Archivo por meses: septiembre 2013

domi-Tumba de la Eva bíblica, ¿existió o es un mito?


La leyenda cuenta que, Eva, al sentirse que iba a morir le pidió a Adán que la enterrara donde en la actualidad deberían encontrarse sus restos. 

En el libro “El Muñeco Humano” (1988) del investigador catalán Andreas Faber-Kaiser (1944-1994) se señala que entre sus múltiples investigaciones, descubrió una localidad en la península de Arabia – que se encuentra entre China y África – cerca de la ciudad sagrada de La Meca conocida como Djidda (Yeddah) cuya traducción desde la lengua árabe significa “abuela”. Esta ciudad portuaria – se encuentra a orillas del Mar Rojo – toma su nombre debido a que, de acuerdo con la tradición, es allí donde reposaban los restos de la “abuela del mundo”, Eva, de aquél ser desde el cual, parece ser, se originó la humanidad actual.
Continuando con el relato de Faber-Kaiser, la leyenda cuenta que, Eva, al sentirse que iba a morir le pidió a Adán que la enterrara donde en la actualidad deberían encontrarse sus restos –restos que por lo visto eran gigantes de acuerdo a la tradición que asegura que la primera mujer era de gran estatura– en un sepulcro de dimensiones enormes rodeado de murallas y al que nadie podía acceder.

Sin embargo y como parece ser una constante en la historia del “Homo ignorans”, en el año 1925 el ejército de Abd el Aziz Ibn Saud (1873-1953) al conquistar esas tierras para conformar el actual reino de Arabia Saudita, destruyó el sepulcro que tenía miles de años y que se encontraba en perfecto estado de conservación.

Hoy sólo quedan 4 altas paredes que delimitan un recinto vacío, sin los huesos de la “abuela del mundo”. El acceso a la tumba de Eva, patrimonio de la humanidad, está aún prohibido.

Un último e interesante dato es que un lingüista de origen ruso y bastante afamado en Europa, Shevoroskhin, publicó un trabajo a finales de los ‘80 en el que demostraba que todas las familias de los distintos lenguajes que se hablan en la actualidad derivan de un mismo idioma primitivo.

Fuente: http://www.guioteca.com/mitos-y-enigmas/tumba-de-la-eva-biblica-%c2%bfexistio-o-es-un-mito/

http://www.legadosdelmisterio.net/misterios-de-las-religiones-mitologia-y-filosofia/tumba-de-la-eva-biblica-existio-o-es-un-mito/

domi-DERECHOS DE LOS ANIMALES

DERECHOS DE LOS ANIMALES

Texto definitivo, adoptado por la Liga Internacional de los a Derechos Humanos del Animal y las ligas nacionales afiliadas, con motivo de la celebración de la Tercera Reunión Internacional sobre los Derechos del Animal (Londres, 21-23 de septiembre de 1977) La Declaración fue proclamada el 15 de octubre de 1978 por la Liga Internacional y las personas físicas y morales que se asociaron al acto y luego se someterá a las Naciones Unidas.
PREÁMBULO…
Considerando que todo animal posee Unos derechos.

Considerando que el desconocimiento y el desprecio de estos derechos han llevado y siguen llevando al hombre a cometer crímenes contra la naturaleza y contra los animales.

Considerando que el reconocimiento por la especie humana del derecho a la existencia de las demás especies en el mundo.

Considerando los genocidios que el hombre comete y el peligro de que se sigan cometiendo otros,

Considerando que el respeto del hombre por los animales va unido al respeto de los hombres por sus semejantes,

Considerando que la educación ha de enseñar, desde la infancia a observar, comprender y querer a los animales,



SE PROCLAMA LO SIGUIENTE:
Artículo 1. Todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen el mismo derecho a la existencia.

Artículo 2. (a) Todo animal tiene derecho al respeto.

(b) El hombre es una especie de animal y no puede atribuirse el derecho de exterminar a los demás animales o de explotarlos violando ese derecho. El hombre tiene el deber de poner sus conocimientos al servicio de los animales.

(c) Todos los animales tienen derecho a la atención, a los cuidados y a la protección del hombre.

Artículo 3. (a) No se someterá ningún animal a malos tratos ni a actos crueles.

(b) Si la muerte de un animal es necesaria, ésta ha de ser instantánea, indolora y no generadora de angustia.

Artículo 4. (a) Todo animal perteneciente a una especie salvaje tiene derecho a vivir libre en su propio ambiente natural, terrestre, aéreo o acuático y a reproducirse.

Artículo Toda privación de libertad, aunque sea con fines educativos, es contraria a este derecho.

Artículo 5. (a) Todo animal perteneciente a una especie que viva tradicionalmente en el medio ambiente humano tiene derecho a vivir al ritmo y en las condiciones de vida propias de su especie.

(b) Toda modificación de ese ritmo o de esas condiciones que el hombre le interponga con fines mercantiles es contraria a ese derecho.

Artículo 6. (a) Todo animal que el hombre haya escogido por compañero tiene derecho a que la duración de su vida sea conforme con su longevidad natural.

(b) El abandono de un animal es un acto cruel y degradante.

Artículo 7. Todo animal obrero tiene derecho a una limitación razonable de la duración e intensidad del trabajo, a una alimentación reparadora y al reposo.

Artículo 8. (a) La experimentación animal que entrañe un sufrimiento físico o psicológico es incompatible con los derechos del animal, ya se trate de experimentación médica, científica o comercial, o de cualquier forma de experimentación.

(b) Las técnicas de sustitución se han de utilizar y desarrollar.

Artículo 9. Cuando se cría para la alimentación el animal se ha de alimentar, albergar, transportar y matar de modo que no resulte para él ni ansiedad ni dolor.

Artículo 10. (a) No se ha de explotar a ningún animal para diversión del hombre.

(b) Las exhibiciones de animales y los espectáculos que se sirven de animales son incompatibles con la dignidad del animal.

Artículo 11. Todo acto que entrañe la muerte de un animal sin necesidad es un biocidio, es decir, un crimen contra la vida.

Artículo 12. (a) Todo acto que entrañe la muerte de un gran número de animales es un genocidio, es decir, un crimen contra la especie.

(b) La contaminación y la destrucción del Medio ambiente natural conducen al genocidio.

Artículo 13. (a) Un animal muerto debe ser tratado con respeto.

(b) Las escenas de violencia de las que los animales son víctimas deben ser prohibidas en el cine y la televisión, salvo si su finalidad es demostrar un atentado contra los derechos del animal.

Artículo 14. (a) Los organismos de protección y salvaguardia de los animales han de estar representados a nivel gubernamental.

(b) Los derechos del animal han de ser protegidos por la Ley, como lo son los derechos humanos.

http://galeon.com/ayudaanimales/derechos.htm

domi-Arqueólogos descubren 35 pequeñas pirámides en Sudán

Arqueólogos descubren 35 pequeñas pirámides en Sudán

Por lo menos 35 pirámides junto a algunas tumbas fueron encontradas en un sitio llamado Sedeinga en Sudán.

Descubiertas entre el 2009 y el 2012, los investigadores se sorprendieron por la densidad de las pirámides, pues solo en la temporada del 2011 los expertos encontraron 13 construcciónes en un área de 500 metros cuadrados.

Las pirámides se remontan a 2.000 años atrás, cuando el Reino de Kush en Sudán estaba en su apogeo. Kush compartía límites con Egipto, y luego con el Imperio Romano. Según los investigadores, el deseo de las personas del reino por construir pirámides al parecer estuvo influenciado por la arquitectura funeraria egipcia.

De acuerdo a los investigadores, en Sedeinga la construcción de pirámides fue realizada por siglos. “La densidad de las pirámides es enorme” señaló el investigador Vincent Francigny del Museo de Historia Natural en Nueva York. “Debido a que la construcción duró por cientos de años, luego de siglos comenzaron a llenar los espacios disponibles en la Necrópolis”.

La pirámide más grande descubierta hasta ahora tiene 7 metros de ancho en su base, y la más pequeña al parecer fue construida como una tumba para un niño, pues tenía 750 centímetros de largo.

La construcción de las pirámides se realizó hasta que eventualmente se quedaron sin espacio. “Llegaron al punto en donde todo estaba tan lleno de gente y tumbas que comenzaron a reutilizar las más antiguas”, señaló Francigny.

