Archivo por días: octubre 25, 2010

¿Máquinas de otros mundos en el siglo XIX?

Aquella mañana, de abril de 1897, Julio Verne se había levantado temprano. Una extraña sensación le rondaba la cabeza desde hacía muchos días. Rompió su rutina habitual de trabajo, y decidió leer la prensa mientras observaba el gentío a través de la ventana de su despacho. Al repasar las primeras páginas de Le Figaro, no pudo evitar murmurar en voz baja. Allí entre noticias políticas y las notas diarias sobre la creciente tensión internacional entre Estados Unidos y España, por el contencioso de la Isla de Cuba, apareció un reportaje que atrajo poderosamente su atención. La crónica hablaba de unos extraños sucesos que venían acaeciendo al otro lado del Atlántico y que tenía desconcertada a toda la población. Desde hacía meses, enigmáticas aeronaves sobrevolaban los aires del Nuevo Continente, desplegando una tecnología desconocida hasta la fecha. Verne sonrió en silencio mientras dirigía su mirada al cielo despejado. El genial escritor galo guardaba, desde hacía más de diez años, un secreto que, poco a poco, se estaba desvelando…
Pero será mejor que vayamos por partes y veamos qué estaba sucediendo en los Estados Unidos y qué sabía de todo ello nuestro singular protagonista.

La oleada «imposible»

La misteriosa oleada de la que tanto hablaban los periódicos norteamericanos, y que recogían incluso hasta los noticiarios europeos, comenzó en noviembre de 1896, con el multitudinario avistamiento de una enorme aeronave en forma de puro sobre la ciudad de Sacramento (California), que pudo ser contemplada, con gran asombro, por casi toda la población. Días después, desde diferentes Estados se reportaron noticias similares que hablaban, sin lugar a dudas, de unas estrafalarias e imponentes naves aéreas que estaban surcando los cielos impunemente. Los cronistas de la época, describían a estos artefactos voladores, como parecidos a enormes dirigibles, con cabina en su parte inferior y armados con unos potentes «reflectores» con los que gustaban asustar a los desprevenidos testigos.

Cientos de periódicos recogieron en sus páginas
las increibles manifestaciones celestes

Investigadores contemporáneos como Robert G. Neely Jr., Donald Hanlon o Jacques Vallée, han podido hallar mas de dos millares de noticias de periódicos, comprendidas entre los años 1896-1897, referidas todas ellas, a la aparición de curiosas e imposibles aeronaves aéreas en los Estados Unidos, bautizando a aquellos hechos, como la Oleada Air-Ship. Hay que tener muy en cuenta, antes de continuar, que nos situamos al final del siglo XIX, y que el primer vuelo efectuado por el hombre lo consiguieron en este caso, los hermanos Wright, el 17 de diciembre de 1903 y el primer dirigible norteamericano, el California Arrow de Thomas Baldwin no voló hasta 1904. Por lo tanto, se supone que en 1896-97 ningún aparato humano, excepto eventuales globos, interrumpían el delicado vuelo de las aves. Expertos aeronáuticos como Charles Harvard Gibbs-Smith, perteneciente al Museo Victoria y Alberto de Londres, han descartado la posibilidad que tras la Air-Ship se hallara la mano humana.

Los dirigibles de finales del Siglo XIX y principios del XX,
no pudieron causar los extraños avistamientos de la Air-Ship

Sin embargo, y fuera de toda lógica, durante los dos mencionados años, se produjeron abundantes avistamientos de «dirigibles» que surcaban los cielos a una velocidad estimada entre 5 y 340 Km/hr. Tal y como afirmaba certeramente el investigador galo Jacques Vallée; «la nave aérea se entregaba a todas las actividades típicas de los OVNIs: se inmovilizaba en el aire, lanzaba sondas, cambiaba de rumbo bruscamente, o de altitud, yendo a una gran velocidad, describía círculos, aterrizaba y despegaba, y barría la campiña con poderosos reflectores». Pero aquellos artefactos, al contrario que nuestros modernos OVNIs, parecían estar a la vanguardia de la tecnología de finales del siglo XIX. El estudioso sevillano Ignacio Darnaude, en su artículo La misteriosa Oleada de 1896-1897 decía al respecto:
«Numerosas máquinas voladoras de muy variado tamaño, aspecto y características montaron un vasto despliegue histriónico en los cielos de la emergente potencia mundial, mostrando destartaladas alas móviles que batían el aire como las de las aves, velas de lona para captar el viento, hélices propulsoras, norias circulares como las de los navíos fluviales, aerostatos de gas, colas estabilizadoras, timones de dirección, máquinas de vapor, motores eléctricos y de gasolina, reflectores, luces multicolores y otros dispositivos mecánicos simulados, susceptibles de ser atribuidos a la primitiva tecnología punta en boga a finales del novecientos».
Pero lo que pocos sabían, en esos momentos, es que años atrás, un sensacional escritor ya plasmó, veladamente, en un libro estos sorprendentes acontecimientos. De nuevo nos encontramos con un Julio Verne convertido en magistral visionario…

