANS: Condor. Condorcet Alpha. Tiene un derrumbe o un … y no parece (ininteligible) en el otro lado de la pared, en el lado noroeste.
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CONTROL: De acuerdo, copiamos la pared noroeste del Condorcet A.
EVANS: El área es ovalada o elíptica. Naturalmente la elipse va hacia la cima.
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CAPCOM: De acuerdo. Una pregunta para ti, John.
Cuando llegaste a la mitad del camino o cuando creíste haber llegado a la mitad del camino, entendemos que hiciste una curva hacia el Sur, ¿de acuerdo?
YOUNG: Afirmativo. Llegamos sobre … Barbara.
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El Apolo 16 también fue protagonista de ésta insólita conversación:
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DUKE: El escenario desde la cumbre de la Montana de Piedra … tendrías que estar allí para creerlo … esas cúpulas son increíbles.
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CONTROL: De acuerdo. ¿Puedes echar una ojeada por la zona grisácea y ver que puedes distinguir por la superficie?
DUKE: Detrás de las cúpulas, la estructura entra en la barranca que describí y va hasta la cima. En la pared noreste de la barranca no se puede ver la delineación. Hacia el noreste hay túneles, van del Norte hacia el Este con una inclinación de unos 30 grados.
No fue la única conversación sobre supuestos restos de construcciones protagonizada por Charles Moss Duke: » …en el fondo está cubierto con bloques, unos cinco metros. Además, los bloques parecen tener una orientación preferentemente del noreste al sudoeste. Suben por toda la pared en estos dos lados y en el otro solo se pueden ver como en una proporción del 5 por ciento. El noventa por ciento del fondo está cubierto con bloques de unos cincuenta centímetros o mas…»
Algunos investigadores comprobaron con estupefacción como varias fotografías de las misiones lunares estaban retocadas manualmente. En una época en la que el photoshop era una quimera, los expertos de la NASA utilizaban un simple aerógrafo que lograba, con pintura, enmascarar u ocultar defectos. Pues bien, con técnicas modernas de escaneo digital, se pudo saber que imágenes manipuló la agencia espacial, y sobre todo lo más importante, qué «borraba» la NASA de las fotografías. En varias de ellas parecía que había una «construcción» en forma de «cúpula» detrás de los astronautas. Aunque estas fotografías han sido presentadas como el resultado de una ocultación por parte de la NASA, la verdad es otra como veremos a continuación.
Una de las imágenes más recurrentes sobre las supuestas «cúpulas» ocultadas por la NASA.
Si observamos detalladamente el trazo de la «cúpula» (en azul) nos daremos cuenta que se superpone a la línea de horizonte (en amarillo), este efecto es indicativo que de que la supuesta estructura no es opaca… -¿quizás de cristal?- dirían algunos. Negativo.
En esta imagen tomada por el autor de una filmación del Apolo 11 se observa claramente que la pretendida «cúpula» es un simple reflejo, en este caso acompañado de dos pequeños reflejos mas, probablemente por la carcasa de la cámara y el evidente impacto del Sol. Por tanto lejos de la conspiración en este caso la NASA se limitó a eliminar reflejos para embellecer la toma realizada por los astronautas.
Evidentemente la información que se está transmitiendo no es nada diáfana, hablado de hoteles, cúpulas, derrumbes, túneles y un sitio clave denominado «Barbara».
Pero existen muchas conversaciones que contienen hechos sumamente sospechosos ante lo que la NASA no ofrece ningún tipo de explicación. El 15 de agosto de 1971 los astronautas Scott e Irving informaron a control de la existencia de unas extrañas huellas en la superficie de la Luna.
SCOTT: La Punta de flecha realmente corre del Este al Oeste.
CONTROL: De acuerdo. Copiamos.
IRVING: Huellas al bajar la cuesta.
CONTROL: Seguís las huellas, ¿,eh?
IRVING: Eso hacemos (ininteligible). Sabemos que es una buena carrera. Estamos aguantando 320, posición de tiro 413″. No puedo olvidar las alineaciones que formaban capas en el Monte Hadley.
SCOTT: Yo tampoco. Era verdaderamente espectacular.
IRVING: Precioso.
SCOTT: ¡Háblame de organización!
IRVING: Es la estructura más organizada que he visto.
SCOTT: Es (ininteligible) tan uniforme en la anchura
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IRVING: Nada de 10 que hemos visto antes ha mostrado una espesura tan uniforme desde la parte superior de las huellas hasta el fondo.