Uno de las tumbas más interesantes descubiertas por los arqueólogos fueron los restos de una mesa de ofrendas. Allí aparecía la diosa Isis y Anubis junto a una inscripción en idioma Meroítico de una mujer llamada “Aba-la”, el cual podría haber sido un apodo para “abuela”.

El equipo de arqueólogos publicaron un artículo detallando sus descubrimiento en la revista Sudan and Nubia.

Fuente: La Tercera

http://www.latercera.com/noticia/tendencias/2013/02/659-507949-9-arqueologos-descubren

-35-pequenas-piramides-en-sudan.shtml

Reseña: Roberto Cerracin

http://www.egiptologia.com/noticias/1-ultimas-noticias-sobre-egipto/3482-arqueologos-descubren-35-pequenas-piramides-en-sudan.html

NO TENGO EDAD, TENGO VIDA


Algunos de nosotros envejecemos, de hecho, porque no maduramos.
Envejecemos cuando nos cerramos a las nuevas ideas y nos volvemos radicales.
Envejecemos cuando lo nuevo nos asusta.
Envejecemos también cuando pensamos demasiado en nosotros mismos y nos olvidamos de los demás.
Envejecemos si dejamos de luchar.

Todos estamos matriculados en la escuela de la vida, donde el Maestro es el Tiempo.
La vida solo puede ser comprendida mirando hacia atrás.
Pero solo puede ser vivida mirando hacia adelante.
En la juventud aprendemos;
con la edad comprendemos…

Los hombres son como los vinos: la edad estropea los malos, pero mejora los buenos.
Envejecer no es preocupante: ser visto como un viejo si que lo es.
Envejecer con sabiduría no es envejecer
En los ojos del joven arde la llama, en los del viejo brilla la luz.
Siendo así, no existe edad, somos nosotros que la creamos.

Si no crees en la edad, no envejecerás hasta el día de tu muerte.
Personalmente, yo no tengo edad: Tengo vida!
No dejes que la tristeza del pasado y el miedo del futuro te estropeen la alegría del presente.
La vida no es corta; son las personas las que permanecen muertas demasiado tiempo.
Haz del pasaje del tiempo una conquista y no una pérdida.

DESCONOCIDO
http://www.psicologaemocional.com/

5 RAZONES PARA MEDITAR – (Texto 5 de Pema Chodron)

Se aconseja escuchar el video mientras se lee

La mente es muy salvaje. La experiencia humana está llena de imprevisibilidad y paradójicamente, de alegrías y tristezas, éxitos y fracasos. No podemos escapar de ninguna de estas experiencias en el vasto terreno de nuestra existencia. Es parte de lo que hace la vida más vasta y también es la causa de que nuestra mente corra tan locamente. Si podemos entrenarnos a través de la meditación para ser más abiertos y más tolerantes en el abanico de nuestra experiencia, si podemos aceptar las dificultades de la vida y conducir nuestra mente, podemos llegar a ser más estables y relajados en medio de lo que la vida nos trae.

Hay muchas maneras de trabajar con la mente. Una de las más efectivas es a través de la meditación sentados. Ella nos abre a cada momento de nuestra vida. Cada momento es totalmente único y desconocido. Nuestro mundo mental es aparentemente predecible y aprehensible. Creemos que pensar en todos los eventos y las tareas pendientes de nuestra vida nos dará seguridad. Pero es toda una fantasía, y este mismo momento, sin superposición conceptual, es completamente único. Es absolutamente desconocido. Nosotros nunca hemos experimentado este mismo momento antes, y al momento siguiente no será el mismo del que nos encontramos ahora. La meditación nos enseña cómo relacionarnos con la vida directamente, por lo que realmente podemos experimentar en el momento presente, sin superposición conceptual.

No meditamos para estar cómodos. En otras palabras, nosotros no meditamos sentirnos bien todo el tiempo. Me imagino las ondas de choque que pasan a través de ustedes mientras leen esto, porque muchas personas vienen a la meditación simplemente para sentirse mejor. Sin embargo, el propósito de la meditación tampoco es sentirse mal. Más bien, la meditación nos da la oportunidad de lograr una apertura, una atención compasiva ante lo que está pasando. El espacio de la meditación es como el vasto cielo, lo suficientemente amplio como para dar cabida a cualquier cosa que surja.

En la meditación, los pensamientos y las emociones pueden llegar a ser como nubes que llegan y desaparecen. Lo bueno y lo confortable, lo agradable y lo dificultoso o doloroso. Todo esto va y viene. Así que la esencia de la meditación es entrenarse en algo que no es habitual: y eso es quedarnos con nosotros mismos, no importa lo que esté sucediendo, sin poner etiquetas de bueno y malo, correcto e incorrecto, puro e impuro a nuestra experiencia.

Si la meditación fuera simplemente sentirse bien (y creo que todos nosotros en secreto teníamos esa esperanza), a menudo sentiríamos que algo debemos estar haciendo mal. Porque a veces, la meditación puede ser una experiencia difícil. Una experiencia muy común del meditador, en un día típico o un retiro típico, es de aburrimiento, inquietud, dolor en las rodillas .Hasta mentalmente podríamos sentirnos incómodos. En cambio, la meditación trata de una apertura compasiva y de la capacidad de estar con uno mismo en cualquier situación y experiencia. En la meditación, estamos abiertos a lo que la vida presenta. Es tocar la tierra y volver a estar aquí. Si bien algunos tipos de meditación pretenden lograr estados especiales y de alguna manera trascender o elevarse por encima de las dificultades de la vida, el tipo de meditación en que me he entrenado y de la que estoy hablando aquí es para despertar plenamente a nuestra vida…es acerca de cómo abrir el corazón y la mente a las dificultades y a las alegrías de la vida tal como es. Y los frutos de este tipo de meditación son ilimitados.

Cuando meditamos, estamos nutriendo cinco cualidades que empiezan desarrollarse durante los meses y años de práctica. Puede que le resulte útil conectarte con estas cualidades cuando te preguntas, ¿Por qué estoy meditando?

Firmeza

Lo primero que estamos haciendo cuando meditamos es cultivar y nutrir la firmeza para con nosotros mismos. Hablé con alguien sobre esto una vez, y me preguntó: ¿Es ésta firmeza como un tipo de lealtad? A qué estamos siendo fieles? A través de la meditación, estamos desarrollando lealtad hacia nosotros mismos. Esta constancia que cultivamos en la meditación se traduce inmediatamente en lealtad a uno mismo en las experiencias de vida.
Firmeza significa que cuando te sientas a meditar y te permites experimentar lo que está pasando en ese momento, que podría ser que tu mente vaya a cien kilómetros por hora, que tu cuerpo esté retorciéndose, que golpeen tu cabeza, que tu corazón esté lleno de miedo: lo que surja… te quedas con la experiencia. Eso es todo. A veces te puedes sentar allí durante una hora sin lograr nada. Entonces podrías decir que fue una mal sesión de meditación. “Acabo de tener una sesión de meditación mala”. Pero la voluntad de sentarte allí durante diez minutos, quince minutos, veinte minutos, media hora, una hora, todo el tiempo que estuviste allí: este es un gesto compasivo de la fidelidad o firmeza hacia ti mismo.

Tenemos una tendencia a poner una gran cantidad de etiquetas, opiniones y juicios en la parte superior de lo que está pasando. Lealtad, firmeza a ti mismo, significa soltar esas etiquetas u opiniones Así que, en cierto modo, parte de la firmeza es que cuando notas que tu mente va a un millón de kilómetros por hora y estás pensando en todo tipo de cosas, hay algo auténtico que simplemente sucede sin ningún esfuerzo: te quedas con tu experiencia, la aceptas. En la meditación, desarrollas esta cualidad de fomentar la lealtad, la constancia y perseverancia hacia ti mismo. Y a medida que aprendemos a hacer esto en la meditación, nos volvemos más capaces de perseverar en todo tipo de situaciones fuera de nuestra meditación, o lo que llamamos postmeditacion.

Visión clara

La segunda cualidad que generamos en la meditación es ver claramente, que es similar a constancia. A veces a esto se le llama clara conciencia. A través de la meditación, desarrollamos la habilidad de “pescarnos” en situaciones en las que nos endurecemos ante las circunstancias y personas, o de alguna manera nos cerramos a la vida. Empezamos a captar desde el inicio, cadenas de reacciones neuróticas que limitan nuestra capacidad de experimentar alegría o conectarnos con otros. Se podría pensar que estamos sentados en meditación, tan tranquilos y quietos, concentrados en la respiración, que no notamos ni vemos nada. Pero en realidad es todo lo contrario. A través de este desarrollo de la constancia, este aprender a permanecer en meditación, empezamos a cultivar una claridad objetiva de solo ver, sin prejuicios. Los pensamientos vienen, las emociones vienen, y podemos verlos siempre claramente.