Robur el Conquistador

Lo verdaderamente desconcertante de la Air-Ship de 1897 -escribía el decano de la ufología Antonio Ribera es su carácter juliovernesco. Quien quiera hacerse una idea de su apariencia, de acuerdo con los relatos de los testigos, puede acudir a dos obras de Julio Verne muy poco conocidas: Robur el Conquistador y el Dueño del Mundo. Y es que en estas citadas obras del escritor francés, se describe minuciosamente una aeronave denominada Albatros que se asemeja extraordinariamente a los dirigibles observados en el sudoeste norteamericano. Hay que señalar que los libros de Verne salieron a la luz publica diez años antes de los sucesos de la Air-Ship (1886). ¿Cómo pudo el novelista anticiparse a estos futuros acontecimientos?, ¿quiénes eran los tripulantes de aquellas imposibles máquinas voladoras?, ¿qué intenciones tenían?. Intentemos arrojar luz al asunto repasando algunas de las profecías que ocultó Verne en el texto de su novela…
En Omaha, capital del Estado de Nebraska, se sucedieron decenas de avistamientos de la admirable maquina voladora que parecía estar desplazándose, desde su punto inicial, California, hacia el este, causando el furor y la expectativa entre miles de improvisados espectadores. La prensa se limitó a recoger el pulso de la calle, trasladando a todos sus lectores las inquietudes originadas por la súbita aparición nocturna. Tal y como reflejan las decenas de recortes de prensa recopilados, la ciudad de Omaha, fue un objetivo esencial en las continuas idas y venidas de la aeronaves fantasmas, y así lo plasmaron diversos reporteros. Un suceso que tuvo amplia repercusión, fue el reportado el 28 de marzo de 1897, cuando un gran gentío se reunió en la calle para ver una enorme luz que volaba a poca altura. Casi toda la población de Omaha fue testigo de este inexplicable incidente, que fue referido en casi todas las tertulias de la región.
En la novela Robur el Conquistador, el autor galo inserta la siguiente precognición: los habitantes de Omaha debieron distinguir el extraño aparato (el Albatros) (…) un hecho que los periódicos de la unión iban a comentar. De hecho en este párrafo el escritor galo, cita por un lado la ciudad de Omaha y por otro el seguimiento periodístico del que fue objeto su aeronave, el Albatros, que al igual que el asunto Air-Ship, fueron continuas portadas de periódicos y diários. Julio Verne aclara aún más éste concepto cuando detalla: Como es de suponer, todos los periódicos hablaron de la cuestión (los avistamientos del Albatros), y la trataron bajo todas sus formas, la aclararon y la oscurecieron, contaron hechos verdaderos o falsos, llenaron de alarma o tranquilizaron a los lectores…

El 11 Abril de 1897 en Chicago, un fotógrafo de nombre Walter McCann logró obtener, mientras paseaba por el parque Rogers, dos fotografías de un extraño dirigible que volaba sobre los suburbios de la ciudad a unos 500 pies de altura. Como el objeto se hallaba a corta distancia del objetivo de McCann, éste consiguió plasmar nítidamente la silueta de la fantasmal aparición que traía de cabeza a todos los norteamericanos. Una de las instantáneas sirvió para realizar una ilustración que acompañó al sensacional reportaje periodístico, para deleite de miles de lectores. El articulo venía avalado por la firma de otros testigos, como el Sr. G. A. Oversocker, William Hoodles y E. L. Osborn. Desgraciadamente las fotografías se esfumaron mientras crecía una ardua polémica sobre su autenticidad entre varios periódicos rivales.

13 de abril de 1897. El periódico Saint Louis Globe-Democratat, publicó que el maquinista de la locomotora 950 del servició de correo, el Sr. F. L. Bullard había observado estupefacto el paso de una de estas naves que se acercó al convoy para rebasarlo con facilidad, aun yendo el tren a todo vapor, y desaparecer en la lejanía. No fue la única vez que un tren de pasajeros observó el fugaz paso de un Air-Ship, que parecía disfrutar adelantándose al vehiculo terrestre más rápido de la época. Leemos ahora en las páginas de Robur una cita esclarecedora: obedeciendo una orden dada en secreto, el Albatros descendió mas todavía, de suerte que pudiera seguir al convoy que marchaba todo vapor. Al punto lo distinguieron, y algunas cabezas salieron de las portezuelas de los vagones, y después de eso, numerosos viajeros se trasladaron a los puentes que unen a los vagones americanos. Algunos no vacilaban en saltar sobre las imperiales a fin de ver mejor esta maquina voladora.

20 de abril de 1897, sobre las 2 de la madrugada en la localidad del Paso (Texas) un aterrorizado testigo declaró haber visto una enorme maquina voladora, en forma de puro con ventanillas circulares iluminadas, que con la ayuda de dos potentes faros iluminaba todo a su paso como si fuera de día. Un caso parecido ocurrió en Okland pero un año antes, donde se denunció la presencia de un objeto provisto de alas que proyectaba un potente haz de luz sobre el suelo.