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Don Wilson también hacía referencia al avistamiento de insólitas marcas sobre el terreno lunar: «He aquí otra extraña conversación, de Harrison Schmitt un geólogo experimentado, quien en el Apolo 17 informó con gran excitación: «Veo huellas -que van hacia arriba por la pared del cráter». ¿Y qué quiere decir la misteriosa respuesta que Control envió ante la extraña observación?. «Tus fotografías muestran directamente entre Pierce y Pease. Pierce Brava, dirigete a Bravo, Whiskey, Whiskey, Romeo».
Si eso no es una clave ¿qué es? Y ¿por qué utilizar extrañas palabras en clave si la NASA no estaba tratando de ocultar algo sobrecogedor, algo que necesariamente no podía dejarse descubrir al público? En realidad, el redactor científico Goodavage afirma que «cuando se descubría algo los astronautas y Capcom aparentemente utilizaban un código establecido de antemano, algunas veces incluso en un canal alterno que no podía controlarse públicamente».
No hay que olvidar nunca, que pese a las apariencias la NASA sigue siendo en parte un estamento militar, de hecho colabora con las principales agencias del gobierno en tareas de defensa, espionaje y desarrollo armamentístico. De hecho el testimonio de un militar retirado vinculaba a la NASA con la NSA (National Agency Security), la agencia estadounidense encargada del «control» de las telecomunicaciones.
LA MISION SECRETA DEL APOLLO 11
La historia narrada por el sargento Karl Wolfe de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos abría, por enésima vez, el debate sobre los verdaderos intereses de la NASA en la Luna. Según relató el propio Wolfe en la década de los sesenta trabajaba en el Grupo Técnico del Director de Inteligencia en la Sede Comando Aéreo Táctico como técnico fotográfico militar. En aquellos años estaba destinado en la Base Aérea de Langley (Virginia) donde entre otras cuestiones se almacenaba las fotografías obtenidas por el Lunar Orbiter. Allí conoció a otro militar que le habló del descubrimiento de una base en la cara oculta de la Luna. Incluso le mostró fotografías donde se observaban «figuras geométricas, torres, construcciones esféricas de gran altura y estructuras parecidas a platos de radar, pero de proporciones colosales». Algunas construcciones tenían tamaños gigantescos y poseían más de 800 metros de largo, parecían tener un revestimiento refractivo, mientras que otras guardaban cierto parecido con las torres de refrigeración de las centrales nucleares. Al militar le sorprendió que en el grupo que trabajaba con aquellas imágenes hubiera civiles de otros países acompañados de traductores y las tareas se realizaran en aquella base y no en dependencias de la NASA.
El sargento Karl Wolfe relata su experiencia ante las cámaras de televisión.
«Algunas de las estructuras eran del tamaño de unos 800 metros -dijo Wolfe. Es decir, eran estructuras gigantescas. Y eran estructuras diferentes, en distintas fotografías. Algunas de las formas, como ya he dicho, eran – algunos de los edificios eran muy altos, estructuras delgadas. No sé cuánto de alto, pero debían ser muy altas. Eran fotografías en ángulo, con sombras. Había edificaciones esféricas y con forma de domo que eran muy grandes. Se veían claramente, eran objetos grandes. Es interesante porque traté de compararlas mentalmente con estructuras de la Tierra, y no eran comparables a nada que yo haya visto aquí en cuanto a tamaño y estructura».
Para mayor misterio la National Agency Security (NSA) estaba al mando del proyecto. «Me hubiera encantado seguir mirando -aseveró Wolfe-, y haber hecho copias pero sabía que era un riesgo enorme, y que el joven que me había enseñado los foto-mosaicos estaba excediendo su autoridad al mostrármelos.» Pero lejos de ser una afirmación aislada, otras confesiones parecidas ponían en tela de juicio la pretendida «integridad» de la NASA.
Durante la Misión del Apolo 11 pudo llevarse a cabo uno de los mayores descubrimientos de la humanidad, el hallazgo de restos de una civilización extraterrestre.
Alan Davis que trabajó para la agencia espacial durante la misión Apolo 11, habló abiertamente de la existencia de unas ruinas en forma de hangar que fueron filmadas por los astronautas y ocultadas deliberadamente al público. Davis formaba parte del equipo técnico de la NASA desplegado en la Isla de la Antigua (Caribe) por cuya estratégica ubicación recibían la transmisión directamente de los astronautas para después reenviarlas, por cable submarino, a Houston que las ofrecía al resto del mundo con un estudiado retraso, de unos 10 segundos, para evitar filtraciones de un acontecimiento que se recibía en riguroso directo. Davis aseguró que en las pantallas de su monitor pudo apreciar perfectamente que los astronautas se acercaban a una enorme estructura artificial. Se trataba de un enorme hangar elaborado, al parecer, del mismo material rocoso visible sobre la superficie lunar. El edificio estaba muy erosionado y parecía que llevaba muchísimos años en desuso. No pareció que hubiera nadie en su interior o alrededores. Tenía unos huecos en los lados en forma de ventanas.