En la meditación, te estás moviendo más y más hacia ti mismo, y comienzas a entenderte mucho más claramente. Comienzas a ver claro, sin un análisis conceptual, ya que con la práctica regular, ves lo que estás haciendo, una y otra vez. Pasas la misma película una y otra y otra vez en tu mente. El nombre de la pareja puede ser diferente, el empleador puede ser diferente, pero los temas son un tanto repetitivos. La meditación nos ayuda a vernos con claridad a nosotros mismos y a los patrones habituales que limitan nuestra vida. Comenzamos a ver nuestras opiniones con claridad…nuestros juicios…nuestros mecanismos de defensa. Profundiza la comprensión de nosotros mismos.

Coraje

La tercera cualidad que cultivamos en la meditación ocurre cuando nos permitimos sentarnos en meditación con nuestra angustia emocional. Creo que es importante establecer esto como una cualidad independiente que se desarrolla en la práctica, porque cuando experimentamos estrés emocional en la meditación (y lo haremos), a menudo nos sentimos como que estamos haciendo algo mal. De modo que la tercera cualidad que se desarrolla es la valentía, el surgimiento gradual de coraje. Creo que la palabra gradual aquí es muy importante, ya que puede ser un proceso lento. Pero con el tiempo, desarrollarás el coraje ante el malestar emocional, así como ante las pruebas y tribulaciones de la vida.

La meditación es un proceso de transformación, en lugar de un cambio mágico de imagen en el que tenazmente intentamos cambiar algo de nosotros mismos. Cuanto más y más abiertamente la practicamos, más valentía desarrollamos en nuestra vida. En la meditación nunca sentimos que lo logramos.Sentimos que nos relajamos lo suficiente como para experimentar lo que siempre ha estado dentro de nuestro. A veces llamo a este proceso: gracia transformadora. Porque cuando estamos desarrollando este valor, en el que permitimos que toda la gama de las emociones se produzca, podemos ser tocados por un insight (toque de lucidez, iluminación). Esto no llega por tratar de averiguar lo que está mal en nosotros o lo que está mal en el mundo. Estos momentos de discernimiento provienen del hecho de sentarnos en meditación, lo que requiere coraje… un valor que crece con el tiempo.

Por medio de este valor, se nos da la gracia de un cambio en nuestra visión del mundo, aunque sea muy leve. La meditación nos permite ver algo nuevo que nunca hemos visto antes o entender algo nuevo que nunca hemos entendido. A veces llamamos a estos dones: bendiciones de la meditación. Aprendemos cómo apartarnos de nuestro propio camino el tiempo suficiente como para que haya espacio para que nuestra propia sabiduría se manifieste, y esto sucede porque no estamos reprimiendo más esta sabiduría.

Al desarrollar el coraje para experimentar sufrimiento emocional en el nivel más difícil, podemos estar sentados allí con él, en meditación, sintiendo un gran confort interior. Porque en ese momento, cuando no estamos identificados con esa montaña de emociones, comenzamos a tomar contacto con el sentimiento, la energía subyacente tras las emociones. Comenzamos a dejar de lado las palabras, las historias, lo mejor que podemos, y permanecemos sentados allí. Una parte de nosotros quiere seriamente despertar y abrirse. Experimentar nuestra angustia emocional y cultivar todas estas cualidades de perseverancia, visión clara y valor, realmente sacude nuestros patrones habituales. Por eso la meditación relaja nuestros condicionamientos, afloja la forma en que nos adherimos a ellos, la manera en que perpetuamos nuestro sufrimiento.

Atención

La cuarta cualidad que desarrollamos en la meditación es algo que he estado tocando todo el tiempo, y que es la capacidad de estar despiertos a la vida, a cada momento, tal y como es. Esta es la esencia absoluta de la meditación. Desarrollamos atención a este momento, aprendamos a estar sólo aquí. Y tenemos un montón de resistencia a estar aquí! Cuando empecé a practicar, pensé que no estaba bien. Me tomó un tiempo darme cuenta de que tenía una gran cantidad de resistencia a estar aquí y ahora. Sólo estar aquí; la atención sobre este mismo momento no nos proporciona ningún tipo de seguridad o previsibilidad. Pero cuando aprendemos a relajarnos en el momento presente, aprendemos a relajarnos con lo desconocido.

La vida nunca es predecible. Usted puede decir: Oh, me gusta lo impredecible, pero que esto suele ser cierto sólo hasta cierto punto, siempre y cuando la imprevisibilidad sea sobre algo divertido y aventurero. El aceptar el momento presente y lo desconocido, es algo muy poderoso para los que quieran despertar y abrir su corazón y su mente. El momento presente es el fuego generativo de nuestra meditación. Es lo que nos impulsa hacia la transformación. En otras palabras, el momento presente es el combustible para nuestro viaje personal. Si usted pregunta por qué meditamos, yo diría que entre otras cosas, podemos llegar a ser más flexible y tolerantes con el momento presente.

No es Gran Cosa

La quinta y última cualidad respecto a por qué meditamos es lo que yo llamo un gran problema. Que es lo que quiero decir cuando digo que llegamos a ser flexibles al momento presente.
Sí, con la meditación podemos experimentar visión profunda, o la magnífica sensación de gracia o bendición, o el sentimiento de transformación y el valor recién descubierto, pero entonces: no es gran cosa.

Esta fue una de las más grandes enseñanzas de mi maestro, Chögyam Trungpa Rinpoche: no es gran cosa.

Me acuerdo que una vez fui a él con lo que me pareció una experiencia muy fuerte en mi práctica. Yo estaba muy emocionada, y mientras le estaba contando acerca de esta experiencia, él me solo me miraba. Era una especie de mirada indescriptible, una mirada muy abierta. Y cuando le estaba relatando acerca de esto, me tocó la mano y dijo: “ No es gran cosa”. Él no me estaba diciendo que estaba mal, ni bien. Él me estaba diciendo que estas cosas sucedan y pueden transformar nuestra vida, pero al mismo tiempo que no hiciera tanto escándalo por ello, porque eso lleva a la arrogancia y al orgullo, a una sensación de ser especial. Por otro lado, haciendo mucho escándalo acerca de nuestras dificultades, vamos por la dirección opuesta, que nos lleva a la pobreza, la auto-denigración, y a una baja opinión de nosotros mismo.

La meditación nos ayuda a cultivar este sentimiento de “No es nada del otro mundo”, no como una declaración cínica, sino como un estado de humor y flexibilidad.

Lo vemos todo, y esto nos permite amarlo todo.

Pema Chodron

Traducido por Tahíta de la revista Shambhala Sun ♥

http://comunidadconsciencia.ning.com/group/lotos-de-luz-pema-chodron-thich-nhat-hanh/forum/topic/show?id=6536266%3ATopic%3A411027&xgs=1&xg_source=msg_share_topic

El monje que vive en la cima de un monolito para acercarse a Dios

Maxime-Qavtaradze-_2663663bMaxime Qavtaradze ha estando siguiendo las tradiciones antiguas de los estilitas, o “Santos de pilar”: hombres del mundo bizantino quienes creían que residir encima de pilares los quitaría de la tentación y les daría oportunidad para el rezo y la contemplación.

Alguna vez casa de estilitas, el Pilar Katskhi, un monolito en la cordillera del Cáucaso, había permanecido abandonado por siglos hasta que en 1944 un grupo de escaladores llegaron a la cima y encontraron el esqueleto del último ocupante. El señor Qavtaradze se mudó allí en 1993 después de tomar votos monásticos, y encontró que lo acercaba más a Dios y lo ayudaba a borrar un pasado doloroso.

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La vida solitaria de este monje salió a la luz después de que al fotógrafo neozelandés Amos Chapple se le permitió fotografiar a este hombre y su piedra, pero sólo después de haber pasado cuatro días en intensivos rezos.

Al principio, la vida en el Pilar Katskhi, fue muy dura para Qavtaradze.

“Los primeros dos años no había nada ahí arriba así que dormía en un viejo refrigerador que me protegía del clima”, apuntó el monje de 59 años. Más tarde, simpatizantes cristianos renovaron una capilla en ruinas y construyeron una cabaña para ofrecerle un poco de comodidad básica.