Como vemos, era muy frecuente que la Air-Ship desplegara unos poderosos focos para alumbrar la oscura noche y de paso sorprender a los testigos, que jamas imaginarían que aquella fenomenal luminosidad podría venir de las estrellas. ¿Añadiría Verne este sustancial detalle a su profética novela?.

La aeronave imaginada por Verne también gustaba de alumbrar y asustar a
la gente mientras volaba sobre sus cabezas (ilustración de la edición original)

Dos faros brillantes se pasearon sobre plazas, los muelles, los jardines, los palacios y sobre las sesenta mil casas de la ciudad, arrojaron rayos de luz del uno al otro horizonte… detalla el galo en la visita de su dirigible a París, pues la tripulación del Albatros, como no podía ser de otra forma, también gustaba de asustar a los testigos con su potente foco..

Encuentros cercanos con los tripulantes de la Air-ship

En contra de lo que pudiera parecer, fueron decenas las oportunidades en las que los sorprendidos testigos pudieron acercarse a las Air-Ship, y observar tranquilamente a sus tripulantes. La mayoría de las veces los pilotos eran iguales que nosotros, tanto mujeres como hombres, incluso hay varios incidentes en los que se vieron a niños y ancianos en estas aeronaves. ¿Llegaron los tripulantes de estas aeronaves a entablar conversaciones con los testigos tal y como ocurre con el Fenómeno OVNI?
Por norma general, el ocasional testigo se aproximaba a la aeronave posada en tierra y comprobaba que había varias personas a su alrededor. Cuando se aproximaba hacia los tripulantes, estos hablaban un correcto inglés (exceptuando varios casos en los que se advirtió un lenguaje desconocido), y decían ser inventores probando sus nuevos prototipos aéreos, por lo que no levantaban demasiadas sospechas. Decían llevar muchos años experimentando con sus artefactos aéreos y muy pronto lo patentarían para grandeza de la Unión. Para justificar su parada en tierra, estos extraños personajes se excusaban de varias ágiles maneras; pidiendo agua, explicando que era una parada para descansar o decían estar reparando la aeronave. También muchas de estas situaciones han sido observadas con los ufonautas en la actualidad. ¿Imitarían los tripulantes el texto de Verne?…
12 de abril de 1897, Girard cerca de Green Ridege (Illinois). Un numeroso grupo de mineros vieron aterrizar un objeto desconocido tres kilómetros al norte de Green Ridege y cuatro kilómetros al sur de Girard. El maquinista nocturno del ferrocarril de Chicago y Alton, Paul McCrame, declaró que se acercó tanto al aparato, que vio salir de él a un hombre para reparar la maquinaria. Se encontraron huellas en toda una amplia zona. El objeto era alargado como un barco y tenía techo y un doble dosel. Partió hacia el norte. Robur, el protagonista de Verne, también sufre las inclemencias de las averías en su aeronave para reparar por lo menos la hélice de proa (…) el personal de Albatros, sabiendo que no había tiempo que perder, puso inmediatamente manos a la obra.
En una ocasión, el 22 de abril de 1897, tras el aterrizaje de unos de estos artefactos en Rockland, un ocupante de nombre «Smith» le dijo al sorprendido testigo: necesito algo de aceite lubricante y un par de cortafríos si me los puede conseguir, y algo de sulfato de cobre. Supongo que en el molino cercano tendrá los dos primeros artículos y el operador de telégrafo tendrá el sulfato de cobre. Aquí tiene un billete de diez dólares; ahora cójalo y cómprenos estos artículos y guárdese el cambio por las molestias. John M. Barkclay, que así se llamaba nuestro competente protagonista, le preguntó a «Mr. Smith» de donde procedían y obtuvo esta esquiva frase como respuesta; de todas partes, pero estaremos en Grecia pasado mañana. El testigo fue avisado por su perro que ladraba furioso en el exterior de la casa ante la presencia del Air-Ship.
De todos es sabido que en multitud de ocasiones los animales, y sobre todo los perros parecen predecir la llegada de los OVNIs, pues bien con la Air-Ship, como hemos visto ocurría un tanto de lo mismo, pero es que Julio Verne también añadía este esclarecedor dato: ¡Singular instinto!. Estos seres (los perros) sentían la máquina voladora (el Albatros) pasar por encima de ellos y lanzaban gritos de espanto ante su proximidad.
14 de abril de 1897, Cleveland (Ohio), Joseph Singler, capitán del Sea Wing, estaba pescando con S. H. Davis, de Detroit, cuando vieron en el lago lo que les pareció que era un barco de unos 13 metros de largo, con un dosel. Un hombre de unos 25 años, con chaqueta de cazador y gorra, estaba pescando desde el puente del objeto. A su lado se veían una mujer y un niño de unos 10 años. Al momento que el Sea Wing se acercó más al aparato, un enorme globo de colores se elevó del objeto, que a su vez remontó el vuelo con él hasta una altura de unos 150 metros y describió varios círculos antes de alejarse. En la novela se describía el siguiente episodio: El personal del Albatros, imaginando la diversión que podría proporcionar la pesca a la vida ordinaria del aparato no podían ocultar su satisfacción(…) Una hora de pesca bastó para llenar de provisiones la aeronave, que volvió hacia el norte.