En las imágenes observadas por el ingeniero apreció que no tenía techumbre. Uno de los detalles que más intrigó a Davis fue el evidente desgaste que presentaba toda la estructura que apuntaba a una antigüedad de miles de años. Naturalmente nada de lo visualizado por Alan Davis llegó a los millones de telespectadores que tenían sus ojos clavados en la gran proeza técnica de los norteamericanos. De esta forma, según el ingeniero, la opinión pública mundial no conoció el supuesto mayor descubrimiento de la humanidad, la presencia de construcciones extraterrestres en la Luna. Las imágenes fueron censuradas, silenciadas y ocultadas por la NASA.
Según ciertas informaciones los tripulantes del Apolo 11 se encontraron una enorme edificación derruida y abandonada, en forma de hangar, muy cerca de donde alunizaron. Por el aspecto exterior la construcción llevaba cientos de años abandonada, el desgaste era muy evidente. (Dibujo del autor siguiendo las indicaciones de J.J. Benítez, las proporciones son ajustadas a las medidas facilitadas por «Mirlo Rojo»)
Parte de ésta información fue confirmada y aumentada por el escritor y ufólogo J.J. Benítez..
De hecho el investigador navarro ha estudiado en profundidad la posibilidad de que existieran ruinas extraterrestres en la Luna, consiguiendo conocer de primera mano detalles desconcertantes e inéditos de las operaciones ocultas de la NASA. Uno de sus confidentes, «Mirlo Rojo», un alto militar estadounidense, ya fallecido, le habría comunicado una de las razones secretas para alunizar en el Mar de la Tranquilidad. Analizar y filmar unas ruinas previamente fotografiadas por distintos satélites, entre las que destacaba, «casualmente» un enorme hangar abandonado. «Según Mirlo Rojo -narraba Juanjo Benítez en el documental «Mirlo Rojo» de la serie Planeta Encantado- , todo empezó en la década de 1940. En esas fechas se registraban intensas oleadas OVNI en el mundo, que pusieron en alerta a militares soviéticos y aliados. Para ellos estaba claro: aquellos objetos, aquellas naves, no eran humanas. Concibieron la necesidad de reforzar los sistemas de defensa y dar absoluta prioridad al espacio. Durante una década fueron confirmando lo que ya sabían. En total, sin contar con las imágenes de la URSS, NASA, recibió 230.000 fotografías del satélite natural. Muchas de las imágenes, presentaban «muros» o «carreteras» paralelos de kilómetros de longitud».
El investigador J. J. Benítez pudo obtener, de sus contactos al más alto nivel, fotografías que evidenciaban la existencia de marcas y construcciones realmente insólitas sobre la superficie lunar. No queda ninguna duda de que ambos trazos que se observan en la imagen son artificiales y no pueden corresponder a una causa natural. (Gentileza J.J. Benítez)
No son los únicos trazos o marcas paralelas fotografiadas por las sondas lunares. ..
¿Qué son estas huellas?…
La operación encubierta desarrollada durante la Misión Apollo 11 estaba perfectamente planificada. Según se desprende de las informaciones de Mirlo Rojo, la sonda Suveyor 5, lanzada el 8 de septiembre de 1967 alunizó muy cerca del hangar con instrucciones de cartografiar al milímetro el hangar y sus alrededores, por ello el ingenio logró nada más y nada menos que 19.000 fotografías. Era el paso lógico previó a la llegada del Apolo XI. «Y llegó la hora de la verdad, la secreta razón por la que fueron a la Luna… -continua Benítez- Ésta fue la única y secreta verdad. Al norte del cráter Moltke, Armstrong y Aldrin filmaron una increíble construcción. La película de 14 minutos jamás fue difundida por NASA. Mirlo Rojo fue uno de los pocos norteamericanos que tuvo acceso a ella. Más adelante en nuevas misiones espaciales a la Luna, siguieron grabando los edificios en ruinas, después cumplido el objetivo militar, esas edificaciones fueron destruidas. Los militares no permitían la presencia de dichas ruinas, podría provocar el caos en la Tierra. Eso dijeron…»
Los astronautas filmaron y tomaron muestras de la gigantesca estructura.