Qavtaradze baja dos veces por semana por una escalera adherida al pilar para rezar en un pequeño monasterio al pie de la torre. La bajada le toma alrededor de veinte minutos de arriesgado terreno. Y depende de las provisiones diarias que le mandan con una polea sus seguidores en tierra.

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[Telegraph]

http://pijamasurf.com/2013/09/el-monje-que-vive-en-la-cima-de-un-monolito-para-acercarse-a-dios/

Describen el ADN más antiguo encontrado fuera del Ártico, de un oso de 400 mil años

Ha sido detectado en Atapuerca, gracias a una novedosa técnica que podría aplicarse también a antiquísimos fósiles humanos, como los del Homo heidelbergensis

Un equipo internacional de científicos ha conseguido reconstruir el genoma mitocondrial completo de un antepasado del oso de las cavernas de hace 400.000 años hallado en Atapuerca (Burgos). Se trata del ADN más antiguo encontrado, aparte de los que han aparecido congelados en los suelos helados del Ártico. El logro ha sido posible gracias a una nueva técnica que podría aplicarse también a antiquísimos fósiles humanos, como los del Homo heidelbergensis.

 


El ADN puede conservarse durante cientos de miles de años en las cuevas, según demuestra la reconstrucción del genoma mitocondrial completo de un antepasado del oso de las cavernas de hace 400.000 años hallado en el yacimiento de la Sima de los Huesos en Atapuerca (Burgos).

El trabajo, con participación española, ha sido liderado por Jesse Dabney y Matthias Meyer, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania).

“Es el ADN más antiguo que se ha encontrado aparte de los que han aparecido congelados en los suelos helados del Ártico”, asegura a SINCJuan Luis Arsuaga, codirector de las excavaciones en la Sierra de Atapuerca y coautor del trabajo, que se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Hasta ahora no se habían hallado secuencias largas de ADN con más de 120.000 años en otros medios que no fueran el permafrost –suelo permanentemente helado–.

“Es el ADN más antiguo que se ha encontrado aparte de los que han aparecido congelados en los suelos helados del Ártico”, asegura Juan Luis Arsuaga.

Próximo objetivo: buscar el ADN de fósiles humanos 

El próximo objetivo de los investigadores será buscar ADN en los fósiles humanos asociados al oso de las cavernas en la Sima de los Huesos, como los del Homo heidelbergensis.

Si se consiguiera, sería el ADN más antiguo de humanos encontrado en el mundo. En la misma Sima se han hallado restos de una treintena de estos homínidos antecesores del neandertal, entre los que se encuentra el cráneo de ‘Miguelón’‎.

Gracias a una novedosa técnica

En el año 2006, la mexicana Cristina Valdiosera demostró la presencia de pequeños fragmentos de ADN mitocondrial en los restos de los osos encontrados en Atapuerca; sin embargo, la clave para los nuevos avances ha sido “la aplicación de una técnica novedosa de extracción de ADN antiguo en la que llevamos trabajando aproximadamente un año”, explica Arsuaga, que también es director científico del Museo de la Evolución Humana (MEH) en Burgos.

El procedimiento empleado por los investigadores permite recuperar ADN muy degradado, gracias a lo que se ha podido reconstruir el genoma mitocondrial a pesar de trabajar con secuencias muy cortas.

“Es un avance metodológico que hace pocos años era impensable y es un ejemplo de lo deprisa que están avanzando los descubrimientos en paleogenómica”, añade el paleontólogo.


Excavaciones en la Sima de los Huesos, en Atapuerca (Burgos). Fuente: MEH.

Excavaciones en la Sima de los Huesos, en Atapuerca (Burgos). Fuente: MEH.
El puzle de las genealogías

Las muestras utilizadas en el estudio corresponden a la parte del genoma que se encuentra en unos orgánulos de las células llamados mitocondrias.

“Los cromosomas del núcleo son los que codifican los caracteres del individuo, mientras que el ADN mitocondrial se utiliza para establecer relaciones evolutivas entre especies, hacer genealogías. Así, podemos estudiar la evolución de los osos de las cavernas”, aclara Arsuaga.

En la investigación han participado los investigadores del Centro Mixto (Instituto de Salud Carlos III-Universidad Complutense de Madrid) de Evolución y Comportamiento Humanos Nuria García y Juan Luis Arsuaga.

Además, han colaborado en la investigación la facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Bangor (Gran Bretaña), el departamento de Anatomía de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda) y el departamento de Arqueología de La Trobe Universidad en Melbourne (Australia), informa el MEH en un comunicado.

Expuestos en el Museo de la Evolución

El Museo de la Evolución Humana de Burgos muestra en el ámbito de la Sima de los Huesos además de los fósiles originales más destacados del Homo heidelbergensis, restos de los osos encontrados, el Ursus deningeri, como dentición, mandíbulas y huesos de las extremidades.

El Ursus deningeri es el antepasado del formidable oso de las cavernas (Ursus spelaeus) típico del Pleistoceno superior, cuyo tamaño era superior al de las más grandes especies actuales y tenía una dieta menos carnívora que los osos pardos (Ursus arctos), con los que también se encuentra emparentado.


Referencia bibliográfica:

Jesse Dabneya, Michael Knappb,c, Isabelle Glockea, Marie-Theres Gansaugea, Antje Weihmanna, Birgit Nickela,Cristina Valdioserad, Nuria Garcíad,f, Svante Pääboa, Juan-Luis Arsuaga and Matthias Meyera.Complete mitochondrial genome sequence of a Middle Pleistocene cave bear reconstructed from ultrashort DNA fragments. PNAS (2013).

CIENTIFICOS AFIRMAN HABER ENCONTRADO EVIDENCIAS DE VIDA EXTRATERRESTRE: BALON ENVIADO AL BORDE DE LA ATMOSFERA RECOGE LOS ORGANISMOS “QUE SOLO PUEDEN VENIR DEL ESPACIO”

Científicos británicos creen que han encontrado pruebas de vida extraterrestre después de enviar un balón al borde del espacio.

El equipo de científicos envió un globo a 27 kilometros en la estratosfera y capturó a los organismos biológicos pequeños que dicen sólo puede haber venido del espacio.

El grupo, encabezado por el profesor Chandra Wickramasinghe astrobiólogo, afirma que las ’semillas de la vida” han sido transportados entre planetas en meteoros que pasan.

El Profesor Wickramasinghe, de 74 años, y su equipo de la Universidad de Sheffield envió un balón especialmente diseñado en la atmósfera por encima de Chester durante la lluvia anual de meteoros Perseidas

El globo llevaba portaobjetos de microscopio estériles que sólo fueron expuestos a la atmósfera a una altura de 27 kilómetros.Cuando el globo cayó a la tierra los científicos descubren algas acuáticas microscópicas en los portaobjetos – que dicen que sólo pueden ser formas de vida alienígena.

Sus hallazgos fueron publicados en un artículo durante los Instrumentos, Métodos yMisiones para la conferencia de Astrobiología en San Diego, EE.UU., el mes pasado.

El Profesor Wickramasinghe dijo: ”entidades biológicas de esta naturaleza no han sido previamente informadas que ocurren en la estratosfera.

“Las entidades varían de una presunta colonia de ultra-pequeñas bacterias a dosorganismos individuales inusuales – parte de un Frustule de diatomeas y una masa de partículas de tamaño micrométrico 200 entrelazados con filamentos de biofilm y biológicos.

Dijo que estos resultados eran evidencia de la teoría de la “panspermia cometaria”.

Esto indica que las ”semillas de la vida” existen en todo el universo y viajan a través del espacio de un planeta a otro. TraduccionMaEl

Imagen de la izquierda muestra un organismo complejo biológico ‘alien’ no identificado con un cuello segmentado conectado a un cuerpo en forma de frasco. A la derecha colapsado organismo ‘alienígena’ con una ‘nariz’ – o cabeza de animal-con 2 aberturas como nariz y un ‘esfínter’ – como apertura en la parte superior.
Cuando el balón volvió a caer a la Tierra los científicos descubrieron las algas acuáticasmicroscópicas en los portaobjetos de microscopio – que dicen que sólo pueden ser formas de vida extraterrestre. Una imagen microscópica interna de una masa alienígena debacterias que se encuentran es la foto de arriba
Los escépticos creen ”entidades biológicas” capturados en la estratosfera podrían haber sido llevadas a gran altura en la atmósfera de la Tierra – y no desde el espacio.