Los ocupantes de la Air-Ship en muchos de los incidente imitaron
el comportamiento de los personajes creados por Julio Verne

6 de mayo de 1897, Dos agentes de la ley, llamados Sumpter y McLenore, iban a caballo al noroeste de Hot Springs (Arkansas) cuando vieron una luz brillante en el cielo. Cosa de 7 Km mas adelante volvieron a ver la luz, que esta vez descendía hacia tierra. Un Km mas adelante, los caballos se negaron a avanzar. Vieron a dos hombres provistos de lámparas. Los testigos empuñaron sus rifles, llamaron a los desconocidos y estos le dijeron que viajaban por el país en un aparato volador. En el claro se distinguía la silueta de la maquina, de unos 20 metros de largo. Junto a ella estaba una mujer con un paraguas. Llovía, y el mas joven de los dos hombres se dedicaba a llenar de agua un enorme odre. El mayor llevaba barba e invitó a los agentes a darse una vuelta en su nave, hasta un lugar donde no llueve. Los testigos volvieron a pasar por el mismo sitio 40 minutos después y no vieron nada. Retomemos por enésima vez a Verne para comprobar sus aciertos. Los tripulantes del Albatros; habían descendido a 10 metros del río, donde quedó estacionado. Entonces merced a un tubo de goma que sacaron de la aeronave (…) Se ocuparon en aprovisionarse de agua.

Cuatreros del espacio

Uno de los incidentes mas destacados y documentados de la oleada Air Ship, ocurrió en Le Roy, Kansas, y fue ampliamente divulgado por los periódicos de la zona. El ufólogo británico John Spencer así lo relata: El 20 de abril de 1897, el granjero Alexander Hamilton declaró que, a principios de semana, había visto un gran objeto deslizándose en la oscuridad y descendiendo hasta su campo, situado a 183 m de su casa. Junto a su hijo y uno de los mozos de la granja se aproximó hasta 46 m del objeto, al que describe de la longitud aproximada de un campo de fútbol americano y de un color algo más oscuro que el rojo. Su forma era la de un enorme cigarro puro y además tenía un habitáculo de cristal donde el granjero y sus acompañantes pudieron ver a seis ocupantes que describieron como los seres más extraños que se hayan visto jamás.

La ternera fue levantada por los aires y
desapareció junto a la fantasmal Air-Ship

Una gran rueda colocada bajo la nave comenzó a girar hasta que se elevó a una altura de 92 m. Los granjeros observaron que un cable extendido hacia abajo desde la nave enganchó a una vaquilla que fue aprisionada contra la alambrada cercana. Cuando el objeto se elevó, tiró de la cría llevándosela con él y desapareció en la oscuridad dejando el rastro del animal detrás. Al día siguiente se encontraron los restos del animal en una granja cercana: las piernas, la cabeza y la piel. La credibilidad de Hamilton podría cuestionarse pero no podemos dejar de señalar que era miembro de la House of Representatives y la gente que le conocía desde hacía treinta años testificó que nunca habían oído de él una palabra que pudiera hacer dudar de su corrección. Además el testimonio fue firmado por el comisario, el suplente del comisario, un juez, el jefe de correos, un banquero, un abogado y Otros. Hamilton dice del encuentro: cada vez que me quedo dormido lo veo, rodeado de brillantes luces y gente. No sé si son ángeles o demonios… pero no quiero saber nada más de ellos…
Una nieta de Hamilton fue entrevistada en el año 1965 por el investigador Harry Fleenor, confirmando que su abuelo hasta el mismo día de su muerte (1912) mantuvo la versión de lo había sucedido aquella noche. Un incidente, por otro lado, que jamás había podido borrar de su mente y que le acompañó hasta su último aliento.