El hangar era de gran tamaño y al menos podía tener 60 metros de largo por unos 9 metros de alto, tenía 12 ventanas en sus lados y el grosor de las paredes era de al menos 5 metros en la entrada. Los astronautas tomaron medidas y muestras de la misteriosa construcción que fueron llevadas en secreto al módulo lunar para su estudio y análisis en los laboratorios de la NASA.
Pero no eran las únicas construcciones que fotografiaron sobre la Luna, en unas fotografías obtenidas por » la Orbiter 2 en noviembre de 1966 -afirma J. J. Benítez- se aprecian dos muros o carreteras paralelas de 27 km de longitud, cada una de estas construcciones, totalmente artificiales tiene una anchura de 450 metros». En la imagen, que Mirlo Rojo facilitó al autor de los Caballos de Troya, se aprecia incluso que el «muro» o línea de la derecha se desvía de su trazo recto en una curva de 1000 metros, quizás para evitar un accidente del terreno. «En otra de las fotografías – continua Benítez- los militares norteamericanos descubrieron lo que llamaron la gran presa, una no menos enigmática construcción de 5 km al norte del Mar Imbrium»
Pero aún había más. En una región cercana al mar de la Tranquilidad existiría una compleja construcción formada por 30 enormes obeliscos de igual tamaño y altura desplegados perfectamente en 3 hileras.
Una extraña formación de obeliscos pudo ser fotografiada por la sonda Orbiter 2, ninguna de las imágenes fué difundida por NASA.
Según las informaciones facilitadas a J.J. Benítez, el misterioso «hangar» abandonado así como otras construcciones descubiertas por NASA fueron destruidas, selectivamente, con armamento nuclear para que no quedara ningún rastro de las mismas. Si dicha fuente se halla en lo cierto la responsabilidad de la agencia espacial en el encubrimiento de la existencia y destrucción de pruebas de restos extraterrestres supondría un agravio sin precedentes hacia la humanidad.
En total la todopoderosa agencia espacial consiguió unas 900 fotografías de gigantescas cúpulas, grandes plataformas, ruinas de ciudades y hasta carreteras que fueron obtenidas por los sucesivos exploradores enviados al satélite terrestre. Toda la documentación gráfica acabó en los archivos del Pentágono. Mirlo rojo informó a Benítez que los análisis de los restos obtenidos del hangar determinaron que su composición era igual a las rocas lunares, señalando que la construcción podía tener miles de años de antigüedad.
No obstante la parte más asombrosa de la trama narrada a Benítez por su confidente, se refiere a la decisión del gobierno norteamericano de eliminar por completo cualquier vestigio de éstas construcciones. Para ello idearon un plan que consistió en bombardear las regiones de la Luna que contenían estas edificaciones con armas nucleares. Lo que explicaría, debido a la radioactividad latente en el lugar, que la NASA no hubiera vuelto al satélite desde 1972.
Lo curioso es que el ejército norteamericano, mucho antes de poner un pié en la Luna, ya tenía intenciones de bombardearla con misiles atómicos aunque por otros motivos bien distintos. El físico Leonard Reiffel, de 73 años, dirigió un proyecto ultrasecreto denominado A119 que a finales de la década de los cincuenta planeaba mostrar al mundo la supremacía militar estadounidense. «Estaba claro que el principal objetivo de la detonación era proyectar una imagen de fuerza y mostrar nuestra superioridad militar. La Fuerza Aérea quería que se produjera una nube en forma de hongo lo suficientemente grande para que pudiera verse desde la Tierra» afirmó en su día Reiffel a la prensa. Pese a ello, el siniestro plan no se ejecutó pero ¿pudo servir años mas tarde para destruir las edificaciones lunares?…
El propio Maurice Chatelaín escribió en una ocasión: «se ha sugerido incluso que la cápsula Apollo 13, que no pudo posarse en la Luna, transportaba a bordo un detonador atómico, destinado a explotar en dicho astro, a fin de poder proceder a la medición de su infraestructura mediante la ayuda de varios sismógrafos».
Lo cierto, es que la NASA ha estrellado oficialmente varias sondas sobre la LUNA por motivos «científicos» hecho que algunos investigadores consideran la perfecta tapadera para encubrir los bombardeos selectivos para eliminar pruebas.
Aunque por el momento el asunto de las construcciones lunares no ha sido confirmado oficialmente por parte de la NASA, las acusaciones no han parado de crecer en los últimos años arrojando cierta dosis de desconfianza hacia la labor desarrollada por la agencia espacial… y su cuestionada transparencia… No contribuye precisamente a aclarar los hechos que la NASA recientemente, coincidiendo con el 40 aniversario de la llegada del hombre a la Luna, confirme que han desaparecido, sin posibilidad de hallazgo, las cintas originales de la misión Apolo 11…