Pero el profesor Wickramasinghe dijo: ’Las entidades biológicas encontradas son partículas de tamaño  y masa relativamente grande.

“Por nuestra comprensión actual de los medios por los cuales dichas partículas pueden ser transferidas desde la Tierra hasta la estratosfera no podrían – en ausencia de una erupción volcánica violenta que ocurre dentro de un día del evento de muestreo – hacer talviaje.

“Si no existe un mecanismo por el cual estas entidades biológicas podrían ser elevadosdesde la Tierra a la estratosfera entonces deben haber llegado desde arriba de laestratosfera y han sido entrantes a la Tierra.”

El matemático británico de origen  Sri Lanka, astrónomo y astrobiólogo es uno de losprincipales proponentes de la teoría de la panspermia cometaria.

Panspermia en griego significa ”semillas en todas partes”.

La teoria de la panspermia afirma que las semillas de la vida se pueden propagar por el espacio de un lugar a otro. y que la vida en la Tierra pudo haberse originado a través de este proceso.

Se requiere que los meteoritos que impactaron desde la superficie de un planeta serviran para actuar como vehículos de transferencia para la difusión de material biológico de un planeta a otro.TraduccionMaEl

FUENTEMaEl 11Sept-2013 DailyMail

Investigar no es “jugar a ser Dios”, sino creación continua

En la posibilidad que tiene el hombre de realizar decisiones libres es donde mejor se expresa el ser específicamente humano

Cuando se produce un importante descubrimiento, especialmente en el caso de las ciencias biológicas, los partidarios de frenar la investigación de este tipo suelen señalar que el hombre está jugando a ser Dios, está tratando de suplantar a Dios en la creación. Sin embargo, un análisis más detallado del concepto de investigación en relación a la creación y de la función que Dios y el hombre juegan en esta última puede llevar a proclamar que la investigación, entendida como la misión co-creadora del hombre, no representa ninguna idea peligrosa. Por Eduardo García Peregrín.

Imagen: Alexey Stiop. Fuente: PhotoXpress.

Imagen: Alexey Stiop. Fuente: PhotoXpress.
El concepto de investigación es enormemente amplio, ya que se trata de una característica fundamental inherente a la propia condición humana. Si el universo entero está transido de la capacidad de invención, el hombre mucho más. El hombre es ese ser en perpetua búsqueda de su humanidad y del secreto que ella encubre, pero eso será siempre un enigma que forma parte de nuestra vida y con el que tendremos que aprender a convivir en nosotros, en los demás, en el mundo y respecto a Dios.En este último sentido, es importante subrayar que Dios es un Dios que tiene algo que decir al hombre o sobre el hombre; que tiene algo que pedirle que haga y que espera algo de él. Dios es ante todo Padre. Y esa cualidad paternal de Dios es lo que sirve de fundamento a su acción creadora, lo cual significa que la creación es ante todo la expresión de un amor gratuito del Creador y no un alarde exhibicionista.

¿Qué se entiende por crear?

Durante mucho tiempo, el concepto de creación fue interpretado como producción de algo a partir de la nada, en el marco de una cosmovisión estática. La llegada de la teoría de la evolución representó el comienzo de una nueva era en la comprensión del universo y de nuestro propio ser. Sin embargo, como señala Ruiz de la Peña, (“Teología de la creación”, Sal Terrae, Santander, 1988), “con el evolucionismo, el mundo y los seres en él contenidos se ponen en movimiento; ya no es posible pensar el universo como una magnitud estática que, construida una vez, persiste en la existencia sin que nada nuevo ocurra”.

¿Cómo concebir hoy la creación en un mundo en evolución? ¿Y cual es el papel de Dios y del hombre? En este sentido, se suelen distinguir varios niveles de creación que, en resumen, son los siguientes.

La “creatio ex nihilo”

El Diccionario Ideológico de la Lengua Española define el término creación como “acto de crear o sacar Dios una cosa de la nada”, considerando a Dios como el Creador por antonomasia. De acuerdo con esta definición se considera creación a la llamada comúnmente “creatio ex nihilo”, expresada en la Biblia con el término hebreo bará. Crear (bará) es ante todo constituir algo distinto de Dios. Pero también es hacer algo enteramente separado y distinto de todo lo anterior.

Ese es uno de los sentidos de la “creatio ex nihilo”: la realidad creada no viene precedida por un modelo del que lo creado sería una copia. La creación no se hace mediante un dictado en el que nosotros seríamos meros repetidores. Por otra parte, al hablar del mundo como creación de Dios, estamos considerando mundo a todo lo que existe fuera de Dios. Según la Escritura, la idea de Dios como Creador tiene que extenderse a todos los seres distintos del propio Dios y existentes en la realidad.

En 1929, E. Huble observó que las galaxias distantes se están alejando de nosotros, lo cual fue interpretado como que el universo entero se encuentra en fase de expansión. Estas observaciones sugerían que hubo un momento, el llamado big bang, en que el universo era infinitesimalmente pequeño e infinitamente denso y caliente.

Fue el momento del inicio del universo: una gran explosión o explosión inicial, así como el inicio del tiempo hace unos quince mil millones de años. ¿Cómo relacionar estas dos visiones de la creación? Esta pregunta forma parte de otra mucho más amplia: ¿Cómo relacionar la teología con la ciencia?

Por mencionar sólo un ejemplo de oposición a la idea del origen divino de la creación podemos citar al científico S. Hawking que, en su reciente obra “El gran diseño” (Crítica, Barcelona, 2010), escribía: “Mucha gente a lo largo de los siglos ha atribuido a Dios la belleza y la complejidad de la naturaleza que, en su tiempo, parecían no tener explicación científica.

Pero así como Darwin y Wallace explicaron cómo el diseño aparentemente milagroso de las formas vivas podía aparecer sin la intervención de un Ser Supremo, el concepto de multiverso puede explicar el ajuste fino de las leyes físicas sin necesidad de un Creador benévolo que hiciera el universo para nuestro provecho… No hace falta invocar a Dios para entender las ecuaciones y poner el universo en marcha”.

Otros autores defienden la independencia de la ciencia y la teología como dos ámbitos de investigación separados. Así, la Academia Nacional de Ciencias de USA publicó un folleto en 1984 resaltando que “la religión y la ciencia son ámbitos separados y mutuamente excluyentes del pensamiento humano; su presentación conjunta en un mismo contexto conduce a una comprensión equivocada tanto de las teorías científicas como de las creencias religiosas”.

El paleontólogo S. J. Gould describe la ciencia y la religión como ámbitos independientes con el término “magisterios no solapables”. Para Gould, el magisterio de la ciencia abarca el ámbito de lo empírico: de qué se compone el universo (hechos) y por qué funciona de la manera que lo hace (teoría), mientras que el magisterio de la religión abarca las cuestiones del sentido último y de valoración moral. Se trata, pues, de dos magisterios que no se solapan ni se superponen.

Algunos autores (A. Peacocke y J. Polkinghorne) defienden un diálogo en el que la ciencia y la teología tienen algo que decirse una a otra sobre aquellos fenómenos en que ambas están interesadas, fundamentalmente sobre la inteligibilidad y la contingencia del universo.

Sin embargo, ninguna de las posibles relaciones entre la ciencia y la religión nos sirven para demostrar inexorablemente que Dios es el autor de la “creatio ex nihilo” del universo… pero tampoco nos sirve para lo contrario. Dios no entra propiamente en el horizonte de la ciencia y, por eso, la ciencia no puede pronunciarse al respecto. Dios no sirve para “explicar” científicamente nada en el orden de lo material, ni el origen del universo, ni el calentamiento global, etc. Pero tampoco la ciencia puede “explicar” por qué existe lo que hay y si tiene algún sentido para nosotros. Dios seguirá siendo siempre un misterio.

La “creatio continua”

La publicación en 1859 del libro de Darwin “El origen de las especies” representó el comienzo de una nueva era en la comprensión del universo y de nuestro propio ser. Darwin propuso que también la vida biológica se rige por unas normas naturales, por lo que el origen de las especies e incluso el origen del ser humano podían comenzar a ser explicados por un proceso ordenado de cambio regido por leyes que la ciencia puede formular y describir. Había nacido la teoría de la evolución.