A modo de conclusión

Tras los meses de noviembre y diciembre de 1896 y marzo, abril y mayo de 1897, nunca mas se supo hasta la fecha de la extraña aeronave y sus insólitos inventores, dando paso a uno de los primeros enigmas relacionados con nuestros coetáneos platillos volantes. Pero lo más inquietante de toda ésta cuestión, o por lo menos la mas elogiable, es la brillantez del novelista francés para bosquejar entre líneas, casi a la perfección, lo que años mas tarde sucedería en los Estados Unidos. De nuevo queda de manifiesto que el novelista francés fue un hombre adelantado para su época o un perfecto clarividente. Muchos de los lugares descritos en la obra de Verne como escenario de los vuelos de su Albatros son los mismos que década después fueron sobrevolados por la Air-Ship, de hecho, casualmente el último punto de la geografía norteamericana visitado por Robur, es precisamente Sacramento (California), punto de arranque de la oleada Air-Ship. Recordar que la novela salió a la luz publica en el mes de noviembre de 1886, comenzando los masivos avistamientos en noviembre de 1896, diez años despues. Más exactitud no se puede pedir.
Lo que no deja de maravillarnos, ajenos al manuscrito de Verne, es la complejidad del Fenómeno OVNI que parece escudarse en mil y un disfraz para evitar a conciencia cualquier tipo de estudio al que queramos someterlo. Como dijo certeramente el investigador Jean Robin: Cada una de las manifestaciones de Fenómenos OVNIs -las aeronaves de Estados Unidos en los años 90 del siglo XIX, los aviones misteriosos de Escandinavia en los años 30, los cohetes suecos de 1946, los OVNIs de la actual era espacial- se han adelantado un paso a los avances técnicos de su época. El núcleo del problema es la proyección de un sistema de creencias falso, un poco más allá de las creencias existentes. Vallée también nos añade: podría decirse que, si estamos tratando con un tipo superior de conciencia, ésta nos está enredando en ciertos juegos (…) estamos ante la presencia de una forma de conciencia realmente notable, que tiene un gran sentido del absurdo y del humor.
Pero quisiéramos terminar este trabajo, como no podía ser de otra forma, con las enigmáticas palabras que pronuncia un soberbio Robur al final de la obra, antes de partir hacia lo desconocido al timón de su mítico Albatros: Mi experimento está hecho, pero mi opinión ahora es que no se necesita apresurarse aún para el progreso. La ciencia no debe adelantarse a las costumbres: son las evoluciones, no revoluciones lo que conviene hacer. En una palabra, es menester que llegue su hora. Yo llegaría aquí demasiado pronto hoy para tener razón sobre los intereses contradictorios y divididos. Las naciones no están todavía bastantes civilizadas para la unión. Parto, pues, y me llevo mi secreto conmigo. Pero no se perderá para la humanidad. Le pertenecerá el día en que este bastante perfeccionado para sacar provecho de él y bastante estudiado para no abusar de él…

Los OVNIS y las apariciones de la Virgen María

En el siglo XIX aparece en La Salette a los pastores Melanie Calvat y Maximin Giraud (1846); en Lourdes (1858) a Santa Bernadette Soubirous; y en Fátima (1917) a los pastorcitos Lucía dos Santos y Francisco y Jacinta Marto.

En el post de LA ALTERNATIVA A LOS NEFILIM analizábamos estas manifestaciones, que contrastan por su mensaje espiritual y sus fines de salvación del hombre, con otras manifestaciones del fenómeno ovni, que aquí analizamos.

Es como si una raza diferente, quisiera advertirnos, ayudarnos y mostrarnos el camino a seguir.

Todas estas apariciones han sido contaminadas por la religión y la Iglesia cristiana.

EL milagro que se describe, conocido mundialmente como la «Danza del Sol de Fátima», fue relatado oficialmente por primera vez por incrédulos y publicado por la prensa neutral portuguesa. La vista del mismo dio la impresión, a más de setenta mil personas allí congregadas, de que llegaba el fin del mundo. Y en un tiempo y lugar prefijados ocurrió un fenómeno que escapaba a las leyes naturales. Tres meses antes, tres niños habían predicho que se daría un milagro en aquel lugar y a aquella hora, para que todos creyesen en el mensaje que habían recibido de la Virgen, durante las seis apariciones que presenciaron en 1917.

Pero la historia de Fátima se inicia dos años antes de las populares apariciones, con las cuatro visitas del «Angel de Portugal» a los jóvenes videntes: Lucia Dos Santos, y los hermanos Francisco y Jacinta Marto. Estas manifestaciones, supuestamente angélicas, fueron descritas como la figura de «un joven sin cabeza vestido de blanco puesto en el aire» que, entre otros mensajes, les anunció la serie de apariciones que contemplarían próximamente.

Los incidentes de Mayo a octubre, ampliamente conocidos, están caracterizados por la manifestación de un ser hermoso y deslumbrante de pie entre el follaje de una pequeña encina. La aparición, de aproximadamente unos dieciocho años, tenía la cabeza cubierta por un manto transparente y sobre el pecho llevaba un objeto del que emanaba una luz intensa. La extraña figura sólo fue vista y oída por los pastores en evidente estado de éxtasis místico. Sin embargo, con el revuelo que causó la noticia, pronto miles de personas acudieron a presenciar personalmente los prodigios que acontecían en «Cova da Iria», el monte de las apariciones. Tenemos fenómenos inexplicados como el «globo de luz blanca» —visto en la quinta aparición— que se desplazó, lentamente, de Este a Oeste, hasta posarse en el árbol donde se encontraban los niños en el mismo instante que Lucía —portavoz indiscutible del grupo— afirmaba que la Virgen había llegado. Algunos testigos vieron incluso «un ser blanco» que salió del globo luminoso, al tiempo que percibieron en su piel una bajada de la temperatura ambiental y un oscurecimiento parcial de la luz solar.

