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domi El árbol del conocimiento (y una manzana que nunca existió)


En mayor o menor medida todos podemos ubicarnos imaginariamente en el Jardín del Edén, donde dos árboles míticos desencadenaron la primera polémica del Antiguo Testamento. Por supuesto, nos referimos alÁrbol del Conocimiento del Bien y el Mal y alÁrbol de la Vida.

El Génesis anuncia que una severa prohibición pesaba sobre Adán y Eva, cuya desobediencia también es conocida por todos. Lo que pocos saben es que Dios no los expulsó del paraíso por trasgredir su mandato al comer del Árbol del Conocimiento, sino para evitar que lapareja comiera también del Árbol de la Vida y con ello igualar su poder.

Pero no nos apresuremos.

La cronología del mito bíblico del Edén (Génesis) explica cómo Dios creó al primer hombre, Adán, y lo ubicó en un jardín idílico. Antes de que Eva fuese creada, Dios le explicó a Adán que de hecho podía comer las frutas de todos los árbolesexcepto de los que ya mencionamos. Eva, que aún no existía, presumiblemente desconocía esta orden primordial.

Acto seguido se desarrolla la trama de la tentación. La serpiente se arrastra sigilosamente hacia Eva y la incita a probar la fruta del Árbol del Conocimiento. Contrariamente a lo que se cree, la serpiente no apela a la mentira para convencerla, sino a la pura verdad: si ella y Adán prueban el fruto prohibido conseguirán algo que hasta entonces no poseían: el conocimiento; es decir, la consciencia del ser, de existir; y con ella la tan debatida vergüenza que experimentan al advertir su desnudez frente a Dios.

Y el Señor, que todo lo vé pero que opera como si no lo viese, se presentó ante la pareja y la expulsó del Edén, menos como castigo por su imprudencia que para evitar que también comieran del Árbol de la Vida.

Para sellar el exilio Dios colocó a dos querubines para que custodiaran el acceso oriental al Edén y una espada flamígera para persuadir a los incautos que intentaran regresar.

Ahora bien, ¿qué representa el Árbol de la Vida y aquel fruto prohibido queAdán y Eva jamás probaron? Probablemente se trate de una representación de la eternidad, de la inmortalidad. Previo al escándalo de la trasgresión, Dios nunca les promete la vida eterna; de modo que es presumible que el fruto del Árbol de la Vidafuese un don relacionado con la inmortalidad.

¿Y cuál es aquel Conocimiento que se hallaba en la pulpa de la fruta prohibida? Si tomamos en cuenta la actitud posterior de Adán y Eva, el conocimiento adquirido es un conocimiento moral. Hasta entonces ambos eran incapaces de identificar el Bien y el Mal, y mucho menos de juzgar si un hecho era bueno o malo en sí mismo, por ejemplo, estar desnudos en presencia del Señor.

Ahora bien, aquí nos vemos envueltos en una paradoja exquisita. Si Adán y Eva no eran conscientes de las consecuencias de sus actos, la trasgresión del fruto prohibido es completamente irrelevante y hasta inexistente, pues ninguno de los dos actuaba conforme a malas intenciones. Recién cuando la trasgresión se consuma sienten el primer atisbo moral: vergüenza, y con ella la comprensión del acto de desobediencia que habían cometido.

Incluso el nombre del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal es una figura retórica por la cual los opuestos se utilizan juntos para dar una idea de totalidad (por ejemplo: Soy el principio y el finel alfa y el omega, etc); de modo que podríamos traducir su sentido como Árbol del Conocimiento Total.

En El libro de las revelaciones el Árbol de la Vida vuelve a aparecer. Allí se dice que al vencedor se le dará la fruta del árbol que está «en medio del paraíso de Dios». (Apocalipsis 2:7). Adicionalmente se lo ubica en medio de la calle principal del Edén, cuyo nombre no ha trascendido.

Otra reaparición de los árboles del paraíso se produce en el polémico Libro de Enoc; donde se detalla minuciosamente la flora del Edén, entre ellos, el Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal, aunque allí se lo nombra atildadamente como el Árbol de la Sabiduría. El libro comenta que se trata de un árbol especialmente alto, aunque más bajo que un abeto, que sus hojas se parecen a las del algarrobo y que su fruto es como un racimo de uvas…

La naturaleza del árbol es explicada así por Ramiel al desconcertado Enoc:

Es el árbol de la sabiduría, del cual comieron tu primer padre y tu primera madre y aprendieron la sabiduría y sus ojos se abrieron y comprendieron que estaban desnudos y fueron expulsados del jardín del Edén.

El Árbol de la Vida, en cambio, ofrece menos peculiaridades para Enoc. Lo describe rodeado de una flora aromática, su altura es mayor a la de cualquier árbol terrenal, y su forma se parece a un trono pero de dimensiones descomunales. Su perfume también supera a las fragancias de la Tierra, y sus flores y hojas jamás se secan. Sobre sus frutos -comenta Enoc– hay que decir que se parecen bastante a los dátiles vernáculos.

El Libro de Enoc explica que el arcángel Miguel es el custodio de ambos árboles. Incluso el popio Miguel se muestra generoso con Enoc al explicarle que:

Esta montaña que has visto y cuya cima es como el trono de Dios, es su trono, donde se sentará el Gran Santo, el Señor de Gloria, el Rey Eterno, cuando descienda a visitar la tierra con bondad. No se permite que ningún ser de carne toque este árbol aromático, hasta el gran juicio cuando Él se vengará de todo y llevará todas las cosas a su consumación para siempre, pero entonces será dado a los justos y a los humildes. Su fruto servirá como alimento a los elegidos y será trasplantado al lugar santo, al templo del Señor, el Rey Eterno. Entonces ellos se regocijarán y estarán alegres; entrarán en el lugar santo y la fragancia penetrará sus huesos; y ellos vivirán una larga vida, tal y como la que sus antepasados vivieron. En sus días no los tocará ningún sufrimiento ni plaga ni tormento ni calamidad. (Enoc 25:2-6)

Ahora bien, el mito del Edén plantea una paradoja por la cual era necesario comer del árbol para entender que se estaba trasgrediendo una norma.

Adán claramente conocía la prohibición, pero no poseía las herramientas morales y éticas para entenderla. Es decir, si no conocía la diferencia entre el bien y el mal, y menos aún sobre la diferencia entre un acto bueno y uno malo, resulta imposible castigarlo por una trasgresión que solo existe cuando el trasgresor es capaz de distinguir sus propios actos.

En este punto cabe preguntarnos algo acerca de la manzana prohibida, que en realidad jamás existió.

La confusión acerca de la manzana y los árboles del Edén tiene mucho que ver con el arte. En general se los representa como dos grandes manzanos, aunque el Antiguo Testamento no dice nada sobre ellos. Esta libre interpretación del mito del Edénestá sujeta a una lectura errónea de la expresión latina: Lignus Scientiae Boni et Mali, es decir, «árbol de la ciencia del bien y del mal»; tal como aparece en la Vulgata. Algunos hay leído equivocadamente la palabra Mali (mal) por el sustantivo Malum (manzana), cuando en el Génesis nunca se especifica qué clase de árbol es.

Para resumir el mito del Edén podríamos razonar que allí se culpa a dos inocentes por ser como su creador ha decidido que sean, y sobre todo donde las manzanas están prolijamente ausentes en favor de dátiles y exquisitas uvas.

http://elespejogotico.blogspot.com.es/2013/08/el-arbol-del-conocimiento-y-una-manzana.html