Las Iglesias tardaron bastante tiempo en dejar de luchar contra la evolución o en ignorarla. Según la mayoría de sus antiguos puntos doctrinales, la creación fue un acto momentáneo de Dios en el principio, que originó el universo entero y todo cuanto hay en él. Sin embargo, el descanso del séptimo día de la creación no puede significar que Dios ya no sigue activo sino únicamente que no sigue creando nuevas especies de criaturas. Pero su obra necesita claramente una continuación en la medida en que las criaturas están dependiendo de que Dios las conserve y las gobierne.

La doctrina del concurso divino en las actividades de las criaturas supone, por una parte, que las criaturas no dependen sólo de sí mismas en sus actividades y, por otra, que el influjo de Dios en ellas no excluye su autonomía. La existencia autónoma de las criaturas responde a la actuación conservadora de Dios. Pero el concurso de Dios en la actuación de las criaturas no ha de implicar la supresión de su autonomía como principio de sus actos.

La evidencia científica del proceso evolutivo hizo que muchas creencias, tanto científicas como teológicas, tuvieran que revisarse profundamente. Así, el discurso cristiano sobre la creación se ha enriquecido con el concepto de “creatio continua”, una creación que se va desplegando a lo largo de la historia cósmica. Se trata de otra modalidad de creación, de otro modo divino de dar el ser a las cosas. La Escritura atestigua ampliamente que Dios quiere conservar el mundo que ha creado, incluyendo sobre todo el cuidado que a cada una de las criaturas le dispensa en el tiempo oportuno.

Nuestro universo evolutivo está marcado por la lenta pero constante emergencia de nuevas realidades. Lo nuevo no se puede deducir de lo antiguo. Lo inicial no contiene necesariamente lo más reciente. La creación evolutiva no está terminada desde el principio; está aun emergiendo.

Como muy bien ha señalado I. Barbour en su obra “El encuentro entre religión y ciencia. ¿Rivales, desconocidas o compañeras de viaje?” (Sal Terrae, Santander, 2004), “Dios ha dotado a las cosas del mundo con potencialidades creadoras que se van revelando sucesivamente, aunque sólo se actualizan cuando se dan las condiciones adecuadas. Los sucesos no acontecen según un plan predeterminado, sino con impredecible novedad. Dios experimenta e improvisa, en un proceso siempre abierto de creación continua”.

Lógicamente, este modo de pensar tiene fuertes detractores como el biólogo R. Dawking y el filósofo D. Dennet. Para el primero, el darwinismo puede explicar perfectamente cómo ha surgido la complejidad en el mundo biológico (uno de los argumentos teístas); por tanto, Dios es una hipótesis innecesaria: el mundo de explica por sí mismo y Dios no existe (Cf. “El espejismo de Dios”, Espasa, Pozuelo de Alarcón, 2007).

Dennet, en una entrevista publicada en “Der Spiegel” en 2005, consideraba que Darwin impugnó la necesidad de Dios con su teoría de la selección natural y que el papel de Dios ha quedado empequeñecido a lo largo de la historia de manera que “ya no tenemos a Dios como creador ni como legislador, sino a un Dios reducido al papel deslucido de un maestro de ceremonias. Cuando Dios es el maestro de ceremonias y no desempeña ningún papel más en el universo, se convierte en una suerte de disminuido, incapaz de intervenir en nada”.

En resumen, cualquiera que sea la relación entre la evolución y la religión, dejando aparte lógicamente al conflicto, lo que parece claramente aceptable es que Dios no ha creado desde el principio un mundo perfecto y acabado, sino que la idea actual es que el mundo se ha transformado de un mundo del ser a un mundo del llegar a ser. En esa transformación, Dios no se autoimpuso sino que, más que como hacer, parece actuar permitiendo que las cosas ocurran, mediante un proceso de unión.

La “creatio appellata”

La relación entre invención y libertad creadora nos lleva a una tercera consideración acerca de la creación. Como hemos visto, la dependencia del Creador no significa la alienación de la criatura sino su liberación. Las acciones de la criatura no son atentados contra la obra del Creador, sino que pueden ser consideradas como prolongaciones de dicha obra, previstas y queridas por el propio Creador. Como escribe Ruiz de la Peña, (“Creación, gracia y salvación”, Sal Terrae, Santader, 1993), “Dios entrega al hombre el mundo recién surgido a la existencia para que aquel, en su calidad de «imagen» lo conduzca a su consumación”.

Pero esta consumación tiene un sentido: lo que Schmitz-Moormann (“Teología de la creación en un mundo en evolución”, Verbo Divino, Estella, 2005) ha llamado la “creatio apellata”, es decir, la creación llamada a acercarse. Para este autor, la idea básica es que el universo es llamado por Dios a salir de la nada hacia Él. El proceso del llegar a ser es la respuesta de la creación.

Sólo de un Dios cuyo ser es pura y simplemente amor, puede predicarse la creación, la puesta en existencia de lo distinto de sí como algo querido libremente y, por lo tanto, digno de ser amado por ser distinto. Descubrir el amor como la fuerza creativa fundamental abre una nueva visión que podría considerarse como una forma muy adecuada para explicar la actuación de Dios.

Citando de nuevo a Schmitz-Moormann, “la amorosa llamada de Dios se podría considerar, teológicamente hablando, como la fuerza conductora de la creación y, por lo tanto, de la evolución”.

La “creatio libera”Siguiendo una vez más a Schmitz-Moormann, podemos decir que “la historia de la evolución es la historia del llegar a ser de la libertad, que se hace cada vez más prevalente en la historia del universo”. La libertad no es un don que Dios ha dado únicamente al hombre, sino que ha ido evolucionando hasta que, con su capacidad de reflexión, el ser humano sabe que es libre y que decide por sí mismo lo que quiere hacer o no, de una manera responsable. La creación alcanza en el ser humano la capacidad de responder o rechazar libremente el ofrecimiento divino del amor: nace así lo que se ha llamado “creatio libera”.

El dilema entre predestinación y libertad no se ha llegado a resolver racionalmente. Quizás no sea esta la ocasión para profundizar en el sentido teológico de la libertad y de su relación con la providencia divina, pero sí de resaltar que parece absurdo que Dios haga existir criaturas distintas de Él para después anularlas por reabsorción, o que las hiciera activas para después eliminar su actividad.

Como ha escrito recientemente A. Torres Queiruga (“La providencia hoy: autonomía humana y creación por amor”, Iglesia Viva, 254 (2013) 25-48) “tomar en serio la creación, como acción libre y amorosa de Dios, significa comprender que sólo tiene sentido para que la creatura sea ella misma… La experiencia y la convicción de la creación-continua-por-amor deben mantenerse siempre como guía última de la reflexión teológica”. Son los mismos conceptos de que hemos hablado hasta ahora: “creatio”, “continua”, “apellata” y “libera”.

Actuación del hombre en la continuación de la creación

La investigación, en general, ha tenido siempre una difícil relación con el hombre que es su creador. Por una parte, el hombre se sirve de la investigación y la utiliza para su progreso, pero eso conlleva una dependencia cada vez mayor de ella y de su propio avance. Por otra parte, la misma investigación pone de manifiesto de forma clara los graves daños que se pueden derivar de ella, tanto para el propio hombre como para su entorno.

El que predomine un punto de vista o el contrario va a condicionar la posición que la humanidad o parte de ella tome frente a esta investigación. Desde siempre se ha aceptado el hecho de que la tendencia a la investigación es una característica innata del hombre; el hombre se ha distinguido de los animales por su capacidad de creación y de comunicación derivados del poder de su consciencia y de su imaginación. Veamos ahora como podemos relacionar esta tendencia innata a la investigación con la colaboración en la obra del Creador bajo sus diferentes aspectos.

La investigación y la “creatio continua”

Si consideramos este universo como un proceso de llegar a ser mediante la unión, hay que tener presente que los niveles más elevados del ser no se alcanzan a medida que la cantidad de materia es mayor, sino que, de hecho, la evolución ha tenido lugar contra todas las probabilidades aparentes, de manera que la materia realmente importante presenta rasgos de una cierta rareza.

Este es el caso de la conciencia, que aparece como algo insólito en el universo. Pues bien, el ser humano dotado de esa conciencia es el punto más alto del proceso evolutivo o, si lo queremos expresar con otras palabras, de la “creatio continua”.

Somos los únicos seres vivos que conocemos los motivos de nuestras acciones, por lo que la supervivencia del planeta vivo dependerá de las decisiones de los hombres. Por lo que hasta ahora conocemos, ninguna otra especie de ser vivo puede asumir esa responsabilidad.