No queda ninguna duda que el fenómeno aéreo más increíble aconteció en la última aparición, el 13 de Octubre, cuando un disco plateado evolucionó cayendo en zigzag hacia el asombrado público para, instantes después, volver a emprender la subida y desaparecer. Generando en el proceso un calor suficiente para secar las ropas mojadas y el embarrado suelo en que se encontraba la multitud.

La mayoría de los autores religiosos que han escrito sobre Fátima afirman que ese disco era verdaderamente el Sol. No obstante, a juzgar por las opiniones de algunos investigadores llevadas a cabo cuarenta años después del suceso, el objeto tenía una elevación y un acimut que lo situaba muy cerca del suelo. Se parecía más bien a un inmenso disco plateado similar a un OVNI que, viniendo del lugar que ocupaba el Sol y volviendo hacia la misma posición, habría confundido a los presentes, dándoles la impresión de que se trataba del Astro Rey.

Hacia el mediodía la lluvia dejo de caer. El Sol aparecía tenue, velado por una cortina de gasa. Podíamos verlo sin dificultad. De pronto adquirió un tono perlado, transformándose en un disco de plata opaca, como si fuese creciendo hasta romper las nubes. Abajo, el pueblo asustado gritaba a una voz, cayendo de rodillas en el suelo encharcado. Allí en lo alto, el disco comenzó a girar igual que una peonza antes de desplomarse amenazante sobre la multitud, la misma que lloraba y rezaba, acobardada por la grandeza del milagro. Fueron segundos, momentos que parecieron horas…

LOS SIGNOS DEL CIELO

De todos los fenómenos que se producen en nuestro mundo y no llegamos a descifrar, las apariciones Marianas destacan por dos motivos principalmente: porque ostentan en los últimos mil años el récord de manifestaciones enigmáticas que podamos enumerar, pues ése es el tiempo que llevan los seres humanos viendo y oyendo apariciones de figuras que, o bien se han proclamado como la Virgen María, o han sido interpretadas de ese modo por los testigos. Y en segundo término porque en ellas encontramos evidencias —espectaculares y pródigas— de fenómenos aéreos inusuales sospechosamente similares a los descritos en los encuentros cercanos con Objetos Volantes No Identificados.

Con la llegada del progreso y del racionalismo científico del siglo XIX, estos fenómenos fueron, para ciertos intelectuales eclesiásticos, una piedra de escándalo más que motivo de credulidad. Dios, decían, no tiene necesidad de tales manifestaciones espectaculares para darnos a conocer su voluntad. Además, son contrarias al espíritu del Evangelio, pues Jesucristo nunca quiso dar a los fariseos la «señal del cielo» que le pedían. Gracias a esta postura más intransigente, desde hace siglo y medio, la Iglesia sólo ha reconocido ocho apariciones: La Milagrosa, Lourdes, La Sallette, Pontmain, Fátima, Beauraing, Banneux y Siracusa. Sin embargo, en los últimos años las apariciones no confirmadas se cuentan por centenares y, entorno a ellas, se siguen produciendo todo tipo de sucesos clasificados como milagrosos, paranormales o incidentes OVNI, según sea la tendencia que profese el investigador.

En Cuapa, Nicaragua, del 8 de Mayo al 13 de Octubre de 1980, Bernardo Martinez tuvo unas importantes apariciones después de que viera unas señales luminosas sobre la capilla del pueblo. Saltan a la vista las coincidencias con Fátima: igual número de apariciones, una no realizada en Agosto, y la última el mismo día. En Cuapa, algunos creen, otros se mofan, «se tratan sólo de Ovnis», comentan en tono de burla. Y probablemente no vayan mal encaminados.

En 1949, la niña Catarina Richero, de Balestrino, Italia, vio mientras jugaba un círculo luminoso que surgió de las alturas, en cuyo interior había un Angel con los cabellos rubios. En la primera aparición que tuvieron los jóvenes videntes de Medjugorje (antigua Yugoslavia) durante 1981, presenciaron la silueta amorfa de una joven de color gris, volando a treinta centímetros del suelo. En los meses siguientes, otros fenómenos harán acto de presencia: Una «danza del Sol» en Agosto del mismo año y, al mes siguiente, varios testigos presencian un cono de luz en forma de embudo que iluminaba la colina de las apariciones. Dentro del foco observaron a la Virgen con los brazos abiertos, «planeando por el aire» y desplazándose en dirección a la Iglesia Parroquial.

Algunos testimonios sobre las apariciones de El Escorial (Madrid-España) describen a un objeto circular que se movía alrededor de otro objeto luminoso interpretado, en un primer momento, como el disco solar. Según relata Salvador Freixedo, Amparo Cuevas tiene muchas cosas que decir sobre naves espaciales, objetos y luces que havisto en el cielo, y de otros personajes que no son precisamente la Virgen, ni parecen estar relacionados con ella; pero le han aconsejado que obre con prudencia y no hable sobre el particular.

Gilbert Cornu, reputado ufólogo francés, descubrió que desde 1947, año en que surgió la moda de los «platillos volantes» de Kenneth Arnold, el número de informes sobre apariciones Marianas creció espectacularmente: Cova da Cruz (Portugal), Tyromestica (Checoslovaquia), Heroldsbach (Alemania), Acquaviva (Sicilia), Cuevas de Vinromá (España), Isla Bourchard, etcétera. Sucedió lo mismo en Francia, durante la oleada OVNI que sufrió en 1954, y en 1970 se registraron, repartidas por todo el mundo, una decena de apariciones. Aquí, en la tierra de «María Santísima», como la de fine el investigador Ramos Perera, sufrimos en el bienio 1986-88 nuestra oleada Mariana coincidiendo, una vez más, con espectaculares avistamientos OVNI: Benalup (Cádiz), Alcira y Fenollet (Valencia), El Repilado (Huelva), Cospeito (Lugo), Denia (Alicante), Pedrera (Sevilla), La Caleta (Málaga), Espinosillo (Toledo), etcétera. Las razones de estas correlaciones son muy significativas, aunque sólo indiquen que la predominancia de un tipo de fenómeno anómalo pueda provocar un resurgimiento de la ocurrencia de otro fenómeno. Es el llamado «Efecto Ventana».

Pronto se descubrieron otras oleadas Marianas anteriores al inicio de la Ufología moderna, como es el caso poco conocido de Lourdes, a finales del siglo XIX, en cuya región se produjeron otras apariciones de menor fama que las protagonizadas por Bernadette Soubirous. O Bélgica en 1933, en cuyo escueto marco geográfico se produjeron las apariciones de Beauraing, Okerzele, Banneux, Houlteau, Chaineux y Melen.

Paul Thomas, en su Iibro «Flying Saucers Trough The Ages» (Los Platillos Volantes a través del tíempo), incluye una detallada comparación entre observaciones OVNI y los fenómenos aéreos producidos durante las apariciones. El autor plantea que una parte de la actividad de los Ovnis es de la misma naturaleza y, por tanto, deriva de la misma fuente que las luces vistas por miles de testigos en contextos marcadamente religiosos.

 

UN SOL INQUIETO

Sí, es cierto que la gran mayoría de manifestaciones Marianas que proliferan en los últimos años son de naturaleza psíquica: únicamente los videntes pueden ver, escuchar e interactuar con la entidad aparecida. Pero es que ahí reside, precisamente, la ambigüedad que las caracteriza, puesto que la aparición se adapta a los videntes, al tiempo que los videntes reciben la aparición, a su medida. Sin embargo, ¿qué hay de esos casos en que la aparición puede actuar físicamente sobre el mundo real? En tales situaciones las figuras son entes objetivos, es decir, ocupan un espacio físico como objetos tridimensionales. Esta categoría de manifestaciones, muy semejantes a encuentros cercanos con humanoides, carecen de mensajes, son luminosas, de rasgos difusos y su interpretación dependerá del lugar en que ocurran los encuentros o del contexto sociocultural de los testigos.

Zeitoun y Shoubra, dos suburbios de El Cairo (Egipto), fueron lugar común de apariciones en 1968 y 1983, respectivamente. Ambas fueron reconocidas oficialmente por Shenouda III, Jefe de la Iglesia Copta, separada de Roma pero en dialogo positivo con la Iglesia Católica. Dos particularidades comunes en estas manifestaciones: que fueron vistas por todos los asistentes —incluidos los musulmanes— y que han podido ser fotografiadas ampliamente. Los testimonios nos hablan de una figura blanca, luminosa y amorfa, situada en lo alto de la Iglesia de Santa María, en el caso de Zeitoun; o Santa Damiana, años después en Shoubra. Junto a la aparición, mostrada generalmente en el aire, revoloteaban pequeñas bolas de luz e incluso, a veces, eran el único signo visible en la cúpula del templo. En Ufología se cree que estas bolas luminosas de comportamiento racional, denominadas «foofighters», tienen como objetivo vigilar la zona o lugar donde aparecerá o bien u n OVNI de proporciones generosas, o donde se producirá un encuentro cercanos con humanoides.

En Banneux, una de tantas apariciones habidas en la oleada belga de 1933, la descripción de la llegada de la Virgen a la niña Mariette Beco, se asemeja a muchas experiencias religiosas anteriores y a varios casos de Ovnis posteriores: la figura dio la impresión de bajar flotando, al principio parecía pequeña, pero fue aumentando de tamaño al bajar entre las copas de los pinos, hasta situarse a metro y medio de donde estaba arrodillada Mariette. Llevaba un halo luminoso de rayos de luz que salían claramente de una forma de disco, situado unos metros más arriba, en el cielo.

En 1985, doce niños que se encontraban jugando en la plaza del pequeño pueblo de Oliveto Citra, Italia, observaron en el cielo una estela luminosa en dirección al castillo. Ellos, en primer lugar, imaginan que son marcianos y les gritan, pero al acercarse ven a una bella señora que les sonríe. Pronto, el rumor de las apariciones se propaga por la localidad, concentrándose el 20 de Julio un gentío de más de dos mil peregrinos, que contemplan las evoluciones de una nube luminosa de color rojo, vista, incluso, desde una distancia de diez kilómetros. Un siglo antes, en otra aldea italiana, cerca de quinientas personas observaron una figura erguida (asociada posteriormente con la Virgen) en la falda de una colina, poco después que un extraño foco de luz iluminase el lugar.