Desde una visión antropológica de la creación, si toda ella está llena de una capacidad para la invención, el hombre lo está mucho más. Por eso cada ser humano se convierte en lo que Hefner ha llamado “creado co-creador” junto a Dios, desde su condición de creatura.

Como muy bien lo expresa A. Gesché, (“El hombre”, Sígueme, Salamanca, 2002) “creado creador, el hombre tiene la misión de culminar el anhelo de la creación entera. Tal es su estatuto. El derecho y el deber de una libertad de invención, él los va a ejercer en una triple dirección: con respecto al cosmos, a sí mismo y a Dios”.

a) Respecto al cosmos

El descanso de Dios en el séptimo día de la creación sugiere que, en adelante, otro toma su relevo como creador. Dios le pasa el relevo a Adán cuando le encarga que le ponga el nombre a todas las cosas. Por otra parte, Dios puso a Adán en el jardín para que lo trabajara y no sólo para que lo contemplara, lo cual sugiere que la creación es inmediatamente confiada al hombre.

Y la idea de trabajo indica invención, no sólo gestión de algo ya acabado. La creación no estaba acabada, sino que necesitaba que otro actuara como co-creador. El mundo no está totalmente hecho. Dios nos deja la responsabilidad de acabarlo. Dios creó la creación como algo que tiene que seguir siendo inventado, y donde el hombre tiene que desempeñar su misión de co-creador, dándole todo su sentido.

b) Respecto a sí mismo

Nosotros hemos sido puestos en el ser por Dios para llegar a ser lo que somos. Esta es la importancia del haber sido hechos así. Hemos recibido una propuesta divina. La libertad creadora de Dios llega hasta a confiarnos a nosotros mismos en nuestras manos. Por eso, el hombre es un ser moral.

Su libertad no la ejerce sólo frente al universo y a las cosas, sino también en su propio universo. Puesto que esta libertad le ha sido dada por Dios, el hombre no debe tener miedo a ella. Al contrario, como es un don dado sin condiciones, constituye una vocación a ser creadora e inventiva. El hombre ha sido creado autónomo, no autómata. Por eso podemos decir que tenemos la vocación de ser creados co-creadores, hemos de co-engendrarnos.

c) Respecto a Dios

Esto parece más fuerte, pero es así como el hombre adquiere su auténtica medida. Para Levinas, “es ciertamente una gran gloria para el Creador haber puesto en pie a un ser capaz del ateismo”. A. Peacocke habla, en este sentido, de la autolimitación de un Dios que sufre con el mundo. En una obra coordinada por J. Polkinghorne, (“La obra del amor. La creación como kénosis”, Verbo Divino, Estella, 2008), se destaca cómo Dios no ha querido imponerse, sino que ha aceptado la kénosis de sí mismo en la creación, creando un universo ambiguo en el que el hombre deberá construir su vida libre y creativamente.

En el mismo libro, G. Ellis considera que el diseño del universo es kenótico: Dios ha renunciado a imponer su presencia ocultándose, pero no de una manera absoluta ya que hay un equilibrio entre ocultamiento y manifestación que hace posible que los seres humanos puedan acceder a Dios. Eso significa que el hombre tiene una libertad creadora y no sólo una capacidad para imitar, que el hombre ha sido pensado para ejercer su vocación de libertad como el sentido y el objetivo de su existencia.

En resumen, el hombre no ha sido simplemente causado sino que ha sido creado causa. El hombre ha sido creado para crear, con el deber de cumplir así su función de criatura. Podemos decir que la evolución espera al hombre creado creador para que le de todo su sentido.

Esta es su grandeza. Este es el sentido y la vocación de la investigación para Teilhard de Chardin (“Ciencia y Cristo”, Taurus, Madrid, 1968): “Hemos de decidirnos a admitir, por la presión de los hechos, que el Hombre no está todavía terminado en la Naturaleza, no está todavía completamente creado, sino que, en nosotros y en torno a nosotros, sigue todavía en plena evolución… El hecho de que la Investigación invada cada vez más la actividad humana no es fantasía, ni moda, ni azar: se trata rotundamente de que el Hombre, al hacerse adulto, se ve irresistiblemente impulsado a tomar las riendas de la evolución de la Vida sobre la Tierra, y la Investigación es la expresión misma (en estado reflexivo) de ese esfuerzo evolutivo, no solamente para subsistir, sino también para ser más; no solamente para sobrevivir, sino para supervivir irreversiblemente”.

O como también podemos decir siguiendo a Gesché (o. c.): “Está claro que el secreto bíblico y teológico de este término consiste en que el hombre ha sido creado creador, provisto de derechos y de deberes de invención y de libertad. Y de invención y libertad creadoras, en las que no hay nada que temer de un Dios que, por el contrario, prescribe, por así decir, el ejercicio de esa invención creadora”.

 

Imagen: KaYann. Fuente: PhotoXpress.

Imagen: KaYann. Fuente: PhotoXpress.
La investigación y la “creatio apellata”

Etimológicamente, la palabra responsabilidad está relacionada con el término latino “respondere”, es decir, responder, tener capacidad para dar una respuesta. La responsabilidad, en efecto, es la manifestación peculiar del ser personal y va ligada al ser de la persona por una correlación esencial.

La persona se vive a sí misma como responsable de sus actos. Como ha expresado muy bien J. L. Ruiz de la Peña (“Imagen de Dios. Antropología teológica fundamental”, Sal Terrae, Santander, 1988): “Al crear al hombre, Dios no crea una naturaleza más entre otras, son un tú; lo crea llamándolo por su nombre, poniéndolo ante sí como ser responsable (=dador de respuesta), sujeto y «partner» del diálogo interpersonal. Crea, en suma, no un mero objeto de su voluntad, sino un ser co-rrespondiente, capaz de responder al tú divino porque es capaz de responder del propio yo. Crea una persona”

Por otra parte, al pretender estudiar el tema de la responsabilidad en la investigación podemos plantearnos interrogantes diversos aunque complementarios: la responsabilidad ¿de quién? ¿respecto a qué? ¿ante quien? A la primera pregunta, podríamos contestar que la responsabilidad es de todos, por lo que no se puede desvincular la responsabilidad de los científicos y de los técnicos respecto a la de los políticos y a la de los intelectuales, incluso, a la del conjunto de los ciudadanos. ¿Respecto a qué?

Esta pregunta es más difícil de responder; puede ser fácil decir responsabilidad respecto a la destrucción del planeta Tierra, pero será más difícil de precisar si se trata de una responsabilidad sobre una vida plenamente humana o a la responsabilidad frente a la dignidad humana, ya que estos últimos conceptos no son tampoco tan fáciles de precisar. Por último, la pregunta ¿ante quién? tiene una respuesta más simple: ante uno mismo, es decir, ante su propia conciencia, y ante los demás hombres, es decir, ante los que nos precedieron, los presentes y los que nos sucederán.

Una de las características de la sociedad actual, especialmente de la occidental, es que pretende utilizar rápidamente los beneficios de la investigación, sin querer asumir sus consecuencias, sus riesgos y sus posibles errores. Sin embargo, el verdadero investigador no sólo es aquel que sabe todo lo que puede hacer técnicamente, sino el que es capaz de autocensurarse y no llevar a cabo lo que sabe que es perjudicial para el ser humano y para el conjunto de la humanidad.

El derecho a la autorregulación del investigador tiene que ser ganado mostrando al público que, con su proceder, está asegurando una investigación absolutamente honesta. Y la honestidad que se espera del investigador no consiste únicamente en la veracidad en la descripción de los hechos, sino en la responsabilidad intelectual cuando tiene que tomar postura ante determinadas situaciones o hechos concretos.

Hoy día, nos encontramos en una situación en la que el hombre no posee la sabiduría suficiente para conocer las consecuencias de sus acciones, pero en la que tampoco cree en la existencia de valores absolutos y de verdades objetivas. La sabiduría nos es más necesaria cuando menos creemos en ella.

Como escribía H. Jonas (“El principio de responsabilidad. Ensayo de una ética para la civilización tecnológica”, Herder, Barcelona, 2004): “Así, pues, si la nueva naturaleza de nuestra acción exige una nueva ética de más amplia responsabilidad, proporcionada al alcance de nuestro poder, entonces exige también -precisamente en nombre de esa responsabilidad- una nueva clase de humildad. Pero una humildad no debida, como antes, a nuestra insignificancia, sino a la excesiva magnitud de nuestro poder, es decir, al exceso de nuestra capacidad de hacer sobre nuestra capacidad de prever y sobre nuestra capacidad de valorar y de juzgar”.

Los criterios fundamentales por los que hasta ahora se ha regido la investigación son el de competitividad y el de productividad. Sin embargo, si queremos construir otro tipo de sociedad más responsable tendremos que ir cambiando los criterios de evaluación e ir asumiendo que los criterios de moralidad y de política no son sólo complementarios sino fundamentales a la hora de evaluar la transformación técnica de la vida humana.

Todos sabemos el carácter humanizador que pueden tener las nuevas tecnologías, pero también somos conscientes de los peligros que encierran. La manera de atajar este problema consistiría en eliminar la miseria y la ignorancia de la sociedad y aumentar el grado de desarrollo, de educación y de cultura de esa misma sociedad. De ahí nace un nuevo aspecto para nuestra responsabilidad investigadora: la utilización de las nuevas tecnologías derivadas de la actual investigación para lograr un mundo en el que exista una mayor igualdad, una mayor felicidad, una mayor solidaridad… un mayor amor.

Todo ello nos lleva a descubrir el amor como la fuerza creativa fundamental y abre una nueva visión que puede considerarse como la forma mas adecuada para que el hombre actúe junto a Dios. De este modo, parafraseando a Schmitz-Moormann, podríamos decir que la llamada amorosa de Dios, la “creatio appellata”, sería la fuerza conductora de la creación y la manera en que el hombre puede actuar como continuador de su obra creadora mediante la investigación.

La investigación y la “creatio libera”

Pasemos ahora a plantearnos un posible interrogante. El hombre creado co-creador ¿puede actuar con total libertad frente a su Creador o está subordinado a la voluntad de Dios? Como hemos visto anteriormente, el ha sido pensado y puesto en el mundo para ejercer su vocación de libertad y el objetivo de su existencia.

Pero se trata de una libertad creadora y no simplemente la capacidad de imitar. La libertad creadora es mucho más que una simple libertad. Es una libertad de pleno derecho y de pleno deber, es una libertad constructora, no simplemente imitadora.

La libertad de investigación es un derecho humano fundamental, uno de los llamados derechos civiles y políticos, y en tanto que tal, primario e inviolable. De aquí que la defensa de la libertad de investigación sea el primer imperativo del “ethos” de un investigador, ya que estará defendiendo, en último extremo, un patrimonio de la humanidad.

La naturaleza bipolar de la moderna investigación (hacia lo bueno y hacia lo malo) ha lanzado la pregunta de si el mundo, dominado por el hombre hasta ese punto, es más humano o, por el contrario, esa investigación revierte contra el mismo hombre. El gran interrogante es si el proyecto de dominio humano del mundo se ha convertido en un dominio de la Ciencia sobre el mismo hombre.

Probablemente, en su famoso imperativo categórico, Kant incluía en toda la humanidad al conjunto de los seres vivos existentes en un determinado momento, pero no a los muertos ni a los no nacidos, a pesar de su reconocida sensibilidad hacia las generaciones futuras. En la actualidad, la importancia de estas generaciones futuras es máxima.

Esto significa, entre otras cosas, que proteger el mundo de hoy para que las condiciones de su existencia permanezcan intactas lleva consigo protegerlo, en su vulnerabilidad, contra cualquier amenaza que puedan modificar tales condiciones. Por este motivo, H. Jonas (o. c.) considera que en el imperativo categórico de Kant hemos de introducir no sólo a la Humanidad presente sino también a la futura.

De este modo escribe: “Un imperativo que se adecuara al nuevo tipo de acciones humanas y estuviera dirigido al nuevo tipo de sujetos de la acción diría algo así como: «Obra de tal modo que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida auténtica en la Tierra»; o, expresado negativamente: «Obra de tal modo que los efectos de tu acción no sean destructivos para la futura posibilidad de esa vida»; o, simplemente: «No pongas en peligro las condiciones de la continuidad indefinida de la humanidad en la Tierra»; o, formulado una vez más positivamente: «Incluye en tu elección presente, como objeto también de tu querer, la futura integridad del hombre”.

A medida que van avanzando los conocimientos científicos y de todo tipo se va haciendo más necesaria una reflexión personal que intente, no detenerla, sino ponerla al servicio del propio hombre. Todo progreso lleva consigo alguna forma de dominio y, por lo tanto, de señorío del hombre sobre su entorno.

Los grandes avances en la moderna investigación están presentando al hombre de ciencia dos alternativas extremas: ponerla al servicio de la dignidad de las personas o conducir a un antihumanismo de corte tecnocrático. Y es en la posibilidad que el hombre tiene de elegir entre esos dos polos tomando decisiones libres donde se expresa de modo más claro el dominio específicamente humano, es decir, donde se define el hombre como señor y como dueño de sus propios actos, de tal modo que los ponga al servicio de las mejores posibilidades de elección.

Nos encontramos así con que la libertad de investigación dada al hombre conduce toda la creación de tal modo que Dios parece haber eliminado cualquier presión que lleve a la evolución en un determinado sentido. Siguiendo de nuevo a Schmitz-Moormann, “lo mínimo que podríamos decir es que el Creador parece mucho más interesado en su deseo de ver que la libertad evolucione libremente que en imponer su voluntad sobre la creación.

Es entonces cuando comienza a cobrar sentido la enorme cantidad de desechos que hay en el universo”. La “creatio libera” fue más importante para el Creador que el hecho de imponer su voluntad ordenándolo todo, de tal modo que asumió la aparición del mal en la evolución para que la libertad pudiera alcanzar el nivel de la libertad humana, puesta de manifiesto en su colaboración en esa misma creación.

Conclusión

Se suele aceptar que la forma normal en que Dios interactúa con este universo es sosteniendo su creación en su camino hacia niveles superiores de complejidad y de conciencia mediante la llamada creadora del amor. Dios llama al universo a salir de la nada para que sea cada vez más semejante e Él.

Para ello, Dios no deja de ser creador, sino que su creación se convierte en una co-creación en la que interviene el hombre. En ella, la investigación llevada a cabo por el hombre, considerada como una colaboración en la obra creadora de Dios, como colaboración en la “creatio continua”, en la “creatio appellata” y en la “creatio libera”, no sólo no es una idea peligrosa sino que, al contrario, se convierte en el cumplimiento de la misión y de la vocación que el hombre tiene encomendadas en su vida.

Pero llevadas a cabo con una profunda ética de la responsabilidad no sólo presente sino también futura. La libertad creadora de Dios llega hasta fiarse de nosotros mismos, de nuestras manos, de nuestra propia libertad. Una libertad que significa responsabilidad creadora para inventar lo mejor, para que el hombre pueda realizarse como persona hecha a imagen y semejanza de Dios.

Por eso el hombre no debe tener miedo al poder de la libertad creadora: le ha sido dada por su propio creador. En la posibilidad que tiene el hombre de realizar decisiones libres es donde mejor se expresa el ser específicamente humano. Y la colaboración en la creación, que llega a ser “capax Dei” en el ser humano, está llamada a responder al Creador con el amor. Esa es la grandeza de la investigación.

Eduardo García Peregrín es Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada, Académico y colaborador de la Cátedra CTR.

Transgénicos en Zambia: posiciones firmes

 

Tanto el cultivo y la importación, así como los alimentos y otros productos modificados genéticamente están prohibidos desde 2002.

 

¿Están los OMG permitidos en el país? ¿Se pueden cultivar?

Los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) no son en absoluto permitidos en Zambia. Tanto el cultivo y la importación, así como los alimentos y otros productos modificados genéticamente están prohibidos desde 2002.

¿Por qué no se permiten los cultivos transgénicos?

Los cultivos GM se ofrecieron como ayuda alimentaria por primera vez a Zambia en 2002 por Estados Unidos. Zambia rechazó la ayuda y envió un equipo de investigadores para estudiar el impacto de los cultivos transgénicos en otros países.

Después de terminar su estudio, los investigadores recomendaron prohibir los transgénicos debido a la “incertidumbre científica” sobre los efectos de los OMG en los seres humanos, los animales y el medio ambiente, según el ministro de agricultura, Mundia Sikatana.

Una excepción fue hecha en 2005 como ayuda alimentaria, debido a la situación que vivía el país.

¿Están los OMG etiquetados de alguna manera?

No. El Control de Semillas y Certificación fue creado en 2009, pero en este momento no tiene la tecnología para la prueba de la modificación genética.

http://www.lagranepoca.com/29353-transgenicos-zambia-posiciones-firmes