También, puede darse el caso que, unas apariciones de origen psíquico, deriven o se asocien con fenómenos luminosos de consistencia física. Es la situación de finca Betania, municipio de Cua, Venezuela, cuya propietaria, María Esperanza Medrano, recibe mensajes de la Virgen desde hace siete años. Y en donde un 25 de Marzo de 1984, la gente del pueblo pudo observar, encima de la cascada que hay detrás de la iglesia, una figura radiante de luz y otros fenómenos aéreos luminosos. Son personas que ven sin éxtasis de ningún tipo, sin desconectarse del mundo exterior. Ante tal evidencia y después de numerosos interrogatorios, el obispo Monseñor Pío Bello Ricardo declaró que a su juicio, las dichas apariciones eran auténticas y tienen un carácter sobrenatural. Aprobando el obispado que el lugar donde se han producido sea considerado sagrado y su culto permitido. Como afirma el sacerdote y experto francés René Laurentin, este reconocimiento oficial sea una novedad, puesto que ninguna aparición se había beneficiado de una autentificación tal desde hace más de medio siglo.

VISITAS EN PERSONA

VIDENTES Y CONTACTADOS

Según los postulados del investigador Aimé Michel, es corriente advertir cómo determinadas experiencias místicas o paranormales se dan entre individuos que por razones de salud, taras genéticas hereditarias o trastornos de la propia edad conflictiva en que se encuentran, sufren algún tipo de disminución psíquica, física o mental. Los investigadores del fenómeno OVNI y los especialistas en apariciones Marianas se han preguntando porqué puede elegirse como receptores de tales contactos, advertencias, profecías y mensajes a individuos que por su edad o por sus circunstancias psicofísicas eran los menos apropiados para hacerlos llegar convincentemente a su destino. Los presuntos videntes y contactados tendrían que ser las personas menos idóneas para ser portadoras de tan apocalípticos mensajes, que reinciden comúnmente en los peligros a los que se ve abocada nuestra civilización y supervivencia.

Cuando tras el boom, de los mensajes, visitas y contactos viene la calma y el olvido, los «elegidos entre la multitud» pueden optar por dos caminos: dejarse llevar por los signos del cielo, polarizándose demasiado fácilmente en lo extraordinario, aumentando en ocasiones su importancia o acogiéndolos sin suficiente control. Cayendo, en el mejor de los casos, en la superstición, el particularismo o el iluminismo. O bien, comienzan a dudar de todo. Se convencen de que las cosas no eran como ellos pensaban, y quizá de que han llegado a ser engañados. Pueden entonces sufrir un estado depresivo emocional rayando en la desesperación, que, en lamentables ocasiones, se ha cobrado más de una vida.

Aunque al principio, el estudio de los sucesos OVNI puede parecer muy alejado de los temas religiosos, en realidad comparte con éstos muchas similitudes. Y ello es quizá más verdad hoy en día que hace treinta años, cuando la investigación sobre los Ovnis estaba en pañales y los estudiosos daban por garantizado que los Ovnis eran naves extraterrestres de tuercas y tornillos. Sin embargo, muchos ufólogos han abandonado esa teoría por diversas razones: una se refiere a la cantidad de sucesos registrados en este escaso medio siglo. Y, por otro lado, a que los Ovnis —igual que sucede en las apariciones Marianas— han cambiado de forma y aspecto con el transcurso de los años, como si se adecuaran a la tecnología y creencias de cada cultura en la que se manifiestan.

John A. Keel, Jacques Vallée y Jerome Clark vieron una repetición coherente de determinados aspectos de los acontecimientos y experiencias considerados anómalos, habidos en la historia de las apariciones Marianas, normalmente bolas o masas de luz que acompañaban a las mismas. Postularon un fenómeno original recurrente, que era interpretado de modo diferente de acuerdo con la experiencia, expectativas, estado mental y psicológico de los testigos. Si los videntes y contactados seguían teniendo encuentros cercanos con No Humanos por un período de centenares de años, ¿habríamos de considerar que todos los testigos fueron engañados? o ¿que hay una gran variedad de entidades No Humanas esperando un encuentro? ¿No sería más razonable suponer que los No Humanos proceden del mismo origen y, simplemente, les parecen diferentes a observadores de distintos contextos?

Estas consideraciones han llevado a muchos investigadores a creer que el fenómeno dual Aparición-OVNI está producido por una inteligencia o entidad que existe verdaderamente en nuestro universo, pero que está simbióticamente unida a nuestras mentes, cultura y planeta. No faltará quien, a estas alturas, pueda preguntarse, con toda razón, que esta descripción de entidad o inteligencia podría muy bien adecuarse y confundirse con la idea que tenemos de Dios. Y desde luego sería un tema apasionante para una interminable discusión.